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Laura Galán, actriz protagonista de Cerdita, un cortometraje que se llevó el Premio Goya 2019 al mejor corto de ficción. En la cinta, esta actriz se pasa catorce minutos corriendo en bikini. “Mido 1’50, estoy gorda y me siento guapa y sexy... la gente se vuelve loca”. A sus 33 años, tiene en su curriculum un trabajo en cine con Terry Gilliam, con quien trabajó en The Man Who Killed Don Quixote.
Galán es un ejemplo de cómo una nueva producción cultural está dando espacio a cuerpos no normativos, a nuevas voces que cuentan historias propias.
¿Cómo recibes el guión de Cerdita, donde la propuesta es que te pases catorce minutos corriendo en bikini?
Lo que más me llamó la atención era la historia: qué y cómo estaba contando la directora, Carlota Pereda. Lo de correr en bikini me daba igual. A mí eso como actriz me gusta, me pone y me parece emocionante. La historia me parecía muy potente, me gustaba cómo desde un género como el terror y con una historia que parece un cuentito luminoso monta la historia. Soy bastante exhibicionista y lo de correr en biquini me parecía fenomenal.
¿Qué y quién es Cerdita?
Cerdita es un cortometraje dirigido por Carlota Pereda, con quien he tenido la supersuerte de llevar un viaje maravilloso: la última parada de ese viaje ha sido el Premio Goya. Y Cerdita es Sara, una adolescente con problemas de obesidad que vive en un pueblo pequeñito donde unas amigas del pueblo la maltratan y le hacen bullying. Por ponerme comedia, porque es cuentito de terror, que es una muchacha con un día horroroso, porque le pasa de todo y ella tienen que correr por las carreteras semidesnuda. Y también es una denuncia de la gordofobia.
Mucha gente se toma el derecho de decirte que tienes que adelgazar por salud. Invéntate otra cosa como que no soportas que la gente tenga cuerpos diferentes, porque yo estoy sanaHas dicho “el problema de ser obesa”. ¿Es ese el problema?
Mientras lo decía pensaba en por qué hablamos de “problema”. No, ese no es el problema. Para mí, que presto mi cuerpo para ese personaje, el peso no es un problema. Yo estoy sana como una manzana y hay que decirlo. Porque mucha gente se toma el derecho de decirte que tienes que adelgazar por salud. Yo sana estoy. Invéntate otra cosa como que no soportas que la gente tenga cuerpos diferentes.
Eres “exhibicionista”. ¿Tiene que ver con tu formación como actriz?
Nunca he tenido de pequeña grandes problemas de bullying, pero sí tenía una exigencia... Porque todas tus amigas son altas, delgadas, preciosas. Cuando empecé a estudiar interpretación eso cambió y sí que me da bastante igual. Además ahora se está haciendo visible y me gusta incluso más. A la gente le conflictúa que me guste mi cuerpo, eso es impensable para un montón de personas: mido 1’50, estoy gorda y encima en mi trabajo eso me ayuda. Tengo una característica muy peculiar y soy actriz. Me siento guapa y sexy y la gente se vuelve loca.
¿Qué es para ti la palabra “gorda”?
Deseo profundamente que deje de ser un insulto y sea un adjetivo, como “morena” o “de ojos marrones”. Hace unos meses estaba trabajando en un teatro, estaba la puerta abierta y un chico me gritó gorda desde la calle. A mí no me dolió ese día pero hay gente a la que sí. Evidentemente no tengo yo el problema. No me sale gritarle ni insultarle, no merece la pena porque les das poder y el poder sobre mi cuerpo lo quiero tener yo.
¿Qué piensas si digo cuerpos-de-playa?
Me encantaría que un cuerpo de playa fuera el de cualquier persona que estuviera en la playa, punto. Pero todavía no he visto a una chica como yo anunciando bikinis o toallas o cremas, o playas. En este momento, si eres modelo de algo es de curvy. Es impensable, por ejemplo, que hagas el papel de la juez o de la policía, tienes que ser la gorda.
Sé que nunca voy a ser la chica guapa de la serie o la chica de la que el protagonista de enamora, aunque soy consciente de que mi cuerpo es mi herramienta, y que me llamen por él las veces que haga falta
¿Te llaman para solo papeles donde la talla sea una característica del personaje?
En televisión y cine más que en teatro. En teatro no me está pasando, mi cuerpo no ha supuesto un condicionante. Cerdita evidentemente necesitaba un cuerpo parecido al mío pero les cuesta… Sé que nunca voy a ser la chica guapa de la serie o la chica de la que el protagonista de enamora. Un día hablaba con Itziar Castro, una actriz maravillosa, y pedíamos eso: una película en la que estuviéramos nosotras y el conflicto no fuera nuestro cuerpo. Donde no se haga referencia a su cuerpo y donde no haya conflicto por su cuerpo. Aun así, soy consciente de que mi cuerpo es mi herramienta: soy una actriz gorda y que me llamen las veces que haga falta una actriz gorda.
¿Por qué estudiaste interpretación?
Desde pequeña me gusta y quería hacerlo. No sé qué sería si no fuese actriz. Empecé con 18 años a estudiarlo y cuando estaba en selectividad dije tienes que plantarte y ahí dije ya tienes que intentarlo. Entré en la escuela Arte 4 y por las tardes iba a la facultad a Historia del Arte pero lo dejé porque empecé a trabajar. Siempre ha estado ahí esta inquietud, y mi hermano también es actor aunque en nuestra familia nadie más lo es... una tara como otra cualquiera.
En el plano laboral, ¿qué causas son urgentes para los actores?
Yo pertenezco a la Unión de actores, donde me siento muy respaldada, y tener una entidad que te respalda en esta profesión que es tan dura me da mucha seguridad. Y lo urgente es lo que reivindica la Unión de Acores: seguir hablando con el Gobierno, hablar de nuestra Seguridad Social, poder tener paro, estar cubiertos en nuestras condiciones, que son muy extrañas.
¿Vives del teatro?
Ahora mismo sí, pero a partir de agosto ya está: es una rofesión muy del día a día. Igual en un mes estoy cantando en el metro.
¿Crees que hay un boom de producción cultural gorda?
Sí, y espero que no sea una moda pasajera, porque estamos empezando a decir las cosas claritas y nos sentimos libres para hacerlo. Es una cuestión de libertad y espero que no sea una moda sino un proceso.
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Lo que no se cuenta de Cerdita es que, además de denunciar la gordofobia y el bulling, ensalza la figura del violador y asesino de niñas. No es de recibo que vaya de corto feminista y de denuncia social y que luego el 'héroe" sea eso, un psicokiller torturador de mujeres adolescentes.