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Andalucía
El Calibán andaluz: reflexiones para un 4 de Diciembre en la nueva fase del neoliberalismo español
El ciclo reaccionario del neoliberalismo español 2008-2018 se cierra con la apertura de un nuevo ciclo ultraliberal y ultrareaccionario. Un fenómeno muy parecido a lo que podríamos llamar auge de la extrema derecha en Europa, ha atracado el puerto de Sevilla.
Hoy es martes 4 de Diciembre, día nacional de Andalucía. Es el 41 aniversario del 4 de diciembre de 1977. Y es el primer 4 de diciembre a las puertas de un Gobierno andaluz de derechas. Los momentos que marcan época no son fáciles de digerir, quedamos todos como en un sordo silencio denso como las piedras. Hay un pasaje de silencio antes de que la realidad estalle en sí, antes de que enmudezca el grito de los vencedores y la sorpresa del vencido. La época ya es distinta. El ciclo reaccionario del neoliberalismo español 2008-2018 se cierra con la apertura de un nuevo ciclo ultraliberal y ultrareaccionario. Un fenómeno muy parecido a lo que podríamos llamar auge de la extrema derecha en Europa, ha atracado el puerto de Sevilla. No es tan importe una alternativa política como un pensamiento alternativo de las alternativas actuales, como dice nuestro maestro y amigo Boaventura de Sousa Santos.
La nueva política ciudadana ha operado dentro de los consensos constitucionales y jurídicos aceptando los grandes marcos sociológicos del Estado español, situados siempre en la España del 39 como matriz de la España actual. El sistema judicial, la política migratoria, la violación de derechos laborales, el acaparamiento de tierras, los símbolos de la España posfranquista, el marco estatutario autonómico y demás dispositivos políticos contemporáneos, les ha hecho jugar en un campo donde siempre gana la derecha. Se agota una forma española y estatal de entender la izquierda andaluza. Es hora de atender a la crítica de la razón española fundadora de las izquierdas del PCE y de IA. Una forma de entender Andalucía como la prolongación de lo que sucede en España o como la prolongación de España hacia el sur. Es una izquierda que se impone, que impone valores y que no interpela a las grandes masas populares y trabajadoras del sur del Estado.
Habría que pensar qué ha pasado para que Podemos no haya arraigado entre los sectores obreros y populares y menos entre los sectores obreros y populares del sur.
Las masas obreras y trabajadores del Estado español, desde mi punto de vista, se dan en tres ejes fundamentales. El cinturón rojo de Barcelona, los barrios del sur de Madrid y los territorios meridionales del Estado como son Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía.
¿Por que Podemos no ha calado en ninguno de estos territorios, barrios y pueblos? Habría que pensar qué ha pasado para que Podemos no haya arraigado entre los sectores obreros y populares y menos entre los sectores obreros y populares del sur. Un cierto elitismo, un supremacismo intelectual y urbano, una clase media-alta ideológica siempre con más prejuicios a los de abajo que a los de arriba, les ha hecho prácticamente imposible que entiendan a los pobres ni que se hagan entender entre los pobres. La transición del voto pobre de clase humilde del POSE no es a Podemos, es a Ciudadanos o Vox.
La transición del voto pobre de clase humilde del PSOE no es a Podemos, es a Ciudadanos o Vox.
Hace tiempo sostengo que el PSOE tuvo dos grandes tareas históricas en la transición. Esas dos grandes tareas fueron conectar dos cosas. Conectar a las clases populares con las clases medias y altas por un lado y por otro lado conectar a Andalucía con España. Una vez que madura la crisis orgánica del PSOE que conocemos como “Felipismo” y su prolongación terminal del “Susanismo”. La transición del voto pobre de clase humilde del PSOE no es a Podemos, es a Ciudadanos o Vox.
Nuestra Andalucía ha despertado tras la noche electoral con tres cambios fundamentales:
1.- Hundimiento del PSOE-A como partido del posfranquismo andaluz. Lo cual ha llevado inevitablemente a un “gobierno del cambio”. La diferencia con el resto de territorios es que generalmente en España el régimen es el PP y los llamados gobiernos de cambio, han sido alianzas entre un PSOE de oposición y un Podemos emergente. En Andalucía al ser el PSOE el gobierno de régimen, las fuerzas del cambio se constituyen a partir de un PP de oposición y una extrema derecha emergente.
2.- La nueva política, las fuerzas del cambio, no llegan si no que se alejan. Desde que Podemos trazó la estrategia de acercamiento al PSOE, en Andalucía no le quedó otro espacio que el de apoyar a las estructuras del régimen, sostener al régimen psoísta. Teresa desde hace ya varios años ha descartado la alianza fuerte con movimientos sociales, populares y sindicales de base.
Prueba de ello y quizás la señal más paradigmática es su rechazo a la Plataforma 4 de Diciembre, su escaso apego al “andalucismo de izquierdas", fichando personalidades del viejo andalucismo añejo y alejándose, abandonando y despreciando al nuevo andalucismo popular de las manifestaciones nacionales del 4 de Diciembre. Su desprecio y desapego a la campaña de solidaridad por Andrés Bódalo o Francisco Molero, sindicalistas presos del SAT, han sido otra prueba de ello, quizás la más lamentable.
3.-El auge de la extrema derecha europea penetra en el Estado español por Andalucía. Lo cual nos puede extrañar si no comprendemos que no ha habido ninguna fuerza política que haya capitalizado el anti-pesoismo, dado que la estrategia de Teresa ha sido señalar a Susana, naturalizando así un posible pacto con el PSOE. El carácter radicalmente anti-sistema de confrontación con la Junta de Andalucía, con la corrupción del sistema andaluz y de la red clientelar del PSOE andaluz, ha recaído sobre las fuerzas neoliberales de derecha, como podía ser Ciudadanos. Ante el pacto de Gobierno PSOE - Ciudadanos, la posición contrahegemónica ha caído por inercia en el grupúsculo de extrema derecha que es Vox. 12 diputados ha conseguido en las primeras elecciones a las que se presentan en Andalucía y una posición que puede definir el nuevo gobierno andaluz. Una de las cuestiones que debemos tener en cuenta es que en el grueso de las experiencias históricas de extrema derecha, encontramos un importante componente rural
A lo largo del siglo XX europeo hemos visto al fascismo emerger de los conflictos por la tierra.
Tal y como han estudiado los profesores Francisco Cobo Romero y María Teresa Ortega López, no podemos olvidar los orígenes rurales del fascismo contemporáneo. A lo largo del siglo XX europeo hemos visto al fascismo emerger de los conflictos por la tierra en el primer tercio del siglo XX y durante la Guerra Civil, en la Italia partisana de la II Guerra Mundial, en Portugal, Rumanía y tantos otros países. El fascismo entendido como formación social ideológica que nace de los conflictos agrarios, del reparto de la riqueza acumulada y de defensa de los intereses de las clases productoras.
En este sentido nace en Andalucía, y en el contexto general de la España neoliberal actual, una nueva razón reaccionaria de explicar la política, de explicar la crisis, la desigualdad, la exclusión. De toda la trama de explicaciones reaccionarias que se dan a esta serie de problemas, nace la forma de dibujar la solución. Racismo, verticalismo, familia tradicional, violencia, obediencia, fe en el Estado, patriotismo excluyente y corporativismo empresarial son parte de los elementos clave del nuevo sentido común reaccionario que se instala en la política.
El reverso fue ayer 3 de Diciembre, ante la convocatoria de manifestaciones de repulsa en las principales ciudades andaluzas. Granada, Málaga y Sevilla han sido desbordadas por mareas de gente joven gritando consignas antifascistas y republicanas, una mezcla hermosa entre la cultura de “coordinadora antifascista” y 15M ha lagrimado Andalucía. Algo nos ha dolido, algo ha herido profundamente nuestro amor propio de pueblo. Seguramente no habrá sido perder un Gobierno del PSOE tras 36 años en el poder. Tampoco habrá sido los bajos y frustrantes resultados de Podemos-IU. Hay algo que hace sangrar a Andalucía y que no entienden sus izquierdas y, por supuesto, en absoluto entiende España. Andalucía es un gigante dormido, es un Calibán que próspero mira sorprendido.
Hoy es día 4 de Diciembre, es el 41 aniversario del 4 de Diciembre de 1977 en que Andalucía salió a gritar pueblo, a gritar democracia e igualdad. Abandonada ya toda expectativa de una confluencia andaluza del conjunto de las izquierdas, tras el abandono de Podemos de la Plataforma del 4 de Diciembre el año pasado, sin duda estamos ya no en el cierre de una fase, sino en el primer año de otra. Una nueva fase en la que el andalucismo ya no tiene organización propia, en que no hay ninguna esperanza de una confluencia, marea o espacio de encuentro.
El próximo jueves 6 de Diciembre desde las organizaciones Asamblea de Andalucía, Jaleo y el Sindicato Andaluz de Trabajadores se llama a una amplia manifestación en Granada. Las tareas del andalucismo de izquierdas siguen siendo las mismas que desde el año 2012 tras las Marchas Obreras Andalucía en Pie: crear una organización y estrategia desde las luchas sociales, populares y sindicales andaluzas; construir la organización andaluza que pueda dibujar escenarios de nuevas hegemonías sociales y populares en Andalucía. Sabemos qué hacer, quizás no sepamos cómo. Las izquierdas españolas han frustrado la posibilidad de un amplio espacio de confluencia. Podemos Andalucía ha sido y es un producto fracasado. Hemos construido acequias, que sin darnos cuenta pueden convertirse en cunetas.