Derecho a la vivienda
La vida después del incendio

Vecinos y vecinas del bloque incendiado de la Sareb en el municipio madrileño de Collado Villalba siguen sin poder acceder a las viviendas, mientras miran al futuro con incertidumbre.
Incendio Sareb Villalba - 2
El bloque incendiado se ve desde el estudio que comparten Mustafa y sus compañeros Elisa González
Fotógrafa
19 ene 2023 08:24

Cuando se abre la puerta metálica de la calle Real de Villalba se entra en un breve pasillo. En frente, a pocos pasos, una puerta metálica y una tosca tapia de ladrillos taponan las escaleras que accede a los pisos superiores. Es la barrera que separa a quienes hace poco más de 20 días vivían allí, de sus hogares, y también de las cosas que tuvieron que dejar atrás en mitad del fuego. La pared se levantó poco después de que los habitantes de las 16 viviendas del inmueble tuvieran que desalojar los pisos donde residían a primera hora de la mañana después de despertarse por el humo provocado por varios focos de fuego en las escaleras. 

Si sigues caminando, pasando las escaleras tapiadas, puedes acceder a otro bloque de pisos, este más grande, con unas 70 viviendas. El edificio se salvó del fuego porque sus habitantes pudieron reaccionar a tiempo. Sonia, vecina del bloque incendiado, e integrante de la Asamblea de Vivienda de Villalba, nos guía unos pisos más arriba. Ella ya ha hablado con los medios, pero hay muchas otras personas a las que no se ha escuchado. Personas que ante el incendio de sus viviendas no tienen dónde ir, pues no tienen ninguna red en el país, y sufren un plus de desamparo por su condición de migrantes. 

Derecho a la vivienda
Madrid Incendian en Collado Villalba dos bloques ocupados en los que había un centenar de personas en su interior
La Asamblea de Vivienda de Villalba denuncia el intento de “quemar vivas” a un centenar de personas. A partir de las 7 de la mañana, las vecinas del bloque más afectado se han despertado con el fuego inundando los rellanos, gritos de socorro y puertas ardiendo. Han tenido que ser rescatadas por los bomberos y al menos siete personas han requerido hospitalización.

Uno de ellos es Mustafa, este joven de ventipocos años hace de intérprete y a ratos también de portavoz de otros vecinos de origen marroquí que, como Sonia, han encontrado acomodo temporal en los bloques de enfrente, gracias a que había algunos pisos vacíos. Los vecinos vienen reclamando volver a sus casas, después de que Sareb —propietaria de las viviendas— y el Ayuntamiento hayan aprovechado el incendio —que todos saben provocado— para impedirles el acceso.

20 días después las expectativas de Mustafa y otros compañeros se han vuelto más modestas. “Al menos que nos abran las puertas para que podamos recuperar nuestras cosas. No tenemos forma de volver a las casas, tú has visto la pared que han puesto, encima han llenado todo de alarmas”. La tapia y las alarmas les separan de todo lo que tuvieron que abandonar durante la mañana del 28 de diciembre. Temen que si intentan acceder a sus cosas, llegue la policía y les detenga. 

“Al menos que nos abran las puertas para que podamos recuperar nuestras cosas. No tenemos forma de volver a las casas, tú has visto la pared que han puesto, encima han llenado todo de alarmas”

Mustafa habla desde el piso que comparte con otros dos compañeros. Tiene vistas privilegiadas al edificio que se quemó, una estructura blanca con las ventanas ennegrecidas por el humo. Sus compañeros son dos amigos de la infancia en Castillejos, compañeros de migración y de vida. De fondo, en la tele, se ve una serie policiaca, en el único canal que sintonizan. Todas las tardes las pasan con los polis, bromean.  En el salón también están Sonia y su hija veinteañera, Violeta —las únicas que dan su nombre real— después vienen otros compañeros más, supervivientes del incendio.

Vuelven a revivir lo ocurrido, una vez más, sin acabar de creérselo. “Cuando empieza a llegar el humo a la casa, nosotros estamos en el cuarto piso”, recuerda otro joven. “Piensas que ya está, que te vas a morir, que si abres la puerta y sales a la escalera te vas a encontrar a todos muertos”. Los chicos, alojados en el cuarto piso, pudieron salvarse de la asfixia subiendo al tejado el edificio. No fue hasta que llegaron los bomberos que consiguieron salir de allí. Debajo de ellos, familias con niños, personas mayores, y la incertidumbre sobre con qué o quiénes estaría arrasando el fuego. 

A Karim, que lleva casi 20 años en Villalba, le despertó su primo Assad, el primero en percibir el humo. Y menos mal, porque él fue el primero en subir, a través de la ventana de su vivienda, a la azotea. Una vez allí empezó a ayudar a todos los habitantes del cuarto piso a escapar. “No sabía dónde estaba el fuego ni nada, cuando me asomé a la calle Real a ver qué pasaba, lo primero que vi fue a Amin y su compañero, Adil, en la ventana”, primero pusieron a salvo a la gata de ambos, luego Karim sacó a Amin, y juntos izaron a Adil. “Luego ya me fui a sacar a mi primo, a mis dos hermanos y a mi padre”. 

Karim cuenta entre risas que cuando sacó a los primeros en vez de ayudarle se fueron a tomar aire. Luego matiza, habían tragado mucho humo, necesitaban respirar, luego todos ayudaron. Detrás de esa forma un tanto épica de recordar los hechos, subyace el hecho de que podrían haber muerto. El hermano menor de Karim se quemó las manos intentado salir, la barandilla de hierro de las escaleras, ardía. Su padre, asmático, inhaló mucho humo. Ambos fueron hospitalizados. El mismo Karim, tiene aún una mano escayolada. Lleva 20 días así, “me dijeron que me llamarían en una semana” y teme perder un trabajo que empezará pronto. “Me lo hice al día siguiente del incendio, intentando sacar cosas, me han dicho que me van a tener que poner tornillos”, cuenta. “¡Yo estaba convencida de que te rompiste la mano subiendo a gente al tejado!”, se sorprende Sonia.

Tras el incendio el frío

Del otro lado del pasillo Mariam, Mahmoud y sus dos hijos pequeños, pasan la tarde en el estudio que han conseguido ocupar después de que toda su casa ardiera. Es un espacio pequeño, ocupado por una cocina americana, una estancia donde han dispuesto una litera y una cama, y un baño. Las viviendas del bloque son así, estudios para una o dos personas, el tipo de unidades quizás más pensadas para invertir y poner en alquiler que para vivir. 

“Esperábamos que algún día nos pudieran echar, o algo así. Pero fuego no. Han prendido fuego a las escaleras para que la gente no pueda escapar ni nada. No sé. Esto es que te quieren matar”

Es lunes y la ola de frío que se viene, es uno de los temas recurrentes de conversación. Aún hacinados y con frío, la pareja sabe que ha tenido suerte de encontrar esa solución temporal: “si no fuera porque los vecinos dejaron esta casa qué íbamos a hacer, ¿irnos a la calle con los niños?” En la casa de esta familia hay menos ligereza, el padre transmite su preocupación, con la ayuda de Mustafá, que traduce y suma su propia indignación. “Hay muchas familias aquí que tienen hijos, personas mayores. Servicios sociales sabe, y nadie hace nada. Vas a servicios sociales  y no te hablan con respeto, solo te dicen que te van a quitar a los niños”. Al trato que recibe cuando va a buscar ayuda, a la amenaza de perder la custodia de sus hijos, Mahmoud le pone un nombre: “Nos tratan con mucho racismo”, apunta.

20 días atrás, Mariam y Mahmoud se despertaron con el humo, con dos niños pequeños, sin poder salir de casa. Les salvaron, pero la amenaza de perderlos continua, temen que buscar ayuda implique que les separen de los pequeños. “Si tienes familia aquí te pueden ayudar, pero si no, quién va a ayudarte, dónde vas a dormir, ¿en la calle?, ¿como un perro?”, explica Mustafá, tras ayudar a la pareja a contar su historia.

Collado Villalba
Especulación inmobiliaria La opacidad de la Oficina Antiocupación de Collado Villaba cuestiona a su alcaldesa
La Oficina Antiocupación ha sido adjudicada a través de un contrato menor a Desocupaciones Técnicas, empresa que comparte administrador único con Desokupa Exprés, investigada penalmente por entrar a un domicilio de Sevilla con la técnica del butrón.

Según vienen denunciando los y las vecinos, apoyados por la Asamblea de Vivienda de Villalba, que tomó estos edificios en diciembre de 2020, bloques propiedad de la Sareb —activos tóxicos herencia de la burbuja inmobiliaria que estaban vacíos desde 2008—  la presión para echar a quienes allí viven ha sido continua desde el principio. Desde el cierre de fuentes aledañas para que no puedan aprovisionarse de agua, a la creación de una oficina antiocupación —que tuvo que cerrar después de que se descubriera que se había adjudicado sin concurso a una entidad relacionada con Desokupa— los esfuerzos desde el consistorio gobernado por el Partido Popular de desalojar a estos vecinos y vecinas no han cesado. En ese marco, explica Sonia, el incendio provocado, y la estrategia de tapiar las casas y sembrar las viviendas de alarmas, servirían al mismo fin. El señalamiento continuo de la gente de los edificios, ante cualquier problema de seguridad en la zona, formaría parte de la misma estrategia expulsiva.

En el piso donde conversan los jóvenes y no tan jóvenes habitantes de las casas quemadas, se habla de racismo. “Seguro que hay mucho racismo, pero no te lo van a mostrar directamente —reflexiona Karim— munca vas a saber lo que gente tiene dentro, ¿sabes? Vas a saber muchas cosas de la vida tal, pero nunca vas a saber que tiene una persona dentro”. Mustafá considera que hay de todo, “hay racistas y hay gente buena, hay piedra y arena, hay policías buenos y policías malos. Si te toca un policía malo, te cachean delante de la gente, y te insultan”.

Conscientes de que son vecinos incómodos, saben que la posibilidad de ser desalojados estaba ahí. “Esperábamos que algún día nos pudieran echar, o algo así. Pero fuego no. Han prendido fuego a las escaleras para que la gente no pueda escapar ni nada. No sé. Esto es que te quieren matar”, apunta Mustafa. O, como denunciaba la Asamblea de Vivienda en su comunicado tras el incendio: “unos señalan, y otros prenden la mecha”.

El bloque incendiado con las ventanas ennegrecidas.
Incendio Sareb Villalba - 2
Ampliar
El bloque incendiado se ve desde el estudio que comparten Mustafa y sus compañeros
El bloque incendiado se ve desde el estudio que comparten Mustafa y sus compañeros
Incendio Sareb Villalba - 4
Ampliar
La vida después del incendio. Vecinos y vecinas del bloque incendiado de la Sareb en el municipio madrileño de Collado Villalba siguen sin poder acceder a las viviendas, mientras miran al futuro con incertidumbre. 19 de enero de 2023.
La vida después del incendio. Vecinos y vecinas del bloque incendiado de la Sareb en el municipio madrileño de Collado Villalba siguen sin poder acceder a las viviendas, mientras miran al futuro con incertidumbre. 19 de enero de 2023.
Incendio Sareb Villalba - 9
Ampliar
Puerta de metal y tapia con la que impiden el acceso a las viviendas.
Puerta de metal y tapia con la que impiden el acceso a las viviendas.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Euskal Herria
Justicia Aplazado el juicio contra los activistas por el paso de migrantes durante la Korrika
La vista se retrasa al 7 de octubre para que el tribunal pueda responder a las preguntas de los abogados. Los acusados han presentado más de 3500 autoinculpaciones recogidas con la campaña “J'accuse”
La internacional Sonora
El Salto Radio La Internacional Sonora 19: Libia
Entrevistamos a Rasha Nagem, analista y especialista libia en radicalización extremista, sobre la situación actual de Libia.
Opinión
Opinión ¿Y si lo xarnego fuese otra cosa?
Lo xarnego no es una ideología: marca un origen migratorio y a partir de aquí cada cual es de su padre y de su madre: hay xarnegos indepes como los hay anarquistas.
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
Crímenes del franquismo
Víctimas de la dictadura Admitida a trámite otra querella por los crímenes del franquismo en Madrid
Carlos Serrano Suarez denuncia que fue sometido a torturas por parte de cinco policías de la Brigada Político Social. El juzgado número 41 ha decidido abrir el caso, algo que desde CEAQUA califican como “excepcional”.
Opinión
Opinión Monetizadores de la estupidez
Ser un chalado anticiencia puede llevar a pasearte por radios, televisiones y streamings porque eres rentable para gente sin un mínimo de ética periodística.
Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Opinión
Opinión Un monstruo camina sobre suelo urbanizable
El cojín socioeconómico y cultural que sostiene los sucesivos desfalcos del PP valenciano solo se entiende desglosando un ecosistema alimentado por la catalanofobia y las fiestas con toros.

Últimas

Sanidad
Sanidad privatizada Óscar López vuelve a ceder al chantaje de las aseguradoras y aumenta un 41% el dinero para Muface
El gobierno aprueba en el Consejo de Ministros un aumento de las primas para las aseguradoras privadas del 41,2%, superior al que en un primer momento estas empresas demandaban.
Euskal Herria
Justicia Aplazado el juicio contra los activistas por el paso de migrantes durante la Korrika
La vista se retrasa al 7 de octubre para que el tribunal pueda responder a las preguntas de los abogados. Los acusados han presentado más de 3500 autoinculpaciones recogidas con la campaña “J'accuse”
Madres protectoras
Justicia Colectivos feministas piden medidas para asegurar un juicio justo a una madre protectora acusada de secuestro
Las organizaciones piden que se tome en consideración la denuncia por abusos sexuales contra el progenitor, los intentos de la mujer por buscar medidas de protección en España y el arrancamiento de su hija.
Galicia
Galicia La Xunta maniobra para ampliar la balsa de lodos rojos de Alcoa pese a los riesgos medioambientales
La conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, garantizó al comité de empresa de la planta de Alcoa en San Cibrao, situada en Cervo (Lugo), que ampliará su capacidad a pesar del riesgo medioambiental.
Militarismo
Militarismo Reloj, no marques las horas que quedan hasta el apocalipsis (marca los segundos)
El Boletín de los científicos atómicos lanza su anual advertencia sobre la proximidad del fin del mundo. Se trata un instituto fundado en 1945 por Albert Einstein, J. Robert Oppenheimer y los científicos del Proyecto Manhattan.
Más noticias
Música
Música Apoteòsic Muguruza
Barcelona, Palau Sant Jordi. 24 de enero de 2025.
Cine
Cine ‘La ciudad es nuestra’, la película sobre las primeras asociaciones vecinales de Madrid, cumple medio siglo
‘La ciudad es nuestra’, de Tino Calabuig y Miguel Ángel Cóndor, continúa igual de vigente que cuando se filmó, convirtiéndose en una película de imprescindible visionado, tanto por su valor documental histórico como por el ejemplo que presenta.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sánchez resucita el decreto ómnibus con más ayudas a los propietarios
El Gobierno anuncia un acuerdo con Junts para reflotar el decreto que permite revalorizar las pensiones con nuevos avales estatales para caseros. El presidente se compromete a convocar una moción de confianza.

Recomendadas

Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.
Cómic
Cómic Cómo la gentrificación del webcómic explica el estado de internet y de la cultura actual
Las nuevas generaciones leen viñeta a viñeta en la pantalla del móvil y las plataformas rentabilizan la parte del león de las visitas e influyen en el tipo de historias y estilos que se leen o no.