Altsasu
Juicio por la pelea de Altsasu: “Fui allí como todo el mundo, para bailar, estar con los amigos e intentar ligar”

El primero de los acusados en dar testimonio en el juicio por la pelea de la localidad navarra de Altsasu explica que conocía a los guardias civiles porque le habían impuesto varias multas. El resto también ha negado haber participado en los hechos ni tener vinculaciones con partidos o movimientos políticos.

Pantalla en la sala de prensa de la Audiencia Nacional durante el jucio a los jovenes de Altsasu
Pantalla en la sala de prensa de la Audiencia Nacional durante el jucio a los jovenes de Altsasu Álvaro Minguito
16 abr 2018 10:29

“Yo no golpeé a nadie; hubo una especie de alboroto, empujones y la gente salió del bar”, ha explicado esta mañana ante el tribunal Jokin Unamuno, uno de los ocho jóvenes de Altsasu acusados de lesiones y amenazas terroristas por la pelea que tuvo lugar en este municipio el 15 de octubre de 2016.

El juicio, que ha comenzado hoy lunes 16 de abril, tiene lugar en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por la magistrada Concepción Espejel y de la que también son miembros los magistrados Manuela Fernández Prado y José Eduardo Gutiérrez.

Unamuno, que ha sido el primero de los acusados en declarar hoy ante la Audiencia Nacional y es uno de los tres jóvenes que han pasado el último año y medio en prisión preventiva, ha afirmado que no está de acuerdo con el relato realizado desde la acusación sobre lo ocurrido este día, ni con la relación entre esta pelea con los movimientos Alde hemendik u Ospa Eguna.

Testimonios

Después de que los abogados de los acusados, en las cuestiones previas, propusieran la impugnación del rechazo generalizado de pruebas de la defensa en la fase de instrucción, la vista oral ha continuado con el testimonio de Unamuno. Este ha explicado que el 15 de octubre de 2016, día de fiestas en Altsasu, llegó al bar donde ocurrieron los hechos cerca de las 5 de la madrugada para buscar a sus amigos. Según ha señalado, allí había un ambiente de fiesta cuando se encontró con los dos guardias civiles.

“Los conocía porque tiempo atrás me pusieron una multa y tuve una discusión con ellos”, ha explicado Unamuno. En concreto fueron multas de tráfico, por participar en el Ospa Eguna —movimiento que denuncia la alta presencia policial en la localidad y en el que explica que nunca tuvo un papel importante— y en manifestaciones en apoyo a los presos vascos. “Fui a recriminarles lo de las multas, les dije que menuda jeta tenían cuando se dedicaban a crujir a la gente a multas y luego se iban de fiesta tan tranquilos”, ha señalado tras explicar que estaba bastante borracho pero que en ningún momento les dijo que no tuvieran derecho a estar allí.

Uno de los guardia civiles le respondió llamándole por su nombre. “Me molestó bastante y comenzamos a discutir, pero no le insulté ni golpeé a nadie”. A continuación, según ha señalado, hubo un alboroto, empujones y mucha gente comenzó a salir del bar.

Unamuno afirma que este alboroto duró poco más de un minuto. Él continuó dentro un poco más de tiempo y cuando salió encontró al teniente en el suelo, con una mujer encima protegiéndole con el cuerpo. No vio al otro guardia civil ni a su pareja. “Yo no golpeé a nadie, ni dentro ni fuera del bar”, reitera.

Cuando salió del bar sintió un ambiente de calma tensa y, según afirma, fue consciente de que “había habido más jaleo del que pensaba”. Se quedó cerca y siguió allí cuando llegó la ambulancia y la Policía Foral, que le identificó y detuvo.

“Yo no acordé nada con nadie ni quise provocar nada. Es verdad que estaba muy borracho y mi reacción pudo haber provocado los hechos, estábamos todos bebidos, pero no era mi intención”, ha señalado.

Camiseta negra, camiseta naranja 

Tras Unamuno, el siguiente en declarar ha sido Adur Ramírez, también llevado a la Audiencia Nacional desde la prisión. Ramírez ha explicado que él se enteró de los hechos al día siguiente. Ha rechazado que esa noche hiciera llamadas “para planear una agresión contra la Guardia Civil”, como aparece en el escrito de acusación.

La defensa, durante la vista, ha mostrado una imagen tomada esa noche en la que se ve a Ramírez junto a Unamuno, y en la que el primero aparece con una camiseta negra y jersey gris. Ramírez ha asegurado que es la ropa que llevó toda la noche y con la que llegó a casa. “¿Cómo es posible que el teniente le identifique como uno de los autores y afirme que usted iba con una camiseta roja o naranja?”, le ha preguntado su abogada. “Eso me gustaría saber a mí”, ha respondido Ramírez.

Sobre Ospa, ha afirmado que es un movimiento que conoce, pero en el que no ha participado activamente. Ni siquiera suele acudir a la celebración del Ospa Eguna. “Solo en 2015, creo, en esas fechas suelo estar de vacaciones con mi familia”.

El tercero en declarar ha sido Oihan Arnanz, que es también el tercero de los jóvenes que han pasado año y medio en preventiva. “En un momento determinado de la noche, cuando me acerqué a la barra, vi que uno que resultó ser un guardia civil estaba discutiendo con alguien, pero un amigo me llevó para otro lado y me dijo que no me metiera, que eso no tenía nada que ver conmigo”.

Arnanz ha afirmado que nunca ha tenido ningún problema con la Guardia Civil. Ni siquiera tiene ningún tipo de militancia política, ni en Ospa ni en otro tipo de movimiento. Sobre lo declarado anteriormente ante la policía, ha indicado que le detuvieron cuando iba a clase y le llevaron a Tres Cantos. “Tenía miedo”, concluía en su declaración. Tras el testimonio de Arnanz, la sala ha ordenado un receso de diez minutos.

Jon Ander Cob, que pasó más de un mes en prisión preventiva por estos hechos. fue el siguiente en prestar testimonio. Como en los casos anteriores, respondió solo a preguntas de su abogado. “Esa noche salí, fui a un partido de pelota. Después nos dirigimos a un bar hacia las doce de la noche”.

Cob estuvo con un grupo de amigos hasta las 5 de la madrugada, según ha explicado en la sala, y durante la noche no usó el móvil. Cuando llegó al bar donde pasaron los hechos se encontró ya allí con la ambulancia y la Policía Foral. “Pregunté qué había pasado, y una persona me respondió de forma alterada y no entendí bien”. Después se enteró de que esta persona era sargento de la Guardia Civil. De lejos vio a la pareja del teniente, a la que conocía de vista por haber coincidido en el instituto, pero con la que no había hablado nunca.

Pasó un rato y afirma que nadie le habló como si él hubiera sido autor de los hechos. Tampoco la persona a la que preguntó y que resultó ser uno de los guardia civiles agredidos.

Cob achaca que la pareja del teniente le hubiera identificado como agresor porque en la rueda de reconocimiento, a pesar de las peticiones por parte de la defensa, no se llevó a gente que también residiera en la población. “Fue un fallo, no creo que tuviera mala intención”, añade.

Tras su paso por prisión preventiva, Cob afirma que ha tenido que dejar sus estudios de grado superior de guarda forestal porque tiene dificultades para concentrarse y problemas para dormir. También afirma que no tiene relación con el movimiento Alde Hemendik ni milita en ningún partido, ni en Ospa Eguna: “Lo conozco porque es un día conocido en el pueblo, pero no he asistido nunca”.  “No pertenezco a ningún colectivo y políticamente soy bastante ignorante, se podría decir que soy apolítico”, añade.

El quinto imputado en declarar ha sido Julen Goikoetxea. Ese día había ido a entrenar porque el domingo siguiente tenía partido. Acabó a las 21 horas y fue a casa, dejó la mochila y se arregló para salir a cenar con los compañeros del equipo- Tras cenar,  fueron de bares. Al lugar de los hechos llegaron a la 1.30h.

“Iba allí como todo el mundo: para bailar, estar con los amigos e intentar ligar”, señala. A las 4.30 de la madrugada vio que se produjo un tumulto en la entrada del local y la barra en el que se metieron entre diez y doce personas. En ese momento estaba alejado de ese sitio, teniendo en cuenta que el bar es bastante pequeño. Un cuarto de hora después salió del bar para orinar.

En el momento del tumulto estaba hablando con unos amigos. No participé en ningún tipo de discusión. “Voy muy a menudo a ese bar, me encanta, se lo puedes preguntar a las camareras. Es un sitio donde ponen música reguetón”, continúa.

Julen afirma que jamás ha tenido ningún tipo de conflicto ni en ese bar ni en ningún sitio. “Soy una persona pacífica”. Pero no le sorprendió el tumulto porque es habitual que haya cada fin de semana. Afirma que no conocía de nada a los guardias civiles, y no se enteró de que “había habido movida con unos guardias civiles” hasta la mañana siguiente.

Sobre las aplicaciones para borrar contenido del móvil afirma que se las descargó proque tenía imágenes de contenido sexual en las que aparecía junto a una amiga. “Fue por respeto a ella”, señala.

En cuanto a su reconocimiento por parte de los agredidos, explica que el resto de personas de la rueda de reconocimiento tenía rasgos latinos.

Aratz Urrizola, Iñaki Abad y Ainara Urquijo también han negado haber participado en la agresión a los guardias civiles.

En el caso de Aratz, esa noche trabajaba en otro bar y, cuando acabó el cierre, se fue con unos amigos de copas. Llegó al lugar de los hechos a las 5 de la madrugada. “Vi el coche de la policía, y también a Ainara, y le pregunté qué había pasado”. Le respondió que había habido una pelea y que habían detenido a Jokin.

Por su parte, Ainara afirma que en ningún momento de la noche estuvo dentro del bar Koxka, donde habría tenido lugar la agresión. Explica que estuvo en otros bares hasta las 4.30 y, cuando iba para casa, vio que en la puerta del Koxka había movimiento y se acercó. “Pregunté qué había pasado y me dijeron que una pelea con unos guardias civiles”.

Los ocho acusados se enfrentan a peticiones de pena de 62 años y seis meses de prisión —en el caso de Oihan Arnanz—, doce años y medio de prisión —en el caso de Ainara Urquijo— y 50 años para el resto de imputados. Desde Amnistía Internacional han anunciado que serán observadores del juicio. La organización entiende que los hechos no fueron constitutivos de delitos de terrorismo.

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#13911
16/4/2018 13:40

[Castellano]

Ante los dos juicios que van a comenzar hoy en la Audiencia Nacional española, por un lado el que se celebrará contra el periodista Boro y por otro el que tendrá lugar contra lxs jóvenes de Altsasu, el Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión desea mostrar su solidaridad a lxs 9 juzgadxs y quiere expresar lo siguiente:

Juicio contra Boro

El fiscal solicita 6 años de cárcel y una indemnización de 6.200 euros contra el periodista Jorge Correa 'Boro'. La Policía Española le detuvo el 29 de marzo de 2014 cuando estaba cubriendo una manifestación contra la monarquía en Madrid. Los policías le apalearon cuando cargaban contra los manifestantes para impedir que el periodista realizara su labor. Como siempre hacen los policías, fueron ellos quienes acusaron al periodista de atacar a dos policías y causarles lesiones, como evidencian las grabaciones publicadas.

El español es un Estado creado y mantenido por medio de la violencia. Por la fuerza tomó los pueblos a los que aún mantiene oprimidos, y por la fuerza promovió el reparto de riqueza actual del que se beneficia una minoría en perjuicio de la mayoría. Franco situó a los Borbón en la Jefatura de Estado como pilar del poder económico impuesto, y por eso mismo mantiene el Estado español la prohibición práctica de protestar contra la monarquía.

No cabe duda de que España sigue siendo un estado fascista, cárcel de pueblos y trabajadores, y por eso nos reafirmamos en la lucha por la independencia y el socialismo.

Juicio contra lxs jóvenes de Altsasu

La fiscalía pide un total de 375 años para estxs 8 jóvenes de Altsasu. La Guardia Civil, en cumplimiento de su papel de ocupante en Euskal Herria, lleva décadas asediando al pueblo vasco, amenazando, deteniendo y/o asesinando a quienes forman ese pueblo, con el fin de imponer el españolismo en nuestras tierras. Y lo ocurrido en la taberna Koxka de Altsasu en la madrugada del 15 de octubre de 2016 fue consecuencia de la impunidad de la que los ocupantes se sienten poseedores.

Los guardias civiles han convertido en tradición, también cuando están fuera de servicio, crear reyertas, y la historia de Euskal Herria nos ha dejado claros ejemplos de ello tomando protagonismo, también en algunos casos, las armas de los guardias civiles.

Como consecuencia de la actividad de violencia de la Guardia Civil e históricamente habiendo tenido en Sakana un presencia asfixiante, este pueblo hace tiempo que dejó claro que no la quiere aquí ni a ella ni al resto de fuerzas represivas. El Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión quiere aplaudir la actitud que han mantenido siempre en Sakana en contra de la presencia de las fuerzas de ocupación, denunciar la criminaliación del movimiento Ospa, dar legitimidad al trabajo contra la presencia de la Guardia Civil y aborrecer el montaje mediático-policial contra estxs 8 jóvenes.

Para terminar, queremos decir sin complejo alguno que no consideramos que la justicia vaya a llegar de juzgar a estxs jóvenes en ningún tribunal, sino de castigar los abusos que los miembros de las fuerzas de ocupación han llevado a cabo durante décadas contra estxs jóvenes y contra todo un pueblo, justicia que también vendrá como consecuencia de la salida de Euskal Herria de dichos cuerpos armados. Fuerzas de ocupación, ¡fuera de aquí!

En Euskal Herria, a 16 de abril de 2016.

Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión.

Texto completo en: https://www.lahaine.org/eusk-cast-sobre-los-juicios

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