Arte
Iván de la Nuez: “A diferencia de la vanguardia, la retaguardia es un lugar en el que uno nunca está solo”

Bisturí en mano, el crítico Iván de la Nuez secciona en su nuevo ensayo la confusión de intereses y las flagrantes contradicciones que vive el arte en el siglo XXI. Una disciplina que, en su opinión, debería estar generando los imaginarios propios de una era que se narra desde lo visual.

Iván de la Nuez
Iván de la Nuez, visto por Josune Urrutia. Ilustración cortesía de consonni.

A propósito de su recién publicada recopilación de cuentos en los que la violencia que ha desangrado el País Vasco en el último medio siglo se cuela como personaje, el escritor Iban Zaldua comenta que le ha interesado dar un golpe en la mesa o recordar ciertas cosas, porque el dolor literario que pueda causar hiere menos que dos hostias.

Similar intención de percutir con la palabra para provocar alguna reacción se aprecia en Teoría de la retaguardia, cómo sobrevivir al arte contemporáneo (y a casi todo lo demás), un tratado un tanto socarrón y necesariamente impertinente con el que Iván de la Nuez (La Habana, Cuba, 1964) pretende explicar por qué el arte contemporáneo ha de sellar cuanto antes su acta de disolución y entregar las armas.

Hurgando en heridas abiertas, De la Nuez proclama que desde esa franquicia llamada Arte Contemporáneo se validan las prácticas del capitalismo más salvaje mientras sublimamos —la primera persona es suya— las teorías del socialismo más cándido. También diagnostica que, caída la máscara de la independencia y desmontado el atrezo radical que lo maquillaba todo, el emperador se encuentra efectivamente desnudo. Y vaticina que, a partir de ahora, “hasta el más acrobático de los comisarios artísticos tendrá muy complicado sostener el equilibrio a base de poner el pie izquierdo en la revuelta social y el derecho en las petrocolecciones”.

El autor lamenta que desde el propio sector artístico —tanto las altas instancias de gestión como los creadores a ras de suelo— no se reconozca algo “tan simple” como que el arte “no habita en el castillo de la pureza ni es inocente ante el proceso de expansión que tiene lugar en la economía global”.

Y su propuesta, la retaguardia a la que alude el título, sugiere que en 2018 ya es momento de empezar a considerar el arte en relación a la supervivencia. Si en Trincheras permanentes (Pepitas de Calabaza, 2017), Carolina León llamó la atención sobre el montón de experiencias que habitan al otro lado de la vanguardia discursiva y que hacen posible la acción política, lo que De la Nuez ofrece ahora en este libro publicado por consonni es igualmente una mirada a la trastienda del arte.

El golpe en la mesa dado página tras página por De la Nuez quizá duela menos que dos hostias, pero a buen seguro va a escocer.

¿Forma parte este libro de la autocrítica que reclamas al mundo del arte contemporáneo?
Evidentemente. Yo mismo soy parte de ese mundo y no solo tengo el derecho, sino el deber, de mirarlo de una manera crítica, y autocrítica.

¿Qué aspectos debería tratar esa autocrítica?
Para empezar, dejar de seguir, a lo Sartre, colocando el infierno en los otros. Aparte de eso, hay otras zonas que deben ser atendidas en ella. Por ejemplo, preguntarse cómo es posible que los que han armado el paradigma del Arte Contemporáneo se dediquen a campar en nombre del cambio de paradigma. O el hecho de fardar de un pensamiento cuando la mayoría de las veces este solo funciona como “género de importación” traído de otros mundos. O su alegre bamboleo entre el mundo del compromiso político y el mundo de las finanzas, entre la crítica socialista y la gratificación capitalista, con esa asimilación del modelo chino como una de las bellas artes.

¿Crees que en el arte contemporáneo hay disposición a realizar ese ejercicio?
Si hay disposición o no es irrelevante, porque lo realmente importante es que lo necesita y que su credibilidad pasa por acometer tal ejercicio.

Instituciones culturales
El cierre del MAC de A Coruña, o cómo desmembrar la apuesta por la cultura

La Fundación Naturgy (antes Gas Natural Fenosa) anuncia el cierre del Museo de Arte Contemporáneo de A Coruña, tras más de veinte años de andadura y con una de las colecciones de arte más valiosas de España.

En muchas instituciones culturales públicas se observa incoherencia entre el discurso que dan los directores (o las temáticas que plantean sus exposiciones) y las prácticas cotidianas. Pienso en las condiciones laborales de muchos museos o su conversión en franquicias. ¿A qué se debe esta doble cara?
En su descargo, hay que reconocer que las instituciones están obligadas a cumplir con una trama burocrática o financiera que es externa a ellas y que es la antítesis de la flexibilidad propia del arte. Pero en su cargo también hay que decir que el Arte Contemporáneo se ha convertido en uno de los ámbitos donde es más visible eso que me gusta llamar Eufemocracia, la dictadura de los eufemismos. Y ahí su contradicción laboral es un reflejo de su propia contradicción entre un discurso virtuoso y una práctica viciada que lo contradice.

El arte contemporáneo ha reproducido, a menor escala, algunas de las características de la industria del turismo, convirtiéndose en foco de atracción de inversiones y en impulsor de la ciudad-marca (en Bilbao o Málaga, por ejemplo). ¿Quiénes son los responsables de estos desarrollos?
El arte contemporáneo es un eslabón de una cadena más amplia del capitalismo contemporáneo. Tampoco hay que sobreestimarlo. En Estados Unidos, ese filón que detectas responde al modelo neoliberal, mientras que en Europa responde a un modelo socialdemócrata. En ambos casos, se ha utilizado a la cultura como avanzadilla de legitimidad moderna de la política, de especulación y de un cambio en los modelos urbanos. En ese sentido, más que protagonista, la cultura tiene un papel de reparto. Lo que pasa es que cuenta con la ventaja de tener un evangelio propio incorporado. Ahora bien, ya estamos sentados sobre esto y no creo que podamos dar marcha atrás. Nuestra pregunta, ahora, es si una programación puede ser capaz de cambiar una ciudad como en su día la cambió un edificio.

¿Qué papel juegan los artistas en ese proceso?, ¿pueden negarse a participar o eso significa estar fuera y condenarse a la exclusión?
Los artistas son los trabajadores sobre los que se levanta este edificio cuyos máximos responsables los han situado en un rol cada vez más alejado de las decisiones. Y aunque, como en todo, encontremos oportunistas, mi experiencia es que la mayoría se rompe la cabeza buscando maneras dignas de lidiar con todas esas contradicciones.

Arte
Las raras historias de museos en Málaga

La apertura de museos como vía para convertir Málaga en objeto de deseo de turistas culturales e inversores ha dejado una larga ristra de episodios insólitos en la ciudad. El último es el cambio en la firma de una obra adquirida por el Carmen Thyssen en 2015.

¿Cuál ha de ser la función del arte en 2018?
Si esta es la Era de la imagen es porque el conocimiento y la cultura misma se están transmitiendo, cada vez más, desde soportes visuales. Y ahí, precisamente, está el reto y la función de los artistas. En el hecho de que puedan convertirse en los intelectuales de este tiempo. Solo que para eso han de crear algo más que imágenes: han de construir los imaginarios de esta era. Y es, ante ese desafío, donde no pueden permanecer paralizados o repitiendo, en bucle, los mismos ademanes del arte de siempre.

Si el arte contemporáneo ya no se puede concebir como representativo de una clase social, ni como materialmente productivo o culturalmente vanguardista, ¿dónde puede situarse?
Ojo. El arte contemporáneo repite, casi calcada, la proporción social de la que habla Piketty. El 99% de los integrantes de este mundo no vamos a subastas y nos bandeamos en nuestra propia tasa de precariedad. Con la dificultad jurídica y burocrática añadida de que todos sin excepción vamos adelantando un trabajo que el contratista tiene toda la facilidad a la hora de pedirlo y pone todo tipo de trabas cuando tiene que pagarlo. Incluso cuando en ese contrato precario se nos invita a disertar sobre El Capital hecho exposición o sobre la injusticia más feroz del capitalismo.

¿Puede el arte ser una amenaza real al statu quo?, ¿debe perseguir ese objetivo?
En la medida en que se afiance en la retórica de decir que cambiará el statu quo no lo creo. Lo que sí puede es cambiar su propio statu quo dentro de las reglas de juego, y ahí hay una esperanza.

¿Hasta qué punto se ha utilizado lo “político” como coartada en el arte contemporáneo?
Hasta puntos insoportables. Y opino que el uso de esa coartada política para engordar currículos artísticos o bolsillos extra-artísticos no aguanta una obra más.

En Clase cultural (Caja Negra, 2017), Martha Rosler afirma sentirse lejos de “estar preparada para aceptar que los artistas han perdido el futuro”. ¿Se ha acabado ya el arte contemporáneo?
El Arte Contemporáneo no es “el arte”, sino un intento de inmortalidad con la que se dotó el arte para eludir su transitoriedad en un momento dado. No creo que estemos en capacidad de demoler el arte, pero tampoco que el arte sea necesariamente inmortal. El Arte Contemporáneo, por ejemplo, alcanza su apogeo junto al decreto de la historia después de la historia de Fukuyama, tan aplaudido por la derecha, y del arte después del arte de Danto, tan aplaudido por la izquierda de ese medio. No creo que eso sea casual y mi libro es crítico con ambas opciones.

Culturas
Mamá, ahora sí querré ser artista

La Comisión de Cultura del Congreso aprueba por unanimidad la propuesta de Estatuto del Artista, que deberá ser ratificada en el Pleno. El texto plantea cambios legislativos de calado para adaptar la normativa a la realidad laboral de medio millón de personas.

¿Qué dice del momento presente del arte el hecho de que un retrato creado por una inteligencia artificial sea vendido en subasta por más de 430.000 dólares?
Que los medios del arte hoy están tan expandidos que no es necesario que seamos artistas para usarlos o incluso crear obras. Es la utopía de Duchamp y de Beuys llevada al paroxismo tecnológico. Y en esta fase encontramos una especie de artista automático como en la aviación encontramos un piloto automático.

¿Sería aceptable por el mundo del arte contemporáneo que alguien propusiese hacer de la prisión de Guantánamo un museo?
Ya está propuesto. Creo que la primera que lo planteó como hipótesis, no sé si irónica, fue Alicia Framis. Al respecto, Banksy ha realizado un grafiti y también una instalación paródica de Disney World, mientras que artistas como Hugo Orlandini han reproducido celdas. Es más, hace un año los propios prisioneros de Guantánamo hicieron una exposición in situ. Así que el mundo del arte ya lo ha aceptado. Aunque, todo sea dicho, no más que el mundo editorial, el musical y el cinematográfico.

¿En qué consiste la teoría de la retaguardia que propones? Es muy interesante lo que dices de que “la retaguardia nunca tendrá entidad suficiente para producir algún ‘ismo’ en la cultura”. ¿Cabe añadir que afortunadamente?
Mi “teoría de la retaguardia” es un guiño modesto, y por supuesto una enmienda, a la gran teoría de la vanguardia de Peter Bürger. Hace cuarenta años, este teórico definió la actitud vanguardista por la relación entre el arte y la vida. Y lo que yo digo en 2018 es que al arte hay que medirlo por su relación con la supervivencia, que es la continuación de la vida por medios más precarios. O mejor, por cualquier medio, que es lo que tienen los desesperados. Ahí estaría la importancia de la retaguardia. Y sí, afortunadamente no parece probable que se vaya a convertir en otro “ismo” de la cultura contemporánea, aunque tengo una buena noticia: a diferencia de la vanguardia, la retaguardia es un lugar en el que uno nunca está solo.

¿Por qué es importante hablar de todo esto de lo que estamos hablando?
En la medida en que pensemos el arte desde una visión estrecha, la importancia de todo esto será bastante residual. Pero si hablamos de un mundo y una época en el que la realidad se construye desde las imágenes visuales, entonces la importancia crece, porque estaríamos hablando de un arte y unos artistas que tienen ante sí un reto mayúsculo: que es el de construir los imaginarios de este tiempo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión IA: la nueva estética del fascismo
Es vergonzoso, destructivo y parece una mierda: el arte generado por IA es la forma estética perfecta para la extrema derecha.
En el margen
Laurent Leger-Adame “Fotografiar cuerpos negros es añadir narrativas que no están presentes en la fotografía mainstream”
Este fotógrafo nació en territorio de ultramar francés pero se crió en París y ha vivido y trabajado profesionalmente en Estados Unidos y Argentina. Actualmente reside en España, donde ha venido realizando diversos trabajos con la afrodiáspora.
Perfiles con tiempo
Perfiles con Tiempo Miguel Tadeo, pintor: “Cuanto más conocimiento tienes, más sabes lo poco original que eres”
Conocimiento, técnica e intimidad: esa es la triada a la que Miguel Tadeo (Logroño, 1986) alude para referirse a los pilares de su obra pictórica.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.
Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Laboral
Laboral El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social
“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Palestina
Palestina La UE apoya a Palestina con 1.600 millones de euros más pero sin entrar en la situación de Gaza
Los ministros de Exteriores europeos, que se han reunido en la mañana del 14 de abril con la Autoridad Nacional Palestina en Luxemburgo, no aumentan las sanciones contra Israel.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y lo saca de parrilla tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.