We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Coronavirus
Francia se plantea cambios en el sector de las residencias, un nicho de negocio para grupos como Orpea y Domus-iv
Entre marzo y junio, el coronavirus causó por lo menos 14.000 muertes entre los residentes de centros de atención para personas mayores dependientes. Durante largas semanas, permanecieron aislados en sus habitaciones, sin contacto con sus familias a quienes se había vetado toda visita. El personal tuvo que esperar la llegada de las mascarillas ─puesto que no era algo prioritario. Y muchos de los residentes afectados por el covid no pudieron recibir tratamiento en el hospital─ ya que no eran prioritarios. Las familias presentaron denuncias por “homicidio involuntario”, “poner en peligro la vida de terceras personas” y “omisión del deber de socorro”.
Desde finales de agosto y la oleada de nuevas contaminaciones, las residencias de ancianos se ven de nuevo amenazadas. La ciudad de Niza ha decidido prohibir las visitas en los centros municipales de mayores. Debemos lamentar nuevas muertes causadas por el Covid. El 27 de septiembre, la Salud Pública Francesa contabilizaba en todo el país 238 casos de coronavirus en residencias de ancianos.
El personal y los directores de las residencias de ancianos advertían acerca de la situación en los centros, es decir, de la falta de recursos y de personal, mucho antes de la crisis sanitaria. ¿Teniendo en cuenta la pandemia, se les prestará finalmente atención? ¿Qué haría falta para las cosas cambiasen rápidamente en las residencias, para que mejorase la vida de los residentes?
¿Qué financiación para la nueva categoría de “dependencia”?
En julio, el Gobierno aprobó dos leyes para crear el nuevo apartado “autonomía” en la Seguridad Social, dedicado a la tercera edad y a la discapacidad. Pero todavía no está clara la financiación de esta “quinta” rama de la Seguridad Social (que se añadiría a la de la tercera edad, la enfermedad, la familia y los accidentes laborales). Malika Berlabi, auxiliar de enfermería y representante sindical (CGT) del personal de las residencias, sigue siendo cautelosa: “Lo que se está anunciando es que serán los trabajadores y los pensionistas quienes paguen esta quinta rama. Las propuestas que están circulando consisten en empujar a los ancianos a contratar o suscribir un seguro privado o una hipoteca para financiar su dependencia”.
En un informe presentado al Gobierno en marzo de 2019, el presidente del Consejo Superior de Financiación de la Protección Social, Dominique Libault, propuso efectivamente la idea de un préstamo hipotecario sobre los bienes inmuebles de las personas mayores para financiar su cuidado en las residencias de ancianos. Calculó que los créditos adicionales necesarios para financiar el riesgo de dependencia de las personas mayores ascenderían a más de 6.000 millones de euros anuales en 2024 y a más de 9.000 millones en 2030.
El 15 de septiembre, un inspector de Hacienda (Laurent Vachey) presentó un nuevo informe al Gobierno con la estrategia a seguir para la financiación de esta quinta rama. En dicho informe incide en la reducción del gasto destinado a las prestaciones de autonomía personal, asignadas a personas mayores dependientes, y en el subsidio para adultos discapacitados, tema que está en el punto de mira del Gobierno con el argumento de su lucha contra los presuntos estafadores. ¿De verdad va a resguardar el Gobierno la autonomía de los ancianos y discapacitados dedicándoles menos dinero?
Se necesita contratar 200.000 personas capacitadas
“Acogemos con satisfacción el anuncio de la quinta rama de la Seguridad Social, que es un paso en la dirección correcta. Ahora es preciso alimentar financieramente esta quinta rama”, observa por su parte Eric Fregona, director adjunto de la asociación de directores de las residencias de ancianos (Asociación de directores al servicio de las personas mayores, AD-PA), que en 2018 hizo un llamamiento a la movilización en apoyo al personal de las residencias. “Si realmente queremos acompañar a los ancianos con dignidad, necesitamos fondos dedicados a reclutar profesionales y no sólo profesional sanitario, sino también animadores, psicólogos...”.
Si se tiene en cuenta el tiempo de trabajo semanal del personal de cuidados, así como sus días libres, en realidad significa que el tiempo medio dedicado a cada residente es de menos de una hora al día
La CGT estima que habría que reclutar 200.000 personas más en las residencias de ancianos. “La Autoridad Sanitaria ha formulado recomendaciones destinadas a las residencias de mayores como medidas preventivas para luchar contra la propagación del virus. Pero no hay suficiente personal para ponerlas de verdad en práctica, lo que es aún más evidente en lo que se refiere al personal médico”, señala Malika Berlabi. “Por ejemplo, tenemos residencias con tres auxiliares de enfermería para 40 residentes. En estas condiciones, el personal no puede aplicar las medidas preventivas”.
En lo que se refiere al personal sanitario (enfermeras, asistentes médico-psicológicos, etc.), excluyendo al personal administrativo y animadores, en la actualidad hay una media de 2,5 trabajadores a tiempo completo por cada 10 residentes. El índice es mucho más alto en las residencias públicas con respecto a las privadas pertenecientes a grupos con fines de lucro.
“Esta cifra no significa que un enfermero se ocupe de una media de cuatro residentes al día, ya que se garantiza una presencia continua de día y de noche”, recordaron las diputadas Caroline Fiat (France Insoumise) y Monique Iborra (LREM) en su informe parlamentario sobre las residencias de ancianos. “Si tenemos en cuenta el tiempo de trabajo semanal del personal de cuidados, así como sus días libres, en realidad significa que el tiempo medio dedicado a cada residente es de menos de una hora al día...”. ¡Menos de una hora al día! ¡Para las curas, el aseo... y quizás algunos minutos para hablar! El personal de las residencias, pero también los directores, piden una cuota mínima de personal para las residencias. Según las diputadas, se requieren al menos 6 cuidadores por cada 10 residentes, lo que equivale a duplicar los efectivos actuales.
“Llevamos mucho tiempo diciendo que este sector cuenta con la mitad de los recursos necesarios. Es esencial fortalecer los equipos”, insiste Eric Fregona. “Hoy en día, no proporcionamos a las personas mayores en situación de vulnerabilidad el número de profesionales vital para su desarrollo. Lo que se puede hacer en este momento, y eso en detrimento de la salud de los profesionales ─los accidentes laborales y las enfermedades profesionales del personal del sector están en constante aumento─ son gestos de la vida cotidiana; ayudarles a levantarse, a comer, a lavarse y potenciales cuidados de enfermería. Pero una vez que hemos ayudado a una persona mayor a llevar a cabo estos actos, no tiene posibilidad de incluirse en la ciudad, de seguir comprando, de asistir a eventos de ocio, no puede tener un vínculo social”, lamenta el representante de los directores.
Abrir los establecimientos hacia el mundo exterior
¿Cómo permitir que las personas mayores dependientes sigan teniendo una vida social? Algunas residencias están abiertas hacia las ciudades y pueblos en las que están implantadas, manteniendo lazos con el resto de los habitantes. Como es el caso de Marmonne, en Seine Maritime, en donde una residencia de ancianos ha abierto en la planta baja una calle comercial accesible para todos, con tiendas, un restaurante, una sala de exposiciones para todos los habitantes. Otras tienen una cafetería abierta a todo el mundo, horarios de comidas elegidos libremente...
Para Eric Fregona, se trata de la buena dirección. Según él, “es preciso mitigar la influencia de la institución”. Una de las soluciones que plantea sería la de transformar las residencias de ancianos en simples residencias colectivas, que ostentarían la autorización para dispensar servicios a las personas. “Como si estuviesen en casa, pero con una presencia de medicina geriátrica reforzada”.
En las últimas dos décadas, el sector se ha convertido en un verdadero mercado, con grupos comerciales como Orpea, Korian o Domus-vi cada vez más poderosos
Para conseguirlo y “para que sea algo digno”, Eric Fregona propugna la puesta en marcha de un sistema similar al de la prestación compensatoria de la minusvalía (PCH en sus siglas francesas). Se trata de un subsidio atribuido en función de las necesidades evaluadas con el objetivo de remunerar una asistencia humana, un acondicionamiento del domicilio, un transporte adaptado, para que las personas sean lo más autónomas posible.
¿Cómo regular mejor las residencias de los grandes grupos privados?
¿Estarán las residencias, especialmente aquellas que pertenecen a empresas privadas, abiertas a tales cambios? En las últimas dos décadas, el sector se ha convertido en un verdadero mercado, con grupos comerciales cada vez más poderosos. Hoy en día, una cuarta parte de las residencias está gestionada por lucrativas firmas privadas tales como Orpea, Korian, Domus-vi, Colisée... Todas estas empresas están también implantadas a nivel internacional y las dos primeras cotizan en bolsa.
Tras el flagrante desaliento de los residentes durante el pico de la epidemia, ¿ha llegado por fin la hora de regular las prácticas y los beneficios de estos grupos de lucro? En 2018 el presidente de Orpea, Yves le Masne, ganó más de 1,4 millones (sueldo fijo y variable), la directora general de Korian, Sophie Boissard, más de un millón.