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El Salvador
“El rap es revolución y por eso es un buen medio para lanzar mensajes”
¿Cuándo y por qué nace Hip Hop Femenino El Salvador?
Yezli Mic: Hip Hop Femenino nació en 2015 con la iniciativa de juntar a raperas para hacer una canción. Al reunirnos y conversar, nos dimos cuenta de que todas sufríamos lo mismo para llegar a tener un espacio en la cultura. La cultura del Hip Hop en El Salvador está muy dominada por los hombres y, cuando pedíamos un espacio para nosotras, siempre buscaban algo a cambio: “Vale, te dejo un sitio, pero vas a salir conmigo?”. O ignoraban lo que estabas pidiendo y se enfocaban en conquistarte. Por eso nació la iniciativa de crear espacios y festivales para mujeres. En el camino para llegar a lo que somos ahora conocimos a las colectivas feministas, con ellas, conseguimos las herramientas para empoderarnos. Empezamos a hablar de temas como el aborto, la militarización, el derecho al agua... y fue así como nació Hip Hop Femenino.
Queen Mc: Realmente sí. Fue Yezli la que reunió a todas con la idea de crear una canción. Y, a partir de ahí, al ver que éramos muchas, empezamos a pensar: por qué no hacer algo más grande? Llevábamos mucho tiempo siendo invisibilizadas y sin tener acceso a esos espacios —los hombres llevaban demasiado tiempo teniendo el control de ese territorio— así que era hora de un cambio. A partir de ahí, empezamos a crear más música, camisetas, stickers... y terminamos haciendo el premier festival de hip-hop femenino. En ese momento nos dimos cuenta de la gran idea que habíamos tenido al realizar un evento en donde la música estaba hecha por ellas. Para ellos también fue impactante ver que habíamos logrado hacer un festival muy grande —con nuestro dinero y algunos patrocinios, pero hecho por nosotras—. Pienso que esta idea ni siquiera les había cruzado la mente.
¿Cómo acogió la sociedad vuestra aparición?
Y: Fue bien duro al inicio. Porque, se bien ya es complicado postularte como rapera, hacerlo como rapera feminista es aun más difícil. Empezaron a llamarnos feminazis, a tirarnos indirectas en Facebook... e también nos cerraron muchos espacios. Porque lo que nosotras decíamos no era lo que ellos querían escuchar. En realidad, la situación fue muy grave. Pero, nos mantuvimos y con el tiempo ellos acabaron adaptándose a lo que estábamos haciendo. Incluso algunos llegaron a sensibilizarse y cambiar. Aun así, nosotras seguimos enfocadas en hacer cumplir nuestros objetivos.
Y, como decíais, tenéis relación con otros colectivos feministas en El Salvador. ¿Como es está relación?
Q: Mayormente apoyamos en cuestión de conciertos, eventos, talleres... y en las marchas que ellas organizan. Somos como las encargadas de hacer rebeldía pero con alegría. Ellas son también las que nos brindaron la información y nos educaron para que llevásemos el feminismo al arte, y no solo nos dedicáramos a repetir cosas que non tiñan un porqué. Sobre todo hemos trabajado con la Colectiva Feminista, las Amorales...
Diríais que vuestro mensaje llega mejor a las generaciones más jóvenes por hacerlo a través del hip-hop?
Y: La verdad es que sí. Lo vemos en los talleres que impartimos. La gente joven, en el momento en el que escucha nuestras canciones y ve los vídeos, empieza a prestar atención y hasta se motiva para preguntar. El rap es revolución, y por eso es el medio más adecuado que encontramos para llevar estos mensajes.
Q: La música llega a todo el mundo. Escuchamos música cuando estamos tristes, enfadados, felices... Por eso, pensamos que era una buena forma de hablar de estos temas. También en el hip-hop. Muchas personas olvidan que la historia del hip-hop viene de la protesta —en sus inicios, de hacer visibles las injusticias que sufrían los afroamericanos—. Así que sé, es un medio bastante bueno para llegar a la juventud y a la población en general.
Comentábais antes que el Hip Hop —como ocurre aquí— sigue viéndose como algo masculino. ¿Por qué pensáis que pasa esto?
Y: En El Salvador el arte urbano y el hip-hop se relacionan sobre todo con las pandillas. Este tabú es muy difícil de romper, y por eso es complicado también ver mujeres dentro de este mundo. De hecho, tenemos recibido comentarios del tipo de que somos mujeres de pandilleros y que era mejor que nos mataran o nos metieran presas. Es muy machista que se asocie nuestro trabajo a grupos delictivos. Pero pensamos que esto tiene mucho que ver con la ignorancia de la gente.
Q: Creo que es algo muy revolucionario por nuestra parte estar haciendo algo feminista dentro de esta escena tan dominada por hombres y donde se nos sexualiza tanto. También el hecho de ser femeninas, ellos lo tomaban mal. Decían: “No! Tienes que ser como un hombre, tienes que rapear como un hombre”. Y no. Cada quien tiene su estilo y creo que es también revolucionario llegar a los eventos en vestido, maquilladas... es decir, como queremos. Sin hacer lo que ellos dicen o sin ir como ellos quieren que nos veamos.
Y: Sí. No es para ellos, es para nosotras.
Se bien ya es complicado postularte como rapera, hacerlo como rapera feminista es todavía más difícil.
¿Pensáis que hacer un festival de hip hop de mujeres animó a otras mujeres a participar de esta cultura? ¿Sois cada vez más?
Y: Sí, la verdad es que sí, animó mucho en su momento. El problema es que, desde la pandemia, todo tuvo como un retroceso. Es difícil mantener la motivación de las personas porque cada una tenemos nuestros problemas, ¿no? Pere ese es uno de nuestros retros: que vuelvan y que más mujeres se empoderen en esto. Y que participen también.
Q: Pienso que fuimos una parte fundamental —aunque en la escena de hip-hop no nos lo reconozcan y se se nos invisibilice— de la historia de esta escena. Fuimos el primer grupo de mujeres haciendo rap cuando antes no había muchas. Ni siquiera en el público había mujeres por la misma razón: el acoso, el machismo, los estereotipos... Ellos mismo alejaban a las mujeres del escenario y nosotras, con nuestro trabajo, poco a poco, conseguimos que volviesen y aumentaran.
Para nosotras, esa sensación de ver a más chicas en este espacio —que ahora es un poco más seguro y es un poco más fácil entrar— es muy bonita. Vemos también a mujeres intentando hacer rap, teniendo la iniciativa para aprender. Así que creemos que sí, hicimos un poco más fácil el camino para ellas.
Metiéndonos un poco más en el feminismo, ¿cómo es crecer siendo socializada mujer en El Salvador? ¿Cómo fue para vosotras?
Y: Creo que en El Salvador ser mujer es ser ama de casa, criar hijos, estar en casa... encargarte de todo.. Y ser unha mujer joven que quiere romper con ese estereotipo es difícil. Se hace complicado adaptarse a la sociedad y decir: “No, yo quiero ser artista, vivir de eso. Y no quiero tener hijos”. Porque incluso dentro de las familias se dice mucho lo de que si tenemos los hijos antes, mejor. Pero, ¿de qué me sirve a mí tener hijos si eso no es lo que quiero? ¿Si eso no me va a hacer feliz?
Q: Con las colectivas feministas tratamos de tener una lucha constante. Pensamos que ser mujer ya es una lucha que se vive en El Salvador, porque hay demasiado machismo, violaciones, acoso en las calles, acoso por parte de profesores, de pastores de las iglesias... Pero es aun más difícil si le sumas ser mujer joven, artista y pobre. En las áreas más vulnerables, donde es más complicado acceder a la información y a la educación, esta lucha se vuelve todavía más dura. Por eso, pensamos que es muy importante reconocer las luchas de las colectivas feministas desde hace años por nuestros derechos. En el año 2016, llevaron a cabo una iniciativa para permitir el aborto por violación o malformaciones del feto que acabó siendo archivada, lo que supuso un retroceso en su trabajo que ahora hay que intentar retomar. Lo peor es que no tenemos una luz de esperanzo con el Gobierno, porque siempre fur muy religioso y conservador. Es un Gobierno que se refugia siempre en su dios para todo. Y no es que pensemos que este mal creer en alguien. Lo que está mal es mezclar la religión y la moral con un tema que es de salud.
Ser mujer ya es una lucha que se vive en El Salvador. Pero es aun más difícil si le sumas ser muller joven, artista y pobre.
¿Entonces diríais que hubo un retroceso en los derechoss sexuales y reproductivos de las mujeres?
Q: Sí, sin duda. Cuando hablamos de derechos sexuales y reproductivos, esto implica muchas cosas, no solo la despenalización del aborto por la salud y la vida de las mujeres y niñas de El Salvador. Hablamos de educación sexual en las escuelas, por ejemplo. Y, de momento, en nuestro país no tenemos una educación sexual digna donde se nos explica qué métodos anticonceptivos hay, qué enfermedades de transmisión sexual hay, cómo nos podemos cuidar o cómo podemos tener una sexualidad responsable. De esas cosas no se habla en los colegios, cuando creemos que es el sitio donde más se debe educar. Y no solo a las niñas, a los niños también. Decirles a ellos que es cosa de dos. Creo que por eso hay niñas y chicas jovenes quedándose embarazadas, y por eso tenemos también una tasa tan alta de violaciones.
Y: Si. Es muy triste que se condene a niñas a ser mamás y que no se les permita interrumpir su embarazo. Porque muchas veces la gente dice: “Ay, ¿y por qué no se cuidaron?”. ¿Cómo se van a cuidar de una violación? ¿Cómo le vas a decir a una niña que tiene que usar la pastilla del día después cuando tiene un costo, no es accesible e incluso no sabe lo que le está pasando? Por eso es tan triste saber que eso sigue pasando en nuestro país, y que el Gobierno no se preocupa. Es lamentable. Pero nosotras pensamos que, en algún momento, la gente tiene que darse cuenta. ´Muchas veces no lo pensamos porque no nos pasó a nosotras, pero nadie te asegura que no pueda pasar en tu círculo. Por eso, esperamos que la sociedad salvadoreña se dé cuenta del problema y se una a esta lucha.
El Salvador
Un documental para dar voz ás mulleres salvadoreñas
Además de violaciones, El Salvador tiene una de las tasas de feminicidios más altas del mundo.
Y: Sí, los feminicidios son algo muy normalizado. Y, para la sociedad, siempre es culpable la mujer. Pero, si me caso, no lo hago para que me maten. Es muy difícil porque puede haber diez feminicidios y que la gente no haga nada, no reaccione.
Q: Llegamos a un punto en el que la sociedad salvadoreña normaliza estos hechos. Dice, por ejemplo, que a una mujer la mataron por casarse con un hombre concreto, por ir sola a la discoteca, porque iba caminando sola y no se cuidó, por cómo vestía... Siempre se culpabiliza a la mujer y no se busca educar a los hombres en el hogar, en las calles o en el Gobierno. Aun así, está costando un montón pero empezamos a hablar de esto también.
El delito más grande de una persona joven en El Salvador es el de nacer en una zona marginal.
¿Políticamente, qué está pasando ahora en El Salvador? ¿Por qué hay un estado de excepción? ¿Es cierto que hay un repunte de violencia de pandillas?
Q: Realmente las pandillas siempre existieron. Este es un tema que viene desde hace mucho y que nunca consiguieron controlar. A raíz de las más de 71 muertes que hubo el sábado 27 de marzo, el presidente, Nayib Bukele, decretó el estado de excepción —no sabemos los acuerdos que tuvo con pandillas del país, y esto también puede significar algo—. El estado de excepción suprime algunos derechos: el de defensa, el de reunión, permite que se haga espionaje cibernético... Ahora hay que tener mucho cuidado cuando se habla del Gobierno.
Después de decretar el estado de excepción, Bukele empezó a enviar militares y policías a las zonas más pobres del país, que son las que más sufren en realidad. Llegó al punto de enviar tanques a esas zonas para intimidar a la población. Imagina cómo es para los niños y niñas de estas zonas crecer en un entorno donde hay tanques por la calle y donde, además, los militares les requisan las mochilas cuando van a la guardería. ¿Cómo van a protestar después si viven eso desde que son bebés? Siempre van a vivir con miedo de hablar o de rebelarse. A las personas mayores también se les revisa lo que tienen, pero quién más está sufriendo esto es la gente joven, porque se les cataloga por su aspecto físico —si tiene raíces indígenas, mesoamericanas, mestizas....—. El delito más grande de unas persoa joven en El Salvador es el de nacer en una zona marginal. A Algunos los detienen cuando vuelven de estudiar, de trabajar o de ir a hacer la compra.
Por eso, de esas 6.000 personas que detuvieron en los últimos tiempos no todos eran pandilleros. La gran mayoría eran gente inocente, trabajadora, la cual solo cometió el delito de venir de una zona marginal. Están cogiendo a quién quieren. Y es la oportunidad perfecta para capturar activistas, artistas, gente que está en contra del Gobierno, periodistas... Creemos que esto es muy grave y es otra de las cosas que la gente normaliza y con las que mira para otro lado. Es grave ver el abuso de poder que están ejerciendo. Incluso el Gobierno llegó a establecer una ley que condena a niños de 10 o 12 años a diez años de cárcel; y de 16 años a veinte años de cárcel. Y ya, de 18 para arriba, veinte, treinta, cuarenta y más años de condena. El Gobierno está con una cortina de humo, acusando a la gente de ser pandillera cuando no es cierto. Incluso llegan a culpar a la gente joven de tener vínculos con las pandillas por defender los derechos humanos. Son nuestros derechos y están haciendo lo imposible para callar a la gente, para que no se defienda. Hay madres bucando el paradero de sus hijos. Hay grabaciones en redes sociales en las que aparece la policía golpeando a chicos —y eso es lo que se graba, lo que no se graba es mucho peor—.
Y: Están normalizando lça violencia. Cuando hay muertes, la policía sale diciendo que eso es lo que pasa cuando la gente se opone a ellos. El simple hecho de tener un tatuaje o un piercing puede hacer que te vinculen con grupos delictivos. Y, después, cuando los meten presos y las madres van a preguntar por sus hijos, les dicen que se vayan, que sino las van a mter presas a ellas también. No les dejan pasar agua, comida, no tienen colchones, no tiene accesorios básicos para la limpieza... Es una violación de derechos enorme que está normalizada en nuestro país porque el Gobierno dice que está bien. Y es muy difícil llevarles la contraria.
Es la oportunidad perfecta para capturar activistas, artistas, gente que está en contra del Gobierno, periodistas...
¿Parece como si el Gobierno se escudase en lospandilleros y en el miedo que provocan para actuar sin control?
Q: Sí. Obviamente, si eres de una zona marginal, no vas a decir nada porque te puede llevar detenido con la excusa de que eres pandillero, y podes acabar pasando 15 años en la cárcel siendo inocente. Y, cuando salgas e intentes reinsertarte en la sociedad, no vas a encontrar trabajo. Eso hace que la gente tenga mucho miedo.
Volviendo un poco a vuestra labor en Galiza. ¿Qué tal el trabajo en los colegios? ¿Qué respuesta recibís de la juventud cuando les contáis sobre vuestra experiencia?br>Y: Pues la verdad es que fue bien bonito ver cómo se interesan por estos temas. Les enseñamos la realidad que nosotras vivimos y les decimos que, si no están atentos, pueden pasarles estas cosas, pueden sufrir los retrocesos que estamos viviendo en El Salvador. Por eso, es importante ver que se preocupan e incluso que preguntan y tratan de buscar soluciones. Y sabemos también que es por medio de la música que logramos captar su atención. En El Salvador no es seguro hablar de estos temas, por eso es importante poder hacer este activismo aquí. Aunque se pueda ver como nada, es una semilla que va a dar sus frutos.
Q:Fue muy gratificante poder estar con chicas y chicos de aquí. Poder hablarles de una realidad ajena a la suya y que se hagan conscientes de lo que estamos pasando actualmente. Y también poder dejarles el consejo de que nunca dejen de luchar y de informarse, sobre todo porque nuestros derechos nunca están garantizados. Los derechos podemos perderlos en un segundo. Y hacerles ver también sus privilegios. Todo eso hizo que fuera muy bonito.
Aquí tuvimos la oportunidad de grabar una canción y un vídeo que esperamos poder sacar en cuanto volvamos a El Salvador.
Y después de vuestra experiencia, ¿diríais que la juventud de aquí sabía lo que ocurría en El Salvador antes de conoceros?
Y: Como ya habían trabajado dentro del programa O Mundo que Queremos con ellos, algo ya sabían. Por eso no nos costó mucho empatizar.
Q: Pero non todos. Algunos no tenían interés al inicio por conocer otras realidades, pero es fundamental saber lo que pasa en otros lugares para que no nos pase a nosotras, porque todas somos personas vulnerables. Y, al hablarles de estos temas, empiezan a interesarse y se quedan asombrados. Al principio no creen que eso pueda estar pasando, que nos estén quitando nuestros derechos. Y, con nuestra música, aún les atrae más lo que les contamos. Se emocionan.
¿Queréis añadir algo más?
Y: Agradecer a las colectivas y a la cooperación que se hace con la Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP) y otras organizaciones de aquí. Sin ellas, no estaríamos aquí, mostrando nuestra realidad o hablando de estos temas que son o nuestro día a día. También, pedir que nos sigan en Instagram y en Facebook como Hip Hop Femenino. Ahí subimos nuestra música y, si nos siguen, comparten y escuchan nuestra música, eso también es una ayuda para nosotras.
Y ahora sí que para terminar. ¿En qué estáis trabajando? ¿Tenéis algún proyecto nuevo?
Y: Aquí tuvimos la oportunidad de grabar una canción y un vídeo que esperamos poder sacar en cuando volvamos a El Salvador. Lo grabamos en el Centro Xove de Compostela. Fue una experiencia muy bonita poder ocupar un espacio como ese, porque en nuestro país no tenemos centros así. Ese es un poco el resultado musical de este viaje.
Q. Tenemos también dos canciones que hablan del militarismo —de la situación que estuvimos viviendo en noviembre—, pero todavía no las pudimos sacar precisamente por la situación que estamos viviendo ahora. Aun así, esperamos que pronto puedan salir, porque muestran la realidad de lo que ocurre en El Salvador y forman parte de nuestro activismo.