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Educación pública
Las familias madrileñas se movilizan para denunciar el retraso de la apertura de los centros educativos
Han pasado el fin de semana pegadas a grupos de whatsap y telegrams, dialogando con sus compañeras y compañeros de AMPAs y AFAs, o intercambiando sentires e ideas en grupos creados al calor de la pandemia y sus consecuencias en los centros educativos. Un nuevo incidente histórico, un temporal como no se había visto en décadas, tiene de nuevo las aulas vacías hasta el próximo día 20, más de 10 días después de la gran nevada.
La lentitud en la limpieza y revisión de los centros educativos —acondicionados en muchos casos por las propias familias—, decisiones como la de pedir aparejadores voluntarios antes de decantarse, ya el pasado jueves, por contratar los servicios del Colegio de arquitectos y aparejadores, el hecho de que no se haya entrado en los centros hasta el mismo viernes 15 de enero, las tres veces que se ha pospuesto la vuelta a la escuela, suponen un suma y sigue que ha indignado a madres y padres.
Los carteles hablan del abandono a las familias, de los centros educativos públicos como servicio esencial y la escolarización presencial como un derecho
“Ni un día más sin mi centro escolar”, rezan los carteles que han estado circulando este fin de semana por las redes. Carteles en los que se habla de abandono a las familias, de los centros educativos públicos como servicio esencial y la escolarización presencial como un derecho básico.
La convocatoria insta a las familias a presentarse a las 11 de la mañana en su centro y a las 12 en las Juntas Municipales de Distrito para presentar una queja. Invitan a llevar un paraguas para mostrar las reivindicaciones. También se prevé mostrar el descontento mediante la interposición de reclamación online, o visibilizar la situación en las redes con los hashtag #colesaccesiblesysegurosya, #queremoseducacionpresencial, #noesfilomenaesabandono.
Siete días después los colegios de nuestro distrito siguen si estar operativos. ¿Hasta cuándo? ¡Ni un día más sin mi centro escolar!#noesfilomenaesabandono #queremoseducacionpresencial#tetuan #educacion pic.twitter.com/1zWtRVHWOg
— Mesa por la Educación Pública de Tetuán (@MesaEducaTetuan) January 15, 2021
La iniciativa, que partió del distrito de Vallecas, se ha ido extendiendo por distritos como Carabanchel o Centro. El terreno era fértil. El abandono, considera Yetta Aguado, integrante de la iniciativa #queremosvolver, viene desde el primer confinamiento, fue evidente con la accidentada vuelta al cole de septiembre —que motivó la creación del grupo y sus acciones reivindicativas con paraguas— y con la no renovación de los profesores de refuerzo. “Se trata de un abandono que va siempre a más, que seguimos asumiendo porque no tenemos más remedio desde las familias, y que tiene un coste elevadísimo”.
Un coste económico —impidiendo a muchas y muchos trabajar, u obligando a contratar a terceras personas para conciliar—, pero también, destaca Yetta, emocional. Para Yetta faltan datos y apenas se habla de este impacto emocional que está afectando “la convivencia en estas situaciones límite en las que muchas tenemos que trabajar a la vez que cuidamos, con lo que esto supone en la relación con nuestros hijos e hijas”.
Hoy Aguado no podrá participar en las acciones presenciales —en su casa llevan semanas encadenando confinamientos y no podrá salir hasta mañana— pero ha estado echando una mano con la comunicación y en lo que puede. Esta activista, integrante también de Madres por el clima considera que una de las razones por las que no se tiene en cuenta a las familias es porque no tienen voz, algo que considera fundamental para visibilizar su situación, y sin embargo, complicado: “Somos un colectivo muy abstracto, somos muy diferentes con distintas ideas, situaciones laborales, no hay una representación clara que pueda denunciar la situación”. Esta diversidad también dificulta pensar en objetivo comunes.
Pero si se ha de empezar por un lado, Aguado destaca la necesidad de considerar la educación presencial como servicio esencial, algo que se reinvindica en los carteles y se habla en los grupos. También cree que es necesaria la reparación, el reconocimiento, aunque sea a posteriori, de lo que padres y, sobretodo madres, han tenido que hacer en el último año. La activista recuerda, que son ellas las más activas en iniciativas como la de hoy, porque también son quienes más afectadas se han visto por los cierres de colegios. “Lo que para muchas resulta evidente ceo que hace falta recordarlo más, porque con la integración en el mercado laboral parece que esto se invisibiliza... queda muchísima camino”.
Para Aguado, en todo caso, todo objetivo o medida debe de venir con recursos aparejados. Y también voluntad. La que le ha faltado al Ayuntamiento para empezar antes las tareas para acondicionar los centros, o a la Comunidad para permitir, en aquellos centros habilitados gracias en gran medida al trabajo de las familias, arrancar hoy mismo.
“Los niños necesitan ir al colegio también: necesitan jugar, necesitan ver a sus amigos, necesita socializar y se le está privando de ello desde el principio de la pandemia”
Cristina del AFA del CEIP Lope de Vega, en Carabanchel, atiende a El Salto en conversación telefónica. Es domingo y está aprovechando para adelantar trabajo, pues aún quedan dos días para que su hija vuelva a clase. Cuenta como en su colegio venían pensando en cómo expresar su indignación, cuando vieron la iniciativa de Vallecas y los debates en el grupo #queremosvolver: “se nos ocurrió que era más positivo sumarse a esa iniciativa que hacer cualquiera por nuestra cuenta y en solitario”. A partir de ahí, contactaron con el resto de los colegios públicos del distrito de Carabanchel y empezaron a organizarse para difundir la convocatoria.
Coronavirus
Colectivos de madres y padres estallan contra el abandono del Gobierno y exigen medidas urgentes de conciliación
Las bajas remuneradas protagonizan otro de los choques entre los principales socios del Gobierno. Y de este con la patronal, que se niega a asumir el coste de las posibles medidas de conciliación.
Esta madre piensa que, en el último año, y como consecuencia de los efectos de la emergencia sanitaria en la presencialidad en las aulas, la familias, al menos, han conseguido organizarse más y “dar visibilidad al problema de cómo machacan los derechos de la infancia, porque es que no se han tenido en cuenta para nada”. Destaca la necesidad de pensar en sociedades menos adultocéntricas, y poner los derechos de la infancia en el centro de cualquier medida. “Los colegios no son un aparcaniños, aunque las familias los necesitamos para conciliar. Pero es que los niños necesitan ir al colegio también: necesitan jugar, necesitan ver a sus amigos, necesita socializar y se le está privando de ello desde el principio de la pandemia”.
Pero más que en grandes cambios estructurales, a estas alturas, piensa Cristina, con el estrés y la dificultad de compaginar todo, son muchas quienes simplemente esperan que se acabe la pandemia. “Se está viendo que cada vez van tirando más de la cuerda. Que aquí no pasa nada, que los padres pueden teletrabajar, que los niños aguantan estando metidos en casa, se aprovechan un poco de eso, de la desmotivacion, del cansancio, del estrés, del poco tiempo para compatibilizar todo”.
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Muy bien dicho¡esta gente de que va?bastante tenemos con los negacionistas y lo que faltaba por leer si no entienden la situación y consecuencias todo es en vano,no se si sufro más con todas las catástrofes habidas o al ver la reacción social
MATAME CAMIÓN
Tal y como estoy leyendo, hay que priorizar la educación no como un derecho de los niños, sino como una necesidad de los padres. Como siempre. Lo último en lo que pensamos es.en la.educacion. Vaya por delante la economía. Me entristece leer que este.estar en casa supone un problema de convivencia entre padre e hijos. No sé muy bien para qué tenemos hijos...