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Especulación urbanística
Planificación urbanística en Getxo: 16 años de oposición vecinal
Getxo arrastra desde hace más de dos décadas su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Un plan que fue ideado en un momento en el que el mercado inmobiliario estaba en pleno auge, durante lo que después se conoció como burbuja inmobiliaria, y en un municipio que se ha caracterizado por tener una de las mayores rentas por hogar (54.287 euros en 2022, según datos del INE). Ahora, los planes urbanísticos getxotarras han entrado en una nueva fase que, al igual que en las anteriores, tienen en su zona más rural el punto de controversia. La aprobación inicial del documento que ordenará el territorio de esta localidad costera prevé la construcción de casi 5.000 viviendas. Buena parte de estas se construirían en una zona marcada por su biodiversidad. Pero el PGOU se ha encontrado con la oposición vecinal lo que ha provocado la articulación de un movimiento ciudadano contra su aprobación, el cual movilizó el pasado fin de semana a más de 3.000 personas bajo el lema “no a este PGOU y a la insaciable avaricia de los especuladores”.
La mayor parte de este descontento se ha canalizado en la Plataforma Alerta, PGOU-Adi, HAPO, que ha solicitado al Gobierno encabezado por Amaia Agirre (PNV) “la modificación profunda” de este PGOU. Para lo que reclaman la drástica reducción del número de viviendas proyectadas, movilizar la vivienda vacía dando prioridad al alquiler social e impulsar el sector primario para preservar el patrimonio natural y cultural. “El PGOU debe estar basado en las necesidades del pueblo, no en la insaciable avaricia de los especuladores”, sentencian. Se han presentado, además, más de 2.000 alegaciones al proyecto de aprobación inicial, pues estiman que incumple la normativa vigente de ordenación territorial.
Se han presentado más de 2.000 alegaciones al proyecto de aprobación inicial del PGOU
Para Javier Iturregi, integrante de la plataforma Auzokideok, otra de las organizaciones vecinales movilizadas contra el plan, este mismo deja sus casas “fuera de ordenación”. La vivienda de Iturregi es una de las 200 que se encuentran en las parcelas que el Ayuntamiento pretende destinar a los grandes desarrollos urbanísticos. Según la información de la cual él dispone, su casa se sustituirá por un polideportivo. En este sentido, asegura que las respuestas que recibe por parte del Ayuntamiento son “erráticas”. Algunos de estos baserris centenarios son parte de la historia del nacimiento de Getxo como pueblo, y se da el caso que al menos dos familias han descubierto recientemente que sus casas, las cuales disponían de una protección municipal, ya no la tienen.
En la zona de Salsidu, en Algorta, que aún tiene en su memoria las inundaciones del año 2008, verán cómo se “artificializan 700.000 metros cuadrados” en zonas cercanas al río Gobela. Para Kike Prada, de la plataforma Auzokideok, el actual PGOU no da importancia a que esta zona es inundable y subraya su preocupación porque “en el equipo de Gobierno consideran suficientes las obras que se ejecutaron entonces, para mejorar el cauce del río y evitar posibles inundaciones”. Prada añade que no se tienen en cuenta otros elementos como la crisis climática actual con la que veremos un incremento de los episodios de lluvias torrenciales.
Igualmente, el plan para Getxo ha generado inquietud entre otros colectivos que han puesto de relieve la pérdida de espacio público en zonas céntricas del municipio. La Fundación Argia, que atiende a personas con problemas de salud mental en el centro de Algorta, explica que el plan ha previsto la construcción de diferentes elementos urbanísticos sobre los terrenos donde se asienta parte de la actividad de su Hospital de Día. “Generaría un severo perjuicio a las personas que acompañamos desde la Fundación y al entorno vecinal que disfruta de estas instalaciones”, subrayan en un comunicado. También muestran preocupación en la Asociación de Madres y Padres del colegio Juan Bautista Zabala. El alumnado de esta escuela pública disfruta del patio en las instalaciones del Batzoki de Algorta. Pero, a través del PGOU, se permitirá construir viviendas residenciales en el solar del propio batzoki.
El plan para Getxo ha generado inquietud entre otros colectivos que han puesto de relieve la pérdida de espacio público en zonas céntricas del municipio.
En una localidad que sufre un descenso sostenido de habitantes, el Ayuntamiento ha recurrido a la normativa del Gobierno vasco para planificar esas casi 5.000 viviendas. Desde los colectivos vecinales reclaman al Consistorio que no se olviden de las viviendas vacías que existen en la localidad. En este sentido recuerdan que en 2018 el equipo de Gobierno realizó un estudio y demandan que se use ese catálogo para evitar la construcción de las miles de viviendas previstas.
El PNV recula
La sensación de inseguridad por la presión y las intervenciones de carácter urbanístico es una constante entre el vecindario getxotarra. El PGOU de Getxo entra en vigor en 2001, pero hasta 2013 sufre una serie de modificaciones puntuales y correcciones. En este tiempo, esta herramienta que regula y ordena los usos de los suelos de cualquier municipio y que se diseña de la mano de otras normativas de ámbito supramunicipal, como el Plan Territorial Parcial de la Diputación, llega a un punto de inflexión.
En 2007 llega a Getxo la propuesta de un proyecto, el cual, al igual que en la actualidad, se desarrollaría en la zona rural de Getxo. Javier Madrazo (Ezker Batua-Berdeak), que ostentaba la cartera de Vivienda del Gobierno Vasco, se basó en la demanda de vivienda protegida en el municipio getxotarra (unas 3.000 personas inscritas en Etxebide) para proyectar un total de 8.368 viviendas (unas 5.000 de VPO) en Andra Mari. Zona de pinares, huertas y baserris iban a ser destruidos, por lo que vecinos y vecinas comenzaron a preparar una serie de movilizaciones. En la organización de las manifestaciones estaba Javier Iturregi, que recuerda aquellos días como “un despertar del municipio”. A dos meses de las elecciones municipales, el PNV reculó y no quiso hacer suyo el proyecto de Madrazo.
Obras “faraónicas”
Otras actuaciones urbanísticas que en los últimos años también han tenido respuesta por parte de las asociaciones vecinales fueron la construcción del nuevo teatro y la Romo Kultur Etxea (casa de cultura de Romo). A finales de 2009, se inician las obras de Muxikebarri o lo que antiguamente fue el Getxo Antzoki. El que fuera teatro de la localidad dejaría paso a lo que vecinos y vecinas de la zona calificarían de “obra faraónica”, la cual aglutina la Escuela de Música y diversos espacios para las artes escénicas. La asociación de vecinos que participó en las conversaciones con el Ayuntamiento no estaba en contra del proyecto, pero sí de su envergadura y de cómo impactaba en el uso del espacio público de la zona.
Una situación parecida se vivió en 2014, en el barrio de Romo, con la construcción de la Kultur Etxea, un edificio que generó rechazo popular por su tamaño y la inversión que requería. Y en este pack urbanístico también entraría la construcción que, de forma paralela al teatro, se hizo en la plaza San Nicolás de Algorta. Un parking subterráneo para el cual no han conseguido sus objetivos de ventas y que ahora ya han abierto la posibilidad de alquilarlas para ocupar las algo más de 80 plazas (de un total de 102) que están vacías desde 2014, año de su inauguración.
En este periodo y relacionado con la presión urbanística en las zonas rurales del municipio, en 2017 fue desalojado el campamento Tosu Betirako, el cual llevaba más de dos años en la campa situada junto a la estación de metro de Ibarbengoa, para impedir la construcción de un parking disuasorio aprobado por el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Getxo. Las personas acampadas denunciaban que tanto el aparcamiento como la construcción de la estación tenían motivos especulativos, ya que sería el primer paso hacia la urbanización del barrio de Andra Mari. Y no iban muy desencaminados, puesto que muy cerca, en la zona de Martiturri, es donde estaría planeado el futuro parque empresarial del municipio recogido en la actual propuesta del PGOU.
Mayores de Romo detectan que comienzan a producirse episodios “de bajón y depresión” tras el derribo de la Nagusien Etxea
Curiosamente, Ibarbengoa, que durante ocho años fue una estación fantasma, se inauguró en 2020 (tres años después del desalojo). Según los datos de Metro Bilbao (los últimos publicados son de 2021), esta estación registró algo más de 63.000 viajes, lo que la convierte en la estación menos transitada de todas las líneas.
Derribo de la Nagusien Etxea
La amenaza del derribo de la Ibar Nagusien Etxea llegaba en 2015. Sin embargo, es en 2018 cuando llega la primera orden de desalojo, la cual no consiguen ejecutar. Pero el pasado 13 de febrero el Ayuntamiento de Getxo tira abajo la Ibar Nagusien Etxea. Derribaron un lugar de encuentro entre distintas generaciones, “un emblema del barrio”, donde convivían mayores y jóvenes, pues el Gaztetxe de Romo se trasladó allí hace tres años.
Bajo un fuerte dispositivo policial y con cargas contra vecinas, en este tiempo, la gestión por parte de la alcaldesa ha generado desasosiego. “La Nagusien Etxea la cierran el 17 de agosto de 2022 y luego ya comienzan con el vallado. Teniendo llaves de todo como tienen, entraron a la fuerza rompiendo puertas”, rememora Manuela Martín, de la Junta de la Nagusien Etxea, una organización que reúne unas 6.000 personas socias.
Durante la última década, los mayores de Romo han gestionado de forma voluntaria la que ha sido su casa, su lugar para socializar, mejorar su salud haciendo deporte y entretenerse. “Han derribado el edificio y estamos sin locales, nosotros y también la gente joven”, explica Rafa Martín, quien aunque ahora ya no forma parte de la junta, sigue siendo un “luchador en activo”. Ahora, cuando organizan alguna actividad, tienen que alquilar los locales de la iglesia y también han alquilado una pequeña lonja a un vecino del barrio. Recuerda asimismo que ya en 2013 la Junta de la Nagusien Etxea rechazó moverse al actual edificio de la Kultur Etxea de Romo, que es donde actualmente disponen de un espacio.
Manuela Martín explica que la última reunión con el Ayuntamiento fue en enero. Han estado presentes en cada pleno y han visibilizado sus demandas. “Antes de las elecciones el PSE apoyaba la Nagusien Etxea y ahora se ha alineado con el PNV”, subraya Rafa. Él asegura que “se trata del enfrentamiento de dos modelos, el que ellos quieren, un espacio lleno de salas, más enfocado a lo académico frente a lo que nosotros queremos que son espacios compartidos que sirvan para la convivencia”.
Con este derribo, los mayores han perdido los espacios como el gimnasio con máquinas adaptadas a las necesidades de los mayores (las actuales de la Kultur Etxea no están tan bien adaptadas, según ellos mismos), el bar social donde podía entrar cualquiera a comer (y llevarse la comida), etc. Lo que sí detectan quienes están en esta lucha es que comienzan a producirse episodios “de bajón y depresión”, por no tener los espacios de los que disponían. Pero no cesan en su lucha porque de lunes a viernes, a mediodía, vecinas y vecinos de Romo dan vueltas a la plaza Santa Eugenia. Quieren visibilizar su descontento con el Ayuntamiento y con el proyecto de la futura residencia intergeneracional que contará con 140 plazas, donde mayores y jóvenes vivirán juntos.
Y, ¿qué pasará con el PGOU?
El Plan General de Ordenación Urbana se encuentra, a dos meses de las elecciones municipales, en una fase de aprobación inicial, la cual contó con los únicos votos a favor del equipo de Gobierno (PNV-PSE), votos en contra de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, y abstención del PP. Aún faltarían dos pasos más antes de aprobarse definitivamente. Si bien los distintos movimientos vecinales no están en contra de que Getxo tenga un PGOU, el uso que PNV-PSE quiere realizar del espacio público (y los diferentes tipos de suelos) en este municipio está de nuevo en cuestión.