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Extractivismo
Varela y su arena: una lucha por la supervivencia en Guinea Bissau
En mayo de 2023, el Gobierno de Guinea Bissau, bajo presidencia del general Umaro Sissoco Embalo, líder del Movimiento para la Alternancia Democrática Madem-G15, a través de su ministro de Recursos Naturales, Dionisio Cabi —quien posiblemente será el candidato presidencial por el Partido de la Renovación Social (PRS) para las elecciones previstas a finales de este año—, hizo pública la concesión de una explotación de arenas minerales pesadas (HMS por sus siglas en inglés) en la costa de Varela, concretamente en la localidad de Nhiquim, en la zona fronteriza con la Casamance (Senegal).
Esta concesión compromete al Estado de Guinea Bissau a facilitar dicha explotación durante cuatro años a una empresa de capital chino, la Sociedad GMG Internacional SA. Concretamente, desde el 22 de mayo de 2023 hasta el 18 de Junio de 2027, bajo el título: “Arrendamiento y acuerdo sobre derechos de uso del suelo para la explotación de arenas pesadas en la aldea de Nhiquim, Sector de São Domingos, Región de Cacheu”. Todo ello a cambio de una aportación a los presupuestos del Estado del 10% del capital privado de la empresa concesionaria, tal y como se recoge en el dossier del proyecto al que ha tenido acceso El Salto.
Las arenas minerales pesadas son depósitos sedimentarios que se acumulan en ambientes costeros con arena, limo, arcilla y otros materiales. En la propia arena se forman concentraciones de minerales necesarios para el mercado global, como son el circón, la ilmenita, el leucoxene y el rutilo (estos tres últimos derivados del titanio). Dichos materiales, sobre todo el circón, son clave en la industria aeroespacial y en la militar o en la producción de articulaciones artificiales, stents e instrumentos quirúrgicos de la industria médica. También se emplean en la fabricación de bienes de consumo ligeros y equipamiento deportivo, como joyas, palos de golf y bicicletas o bien en la producción de cerámicas, electrodos para baterías y en algunos productos cosméticos.
Este proyecto minero, de consumarse, supondrá la desaparición de toneladas de arena que protegen de la erosión costera los campos de arroz de las más de diez comunidades rurales de la zona, para cuyos habitantes este cereal es la principal fuente de alimentación. Además provocará la salinización de los acuíferos, con “la problemática derivada que supone para el consumo de agua potable en el conjunto de aldeas”, señalan desde las ONG presentes en la zona. Y añaden: “Por no hablar de los múltiples impactos ambientales y la contaminación derivada de la explotación minera para los ecosistemas”. Se trata de un territorio con amplia presencia de rutas migratorias de aves y otras especies protegidas, como las tortugas marinas. Estas consecuencias ya se han observado en Senegal después de una operación minera similar, en la que las comunidades locales sufrieron importantes perturbaciones económicas y ambientales.
En el momento de la concesión no se había presentado el informe de impacto ambiental y social pertinente para este tipo de proyectos
Según las fuentes consultadas para este reportaje, tanto de personal experto en medio ambiente como de distintas organizaciones y personas que habitan en la zona y que prefieren mantener su anonimato por miedo a represalias, en el momento de la concesión no se había presentado el informe de impacto ambiental y social pertinente para este tipo de proyectos según la legislación internacional en materia de minería. Esta está recogida en la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés), entre otras convenciones y acuerdos. Se trata de un estándar global para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en el sector petrolero, gasífero y minero, que incluye por el momento a 50 países, entre los que se encuentra Senegal, pero no Guinea Bissau, ni Gambia ni, mucho menos, las principales potencias, pues solo aparecen, Alemania, Noruega y Gran Bretaña.
Este proyecto en Nhiquim (Varela) viene de lejos, pues “ya en su momento otro Gobierno otorgó una concesión a una empresa rusa y las mujeres de las comunidades lograron pararlo”, comenta un técnico de una organización que lleva más de dos décadas de trabajo en la zona. Así se recoge en el propio contrato de explotación el cual hace referencia al Decreto-Ley Nº10/2010, del 24 de septiembre, que posibilita la cesión de dichos terrenos de 4,8 km² en la parcela número 12 de Niquim.
La oposición de las comunidades
Los pasados días 28 y 29 de mayo de 2023 las máquinas para la explotación minera llegaron a la comunidad de Nhiquim y comenzaron con sus trabajos de extracción de arena. Esta situación derivó en una respuesta conjunta de todas las comunidades del área afectada, que lograron parar las máquinas y los trabajos hasta que fuese presentado el informe de impacto ambiental y social, así como la realización de una audiencia pública que está recogida en la legislación nacional sobre el derecho al medio ambiente y los recursos naturales en Guinea Bissau. En dichas protestas tuvieron un papel fundamental las mujeres de las comunidades que consiguieron detener los trabajos y amenazaron con brujería o mangui a las personas que trabajan en la explotación, la mayoría personal guineano llegados de otras regiones. Además, el campamento donde se sitúa la mina está fuertemente protegido por militares de Guinea Bissau, que no dejan acercarse a nadie a sus inmediaciones.
En estas comunidades la principal etnia es la diolá, que comparte con la vecina región de Casamance (Senegal), de tradición animista y donde el cultivo del arroz es clave para su supervivencia y tiene hasta un componente sagrado. Ya entre los años 2008 y 2013 las comunidades consiguieron parar un proyecto similar, esta vez de origen ruso, mediante la realización de ceremonias animistas y con un fuerte componente de movilización popular. En un estudio reciente del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo Sostenible, se analizan las tres resistencias campesinas articuladas en el territorio que han logrado paralizar, al menos momentáneamente, los proyectos mineros en los tres países: Varela-Nhiquim (G. Bissau), Kartung-Sanyang (Gambia) y Niafurang-Abené (Senegal).
La población de estas comunidades campesinas rechazan el modelo de desarrollo detrás de los proyectos mineros para sus territorios, pues supondría la desaparición de los campos de arroz, la salinización de los pozos y, por tanto, la desaparición de las propias aldeas. Es por ello que dichas comunidades han desplegando mecanismos propios para detener el acaparamiento de tierras y la explotación minera. Por ahora lo están logrando, no sin dificultades y con la amenaza constante de tener las máquinas en la zona para reanudar la práctica extractivista.
La sensación de las mujeres que habitan las aldeas afectadas es de total abandono por parte del Ejecutivo. “La verdad es que el Gobierno nos trata como animales, solo les importamos en la campaña electoral”, señala Aisatu, una de las pobladoras más activas. Y añade: “no queremos nada a cambio, no queremos ninguna ayuda, queremos que cojan sus máquinas y se vayan”. Advierte que, de lograr hacer efectiva la explotación, tendrían que abandonar sus aldeas: “Llevamos siglos aquí, tendríamos que irnos a otra zona.”
La minería HMS en las costas de África del Oeste
Desde el año 2003, el litoral de lo que popularmente se conoce como Senegambia y Guinea Bissau ha sido escenario de un proceso de acaparamiento de tierras en zonas costeras de unos 750 kilómetros cuadrados, según datos oficiales de los tres Gobiernos. Dichas tierras han sido cedidas en régimen temporal de explotación a diferentes empresas con intereses externos y en connivencia con las autoridades locales y tradicionales, incluso con algunos miembros de los Gobiernos de los tres países. Detrás de estos contratos están los interés de multinacionales mineras para la explotación de arenas metalíferas costeras, ricas en circón y otros derivados del titanio como la ilmenita y el rutilo. Las primeras experiencias comenzaron en 2003 en Gambia, posteriormente, en 2008 en Guinea Bissau y desde 2014 en el norte de Senegal.
Los depósitos de arenas minerales se puede extraer utilizando técnicas de minería seca o de minería húmeda
Muchas de estas ubicaciones ricas en HMS tienen depósitos dispersos a lo largo de la costa de los tres países. Estos yacimientos son resultado de sedimentos encontrados en las denominadas paleocostas, que son depósitos marinos que se encuentran a lo largo de las playas y en los brazos fluviales que desembocan en el océano. Los depósitos de arenas minerales se puede extraer utilizando técnicas de minería seca o húmeda. La minería húmeda puede implicar dragar el mineral desde un estanque o usar mangueras potentes para crear un lodo del que luego extraer el mineral, contaminando grandes cantidades de agua. La minería en seco suele utilizar equipos tradicionales para el movimiento de tierras, como excavadoras y camiones, y también se producen residuos nocivos para el medio ambiente.
En un mercado global cada vez con recursos naturales más escasos, las multinacionales tienen como objetivo controlar los minerales para satisfacer la creciente demanda global. Este es el caso del circón, la ilmenita y el rutilo, donde la tensión entre la oferta limitada y la creciente demanda está haciendo subir los precios, y por tanto, las ganancias a largo plazo, con un margen neto de beneficios por encima del 14% para el año 2023. Actualmente, un pequeño número de empresas mineras multinacionales dominan la industria extractiva: la británica Rio Tinto PLC, con 13.400 millones de dólares de beneficios declarados en 2022; la australiana Astron Mining y la francesa ERAMET, esta última con 1.580 millones de dólares de beneficios en 2022, son sólo algunos ejemplos. Todas ellas supervisan la exportación de metales derivados de las HMS desde países del Sur global hasta naciones con más recursos financieros y infraestructura tecnológica, como materia prima en bruto o con muy poco procesamiento.
De esta forma, los países occidentales, pero también China y Rusia, están promoviendo una asociación estratégica de beneficio mutuo para asegurarse el acceso a estos recursos minerales en los países africanos. El mecanismo consiste en “invertir dinero público para apoyar empresas conjuntas en el extranjero y establecer relaciones a largo plazo con los Gobiernos africanos de turno; que promuevan la implementación de patrones de lo que en la actualidad se viene denominando 'Gobierno corporativo social ambiental', un nuevo eufemismo que practican en el greenwashing minero”, señala una de las expertas en medio ambiente consultadas para este reportaje, quien lleva años denunciando esta situación en diversos países de la zona, y en donde ha sufrido diversas amenazas.
Las actividades rentistas se definen como oportunidades mediadas políticamente para obtener riqueza a través de actividades económicas no productivas
En este sentido, numerosos estudios de economía política resaltan las desigualdades y la dependencia de los estados africanos debido al legado colonial. Los Estados post-coloniales, como Senegal, Gambia y Guinea Bissau, pueden describirse como “rentistas”. El Estado rentista se caracteriza por una fuerte dependencia de las rentas externas (regalías/remesas) producidas por unos pocos actores. Los beneficios suelen generarse mediante la explotación de recursos naturales (tierra, madera, pescado, minerales pesados, depósitos de arena, etc.), no por la producción (mano de obra/industria/transformación), inversión o gestión de riesgos. El denominado rentista es el resultado de fuerzas del mercado que buscan específicamente la intervención gubernamental para favorecer sus intereses. Así, las actividades rentistas se definen como oportunidades mediadas políticamente para obtener riqueza a través de actividades económicas no productivas, de carácter extractivista como es el caso o mediante la especulación.
El contrato de explotación
La concesión se otorgó sin el Estudio de Impacto Ambiental y Social (EIAS) obligatorio en estos casos y sin la audiencia pública con las comunidades afectadas que recoge la legislación nacional e internacional en materia de minería. Como El Salto ha podido comprobar, la autorización para la mina se concedió en mayo de 2023, mientras que los trabajos del EIAS se realizaron a posteriori, como el propio documento recoge, pues tuvieron lugar en el periodo comprendido entre abril y agosto de ese mismo año.
El gabinete encargado de realizar el EIAS, la consultora guineana GestPlan Consulting SARL, pertenece al cuñado del ministro que concedió el permiso de explotación
Por otro lado, según sus propios datos, la Sociedad GMG Internacional SA —la empresa concesionaria— es una Free Zone Company (FZC), aquellas que operan en zonas francas, libres de impuestos y que no suelen respetar los derechos laborales ni medio ambientales. Este periódico ha intentado entrar en contacto con la misma sin conseguirlo, comprobando que, con los datos recogidos en el expediente, no tiene presencia real en el país: se trata de una empresa fantasma.
Otra cuestión controvertida es que el gabinete encargado de realizar el EIAS, la consultora guineana GestPlan Consulting SARL, pertenece al cuñado del ministro que concedió el permiso de explotación a la empresa minera.
En este sentido, un conocido ambientalista y colaborador del Instituto de Biodiversidad de Áreas Protegidas (IBAP) en el país, apunta cómo “desgraciadamente, este caso está un poco abandonado por las organizaciones de la sociedad civil, quizás por el contexto político delicado que estamos viviendo —el Parlamento del país está cerrado por orden presidencial desde el pasado mes de diciembre— pero es necesario denunciar este tipo de negocios en los que, cada vez más, está implicado el Ministerio de Recursos Naturales.”
Según el EIAS presentando, que se puede consultar a continuación, la cantidad de arena a explorar en Nhiquim se estima en 1 millón de m³ o 1,7 toneladas. La proporción de minerales representa entre el 5% y el 7% del peso de la arena, equivalente a más de 119.000 toneladas de concentrado crudo. La composición de la arena es de un 95% cuarzo, un 3% ilmenita, un 1% circón, un 0,5% rutilo, y un 0,5% de leucoxene. Los últimos cuatro minerales son objeto de compra en los mercados internacionales.
Proyecto de explotación de ... by El Salto periódico
Las arenas pesadas se extraen mediante métodos de minería a cielo abierto, que incluyen el dragado por succión o desplazamiento a través de minería hidráulica. La primera etapa del proceso minero será la remoción de toda la cobertura vegetal y la capa superficial del suelo y arenas superiores o la cubierta de dunas de lugar donde se instalará la mina. Este material simplemente se descarta. La minería se realizará principalmente mediante dragas que flotan en lagos de lodos donde extraer el mineral. Estas dragas bombean las arenas pesadas que forman la pared del estanque para una Planta Flotante de Concentración Húmeda (PCAR). El concentrado de minerales pesados (HMC), que luego será bombeado para la separación de minerales adyacentes (MSP), donde se separa en productos finales para su exportación. Las operaciones de exploración minera existentes en la Reserva Nhiquim constituyen un proyecto minero de arenas minerales que extrae minerales de titanio (ilmenita y rutilo), circón y leucoxeno mediante el proceso de minería de dragado por succión y represión para retirar minerales pesados de las arenas costeras.
Inestabilidad política y Estado fallido
Guinea Bissau es un de los países más pobres del mundo, situado siempre entre los diez últimos dentro del Indice de Desarrollo Humano (IDH). En la actualidad arrastra su enésima crisis gubernamental, pues el actual presidente mantiene cerrada la Asamblea Nacional Popular (el poder legislativo) desde finales del año pasado, en diciembre de 2023.
En el año 2019 llegó al poder el general Umaro Sissoco Embalo, autodenominado Comandante supremo, tras unas elecciones presidenciales no exentas de denuncias de manipulación de los resultados por parte de la oposición y celebradas en primera vuelta el 24 de noviembre de 2019 y en segunda el 29 de diciembre. Los resultados fueron tan ajustados que tres miembros del PAIGC votaron en contra de su partido y en favor del actual presidente. De esta forma llega al poder el actual mandatario, candidato del partido MADEM-G15, una escisión del PAIGC que se había producido meses antes.
El PAIGC es el partido que más tiempo ha gobernado el país. Antes fue guerrilla y consiguió la independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde bajo el liderazgo de Amilcar Cabral. En los últimos años ha sufrido una época de restructuración, donde nuevos liderazgos se impusieron en el Congreso del partido en 2016 para abrir una nueva etapa, a través de la cual pretendían acabar con la corrupción endémica del partido y por ende de los Gobiernos, pues siempre habían ostentando el poder, excepto en la época ya lejana del presidente Kumba Yala (2000-2003) del Partido para la Renovación Social (PRS).
La llegada al poder del actual presidente en 2019 viene luego de un periodo de inestabilidad durante la presidencia del empresario Mario Vaz (que fue presidente entre 2014 a 2019), más conocido como JOMAV, su empresa de importación exportación, pues durante su mandato se dieron hasta ocho cambios de primer ministro. Esto hace que muchas embajadas europeas con presencia en el país agradezcan este periodo de estabilidad actual, a pesar de las persecuciones a periodistas, a opositores y al hecho de que tenga cerrada la asamblea legislativa desde el diciembre pasado, provocando la caída del Gobierno recién nombrado en agosto de 2023 tras unas elecciones legislativas que ganó el PAIGC y su principal opositor, Domingos Simões Pereira. En la madrugada del 18 de mayo de 2024 se han denunciado nuevas detenciones arbitrarias e incluso torturas, a distintos miembros de organizaciones de la sociedad civil por parte de la Liga Guineense dos Dereitos Humanos, la organización de referencia para estos asuntos en el país, debido a que el clima de protestas y denuncias contra el presidente va en aumento en los últimos meses.