Editorial
Donde quepa todo el mundo

Aunque se haga pesado “protestar otra vez por la misma mierda”, nos tememos que será imprescindible hacerlo las veces que sea necesario.
Trabajadoras Hogar Panorama 1
Manifestación de trabajadoras de hogar. Edu León
8 mar 2021 06:00

Una de las disputas de nuestro tiempo trata sobre cómo gestionar y reconocer la diversidad en los movimientos políticos y sociales. Se trata de una discusión, la mayor parte de las veces delirante, sobre qué hacer con la disolución del sujeto obrero clásico, que a su vez es una reducción al absurdo de movimientos del pasado que fueron plurales, que se basaron en el trabajo invisible de las mujeres y que, más veces de las que se quiere recordar, fueron resultado de la intersección de distintos sujetos de lucha.

El problema es que estamos en una época en la que solo la reducción al absurdo puede colocar “memes” en los discursos dominantes, tertulianos en el monopolio de la libertad de prensa y, en fin, una unidad básica de significado reconocible y digerible en la mesa de la ciudadanía.

“No puedo creer que esté protestando por la misma mierda” es uno de esos memes que aciertan a usar el mismo lenguaje breve y autoconclusivo que se requiere hoy para conectar con la emotividad social. Es la pancarta de una feminista en una manifestación en Reino Unido, pero vale para nuestro contexto: es difícil de creer que, en el siglo XXI, sea necesario explicar que los derechos humanos no son negociables, que la ideología nazi-fascista no debe poder acceder a canales de expresión o que las personas trans tienen que tener salvaguardados sus derechos laborales, su seguridad personal y su libertad.

La disputa sobre la diversidad puede ser una oportunidad para reconocer y engancharse con los sujetos que, a día de hoy, están conquistando derechos, autoorganizándose y transformando su situación

En cualquier caso, la disputa sobre la diversidad puede ser una oportunidad para reconocer y engancharse con los sujetos que, a día de hoy, están conquistando derechos, autoorganizándose y transformando su situación. Las trabajadoras de hogar son uno de esos movimientos que marcan una nueva perspectiva para la lucha feminista, los derechos laborales y las políticas inclusivas de migración. Probablemente no haya otra movilización que ejemplifique mejor qué es la llamada interseccionalidad de las luchas y por qué el potencial de cambio que guarda esta transversalidad supera, a eones de distancia, cualquier panfleto, artículo o diatriba sobre quiénes son los culpables de las penas y miserias del hombre blanco.

Ningún proyecto político de izquierdas que no parta de la necesidad de articulación de todos los sectores ahogados por el capitalismo, el racismo y el patriarcado tiene posibilidades reales de crecimiento

Ningún proyecto político de izquierdas que no parta de la necesidad de articulación de todos los sectores ahogados por el capitalismo, el racismo y el patriarcado tiene posibilidades reales de crecimiento en unas sociedades que, en sus generaciones más jóvenes, han aprendido la crucial importancia de no excluir ni apartar a nadie por el hecho de ser quienes son. Los proyectos de la llamada “izquierda rojiparda”, en cambio, sí pueden, potencialmente, estorbar en la construcción de movimientos amplios de transformación. Aunque se haga pesado “protestar otra vez por la misma mierda”, nos tememos que será imprescindible hacerlo las veces que sea necesario para sortear la maldición de la memoria de pez con la que convivimos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Editorial
Editorial Farsa fiscal, gobierno del capital
En Euskadi, las exenciones fiscales y las reformas dirigidas a “atraer inversiones” no son más que eufemismos para la elusión fiscal de los más ricos.
Editorial
Editorial Desechables
El ascenso de la extrema derecha en Europa resta protagonismo a un fenómeno menos aireado pero incluso más grave: el camino de los partidos conservadores y socialdemócratas hacia posiciones ultra.
Editorial
Acuerdos abertzales La vida sigue igual
EH Bildu ha tendido su mano a los jeltzales y hablan de “una nueva política de colaboración” que consistiría en un pacto entre abertzales.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto como el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Uruguay
Uruguay La izquierda parte como favorita en la segunda vuelta de las elecciones en Uruguay
El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, parte con ventaja en las encuestas. El alto número de indecisos, y la ausencia de mayorías en parlamento y senado, marcan estos comicios.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.
Más noticias
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.