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Fiestas populares
El enigmático origen de Jarramplas, el diablo que aterroriza y une a Piornal
Jarramplas es la figura que encarna el espíritu de Piornal. La peregrinación que realiza este diablo por las calles de la localidad mientras recibe una lluvia de nabos es el momento del año más esperado por los habitantes de este municipio cacereño, que, además, se sienten conectados a Jarramplas desde su niñez.
Actualmente, no se sabe con certeza cuál es el verdadero origen del Jarramplas. Esta festividad se ha visto sometida a diferentes estudios históricos y antropológicos, pero no se ha encontrado una respuesta definitiva. La tradición popular ha aportado algunos datos y teorías sobre la procedencia de este demonio y todo apunta a un origen pagano y cristiano, aunque los rasgos y los ritos de la gran fiesta que se celebra el Piornal parecen indicar que su procedencia es anterior a la de la presencia cristiana.
Para conocer los detalles de esta festividad, lo primero que hay que aclarar es quién es el Jarramplas. Se trata de un hombre vestido de demonio con un traje que no pasa desapercibido, ya que de él cuelgan un gran número de cintas de diferentes colores. Pero el elemento que más destaca es su gran máscara cónica de la que sobresale una nariz de grandes dimensiones y de la que cuelgan crines de caballo. Además, su parte superior está presidida por dos cuernos de gran tamaño.
Ser elegido Jarramplas es un motivo de orgullo y una experiencia de vida que no se olvida jamás
Jarramplas es un ser indescriptible que tiene rasgos propios de los animales. Durante los días 19 y 20 de enero recibe una inmensa lluvia de nabos por parte de los vecinos de la localidad y de la multitud de foráneos que disfrutan de esta fiesta. La misión del Jarramplas es aguantar este indiscriminado ataque hasta que desfallece. Además, ser elegido Jarramplas es un motivo de orgullo y una experiencia de vida que no se olvida jamás.
Una figura diabólica en el pueblo más alto de Extremadura
Piornal está situado en plena Sierra de Tormantos a 1.175 metros de altura. Se trata del municipio más alto de la región. Su estructura está formada por una serie de bocacalles por las que corre el arroyo de La Cañera y apenas tiene cuestas y calles empinadas. Todo esto le da a la localidad una apariencia de misterio que acompaña perfectamente a una fiesta de invierno como el Jarramplas.
La historia de Piornal comienza en el siglo XIII, cuando pastores procedentes del noreste de Extremadura y del sur de la provincia de Ávila encuentran un enclave adecuado para que el ganado pueda pastar durante el verano. Pero al igual que ha ocurrido con otros muchos puntos de la región, este municipio se ha mantenido alejado de otras poblaciones debido a las dificultades de comunicación. Su ubicación supuso que durante siglos no llegaran viajeros a la localidad, que únicamente estaba habitada por los descendientes de los primeros pobladores, hasta que en 1927 se construyó su primera carretera.
Esta falta de contacto con otros lugares hasta bien entrado el Siglo XX, ha propiciado que se conserven las tradiciones más antiguas de la localidad, un hecho que también ha favorecido el mantenimiento de la fiesta del Jarramplas.
La ubicación del pueblo supuso que durante siglos no llegaran viajeros a la localidad, que únicamente estaba habitada por los descendientes de los primeros pobladores, hasta que en 1927 se construyó su primera carretera
Popularmente se dice que Jarramplas es la representación de un ladrón de ganado que fue descubierto mientras estaba robando. En pocos minutos se corrió la voz y fue acorralado por toda la comunidad mientras era sometido a burlas, mofas y castigos. Este relato tiene sentido porque Piornal es un municipio de tradición ganadera y robar una pieza de ganado estaba muy mal visto. En este caso, Jarramplas representa la figura del mal que amenaza la supervivencia de la tribu, ya que el ganado es la base de la economía de la comunidad.
Jarramplas y el solsticio de invierno
La conexión entre el Jarramplas y el solsticio de invierno llega a través de su máscara y de los vetones. Este pueblo céltico estuvo asentado en la zona en la actualmente se ubica Piornal. Para las tribus de ascendencia celta y de tradición ganadera, el solsticio de invierno suponía un cambio destacado en su actividad, ya que en esas fechas los días eran más cortos y las labores de cuidado de ganado se tenían que intensificar durante las horas de luz.
Este contexto favoreció que los miembros de aquellas comunidades realizaran ritos en los que llamaban al final de la oscuridad y a la llegada de la primavera, una estación en la que las temperaturas son más suaves y los días más largos. Además, muchos de estos ritos estaban enfocados a la búsqueda de la fertilidad, de ahí que aparecieran personajes disfrazados con rasgos de animales y con máscaras ornamentadas.
En el caso de la máscara de Jarramplas, se ve como lleva adosada dos cuernos propios del macho cabrío, animal que está directamente relacionado con la fecundidad. Para estas comunidades, un ganado que criara simbolizaba la regeneración y la subsistencia, mientras que uno estéril hacía referencia a épocas de escasez y de dificultades.
Muchos de estos ritos estaban enfocados a la búsqueda de la fertilidad, de ahí que aparecieran personajes con rasgos de animales
La conexión entre Jarramplas y la mitología romana
La conquista de Hispania llevada a cabo por el imperio romano provocó que los mitos, las costumbres y las tradiciones romanas se extendieran por todos los rincones de la península ibérica. Este imperio se extendió por toda Europa, Asia menor y el norte de África, pero es probable que los romanos y Piornal no tuvieran un contacto tan directo, ya que esta localidad es la más alta de toda Extremadura y ese factor dificultaba su contacto con cualquier otra región. Aun así, organismos oficiales como la web oficial de Turismo de la Junta de Extremadura exponen que el origen de esta festividad podría estar relacionado con el castigo que Hércules infringe a Caco.
En la mitología romana Hércules es hijo de Júpiter, dios del cielo, del aire, de todos los dioses y de los hombres. Esta divinidad tiene relaciones sexuales con la mortal Alcmena haciéndose pasar por Anfitrión, que era su esposo. Fruto de este encuentro nace el héroe Hércules que desde que era un bebé desprendía el halo de ser una figura divina.
Hércules formó una familia y tuvo una vida tranquila en Tebas hasta que después de un ataque de ira asesinó a sus hijos. Además, también se dice que la diosa Minerva intervino para evitar que asesinara a su padre adoptivo Anfitrión, un hecho que suponía un crimen imperdonable para la época. Cuando Hércules recupera la cordura realiza una serie de ritos para expiar sus culpas, uno de ellos es acudir al oráculo de Delfos donde recibe la orden de acudir a Tirinto y realizar durante diez años doce trabajos que le impondría Euristeo, el rey de Micenas. Una vez realizado estos trabajos, el héroe alcanzaría la inmortalidad.
El décimo de esos trabajos consistía en robar el ganado del monstruo Gerión que vivía en la isla de Eritrea. Para cumplir la misión, Hércules tuvo que enfrentarse a Orthus, un perro de dos cabezas hermano de Cervero, al propio Gerión y a Juno, que era la esposa de Júpiter que apoyaba a Gerión. Una vez robado el ganado, Hércules regresa a Roma y descansa en un lugar agradable lleno de pasto. Pero en ese lugar habitaba una criatura maligna llamada Caco que a su vez roba el ganado mientras Hércules duerme. El ladrón logra ocultar el ganado en su cueva, pero cuando el héroe despierta y los bueyes que quedaban con él mugen, los bueyes que había robado Caco responden al mugido y guiado por el sonido Hércules llega a la cueva y mata al ladrón.
Este relato conecta a Jarramplas con la versión popular, y confirmaría que esta figura fue un ladrón de ganado. La Doctora Ana María Vázquez Hoys, profesora de la UNED, expone que Caco era una figura diabólica que tenía que recibir un castigo y una humillación por haber robado las piezas de ganado. No se puede afirmar con rotundidad que el castigo que Hércules infringe a Caco esté vinculado al origen de Jarramplas, pero sabemos que los relatos de la mitología romana llegaron a todos los puntos del imperio, por lo que no se puede descartar que Jarramplas sea una representación de dicho mito.
La remota unión entre Jarramplas y América
También hay teorías que conectan a Jarramplas con algunos de los ritos que presenciaron los colonizadores cuando llegaron al centro y al sur de América. Se cree que algunas tribus realizaban ceremonias en las que se perseguía a un miembro de la comunidad vestido de diablo hasta que este desfallecía por agotamiento.
A pesar de que no existen pruebas contundentes que conecten a Jarramplas con los rituales que se llevaban a cabo al otro lado del océano, sí es cierto que muchas tribus empleaban máscaras similares en sus ritos. Una mascara siempre ha sido interpretada como un símbolo del mal que convierte a un ser en bestia y le roba sus rasgos humanos.
El Jarramplas cristianizado
Esta festividad también ha sido víctima del fenómeno de la cristianización. Cuando los reinos cristianos se hicieron con la península ibérica, la Iglesia Católica emprendió un proceso para transformar los ritos paganos en relatos cristianos relacionados con Dios, con Jesucristo y con todos los santos. La figura de Jarramplas quedó directamente unida a la de San Sebastián, que es el patrón de Piornal.
La celebración de Jarramplas comienza el día 19 de enero y esa misma noche se venera a este diablo en el interior de la iglesia del pueblo, que también es el lugar desde donde sale el día 20 de enero a realizar su recorrido. Gran parte de la población local es devota de San Sebastián, que fue un centurión romano que se convirtió a la fe cristiana y mantuvo sus creencias soportando las torturas y las presiones a las que le sometió el emperador de Roma. Un diablo como Jarramplas podría representar las torturas y provocaciones a las que fue sometido San Sebastián para que renunciara a sus creencias cristianas.
La Iglesia Católica emprendió un proceso para transformar los ritos paganos en relatos cristianos
Todas estos mitos están conectados con el Jarramplas de Piornal, pero su origen sigue siendo un misterio. Jarramplas es una fiesta única, no solo en Extremadura, sino en todo el Estado, y las interpretaciones siguen abiertas. Este componente enigmático refuerza la personalidad de la festividad popular más conocida de Extremadura, que ha sido catalogada como Fiesta de Interés Turístico Nacional.