Historia
¿Otra vez el Frente Popular?

Un repaso a las (difíciles) coaliciones de socialdemócratas y partidos de izquierdas en la Europa posterior a 1945.

Diego Díaz
@DiegoDazAlonso1es historiador y redactor de Nortes.me
24 jul 2019 12:09

La posibilidad de un pacto de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos ha traído estos días al debate público la memoria del Frente Popular. Era precisamente el periodista Enric Juliana quien en una de sus columnas en La Vanguardia señalaba con estas palabras la excepcionalidad del momento histórico que vivimos: “Es la primera vez en España, desde los tiempos de la Segunda República, que el Partido Socialista Obrero Español ofrece un gobierno de coalición a una fuerza situada a su izquierda”. Los gobiernos de corte frentepopulista, esto es, de coalición entre socialdemócratas y comunistas u otras fuerzas alternativas de izquierdas, han sido una rara avis tanto en la Europa de la postguerra mundial como en la de la postguerra fría. Si bien son más frecuentes las experiencias de gobiernos plurales de izquierdas en los niveles local y regional, el salto a la política nacional nunca ha sido sencillo.

La socialdemocracia, que desde los años 80 vive instalada en una larga marcha hacia el social-liberalismo, mantiene grandes discrepancias con los partidos ubicados a su izquierda en cuestiones centrales como la política económica y exterior, o el modelo de construcción europea, así como también a menudo en otros temas muy sensibles de política doméstica, como las políticas migratorias o, como sucede en en España y Gran Bretaña, la cuestión de la plurinacionalidad.

Asimismo, los estrategas electorales de los partidos socialistas europeos, muy centrados en la caza del voto centrista, recelan de los pactos con las izquierdas, conscientes de que estos puede espantar a los votantes moderados de clase media. Por su parte, los partidos comunistas, verdes o de la izquierda alternativa, a quienes la participación en gobiernos con el centro izquierda no siempre les ha resultado electoralmente beneficiosa, han oscilado y oscilan, entre un papel testimonial, más de denuncia que de gestión, la búsqueda de pactos de gobierno con la socialdemocracia, y la competición política con esta por adelantarla y hegemonizar un mismo espacio progresista, el llamado sorpasso. Una sorpasso que sólo ha llegado a producirse en Europa en las elecciones griegas de 2015, en las que Syriza se impuso en unas votaciones marcadas por la crisis, las protestas sociales, la intervención de la Troika y el desprestigio del bipartidismo heleno.

Los comunistas en la postguerra mundial: del Gobierno a la marginación

La fuerza social y el prestigio adquirido por los partidos comunistas en las resistencias antifascistas llevaría a estos a formar parte de los primeros gobiernos formados en Europa al término de la Segunda Guerra Mundial, denominados de frente nacional, por reunir en su seno no sólo a las fuerzas progresistas que habían integrado los frentes populares de los años 30, sino también a las derechas comprometidas con el antifascismo.
Los socialistas, alineados con EE UU y la OTAN en la Guerra Fría, participarían en los 50 en casi todos los países en la creación de un cordón sanitario que marginaría a los partidos comunistas extramuros del sistema político

La posición de Stalin y de los dirigentes comunistas europeos sería extender al periodo de postguerra la colaboración ensayada durante las resistencias entre comunistas, socialdemócratas, democristianos y liberales. Un nuevo pacto entre capital y trabajo por el cual el movimiento comunista renunciaba a sus objetivos revolucionarios, contenía a los sectores más radicales del movimiento obrero y se comprometía con las tareas y los sacrificios de la reconstrucción nacional, pero a cambio de participación en la política gubernamental, democratización del Estado y mejoras para la clase trabajadora.

El equilibrio duraría poco. En 1947, con el giro de Truman en la política internacional norteamericana, el inicio de la Guerra Fría y el incremento de la hostilidad entre EE UU y la URSS, este pacto se resquebrajaba en toda Europa. En el Este las llamadas democracias populares evolucionarían en la práctica hacia mal disimulados regímenes de partido único. En el Oeste, el comunismo sería señalado como el enemigo interno: la quinta columna para una invasión soviética a Europa occidental. Consecuentemente, los ministros comunistas serían expulsados de todos los gabinetes en los que tenían presencia y los partidos políticos pertenecientes a la Kominform condenados al ostracismo.

Eurocomunismo y unión de las izquierdas: salir del gueto, entrar en el Gobierno

Aislados políticamente en plena ola de paranoia anticomunista y muy supeditados a las orientaciones de Moscú, la década de los 50 sería una larga travesía por el desierto para los partidos comunistas de Europa occidental. Los socialistas, alineados con EE UU y la OTAN en la Guerra Fría, participarían en casi todos los países en la creación de este cordón sanitario que marginaría a los partidos comunistas extramuros del sistema político, pero que al mismo tiempo privaba a la socialdemocracia de un socio necesario en muchos países para apoyarse y formar gobiernos de izquierdas.

Salir del gueto político y volver a participar, aunque fuera como socio menor, en coaliciones gubernamentales, se convertiría durante los años 60 y 70 en el objetivo central de la política comunista. Para ello era necesario proyectar una imagen renovada, distanciada tanto de la URSS como del radicalismo de las nuevas generaciones sesentayochistas, plenamente comprometida con la defensa de los derechos humanos, las libertades democráticas y el proyecto europeo, así como ampliar la política de alianzas reconstruyendo los puentes rotos con los socialistas, y extendiendo incluso la colaboración a los sectores considerados más progresistas dentro de la democracia cristiana.

La Unión de la Izquierda en Francia, el Compromiso Histórico en Italia y la Política de Concentración Nacional en España serían distintas declinaciones de esa misma estrategia eurocomunista. Una estrategia que fracasaría tanto en la agitada Italia de los años de plomo, donde el asesinato en 1978 del primer ministro Aldo Moro cerraría las puertas a una coalición de gobierno entre comunistas, democristianos y socialistas, como en la España de la Transición.

En nuestro país tanto la UCD como el PSOE rechazarían la pretensión de Santiago Carrillo de formar un gobierno de unidad nacional para pilotar el proceso democrático. Felipe González, consciente de que para llegar a la Moncloa debía atraer a una parte de los votantes de la UCD, sería extremadamente cauto a la hora de relacionarse con los comunistas, limitando los pactos con el PCE-PSUC al acuerdo que tras las elecciones municipales de 1979 permitiría a las izquierdas gobernar en coalición las principales ciudades españolas. 

Una relación difícil: socialistas y comunistas en los gobiernos francés y portugués

La firma del llamado Programa Común por socialistas y comunistas y la posterior victoria de las izquierdas francesas en las presidenciales y legislativas de 1981, sería el principal éxito de la estrategia eurocomunista. Bajo la presidencia del socialista Francois Miterrand se formaría el primer gobierno con ministros comunistas en la historia de un país perteneciente a la Comunidad Económica Europea, además de integrante de la OTAN. El gobierno de este nuevo Frente Popular, sería acogido con gran expectación en toda Europa. La izquierda tenía ahora en sus manos contrarrestar el auge de las ideas neoliberales preconizadas por Margaret Thachter y Ronald Reagan y mostrar que era posible una salida alternativa a la crisis económica.

Los primeros pasos del gobierno serían muy atrevidos tanto en materia económica, con nuevos impuestos a las grandes fortunas y nacionalización de grandes empresas, como de derechos civiles, con la abolición de la pena de muerte y la despenalización de la homosexualidad como principales hitos. Sin embargo, el amor entre socialistas y comunistas duraría poco. En 1984 el PCF criticaba el viraje conservador de sus aliados socialistas, denunciaba la traición de Miterrand al programa pactado y abandonaba el gobierno con un sonoro portazo.

Tras el levantamiento contra la dictadura, socialistas y comunistas pasarían a formar parte del gobierno provisional de civiles y militares que pilotaría Portugal de 1974 a 1976

La salida de los comunistas se debía en parte a que efectivamente el partido de Miterrand estaba cambiando su política económica debido a la fuga de capitales, el crecimiento de la inflación y la presión de los poderes financieros internacionales, pero también a cálculos electorales. El PCF presentía que su presencia se estaba diluyendo en un gobierno hegemonizado por la figura del presidente Miterrand y que le convertía además, ante sus bases obreras, en corresponsable del aumento del desempleo y la adopción de políticas impopulares de ajuste y desindustrialización. La paradoja de lo que vendría después sería que mientras que la salida de los comunistas no frenaría su declive electoral, el PSF sobreviviría a la crisis económica, recuperaría la popularidad perdida y una vez en el poder lograría ya mantenerse sin el apoyo del PCF, convertido en una sombra del gran partido que había sido.

La otra gran experiencia europea de colaboración gubernamental entre socialistas y comunistas tendría lugar en el Portugal revolucionario. Tras el levantamiento contra la dictadura, socialistas y comunistas pasarían a formar parte del gobierno provisional de civiles y militares que pilotaría el país de 1974 a 1976. Las divergencias entre uno y otro partido se pondrían muy pronto de manifiesto. Mientras el PSP abogaba por una rápida transición de Portugal hacia una democracia liberal homologable a las del resto de Europa occidental, el PCP apostaba por una profundización en los aspectos más socializantes y anticapitalistas de la revolución, reservando al Movimiento de las Fuerzas Armadas el papel de protector del espíritu revolucionario del 25 de abril de 1974.

Estas dos estrategias conducirían a múltiples choques entre uno y otro partido a lo largo de un tenso y crispado 1975 en el que el país bordearía la guerra civil. Los socialistas se movilizarían muy activamente contra el gobierno del coronel Vasco Goncalves, próximo al PCP, acusándolo de pretender implantar una dictadura comunista en Portugal. La caída del gobierno Goncalves en noviembre de 1975 y la formación de uno nuevo encabezado por el líder socialista Mario Soares alejaría definitívamente a los comunistas de la sala de mandos de la revolución, que iniciaba su reflujo.

La recomposición de la izquierda plural francesa, el gobierno rojiverde alemán y L'Unione italiana

Entre la última década del siglo XX y la primera del XXI, con anterioridad a la crisis económica de 2008, varios países europeos van a apostar por gobiernos de izquierda plural. Estas coaliciones se van a caracterizar, grosso modo, por una combinación de políticas sociales y estricto respeto a los marcos económicos definidos por el neoliberalismo. Un contexto de bonanza económica y buena recaudación fiscal por parte del Estado va a permitir estas políticas redistributivas sin tocar los beneficios del capital.

En Francia, Alemania e Italia una socialdemocracia necesitada de apoyos para derrotar a las derechas y retornar al poder va a mirar a su izquierda en busca de aliados. Por su parte, tanto los partidos verdes como los comunistas van a renunciar al programa de máximos para apostar por un perfil menos identitario, y más de gestión y de gobierno. Incluso en España, donde el PSOE había rechazado en 1993 un acuerdo de gobierno con IU, los socialistas, contagiados por estos vientos de Europa, firmarán un pacto con la coalición de izquierdas para concurrir juntos al Senado en las elecciones generales de 2000. Si bien el PSOE obtendrá un sonoro fracaso en estas elecciones, en varias comunidades autónomas y ayuntamientos los socialistas prosperarían acuerdos de gobierno con IU, ICV, ERC y otras formaciones de izquierdas.

La expresión izquierda plural, que se generalizará entonces para designar a ese tipo de gobiernos, se inspiraría en la coalición formada en Francia entre 1997 y 2002 por socialistas, verdes y comunistas. El gabinete del socialista Lionel Jospin volvía a incorporar ministros comunistas, ausentes desde 1984, y por primera vez también a ecologistas. Con un programa mucho más moderado que el de 1981, el gobierno de la izquierda plural alternaría medidas de corte liberal, como la privatización de parte de las empresas estatales, con otras de fuerte calado social, como la implantación de la jornada laboral de 35 horas, que tendría una gran proyección internacional y se convertiría en el principal símbolo del gobierno.

Casi paralelamente a la experiencia francesa, tomaba cuerpo en Alemania la coalición de Socialdemócratas y Verdes, que en 1998 devolvía a la izquierda alemana al poder tras la larga era del democristiano Helmut Kohl. La coalición entre socialdemócratas y ecologistas, ensayada previamente en algunos estados y ayuntamientos, suponía la definitiva normalización de Los Verdes como un actor más en el sistema político alemán. A través de su vicecanciller y ministro de asuntos exteriores, Josckha Fisher, el partido ecopacifista llegaría incluso a apoyar los bombardeos de la OTAN en Yugoslavia. La coalición rojiverde, que se prolongaría a lo largo de siete años, combinaría avances en políticas sociales y medioambientales con la adopción a partir de 2002 de un programa de reformas económicas y del mercado de trabajo muy escorado hacia el neoliberalismo.

Al contrario que en Francia, estas contradicciones pasarían más factura al socio mayor que al menor, que acusaría mucho menos el desgaste. La llamada Agenda 2010 supondría el enfrenamiento del SPD con los sindicatos y la separación del ala izquierda del partido, que liderada por el ex ministro de economía Oskar Lafontaine, confluiría con los postcomunistas de la ex RDA en una nueva formación de izquierdas de ámbito federal: Die Linke (La Izquierda).

El rechazo a Silvio Berlusconi lograría reunir en 2005 a un heterogéneo grupo de partidos y micropartidos, ex comunistas, ex democristianos, socialdemócratas, comunistas y verdes, bajo el paraguas colectivo de L'Unione y el liderazgo del centrista Romano Prodi. L'Unione gobernaría Italia de 2005 a 2008 con una participación bastante discreta de ministros del Partido de la Refundación Comunista, que tras haber sido uno de los impulsores del influyente movimiento antiglobalización y anti guerra italiano, daría un giro de 180 con su apuesta por la colaboración gubernamental con el muy moderado centro izquierda. El apoyo del Gobierno Prodi a la invasión de Afganistán contribuiría al definitivo descalabro electoral de Rifondazione Comunista, que en las elecciones de 2008 ni siquiera obtendría el mínimo necesario para lograr representación institucional.

La jerigonza portuguesa y la colaboración de las izquierdas nórdicas

En 2015, casi paralelamente al triunfo de Syriza en las elecciones griegas, los socialistas portugueses firmaban un acuerdo parlamentario con comunistas, ecologistas y Bloco de Esquerda. Tras casi una década de crisis y recortes los votantes de izquierdas, angustiados por la posibilidad de un nuevo ejecutivo conservador, presionaban a los dirigentes progresistas para pactar un programa que revertiera las medidas de austeridad impuestas por la Troika. La llamada jerigonça portuguesa ha supuesto una tregua excepcional entre las izquierdas portuguesas, con una historia de enfrentamientos y desencuentros que viene desde los tiempos de la revolución.

A diferencia de España, donde Unidas Podemos exige al PSOE la entrada en el consejo de ministros, tanto el PCP como el Bloco han preferido permanecer fuera del ejecutivo, reservándose así la libertad de hacer oposición a un gobierno socialista que en ocasiones ha preferido apoyarse antes en las derechas que en sus socios parlamentarios de izquierdas, como sucedió con la controvertida privatización al Santander del banco BANIF, rescatado durante la crisis con dinero público. Las elecciones celebradas en Portugal desde 2015 han dado la mayoría al bloque de izquierdas, pero también han puesto de manifiesto que son por ahora los socialistas quienes están capitalizando más la popularidad de las medidas sociales del ejecutivo. Si los números dan el PSP tratará de gobernar pronto con las manos libres, y sin el marcaje de sus socios de izquierdas.

A diferencia de la Península Ibérica la colaboración entre socialdemocracia, partidos verdes e izquierda post comunista ha sido relativamente frecuente en los países nórdicos a lo largo de las dos primeras décadas del siglo XXI, reforzándose aún más en los últimos años como reacción al auge de la extrema derecha xenófoba. Esta colaboración se ha extendido incluso a la formación de varios gabinetes de coalición que han incorporado a ministros y ministras de la llamada izquierda verde nórdica.

En la actualidad, los Verdes y la Alianza de Izquierdas están presentes en el gobierno finlandés, compuesto por cinco partidos, así como en Islandia, donde el Movimiento de la Izquierda Verde lidera una heterogénea coalición gubernamental que incluye también a formaciones de centro derecha. En Dinamarca sin embargo se ha impuesto una fórmula a la portuguesa. La Alianza Rojiverde apoya desde el parlamento a un gobierno socialdemócrata en minoría, cuyo programa, pactado con otros dos partidos más de centro izquierda, tiene como principales banderas la lucha contra el cambio climático, el reforzamiento de la inversión pública y del Estado del Bienestar y una nueva política migratoria menos agresiva, que elimina símbolos como el Alcatraz danés, una cárcel para extranjeros en la isla Lindholm.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Historia
Historia Rubén Buren: “La memoria debe ser aquello que nos construye y nos une como ciudadanía”
El historiador y polifacético Rubén Buren coordina el libro 'La Segunda República', una oportunidad para dar a conocer este periodo a un público no especializado.
Historia
Anticolonialismo Cuando la figura de Abd-el-Krim sobrevoló América Latina
A lo largo del siglo XX, las relaciones entre el pueblo rifeño del norte de África y América Latina fueron escasas, pero estuvieron marcadas por las luchas de liberación nacional y los intentos de derrotar al colonialismo en ambos continentes.
Antigona
16/11/2019 12:14

No entiendes por qué les llaman comunistas siendolo prácticamente, pero seguro que si entiendes por qué todo lo que no comulgue con la izquierda sea llamado fascismo. Yo tampoco entiendo muchas cosas.

0
0
Manuel
27/7/2019 19:01

No entiendo por qué se les llama comunistas a Podemos. Leed sus programas electorales, escuchadlos... claramente son socialdemócratas. Cosa distinta es que el PSOE, de política económica neoliberal, haga parecerlos «rojos». Ningún partido que no ponga el acento sobre la cuestión de la propiedad de los medios de producción es comunista.

4
1
anonimander
12/11/2019 21:33

Por parecida razón se llama al nuestro Estado social y democrático de Derecho, por la misma que consagra que en España el poder emana del pueblo, por la misma razón que la siguen llamando democracia cuando no lo es. Porque, al fin, todos los sistemas llamados democráticos en el Mundo son regímenes liberales de administración partidocrática.

0
0
Antigona
16/11/2019 12:24

No entiendes por qué les llaman comunistas? Y si entiendes por qué se le llama fascista a todo lo que no comulgue con la izquierda? Quizá les llamen comunistas por que cantan la internacional con el puño en alto muy orgullosos, porque se identifican con todos los gobiernos comunistas del resto del mundo y seguramente porque lo son.

0
0
Kynikos
24/7/2019 22:45

Qué bien un poco de contexto entre tanto ruido.

0
3
Memoria histórica
Memoria histórica La ONU pide a España que actúe contra las leyes antimemoria de Aragón, Castilla y León, y Valencia
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.

Últimas

Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.
Más noticias
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.

Recomendadas

Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.