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Antimilitarismo
El momento dulce del movimiento por la objeción de conciencia de Corea del Sur
El derecho a rechazar el servicio militar en Corea del Sur está ahora reconocido. Pero la lucha sobre el servicio alternativo acaba de empezar.
Es el coordinador de la campaña por la objeción de conciencia en World Without War y objetor de conciencia. También es formador en la red de formación en no violencia Mangchi.
En una gran victoria para el movimiento a favor de reconocer la objeción de conciencia en Corea del Sur, los tribunales ordenaron a la Asamblea Nacional que prepare una ley que permitiría el servicio alternativo al Ejército para antes del 31 de diciembre. Éste fue el resultado de una decisión histórica del Tribunal Constitucional Coreano en junio, que dictaminó que la ley existente no garantizaba la libertad de conciencia bajo la Constitución.
Desde la decisión del tribunal, la sociedad coreana ha estado envuelta en un intenso debate sobre el tema. En el proceso, se han dado logros tangibles, como que el Tribunal Supremo declarara inocente a un objetor de conciencia por primera vez en la historia en noviembre. Por otro lado, se ha mostrado la omnipresencia del militarismo, y la lucha sobre cómo funcionará el servicio alternativo acaba de empezar.
Más de 15 años de resistencia al servicio militar llevaron a esta decisión del poder judicial, del que se dice que es la institución más conservadora de la sociedad coreana
Los coreanos creen firmemente que el poder militar es necesario para defender el país, dada su larga historia de ocupación extranjera y guerra. Hace cien años, Corea fue colonizada durante 35 años por el vecino Japón. Después de la liberación, las dos Coreas llevaron a cabo una guerra sin cuartel durante tres años, y ha habido conflicto militar constante de intensidad variable desde entonces.
La decisión del tribunal es importante si consideramos el poco tiempo que hace desde que este tema se puso en la agenda nacional. No hubo objetores de conciencia políticos al servicio militar durante el movimiento democrático de masas contra la dictadura en los 80. En ese momento, los movimientos estudiantiles y sindicales que lideraron el movimiento en Corea eran famosos por sus culturas militaristas.
Aunque ha habido más de 19.000 testigos de Jehová que han sido encarcelados desde 1945 —que pusieron la base de las conquistas de hoy— los objetores de conciencia políticos y los activistas pacifistas se merecen reconocimiento por convertirlo en un tema social. Más de 15 años de resistencia al servicio militar llevaron a esta decisión del poder judicial, del que se dice que es la institución más conservadora de la sociedad coreana.
Las estrategias que permitieron el éxito
El mayor factor en influenciar las recientes decisiones de los tribunales es que los objetores han seguido presentándose abordando la objeción de conciencia como un tema social. Los objetores políticos, en concreto, han hecho su existencia visible al hablar activamente sobre su pacifismo. Usando una variedad de tácticas —como celebrar conferencias de prensa y organizar actos con partidarios—, han convertido sus historias de rechazo del Ejército en un movimiento social.En el centro de este movimiento estaba World Without War (WWW, Mundo Sin Guerra), que fue formado en 2003 por objetores de conciencia y activistas por la paz para defender la objeción de conciencia y promover la introducción del servicio alternativo. WWW ofreció consejo a aquellos que estaban preocupados por rechazar el servicio militar. La organización también trabajó con estos objetores de conciencia para considerar, planear e implementar formas de comunicar sus ideas a la sociedad coreana. La gente que se negó a hacer el servicio militar se reunió de forma natural alrededor de WWW y fue a la cárcel tras declarar su objeción de conciencia.
En 2007, el Gobierno de Roh Moo-hyun decidió introducir un sistema de servicio alternativo, pero la decisión fue totalmente rectificada por el Ministerio de Defensa después de que el Gobierno conservador de Lee Myung-bak llegara al poder
En los primeros momentos de la campaña, WWW hablaba principalmente sobre crear un servicio alternativo más que de cómo impedir que los objetores fueran enviados a la cárcel. Tras la invasión estadounidense de Iraq y el envío de soldados coreanos a luchar allí, la participación en la campaña por la objeción de conciencia pasó a ser vista como desobediencia civil contra la violencia estatal. Esto reforzó el movimiento por la paz y llevó a gente a rechazar el Ejército por una mayor variedad de motivos.
Hay soldados que han rechazado el servicio militar tras observar violencia del Estado contra manifestantes o envío de tropas a luchar en guerras injustas; hay feministas que lo han rechazado para redefinir y expandir el entendimiento de la masculinidad, que el Ejército ha distorsionado; y hay activistas queer que han rechazado las normas sobre género y orientación sexual a las que les obliga el Ejército cuando declaran su objeción de conciencia con WWW.
WWW trabajó para aumentar su contacto con la comunidad internacional mientras continuaba con su campaña por la objeción de conciencia. Los movimientos pacifistas internacionales como la Internacional de Resistentes a la Guerra (WRI, por sus siglas en inglés) han facilitado importantes consejos, planificación y ayuda en la ejecución de las campañas desde el comienzo del movimiento coreano.
Para la sociedad civil coreana, en la que el asunto de objetar al servicio militar era inusual, la solidaridad internacional era un oasis en el desierto. Las estrategias para las campañas y los casos prácticos de otros países han sido de gran ayuda. WWW también ha participado en Naciones Unidas y otros organismos internacionales. En concreto, los tratados internacionales de derechos humanos han jugado un rol importante en influenciar el poder judicial para dictaminar a favor de la objeción de conciencia.
También hubo una crisis. En 2007, el Gobierno de Roh Moo-hyun decidió introducir un sistema de servicio alternativo, pero la decisión fue totalmente rectificada por el Ministerio de Defensa después de que el Gobierno conservador de Lee Myung-bak llegara al poder. Tras ese revés, los activistas se sentían desamparados. Habían hecho todo lo que podían pensar, incluyendo la organización de todo tipo de acciones callejeras, la presión sobre la Asamblea Nacional, la creación de solidaridad internacional y la participación en los organismos internacionales de derechos humanos. Dado el panorama político de Corea, era dudoso que el cambio fuera posible si el Gobierno conservador continuaba. Los activistas estaban cansados, desanimados y, por encima de todo, se habían quedado sin respuesta sobre qué hacer y sobre qué se podría hacer.
Si la introducción del servicio alternativo sigue este enfoque, puede que no sea una forma de expandir la libertad de conciencia o de debilitar el militarismo, sino más bien otra forma de castigar a los objetores de conciencia
Para reflexionar sobre su activismo y revitalizar los planes para construir campañas futuras, WWW albergó un curso de formación en no violencia usando la herramienta del Plan de Acción de Movimiento de Bill Moyer, con la ayuda de WRI. Esto se mostró muy oportuno y necesario para aquellos que participaban en la campaña. Este curso permitió que los activistas se sintieran empoderados de nuevo. Pudieron calmar su ansiedad al aprender que los movimientos sociales son un proceso largo y al encontrar las estrategias que necesitaban para conseguir sus objetivos a corto y largo plazo. Además, cada activista pudo encontrar activamente su papel en la campaña en el camino al éxito.
El liderazgo de las mujeres también tuvo una gran influencia en el movimiento de objeción de conciencia coreano. Ya que el servicio militar sólo es obligatorio para los hombres, las mujeres han asumido de forma natural roles de liderazgo porque los hombres que rechazan el servicio militar son encarcelados. Esto ha permitido a activistas femeninas liderar la campaña contra el servicio militar en Corea, lo que ha llevado al desarrollo de un movimiento más igualitario y democrático. WWW, por lo tanto, no cayó en trampas fáciles asociadas a los movimientos de objeción de conciencia, como convertir en héroes a los objetores masculinos.
Esfuerzos para superar los límites del éxito
Con la decisión del Tribunal Constitucional, la introducción de un sistema de servicio alternativo es ahora realidad. Sin embargo, algunos responsables del Ministerio de Defensa Nacional y del Gobierno no están interesados en abordar si el servicio alternativo cumple con los estándares de derechos humanos. El partido conservador, por ejemplo, está argumentando que el servicio alternativo debería usarse como una forma de castigo.El sistema propuesto por el Ministerio el 28 de diciembre no es aceptable porque requiere que quienes opten por él trabajen el doble de tiempo de lo que lo harían si se unieran al Ejército, y limita su servicio a los centros penitenciarios. Si la introducción del servicio alternativo sigue este enfoque, puede que no sea una forma de expandir la libertad de conciencia o de debilitar el militarismo, sino más bien otra forma de castigar a los objetores de conciencia.
En consecuencia, WWW está trabajando junto a otras organizaciones de la sociedad civil para asegurar que el servicio alternativo propuesto por el Gobierno se pone a disposición de una manera más respetuosa con los derechos humanos y no punitiva. Actualmente se están organizando campañas para presionar al Ministerio de Defensa Nacional y persuadir al Gobierno, así como mejorar la opinión pública sobre la objeción de conciencia.
Con la ayuda de un miembro de la Asamblea Nacional —que es abogado de derechos humanos y defensor de la objeción de conciencia— WWW hará una lista de legisladores que pueden ser más fáciles de persuadir y les hará blanco de sus acciones, tanto en internet como fuera de ella. También planean presentar ejemplos de servicio alternativo en otros países que son más justos, dado que hay más antipatía contra la objeción de conciencia que nunca.
WWW es totalmente consciente del límite del servicio alternativo y ahora está preparado para seguir desarrollando el movimiento del antimilitarismo tras su introducción. Los activistas han organizado seminarios y debates sobre este tema, y en los próximos meses desarrollarán talleres para marcar objetivos y estrategias para WWW, ya que el movimiento evoluciona más allá del servicio alternativo.