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Editorial
Nueva normalidad
El final del uso obligatorio de las mascarillas ha sido la principal noticia social de abril de 2022. Con ese paso comienza a restaurarse la situación anterior a la pandemia. Evidentemente, no se vuelve al mismo punto de partida. La “nueva normalidad” incluye entre sus amenazas la posibilidad de una nueva mutación del virus, algo que seguirá existiendo hasta que se universalice el acceso a las vacunas, y también el hecho de que, mientras se mantengan las mismas condiciones que favorecieron el covid-19, será imposible descartar que en el futuro se reproduzcan nuevos virus con la misma capacidad letal.
La principal noticia política del mes en España ha sido, sin embargo, la investigación por parte de la Fiscalía de las comisiones obtenidas por Luis Medina y Alberto Luceño en la compra de mascarillas durante los peores momentos de la pandemia. Son 6 millones de euros en comisiones por un material de baja calidad y adquirido a un precio muy superior al por entonces disparado precio de mercado para este producto. El estafado es el Ayuntamiento de Madrid. La estafa, sin embargo, hubiera sido imposible de llevar a cabo sin las relaciones entre los comisionistas y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez Almeida, del Partido Popular.
Se trata de una denuncia que trasciende a la capital de Madrid y señala un modus operandi extendido en las instituciones. La prueba es que solo unos días después se conocían las conversaciones entre un empresario y jugador de fútbol en activo con el presidente de la Federación Española de Fútbol en las que se repetían algunos elementos como son la necesidad de intermediarios —“creo que el rey aquí nos podría ayudar seguro”— y el convencimiento, basado en una interpretación bastante laxa de la ley, de que si bien lo que se hace no es ético (la ética es de pobres), tampoco es ilegal.
Los nuevos estraperlistas, los Luceño y Medina, hacen sus negocios en épocas de emergencia, cuando es éticamente más inaceptable, porque es precisamente en ese momento en el que aumenta el chute de cash, el monto de la mordida, el grosor del sobre
Los nuevos estraperlistas, los Luceño y Medina, hacen sus negocios en épocas de emergencia, cuando es éticamente más inaceptable, porque es precisamente en ese momento en el que aumenta el chute de cash, el monto de la mordida, el grosor del sobre. Los negocios peor vistos éticamente —el acuerdo con Arabia Saudí para celebrar la Supercopa de España, por ejemplo— son aquellos realmente lucrativos para sus partes.
A medida que crece la conciencia de la crisis múltiple en la que ha entrado el actual sistema, la respuesta social a los negocios como siempre es más reactiva. Tras dos años en una especie de alarma prolongada por la pandemia, las noticias sobre cómo el capitalismo parasitario aprovechó el caos y las condiciones de sufrimiento para comprar yates, rolex y coches de alta gama generan indignación y escándalo. Pero aún se debe comprobar si en la nueva normalidad se ponen las bases para que eso no vuelva a suceder. Algo que es mucho más difícil que poner cara de circunstancias y esperar pacientemente la próxima vez que alguien saque tajada del dolor de toda una sociedad.