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Derecho a la vivienda
La Asamblea de Vivienda de Tetuán consigue frenar el traslado forzoso de una vecina
Ámbar Nierez es una madre con dos hijos menores que vive, desde el pasado octubre, en un piso de recurso de Provivienda porque antes ya había padecido un desahucio y pasado por el refugio de Las Caracolas de Vallecas. En mayo cumpliría seis meses de estancia en el recurso del distrito madrileño de Tetuán donde podría permanecer hasta un año. Sin embargo, dos profesionales de Provivienda que llevan su caso le habían puesto el 15 de mayo como fecha límite para abandonar esa vivienda y enviarla a otro recurso en Carabanchel por 16 días más. Después, nada.
Actualmente, esta vecina de Tetuán no tiene un empleo remunerado pero para poder acceder a uno se encuentra haciendo, por un lado, un curso de programación y ciberseguridad —que le ofrecieron desde Provivienda empleo—, y que termina en julio. Por su propia cuenta, ella también está en un curso de sociosanitaria por las tardes, y se encuentra en búsqueda activa de empleo, además de cuidar a sus hijos pequeños.
Provivienda es una asociación no gubernamental que, de acuerdo a datos de su página web, gestiona 67.000 viviendas en quince comunidades autónomas. Proclaman entre sus ejes de trabajo la “inclusión a través de la vivienda”, ya que “la vivienda es el eje que vertebra otros aspectos de la vida, por lo que carecer de ella puede tener graves implicaciones“. ”Un hogar digno al que se acceda en igualdad de condiciones, es la base para la inclusión social, especialmente de aquellas personas con mayores dificultades”, proclaman en su web.
Sin embargo, en palabras de Ámbar a El Salto, esta entidad le esgrime como razón para abandonar la vivienda “que yo no voy a ser capaz de conseguir un empleo”. Enseguida explica la contradicción que hay en ese argumento, dado que fue misma Provivienda quien promovió que hiciera el curso que termina en dos meses y medio: “Si tú pones a una persona en un curso de formación de seis meses, y me faltan casi tres para terminarlo, no me pueden tirar a la calle porque no se han cumplido los objetivos todavía”.
“Me quitan mis redes más cercanas, porque ellos [Provivienda] dicen que es importante tejer redes”, asegura Ámbar, cuyas redes están en el distrito de Tetúan, donde forma parte desde hace dos años de la Asamblea de Vivienda del barrio
Admite que tener que mudarse ahora le implica mover una serie de cuestiones personales, como afrontar desde otro sitio el fin de curso de sus niños, y sobre todos alejarla de su barrio. “Me quitan mis redes más cercanas, porque ellos [Provivienda] dicen que es importante tejer redes”, lamenta. Y las tiene, asegura Ámbar: allí forma parte desde hace dos años de la Asamblea de Vivienda de Tetuán, su grupo de confianza, y con cuyo apoyo enfrenta la urgencia habitacional que vive ahora.
También en Tetúan acude al banco de alimentos y tiene a su trabajadora social, y sus hijos, los amigos en el colegio. “Quitarme el arraigo social y dejarme totalmente sola en una situación de vulnerabilidad es algo que no entiendo. Ellos dicen defender unas cosas y realmente no es lo que están haciendo conmigo”, se queja. Lo que pide Nierez es que le alarguen la estancia seis meses más hasta que se estabilice su situación, terminar los cursos y poder aplicar a un trabajo.
Ante esta urgencia, un grupo de unas quince personas de la Asamblea de Vivienda de Tetuán la acompañaron la mañana del miércoles a la sede de Provivienda en Madrid. Entraron a las oficinas y, siempre de manera pacífica, desplegaron dos pancartas y comenzaron a gritar consignas de apoyo a su vecina. No pasaron ni cinco minutos cuando una persona de la entidad preguntó al grupo sobre el caso de Ámbar y casi inmediatamente le ofreció hablar con ella, y con María, de la asamblea, en un despacho. Transcurrieron cerca de 40 minutos sin mucho avance, hasta que finalmente salieron. Preguntada por El Salto —único medio que cubrió la acción—, María explicó los acuerdos fruto del encuentro. Provivienda se compromete a reunirse pronto con el Servicio municipal de asesoramiento a la emergencia residencial, SAER, para luego comunicar lo que haya decidió a Asamblea de Vivienda de Tetuán.
Es probable que esto explique que, siendo las viviendas que gestionan entidades como Provivienda recursos del Ayuntamiento de Madrid que salen a concurso, en última instancia la decisión final sobre el fin de la permanencia en los pisos la toma el SAER. Desde AV Tetúan confían en que se cumpla la reunión acordada, pero de momento que han conseguido que no trasladen inminentemente a Ámbar fuera del barrio hasta no negociar una solución.
‼️ACCIÓN SORPRESA A @provivienda_org
— Asamblea Vivienda Tetuán (@AVTetuan) May 10, 2023
Estamos en su sede central para apoyar a nuestra compañera Ámbar y exigir:
1. Que no se traslade fuera del barrio
2. Que se renueve su permanencia y se suspenda su desahucio
3. Que para el trato hostil hacia ella#ProviviendaDesahucia
¿Viviendas para quién?
Provivienda, además de estudios e investigaciones sobre el derecho a la vivienda y de “ofrecer viviendas que cambien vidas”, reza su misión, actúa como un gestor vivienda desde un enfoque de derechos. Así, organismos municipales les derivan casos de personas con necesidades habitacionales. Sin embargo los pisos que tienen como recursos se rigen por el precio de mercado. En este sentido, Ámbar, ha explicado a El Salto, que las profesionales de Provivienda que atienden su caso, y con las que se reúne una vez a la semana han llegado a decirle las personas “que con un solo trabajo no podré pagar un alquiler, que necesito dos y que no seré capaz de conseguirlo”. Reconoce en ello un trato discriminatorio “ya te están negando la posibilidad sabiendo que tengo una situación vulnerable.
“Tú no tienes casa no porque no hayas dejado hoy la cama sin tender, sino por la situación estructural que hay”, reclama Ámbar
Al ser la suya una de viviendas supervisadas, y con protocolos algo restrictivos, la mujer se incomoda cuando empieza a describir algunas cuestiones que se suman al estrés de perder su vivienda. “Tú no tienes casa no porque no hayas dejado hoy la cama sin tender, sino por la situación estructural que hay”, reclama. Reconoce sentirse vigilada, a la vez que vive con “incertidumbre, tristeza" y también los niños se preocupan, explica. En estos días, su hijo mayor participa en campeonatos de natación, y reconoce que quiere apoyarle pero la idea de perder otra vez su vivienda le ocupan también sus pensamientos.
Por ello, desde la Asamblea de Vivienda de Tetuán sostienen que estarán atentas al desarrollo de los acuerdos alcanzados en la reunión que han tenido con Provivienda para exigir, que no se traslade a Ámbar fuera del barrio, que se renueve su permanencia y se suspenda su desahucio y que pare el trato hostil hacia ella, y reiteran: “Ámbar no está sola. Y no vamos a parar hasta conseguir una solución digna para nuestra compañera”.