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La cifra de muertos que ha dejado un nuevo ataque del ejército de Israel contra una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ronda la treintena, aunque está pendiente de confirmación oficial. Las autoridades de Gaza reconocen al menos 35 víctimas mortales en una escuela en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza.
El ataque ha causado asimismo decenas de heridos, según el gobierno gazatí, que fueron desplazados al hospital Mártires de Al Aqsa, en Deir al Balah, que se encuentra ya al borde del colapso y tiene el triple de pacientes de los que puede atender. “Esto presagia un verdadero desastre que conducirá a un aumento aún mayor en el número de mártires”, ha lamentado la oficina de prensa de las autoridades gazatíes en un comunicado en el que señala que “el Ejército de ocupación israelí ha cometido una horrible masacre al bombardear varias habitaciones que albergaban a decenas de personas desplazadas en la Escuela Preparatoria para niños de Nuseirat”.
A través de su canal de Telegram, el Gobierno de Gaza ha manifestado que “la continua perpetración de estas masacres por parte de la ocupación israelí es una prueba clara de la continuación del crimen de genocidio y limpieza étnica contra civiles y personas desplazadas en la Franja de Gaza”.
Por su parte, como suele ser habitual tras cada bombardeo indiscriminado sobre población civil palestina, el ejército de Israel ha afirmado que “antes del ataque, se tomaron una serie de medidas para reducir el riesgo de dañar a civiles no involucrados durante el ataque, incluida la realización de vigilancia aérea e información de inteligencia adicional”.
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No hay que esperar a cada masacre de palestinos para apoyar su causa, sino hacerlo desde la solidaridad y el derecho internacional.