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Urbanismo
Revuelta vecinal contra la tala de árboles en Alicante
La necesidad de sombra arbórea en nuestras ciudades como regulador climático para mitigar los efectos del excesivo calor es una cuestión de sentido común. En un clima mediterráneo seco, como el de Alicante, la proliferación de récords de temperatura durante los últimos años invita a pensar que la frecuencia de los episodios alarmantemente calurosos va a ir a más.
A pesar de esta evidencia, la empresa concesionaria de las obras del alicantino parque de San Blas, con el visto bueno del ayuntamiento, ha decidido quitar una veintena de árboles de tamaño considerable que ha soliviantado a buena parte del vecindario. “Reivindicamos el fin de la tala de árboles. Luis Barcala, en lugar de darnos una Alicante verde y sana, nos está dando un desierto”, explica Encarnación López, presidenta de la asociación de vecinos “El Magro” de San Blas, una de las asociaciones convocante de las manifestaciones de protesta ante esta tala indiscriminada. Ayer volvieron a recorrer el barrio unas doscientas personas y tienen previsto continuar con las acciones de protesta, a pesar de que la tala ya se ha ejecutado.
López, de la asociación vecinal el Magro “según el informe técnico que hicieron, los árboles de esa zona no se iban a talar. Se iban a conservar para luego volver a trasplantarlos en otro lugar del parque”
López expone su indignación y sorpresa ante el hecho consumado de la tala, ya que “según el informe técnico que hicieron, los árboles de esa zona no se iban a talar. Se iban a conservar para luego volver a trasplantarlos en otro lugar del parque, pero los han talado”. Desde el ayuntamiento aseguran que los han talado porque estaban en mal estado, algo que desmienten rotundamente desde la asociación vecinal.
Para Rafa Mas, portavoz del Grupo Municipal de Compromís, “el concejal Villar ha justificado la medida de tala de árboles en la peligrosidad y decrepitud de los mismos, algo que no compartimos en absoluto. Eran ejemplares de poco más de 30 años que daban buena sombra a lo largo de la avenida y no había indicios de posibles riesgos de caídas o afección al asfaltado”. Mas llegó a denunciar al Seprona la tala de estos ejemplares. Este departamento de la Guardia Civil que vela por el medio ambiente acudió al lugar, pero tras constatar que no eran árboles de especies protegidas, remitió al concejal a la Policía Local, de la aún esperan un informe por la tala masiva en San Blas. “Cuando tengamos el informe de la Policía haremos las pertinentes consultas ante Fiscalía”, asegura.
Por su parte, el portavoz de Esquerra Unida-Podemos en el ayuntamiento de Alicante, Manolo Copé, señala que “todas las obras que se han ido ejecutando últimamente han venido de la mano de talas indiscriminadas de árboles sanos. En algún caso podría estar justificada la tala por las afectaciones que pudieran tener algunos de estos árboles, pero en la mayoría de casos no ha sido así y no respondían a criterios de sostenibilidad”.
Y es que no es la primera obra municipal que se lleva por delante árboles maduros que dan suficiente sombra como para actuar como reguladores climáticos en el entorno. El pasado año, en las obras de reforma de la Avenida de la Constitución, se talaron unas melias que llevaban más de 30 años vivas dando sombra. Ahora, esa calle es un espacio cementado con mucho menos árbolado y los árboles que han plantado, ejemplares jóvenes, apenas proyectan sombra. Copé critica esta actuación que califica de “paradigmática” del procedes del ayuntamiento: “Todas las melias que allí se encontraban fueron trasplantadas de manera negligente por lo que finalmente murieron en el parque Sergio Melgares en la playa de San Juan”.
Urbanismo
Tala de árboles Alicante, la ciudad como descampado
Copé destaca otras obras municipales en las que el ayuntamiento ha talado árboles maduros de forma indiscriminada: “Ha pasado lo mismo en la avenida de Jijona o en las obras del eje Marvá-Gadea por poner los ejemplos más recientes La tala indiscriminada acelera los efectos de cambio climático y además pone en riesgo el bienestar de las personas y el poco patrimonio natural de nuestra ciudad que cuenta con muy pocos pulmones y con muy poco arbolado urbano. Se está acelerando la pérdida de los suelos, de colonias de pájaros y de la biodiversidad”.
El portavoz de Compromis, Rafa Mas, advierte además de un posible uso negligente de fondos europeos: “No pensamos consentir que, con dinero público, incluso procedente de Europa, destrocen nuestras plazas, nuestras calles, nuestros parques y se hagan remodelaciones arrasando con todos los árboles que se encuentran a su alrededor”. El concejal señala que “nos ponen en peligro generando islas de calor, ya que los árboles que repondrán tardarán años en dar la misma sombra. Mucho cemento y pocas zonas verdes, negocio redondo para constructoras y los viveros que reponen los árboles talados”.
Mas recuerda que propusieron hace dos años en el pleno municipal “la elaboración de un plan y ordenanza especial de protección del arbolado de la ciudad de Alicante para evitar las talas masivas, pero no salió adelante por la negativa de PP, Ciudadanos y VOX. Ahora mismo Alicante cuenta con un plan director diseñado por la empresa que gestiona parques y jardines, pero que tampoco cumple. Necesitamos una ordenanza nueva ya”.
Copé (EU-Podem): “la política arboricida del PP no solo sucede en Alicante, manifiesta la incapacidad de generar refugios climáticos en ciudades que van a agravar los efectos del cambio climático para la ciudadanía"
Copé apunta también a la importancia del árbolado como regulador del dióxido de carbono, en una ciudad en la que no se ha implantado aún la zona de bajas emisiones. “El consenso científico recuerda que mientras mantengamos gases que atrapan calor, como el CO2, en la biomasa –el tejido vivo de los árboles– podremos reducir los cambios relacionados con el clima. Los árboles, por lo tanto, nos protegen”. Y apunta que esta “política arboricida del Partido popular no solo sucede en Alicante, manifiesta la incapacidad de generar refugios climáticos en ciudades que van a agravar los efectos del cambio climático para la ciudadanía. Cuidar la vida de Alicante pasa por cuidar y respetar el poco patrimonio natural que tenemos”.