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Soberanía alimentaria
Agricultura campesina para cuidar de la Madre Tierra
En el Día Internacional de la Madre Tierra, comenzó la Semana de Lucha Campesina, con más de 15 colectivos implicados en su organización. La lucha campesina recorrió Madrid entre el 22 y el 27 de abril.
Sin campesinos
Como cada año, en el mes de abril colectivos sociales en torno a la soberanía alimentaria recordamos las luchas de campesinxs de todo el mundo, conmemorando el Día de la Semana de Lucha Campesina. Y como cada año nos encontramos con que, en nuestros entornos urbanitas, poca gente se siente aludida por la lucha campesina. ¿Por qué no va con nosotras?
Hablamos cada vez más de agroecología, de sistemas alimentarios sostenibles, se multiplican planes y estrategias alimentarias, parece que avanzamos algo hacia modelos alimentarios locales y, tal vez, apoyados en otro modelo de producción… ¿Tal vez no queremos ensombrecer estos logros, recordando y denunciando que en todo el mundo las víctimas de asesinatos o masacres siguen sumando miles en Latinoamérica, África, el sudeste asiático...?
Se trata de indígenas, campesinxs y activistas medioambientales cuya lucha está vinculada con la resistencia en sus territorios, con la defensa de un modo de vida, una cultura y unos saberes diferentes y contra grandes corporaciones con intereses materiales en estos territorios. Aunque las cifras son escandalosas y la situación de estos colectivos olvidados empeora por momentos, hemos constatado que estos asuntos interesan bien poco en los países del norte, y menos aún en el caso de las ciudades. Para una sociedad básicamente urbana como la española, el campo se convierte en un bien de disfrute. El trabajo de campo, muy infravalorado socialmente, apenas recibe impulsos y ayudas de las instituciones y en estos países se va desintegrando el sector. Quienes trabajan el campo procuran otro futuro para sus descendientes y rechazan de plano el término campesino, que sólo recuperan los más politizados. Y es que este término lleva consigo una fuerte connotación cultural, de experiencia y saberes milenarios. Poco importa que lxs campesinxs hayan sido y sigan siendo quienes procuran mayor cantidad de alimentos en el mundo… Un más que noble trabajo, sin embargo, denostado.
Represión por pretender cultivar y vivir con la tierra
A pesar de todo, como cada abril, varias cooperativas campesinas, organizaciones agroecológicas y de solidaridad internacional organizamos la Semana de Lucha Campesina. Con ella denunciamos la creciente criminalización y los procesos de expropiación de recursos y de saberes y la expulsión y asesinato de gentes campesinas. «La Semana de Lucha Campesina sigue siendo necesaria porque la represión y el hostigamiento se mantiene, cuando no empeora».
Uno de los casos más flagrantes de este creciente acoso se vive en Brasil, donde Bolsorano inició el proceso para tipificar como terrorismo las tomas de tierra del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Esto nos retrotrae a tiempos oscuros. No podemos olvidar que Brasil está en el origen del Día Internacional de la Lucha Campesina: una jornada de acción y movilización global que se conmemora cada 17 de abril. Ese día, en 1996 en Brasil, tropas de la policía militar del estado de Pará asesinaron a 19 campesinas y campesinos que luchaban por el acceso a la tierra y a la justicia.
El caso de Brasil es más que paradigmático. Una importante extensión de la Amazonia se encuentra bajo sus dominios y en ella aún sobreviven centenares de poblaciones indígenas más o menos aisladas. Bolsorano ya ha anunciado una serie de medidas que supondrían la destrucción parcial del pulmón de la Tierra. Promete duplicar la producción de soja transgénica en los próximos 10 años, lo cual implica necesariamente la deforestación de una parte importante, y ha dado la puntilla relegando la política medioambiental al Ministerio de Agricultura. Además, ha afirmado que no demarcará las tierras indígenas, una exigencia histórica que garantizaría la conservación de sus modos de vida.
En esa edición de la Semana de Lucha Campesina, Brasil ha tenido un protagonismo incuestionable, tanto con la proyección del documental «Agroforesta es más» como con la charla magistral de Rose del Colectivo La Maloka. Además, tuvimos una jornada centrada en situaciones de expolio y despojo de tierras en territorios indígenas en Colombia, con la participación del Colectivo La Ruana.
Si la tierra se vuelve cemento. Y luchas muy cerca de aquí
Más cerca de nuestro entorno, la rama europea de La Via Campesina insiste en la necesidad de una Directiva Europea sobre la Tenencia de Tierras conforme con, por un lado, el Artículo 17 de la Declaración de Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales aprobada recientemente en las Naciones Unidas, y, por otro, basada en las Directrices de la tenencia de la tierra avaladas por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU.
La Vía Campesina demanda que «los Estados garanticen acceso a la tierra, la protección de las semillas frente a la mercantilización y el freno de los desalojos y muertes, y que se apliquen medidas contra los agrotóxicos; justicia social significa entonces que quienes alimentan al mundo vivan en condiciones dignas y en paz en el campo, sin ser judicializados por defender sus derechos y territorios».
Recordamos además que los problemas de acceso a la tierra y criminalización de alternativas agroecológicas no son algo lejano. Muy cerca tenemos el caso de Fraguas, Cerro Libertad, que sigue intentando mantenerse en tierras ocupadas al BBVA que el banco tenía abandonadas. Hay otros proyectos repartidos por la geografía ibérica también bajo amenaza de desalojo y multa. Vienen a confirmar que cada vez en más lugares del mundo, también en nuestro país, cultivar y vivir de la tierra puede llevarte a la cárcel.
Con la Semana de Lucha Campesina, traemos esa realidad a nuestras ciudades. Queremos fortalecer la solidaridad y la resistencia para enfrentar esos procesos, continuando con esta labor de establecer alianzas entre el mundo urbano y rural. En la semana campesina Me planto trajo hasta El Eko, la realidad de la mafia del cerdo, denunciando las macrogranjas que se están instalando en La Mancha. Por otra parte, se llevaron a cabo los ya tradicionales repartos de los grupos de consumo en la calle con el fin de visibilizar alternativas sostenibles y justas de consumo. El sábado 27, el día grande, acabamos con un homenaje especial a la lucha global de las campesinas en Madrid Río, con actuaciones de teatro, danzas y cantos tradicionales, así como charlas y la lectura del manifiesto, demostrando que lo reivindicativo no tiene por qué estar reñido con lo lúdico.
Establecemos también alianzas con otros movimientos emergentes, y así en este homenaje también participó la Plataforma Rebelión contra la Extinción de Madrid con una vistosa performance con la que este colectivo trata de movilizar a la sociedad para pedir a las instituciones mayor compromiso real en la lucha contra el cambio climático.
Un año más repetimos ¡Globalicemos la lucha! ¡Globalizemos la esperanza!