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Ley de Memoria Histórica
¿Podemos esperar el fin del franquismo con la Ley de Memoria Democrática?
El anteproyecto de ley se presentó en septiembre de 2020, con mucha publicidad, orgullosa Carmen Calvo de un texto que ella avalaba como buena antifranquista (perdón, me he reído, no sé ustedes). Han necesitado casi un año para cerrar el texto del proyecto de ley y un cambio de responsable en el Ministerio. Parece que algunas de las críticas que desde las asociaciones y colectivos de víctimas del franquismo se habían dirigido al contenido del anteproyecto de ley han sido tomadas en cuenta, aunque no todas. El actual titular de la cartera incluso publica un artículo alabando el espíritu de la Ley de Memoria Democrática criticando los defectos de la antigua ley de la época del Zapatero (https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/ley-memoria-util-espana_129_8154779.html)
Lo cierto es que la ley de 2007 prácticamente no ha servido para nada. Aunque debemos reconocer que, después de más de tres legislaturas de Felipe González y tras 30 años de la muerte del dictador, Zapatero abordó el tema de la Memoria Histórica. Creíamos que con esa ley prácticamente se había puesto un punto y final, pero con esta nueva ley se ha avanzado un poco en el reconocimiento de las víctimas del franquismo. Eso sí, muchas de ellas ya no están para ver ese reconocimiento.
Sabemos que la tramitación de la ley va a ser dura. Primero por las sobreactuaciones que esperamos en la tribuna del Congreso por parte de los actores o actrices del PP, Voz y Cs. Pero tampoco va a ser fácil que consigan el apoyo que necesita el Gobierno dentro de sus propios “socios” (aunque sabemos que finalmente el mal menor es un buen argumento ya muy usado). Unidas Podemos presentaba un proyecto mucho más exigente que el aprobado. ERC ya ha mostrado su falta de acuerdo con el contenido recogido por el proyecto de ley y no olvidemos que ya se opusieron en su día a la aprobación de la Ley de Memoria de 2007. El resto de socios ya han ido dando muestras de sus intenciones.
Sabemos que la tramitación de la ley va a ser dura. Primero por las sobreactuaciones que esperamos en la tribuna del Congreso por parte de los actores o actrices del PP, Voz y Cs. Pero tampoco va a ser fácil que consigan el apoyo que necesita el Gobierno dentro de sus propios “socios”.
Pero las disputas de palacio poco nos interesan si lo que finalmente se apruebe sigue sin dar cumplida cuenta de aquellas demandas ya históricas (no podemos olvidar que algunas víctimas llevan 85 años sin recibir justicia) de Verdad, Justicia y Reparación. Y con gran dolor vemos que la segunda pata del mantra memorialístico no recibe la atención debida en esta nueva ley (en la de Zapatero ni se intuía el deseo de tratarlo). Lo más parecido con el término Justicia es la creación de un Fiscal de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática pero que necesitará de un desarrollo específico para que sus funciones sean reales y no se establecen plazos para ese desarrollo.
Por ver cosas positivas en el proyecto de ley, a su favor hay que destacar el reconocer que no se puede seguir con esa política del olvido y la amnesia que se propició en la Transición. “El olvido no es opción para una democracia”, dice la Exposición de Motivos de la Ley. Sin embargo avala la utilización de la Ley de Amnistía como modo de lograr la convivencia pacífica y, por tanto, no aborda la posibilidad de Justicia para las víctimas.
Pero, sinceramente, ¿esta ley logrará que finalmente se acabe con la impunidad del franquismo cuando pervive la Ley de Amnistía como amparo de todos aquellos criminales fascistas? Dejo la contestación para cada quien tenga el gusto de reflexionar sobre ello, sabiendo cómo han contestado los jueces ante querellas de tortura, etc.
Pero, sinceramente, ¿esta ley logrará que finalmente se acabe con la impunidad del franquismo cuando pervive la Ley de Amnistía como amparo de todos aquellos criminales fascistas?
Es cierto que recoge el fin de las fundaciones que exaltan el golpe de estado y el régimen de la dictadura franquista. Pero consideramos que solo con eso no se ataja la impunidad franquista ni se trabaja en medidas de Garantía de no Repetición.
Aparece en la exposición de motivos una condena textual al golpe de estado del 36 y al régimen franquista. Muy bien, lo aplaudimos.
Ha recogido de forma específica la represión a las personas LGTBI y a las mujeres, incluyendo un puñado de artículos sobre el robo de bebés (hay un proyecto de ley sobre los bebés robados que está con su tramitación en el Congreso, paralizada sin dar explicaciones del porqué). También hace referencia a las víctimas de la actuación franquista cuando decidió no dar la vacuna de la polio más que a los hijos del régimen por lo que hoy tenemos a miles de personas con secuelas de la poliomielitis (actualmente erradicada). Otro sector que ha merecido su reconocimiento es el pueblo gitano que sufrió también represión durante el franquismo. Se recogen los trabajos forzados, de nuevo con una propuesta de hacer un censo de las obras y reconocimiento, pero no va mucho más allá en la reparación ni en la petición de Justicia a las empresas (recordemos que muchas de las grandes constructoras actuales son herederas de aquellas que se lucraron con la mano esclava de los presos del franquismo).
También se reconoce la consideración de víctima con independencia de que exista o no autoría conocida de la violación de sus derechos.
Una de las mejores noticias es la creación de un banco de ADN, tan demandado por parte de las víctimas. Sabemos lo importante que es poder tener muestras de familiares directos, y muchas de las personas que pueden facilitar este dato tan importante han fallecido o tenemos poco tiempo para poder seguir tomando muestras. Pero eso también tiene que desarrollarse y ponerse en marcha.
Parece que vamos a ver el final de los monjes del Valle de los Caídos y de la Fundación Francisco Franco. Pero todo eso lo tenemos que ver una vez aprobada la ley y cumpliendo los procedimientos establecidos y, además, imagino que se emprenderá una pelea judicial (ya han amenazado con ir al Constitucional para anular la ley).
Una de las novedades que aporta la Ley es la introducción en el plan de estudios de la historia de quienes lucharon por valores democráticos: “El sistema educativo español incluirá entre sus fines el conocimiento de la historia y de la memoria democrática española y la lucha por los valores y libertades democráticas”.
Pero seguimos valorando negativamente contenidos o formas de esos contenidos de la ley como son:
· Se ciñen las fechas objeto de la ley de 1936 a 1978 (fecha de promulgación de la Constitución) pero toda la violencia ejercida durante la Transición queda fuera de esta ley.
· A pesar de querer dar cumplimiento de las necesidades de las víctimas del franquismo en la exposición de motivos, deja claro que desde el Gobierno lo único que pretenden con esta ley es dar cumplimiento a los principios de verdad y “reparación” porque entiendo que sin Justicia no hay Reparación.
· Parece que todo tipo de reparación económica ya se ha dado por saldada y la ignominia de diferenciar dentro de las víctimas del franquismo por las fechas en las que sufrieron la represión se ve mantenida y dada por buena con esta nueva ley que en ningún caso va a dar más reparación que la de un certificado de víctima, como lleva haciendo desde hace más de dos años este Gobierno para hacerse la foto con las víctimas.
· Se establece como día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas (entiendo que también las del bando fascista) el 31 de octubre, fecha en la que se aprobó la Constitución del 78 y la ley 52/2007 (la Ley de Memoria Histórica). Y digo yo, al igual que se le abucheó a Dolores Delgado en París en el homenaje a La Nueve por decir que aquellos milicianos defenderían hoy la Constitución del 78, ¿qué tienen que ver aquellas personas que murieron y lucharon en el 36 con esta Constitución del 78? Y el 8 de mayo como día de recuerdo y homenaje a las víctimas del exilio (misma fecha de celebración de la victoria europea sobre el fascismo y el nazismo).
· Aunque se declaran nulas e ilegítimas las condenas dictadas por los tribunales franquistas que no respetaban las más mínimas garantías procesales de defensa, se queda en una declaración de reconocimiento y reparación personal que no conllevará, en ningún caso, reclamación patrimonial al Estado. Vamos a conseguir un papelito en el que dice que tu sentencia es nula.
· Se creará un censo de víctimas, un mapa de fosas que mantendrá la Administración, etc. Pero si hasta ahora los datos conseguidos por la Administración son los cedidos por las Asociaciones de Víctimas y parece por lo que indica el articulado que seguirá siendo mantenido con los trabajos de recuperación realizados por la sociedad civil. Ojalá lleven a cabo su propia obligación como indican en el articulado “Art. 16. Corresponderá a la Administración General del Estado la búsqueda de personas desaparecidas durante la Guerra y la Dictadura, sin perjuicio de las competencias de otras administraciones públicas relacionadas con dicha actividad”. Lo único ilusionante es que parece que se quiere es que el procedimiento quede judicializado con comunicación de los hallazgos al Ministerio Fiscal.
· A pesar de recoger el tratamiento de los fondos documentales y archivos parece que se necesita un desarrollo de la ley para que realmente sea efectivo, según las opiniones de quienes trabajan en el tema archivístico.
· Se crea una Fiscalía de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática que, al igual que sucede en el tema de los archivos, debe requerir de un desarrollo y una dotación económica o simplemente será una figura decorativa muy interesante de mostrar pero sin ninguna efectividad.
Así definen en su exposición de motivos lo que pretenden con esta ley:
“Con esta Ley se pretende cerrar una deuda de la democracia española con su pasado y fomentar un discurso común basado en la defensa de la paz, el pluralismo y la condena de toda forma de totalitarismo político que ponga en riesgo el efectivo disfrute de los derechos y libertades inherentes a la dignidad humana. Y, esta medida, es también un compromiso con el futuro, defendiendo la democracia y los derechos fundamentales como paradigma común y horizonte imborrable de nuestra vida pública, convivencia y conciencia ciudadana”.
No podemos poner en duda la intención del Gobierno de atender las peticiones de las víctimas del franquismo. Pero teniendo la experiencia de la anterior ley de 2007, sabemos que una ley que queda al vaivén de los cambios de Gobierno y no se consigue sustentar con unos presupuestos y una dotación de medios imprescindible no tendrá más que un valor de papel mojado. Ya sufrimos el retraso, paralización y obstaculización de la recuperación de la memoria durante los Gobiernos de Rajoy. No podemos volver a padecer situaciones así. Es de justicia que las víctimas del franquismo sean reparadas.