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Coronavirus
¿Y también la huerta?
El lunes 6 de abril, y en relación a la crisis del COVID-19, nos encontramos con que la Delegación de Gobierno en Extremadura, en su nota de prensa informaba que: “En la reunión del centro de coordinación se informó también sobre la prohibición de los desplazamientos y la actividad en los huertos no profesionales que no tengan fines económicos. Sólo está permitido cuando forma parte de los ingresos familiares, pero no para situaciones de ocio.”
Hace ahora 20 años, en abril del año 2000 en Cochabamba, Bolivia, tuvo lugar la Guerra del Agua. El conflicto estalló por el malestar de la población tras la privatización y venta del agua a una multinacional. En aquella ocasión se pretendía prohibir a la población incluso recoger agua de lluvia para su uso particular, algo muy necesario en lugares donde no siempre se dispone de un grifo en casa. Iciar Bollaín llevó esta situación al cine en 2010 con el título También la lluvia.
El 9 de octubre de 2015, se aprobó en Consejo de Ministros el Real Decreto 900/2015 lo que ha sido popularmente conocido como el Impuesto al Sol, por el que se gravaba a instalaciones de placas solares que no estuvieran totalmente aisladas de la red. Esto supuso 5 años de freno al autoconsumo solar en el Estado.
Vivimos en un tiempo de mercantilización total de nuestra vida
Hace tiempo que vengo bromeando con que algún día nos pondrán un impuesto por tener una sartén en casa, puesto que eso implica que podríamos cocinar y eso no computa en la economía productiva. En estos días nos vamos acercando a ello.
Digo esto porque vivimos en un tiempo de mercantilización total de nuestra vida. Nada que no genere valor, entendido como valor para el mercado, computable para el incremento del PIB, no solo no cuenta sino que se le ponen cada vez más trabas para poder desarrollarse. El lunes 6 de abril, y en relación a la crisis del COVID-19, nos encontramos con que la Delegación de Gobierno en Extremadura, en su nota de prensa informaba que: “En la reunión del centro de coordinación se informó también sobre la prohibición de los desplazamientos y la actividad en los huertos no profesionales que no tengan fines económicos. Solo está permitido cuando forma parte de los ingresos familiares, pero no para situaciones de ocio.”
El trabajo en un huerto siempre proveerá de alimentos, por lo que se debería considerar que tiene fin económico (aunque no necesariamente monetarizado al no pasar por el mercado)
En la toma de esta decisión, se vislumbra una visión urbanocentrista que no toma en cuenta la situación de miles de familias en Extremadura para las que el mantenimiento de una huerta de autoconsumo puede cubrir muchas necesidades (alimentación, por tradición familiar, cultural, salud, opción ideológica y, sí, también puede ser ocio no vinculado al consumo). En cualquier caso, el trabajo en un huerto siempre proveerá de alimentos, por lo que se debería considerar que tiene fin económico (aunque no necesariamente monetarizado al no pasar por el mercado). El hecho de no considerarse una dedicación “profesional” se puede deber a que se vincule siempre trabajo con empleo, lo que no siempre es así.
Las huertas y las pequeñas producciones ganaderas de autoconsumo pueden ser una de las pocas opciones para cubrir las necesidades de alimentación familiares que, en muchos casos, no pueden ser cubiertas plenamente por carecer de ingresos. Estas condiciones probablemente empeorarán en muchas localidades extremeñas en las semanas y meses que vendrán, con las situaciones de alto nivel de desempleo y de precariedad que conocemos. Las huertas potencian la soberanía alimentaria en nuestros pueblos, entendida como la capacidad para definir nuestras propias políticas agrarias y alimentarias. Además pueden ser un elemento clave para la seguridad alimentaria, la disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad necesarias ante posibles problemas de abastecimiento de productos frescos en las próximas fechas, debido a cierres de fronteras y a paradas de exportaciones por parte de otros países.
Las hortalizas, legumbres y frutas que están ahora a punto de ser cosechadas, no entienden de Estados de alarma y si no podemos cosecharlas a tiempo, se perderán. Estamos además, en un momento de especial importancia para la preparación de las huertas de verano, para desbroce y mantenimiento de parcelas de cara a minimizar los riesgos de posibles incendios, de trabajos apícolas de mantenimiento, alimentación y reproducción de colmenas… Resulta imprescindible poder ir a las parcelas a realizar las tareas oportunas, entendiendo que habría que respetar las medidas sanitarias preventivas, en cuanto a distancias, no reunirse con más personas, etc.
No entiendo cuáles son los criterios técnicos sanitarios por los cuales consideran que es más arriesgado que una persona se pueda contagiar de coronavirus yendo sola a su huerta que yendo a comprar a un supermercado
Resulta curioso que la misma normativa a nivel estatal pueda tener diferentes interpretaciones en función de cada comunidad autónoma puesto que, al menos, en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia sí se está permitiendo a la gente mantener sus huertos de autoconsumo (las tres, por cierto, con muchos más casos de Covid-19 que Extremadura).
Hemos conocido también que, ante el cierre de fronteras y la dificultad en la contratación de personas temporeras para la recolección de cosechas en producciones con carácter empresarial, se están buscando mecanismos para que gente parada pueda ir a trabajar en dichas empresas. Para ello, se está proponiendo el uso de autobuses escolares para el transporte de personal y la posibilidad de desplazarse a pueblos colindantes si allí hubiera trabajo.
Parto de que esta situación es extremadamente complicada y muy difícil de gestionar, pero creo que hay que tener claras las prioridades y no creo que en este caso se esté poniendo nuestra salud por encima de otro tipo de intereses. No entiendo cuáles son los criterios técnicos sanitarios por los cuales consideran que es más arriesgado que una persona se pueda contagiar de coronavirus yendo sola a su huerta que yendo a comprar a un supermercado o trabajando como jornalera con otras para hacer la recogida de frutas u hortalizas.
Cuentan que hace años coincidió el presidente de un gobierno latinoamericano con la madre de un cantante al que admiraba. Al conocer quién era la mujer le preguntó: -”Señora, ¿qué puedo hacer por usted? A lo que ella contestó: -”Con que no me joda, es suficiente”.
Pues eso.
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Tengo un huerto a 100metros de casa en un pueblo de poco más de 100 habitantes y no puedo ir a recoger unas lechugas o cebollas, y tengo q ir al comercio q esta más lejos y más posibilidad de contagio, q me lo expliquen
Yo igual..tengo un huerto al lado de casa de unos 150 metros. Es un pueblo con apenas 30 habitantes y además tanto mi casa como el huerto están separados del pueblo a 800 metros. Es decir no hay ni un alma cerca y no puedo ir... No tiene sentido alguno.
Unidas por Extremadura pide a Delegación del Gobierno que permita a la ciudadanía desplazarse a huertos de autoconsumo
https://m.europapress.es/extremadura/noticia-unidas-extremadura-pide-delegacion-gobierno-permita-ciudadania-desplazarse-huertos-autoconsumo-20200409131301.html
Lo han hecho tarde y a rastras de las críticas que les estaban lloviendo desde lo social, se agradecería que estuvieran más atentas a su base social, de lo contrario continuarán su camino hacia la irrelevancia.
Por lo menos escuchan las criticas desde lo social y hacen algo
Y si encima vas a la huerta en bici prepárate! Te pueden llover garrotazos, denuncias de "vigilantes voluntarios" que no descansan, incluso en vídeos de Neo youtubers rurales. Así estamos. Prohíben el huerto de ocio porque no creen en el valor de lo pequeño y cercano. Ya viene de lejos. Nuestros responsables extremeño sólo piensa en economía a lo grande: grandes complejos de ocio, grandes fábricas azucareras, grandes hoteles en el centro histórico de Cáceres, grandes minas a cielo abierto, grandes.
Tan grandes industrias, con tantos beneficios y tantos puestos de trabajo que no caben en nuestros pueblos y ciudades pequeñas, en nuestros humilde emprendimiento, en nuestra pequeña y vaciada tierra.
¿Saldremos de ésta a lo grande con la "ayuda" de grandes inversores?, ¿O poco a poco, con nuestros propios y pequeños recursos? Dependerá de dónde compremos nuestra comida, nuestra ropa, nuestro ocio. De dónde gastemos nuestro dinero. Y también de a quién destinen las inversiones en dinero y patrimonio públicos. En nuestra mano está, en la que vota sí, y en la que abraza, la que trabaja y también en la que compra.
Mira que he pensado en ir a vivir a Extremadura rural varias veces, pero la administración siempre me ha echado para atrás