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Derecho a la vivienda
La PAH calienta motores antes de la manifestación del 6 de octubre
Tras un periodo de meses intentando negociar media docena de alquileres sociales con Bankia, medio centenar de activistas se han presentado en la sucursal de la Plaza de Lavapiés con una original protesta para presionar al banco.
Semana frenética para las activistas por la vivienda. Sólo en la capital, hasta hoy jueves, las diferentes asambleas de vivienda han paralizado diez desahucios. Y mañana habrá otro, como casi cada día en Madrid. Y así hasta el sábado 6 de octubre, que como en 2017, saldrán en una Mani-Festival para protestar y celebrar su lucha.
Durante la acción de la mañana de hoy, 4 de octubre, muchos hacían sus apuestas. No por acertar qué día verían entrar, por fin, a Rodrigo Rato en prisión, por aquello de las Tarjetas Black. Sino para denunciar con sarcasmo e ironía la especulación que practican las entidades bancarias con la vivienda.
Tras un periodo de meses intentando negociar media docena de alquileres sociales con Bankia, medio centenar de activistas se han presentado en la sucursal de la Plaza de Lavapiés con una original protesta para presionar al banco, denunciar la burbuja del alquiler y exigir garantías habitacionales por ley. Una porra algo surrealista de lo que hará la entidad bancaria con los pisos que desahucia.
Como el de la familia que protagonizaba la acción. Bankia quiere desahuciar a Marufa, embaraza de ocho meses. Vive con su marido, Sigan, y con su hijo de seis años, Aheyan, en el barrio de Lavapiés, desde 2015. “Recibieron la tercera notificación de desahucio hace tres semanas. No quieren alargar el plazo, ni negociar nada”, dice la portavoz de la plataforma Mercedes Revuelta, que piensa que Bankia quiere el piso para “venderlo a fondos buitre, dejar la vivienda vacía o alquilarla a precios desorbitados”.
“Bankia ejecutó el lanzamiento de su casero por no poder pagar la hipoteca y ahora no reconoce el contrato de alquiler de la familia. Les considera ‘okupas’ y amenaza con desahuciarles aunque pagaran su alquiler”, aseguran desde la plataforma.
Escenificándolo con actores y cuatro grandes carteles a tamaño natural, las vecinas del barrio asistían frente a la sucursal de la plaza a #LaPorraDeBankia. Al mismo tiempo arrancaba la acción en redes sociales con una encuesta.
#LaPorraDeBankia: no mas #MenoresALaPorra. Queremos que esta niña nazca en casa.
— PAH Centro Madrid (@PAHCentroMadrid) 4 de octubre de 2018
¿Qué crees que hará Bankia?
Y mientras algunos internautas comenzaban a votar y difundir por redes #LaPorraDeBankia, los asistentes a la acción interrumpían sus gritos de: “¡Si Bankia es nuestra, sus casas también!”, para prestar atención al inicio de la función.
Un speaker con una porra del desayuno en la mano, a modo de micrófono, presentaba al banquero y su maletín. También estaban presentes “la puerta chapada”, el buitre carroñero exhibiendo pico y alas, y un despistado turista deseando alquilarlo por Airbnb.
A la vez, circulaba el manifiesto de la acción por redes: “En Lavapiés, “el barrio más cool del mundo”, no vamos a dejar que echen a nuestras vecinas. Después de conseguir que Pepi se quede en Argumosa 11, ahora queremos que nazca un niño más en nuestro barrio, en su casa. La historia de Marufa, embarazada de ocho meses, de su hijo Aleyhan de seis años, y su padre Sigan, (…) es paradigmático, atravesado por todos los temas que estamos poniendo de relieve en esta #SemanaPorLaVivienda: burbuja del alquiler, ley de arrendamientos urbanos, desahucios, Socimis, Ley de Vivienda, turistificación y gentrificación de nuestros barrios”.
El caso que personificaba esta acción es un claro ejemplo de lo que está ocurriendo en todo el país. Parece que a la resaca del estallido de la burbuja hipotecaria, se le suma el aumento de la burbuja del alquiler.
Desde la plataforma aseguran que la entidad no plantea ninguna opción a la familia, con un menor de seis años, más allá del desahucio. Esta familia de origen bangladeshí alquiló a un particular por 500 euros al mes, pero como en tantísimos casos no registraron el contrato de alquiler. “Gano 1.100 euros, ¿cómo voy a alquilar otro piso en el barrio? No hay nada, el turismo va subiendo y los precios están altísimos”, se lamenta Sigan. “Es nuestra casa. Lo tenemos todo aquí, mi hijo va al colegio aquí. Queremos quedarnos aquí y pagar el alquiler en esta casa. ¿Quieren que mi hija nazca en la calle?”, se pregunta Marufa.
“Esto es mucho más grave cuando hablamos de Bankia, un banco público al que hemos rescatado y que no ha dado ni una vivienda social, cuando tendría que ser él quien proporcione al Estado el parque de vivienda pública que necesitamos”, denunciaba Revuelta durante la acción, convocada por Pah Centro Madrid, Bloques en lucha de Lavapiés, Lavapiés, dónde vas, Valiente Bangla, la Coordinadora de vivienda de Madrid, el Sindicato de inquilinas e inquilinos, la Federación regional de asociaciones de vecinos y vecinas (FRAVM) y Ecologistas en Acción.
Tras la acción, las activistas han anunciado que Bankia asegura que accederá a reunirse la próxima semana con las familias afectadas. Para entonces, quizá los activistas de la PAH hayan visto entrar a Rato en prisión, quizá consigan negociar los alquileres sociales que tanto necesitan, quizá Marufa y Sigan puedan ver nacer a su hija en su casa. Pero lo que parece seguro, es que el sábado 6 de octubre todas las luchadoras por la vivienda digna vivirán un Mani-Festival muy especial. No sólo por las recientes victorias de las activistas, sino porque será la primera vez, que tras casi diez años desde que nació la PAH, el Congreso de los Diputados debatirá la iniciativa legislativa popular de la Ley de vivienda propuesta por la organización.