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Brexit
Reino Unido camina hacia el libre comercio amparado por la posibilidad de un Brexit duro
Boris Johnson ya recibió una oferta de Donald Trump en la cumbre del G7 para un acuerdo de libre comercio cuando se produjese el Brexit. Ahora la suspensión del Parlamento y un posible ‘Brexit duro’ allana el camino para ello.
La máquina se ha puesto en marcha. Reino Unido se encarrila ya hacia un Brexit duro tras la aceptación de la suspensión del Parlamento hasta el 14 de octubre por parte de la reina de Inglaterra. Tan solo un mes después de haber sido nombrado primer ministro, Boris Johnson ya ha tomado su primera gran decisión que concierne al Brexit. Su estrategia de suspender la Cámara de los Comunes llevaría a Reino Unido a tener muy difícil refrendar algún acuerdo con la Unión Europea, para lo que necesita que su Parlamento lo apoye. Tendría solo tres días de margen hasta la reunión de los líderes de la Unión Europea con la Comisión Europea, que es el 17 de octubre. Y después un tiempo muy ajustado (hasta el 31 de octubre) para leer el acuerdo, hacer enmiendas, debatirlo y votarlo.
Esto significa que hay muy poco margen para que se debata, se planteen enmiendas y se apruebe un acuerdo con la Unión Europea. Johnson ha declarado que su intención no es la de evitar un acuerdo con la UE y que “el Parlamento se deberá reunir antes y después del 17 de octubre. Tendremos tiempo de sobra para poder votar un acuerdo si este se produjese”, declaró.
Sin embargo también tiene a su partido dividido. El parlamentario conservador Dominic Grieve declaró, al conocer la noticia, que el cierre del Parlamento sería “un atropello a la democracia”. Grieve cree que “somos muchos los conservadores que pensamos que un Brexit sin acuerdo sería realmente catastrófico para el país y el futuro”.
Su principal opositor en la Cámara y líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, también piensa que este cierre es “un atropello constitucional” y ha recalcado el hecho de que Boris Johnson no fuese elegido en las urnas, sino a través de su partido ante la renuncia de Theresa May. Corbyn le ha acusado de “caer en los brazos de Donald Trump con una determinación que no he visto nunca” y le ha exigido que “rinda cuentas ante el Parlamento, no que lo cierre”. Por su parte, Donald Trump ha mostrado públicamente su apoyo a Boris Johnson, recriminando a Corbyn que no dé un voto de confianza a Johnson, “quien —dijo— es exactamente lo que Reino Unido estaba buscando”.
La senda que transita Boris Johnson se acerca cada vez más al libre comercio a través de la figura de Donald Trump, quien ya le ofreció un acuerdo bilateral de estas características entre ambos países el pasado fin de semana en la cumbre del G7. Es previsiblemente lo que hará Reino Unido al salir de la Unión Europea, que intentará negociar con él de forma exprés los términos de salida en cuestiones como el Mercado Común Europeo. Tampoco es descartable que, sin acuerdo, se apruebe otro tratado de libre comercio entre la UE y Johnson, ya que el primer país al que Reino Unido exporta es Estados Unidos, pero el segundo es Alemania.
Johnson está forzando a la UE con una ofensiva. No es la forma de negociar, pero la UE no tiene piedad. No la tuvo tampoco con Grecia, dice Cutillas.
El economista Sergi Cutillas no está de acuerdo con el hecho de que se cierre el Parlamento, pero piensa que “en realidad lo que está haciendo Johnson es forzar a la Unión Europea. Es verdad que es una ofensiva, pero la UE no tiene piedad. Así hizo con Grecia”. Él cree que en el Partido Laborista deberían intentar que se produjese un Brexit desde una postura izquierdista y social, cosa con la que Jeremy Corbyn, líder de los laboristas, no está de acuerdo porque aboga por permanecer en la Unión Europea. “Todo el mundo que negocia con la UE buscando comprensión se la pega. Para negociar debe haber una amenaza creíble, es lo único a lo que responde la UE”, declara. Y añade que “cerrar el parlamento no es una solución porque había otras formas de negociar”.
Las voces críticas convocaron varias manifestaciones por todo Reino Unido, alentadas, entre otros, por el periodista Owen Jones. Jones declaró: “¿Qué clase de país seríamos si permitimos a un presidente no elegido en las urnas cerrar un Parlamento para no escuchar lo que tiene que decir?” y lo denominó “golpe de Estado encubierto que deja en suspenso la democracia”.
Ahora Johnson intenta convencer al mundo de que este cierre es lo mejor que se puede hacer para planear una agenda propia que garantice un Brexit en las condiciones más ventajosas para Reino Unido. Será una tarea muy complicada. Se oyen voces sindicales que ya claman por una huelga general.
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