We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Culturas
NOLA?: Nueva Orleans cruza el charco
Los festivales Ibaiertzean y NOLA? Fest apuestan por un acceso radical a la cultura integrando la música, la calle y la comunidad.
Un Michael Jackson gigante de cartón, una pelotari con una banderola okupa, un chamán con el cráneo de una cabra, el mítico mono Charly y una banda de veinte instrumentos de viento y percusión acompañan a un ataúd a su paso por las calles del Casco Viejo de Pamplona. Es el mediodía del 31 de mayo del 2015 y hace sol, pero la gente lleva paraguas de colores. Y pelucas, y boas de plumas, y collares de cuentas de plástico brillantes. Es un funeral lleno de vida, una escena fuera de lugar en esta ciudad tranquila. Por un ventanuco en la tapa del cajón se puede ver que el difunto es en realidad un muñeco. La gente corea una melodía nada habitual en el repertorio local, el Handa Wanda de los Wild Magnolias, un clásico del funk de Nueva Orleans. Pero en la plaza del Ayuntamiento, en lugar de la letra original, se oye: “Joan da, joan da Yolanda”. Hace una semana que la alcaldesa de UPN ha puesto fin a su carrera política con una doble derrota de su partido en las elecciones municipales y forales. Su figura va en el ataúd camino del río y nadie en el recién creado colectivo Iruñea NOLA?, responsable de esta pintoresca convocatoria, sabe nada de lo que vendrá después.
Han pasado dos años y lo que ha sucedido es un proceso de consolidación vertiginoso y sorprendente. De un brochazo: lo que nació como un festival destinado a desaparecer se ha convertido en un agente reconocido por el propio Ayuntamiento, con el que ha programado este año toda una semana de conciertos, charlas y talleres que han llamado Ibaiertzean. ¿Se abre una vía de transformación en las políticas culturales de la ciudad o la institución fagocita una iniciativa autónoma?
Dos años cumple Iruñea NOLA?, los mismos que los llamados gobiernos del cambio. 2015 fue el año del funeral, de la despedida del Antiguo Régimen. El lema “Iruñea after Barcina” hacía un juego de espejos con “New Orleans after Katrina” y sugería, tras el final de un desastre, la apertura de un tiempo nuevo. En 2016 el festival tomó como base de operaciones el barrio de Arrosadia y giró hacia un modelo de coorganización con el tejido comunitario. La plataforma vecinal Arrosadia Bizirik acogió la propuesta y participó en todas las decisiones y tareas. La iniciativa salía de la “reserva india” de Aldezarra y se veía obligada a defender sus tesis freaks en la ciudad real. El resultado fue un barco de vapor que bajo el lema “Todas en el mismo barco” atravesó las calles del barrio al frente de una marabunta danzante en la que se hablaba wolof, rumano, euskera y castellano, por nombrar algunos. 2017 suma, a este modelo de coorganización, el factor de los recursos públicos. Como medida de salud mental, se decidió mantener dos citas diferenciadas. Primero, del 15 al 20 de mayo, Ibaiertzean, la programación que se sostuvo institucionalmente. Después, del 25 al 28, el NOLA fest, autofinanciado como de costumbre. Todo ello en Sanduzelai, con la Coordinadora Cultural del barrio como colaboradora.
Una herencia radical y un injerto loco
Una de las cosas que llama la atención del colectivo Iruñea NOLA? es su homogeneidad generacional. Es casi todo gente que vivió muy joven la última época dorada de los gaztetxes en Iruñerria, y que ahora, con entre 30 y 35 años, forman parte de la red local de colectivos y espacios sociales. Por su edad, recibieron el rock radical vasco como mito a traves de sus mayores. En consecuencia, portan la memoria de una escena contracultural audaz como un rompehielos en un contexto de transformaciones políticas frágil y breve. Esa es su herencia radical.El injerto loco es otro mito. Nueva Orleans funciona en sus relatos como una fábula, como una gabardina comunicativa que quiere servir a la vez como explicación de lo que sucede y como hoja de ruta. Lo que sucede en Pamplona es una escena musical joven, nueva hasta cierto punto, que comparte una fascinación por las músicas del Caribe y de la diáspora africana en general. La hipótesis pasa por apoyar un proceso de polinización cruzada, una red de aprendizaje, que ya se está dando en la práctica, que traiga a lo local la alianza primaria que hay en esas músicas tropicales: la alianza entre la estética y la vida, la famosa función social de la belleza. El objetivo es reconstruir los circuitos que conectan música y política, no como propaganda, sino como herramienta de creación de nuevos sujetos colectivos. El desafío de fondo es recomponer comunidades, crear y fortalecer tejidos frente a la soledad, inventar comunes.
Un evento de otro signo
El formato festival es el último gran bastión de la industria de la música. Sus variantes más exitosas son fenómenos de masas y enormes máquinas de hacer dinero. ¿Se puede replicar ese modelo de acumulación con otros fines? Si un festival es un tiempo de una intensidad especial, en el que se multiplican las relaciones y se comprimen las distancias, el reto de Iruñea NOLA? es diseñar eso para que arroje beneficios, pero entendidos de forma amplia como bienes comunes, que pueden ser tanto materiales (equipamiento para el barrio y dinero de la barra para la coordinadora) como simbólicos (saberes y contactos, redes de cooperación). Según esta fórmula, el éxito no se mide en el plazo corto de los ingresos y los gastos, sino por la capacidad de contribuir a desafíos mayores: en primer lugar, generar y gestionar riqueza social desde el entramado comunitario, fuera de los circuitos habituales del mercado o la administración pública. En segunda instancia, producir estéticas capaces de acompañar procesos políticos de emancipación urbana y convocar a una reapropiación de la ciudad por parte de la gente frente a las lógicas de mercado que ponen cerco a la vida.No hay monstruos suficientes para garantizar el éxito en esta misión. Pero el guiñol gigante de Michael Jackson, la pelotari okupa y el mono Charly tienen muchos amigos y están muy locos. El desenlace es completamente imprevisible.
Música: Gangbé Brass Band, Las Tipex, Sustraians Revue, George Palmer, Bokale Brass Band, Dodosound, Cumbianbero, Benation, Titanians in Dub, Irie Nanara, Moisés No Duerme y los Noctámbulos, Aneguria, Broken Brothers Brass Band, Chocolate Remix. Y calle: abordaje al puente bajo la avenida de Navarra, Kunbiaraoke y Kalejira second line.
Música: Paddy Rekalde & Itsua, Oier Flores. Y calle: torneo de baloncesto de calle, Kunbiaraoke, slam, poesía, hip hop y Kalejira second line