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Universidad
El temario de la universidad de habla catalana vuelve a suspender en perspectiva de género
La política de las universidades valencianas y catalanas con respecto a la perspectiva de género no cumple con el enfoque integrador que se demanda. Esta es la principal conclusión a la que vuelve a llegar el informe 'La perspectiva de gènere en docència a les universitats de la Xarxa Vives. Situació actual i reptes futurs'. Esta publicación, a cargo de las investigadoras María José Rodríguez Jaume y Diana Gil González, de la Universidad de Alicante, se ha elaborado a partir del estudio de las brechas de género en diferentes ámbitos de 20 universidades catalanas, valencianas y baleares, cuatro centros más que en el anterior informe de 2017. Su objetivo es analizar las deficiencias y las mejoras que se han producido en las aulas universitarias respecto a la cuestión de género para establecer las propuestas y planes de futuro necesarios para modificar la situación.
Desde la Xarxa Vives se aboga por la eliminación de cualquier tipo de discriminación por sexo en las universidades y por la promoción de la igualdad de oportunidades. Para ello, defiende que se debe incluir la perspectiva de género en la docencia y lo consideran como uno de los ejes de actuación estratégica. “Sobre este ámbito de actuación se ha de proyectar la lógica que se aplica en la evaluación de las políticas públicas: elaboración de informes diagnósticos específicos, definición de actuaciones ad hoc que tienden a la reducción de las brechas y sesgos de género y la evaluación del impacto de estas acciones”, expone el estudio.
El informe revela que el mayor reto, por su escasez actual, es implementar políticas de género en el ámbito universitario de estas regiones. Esto sería necesario para generar un equilibrio entre hombres y mujeres en las aulas. Como afirman sus autoras, “el género debe iluminar las políticas y la agenda universitaria”.
La asignatura de género: una tarea pendiente
Según el informe, el 85% de las universidades estudiadas incluyen la competencia de género. De ese porcentaje, un 51% introduce esta cuestión en asignaturas de carácter obligatorio, 12 puntos más respecto al 39% del informe anterior. Pese a los avances, la asignatura sobre género solo se imparte de manera específica en el 16% de los grados. La misma tendencia ocurre con los postgrados, pues solo un 7% de ellos incluye asignaturas específicas a pesar del aumento de las asignaturas obligatorias, que se sitúa en un 68%, 13 puntos más que en el informe del 2017.
En cuanto a los doctorados, el 45% de las universidades imparten un programa especializado en género, esto es, 9 universidades de las 20 participantes. Sin embargo, esto representa el 2% del conjunto de ofertas que ponen a disposición las universidades de Xarxes Vives en los doctorados.
Perspectiva de género en la docencia
A pesar de que el 85% de las universidades estudiadas ha incluido la competencia de género en los planes de estudios, tan solo el 31% de los centros la han presentado en todos los grados impartidos. El resto, no se han puesto en práctica o se han destinado a unos grados específicos. Asimismo, en la política de estudios se han incluido recomendaciones que, según afirma el estudio de la Xarxa Vives, no garantizan su práctica. La causa la sitúan en el desconocimiento y la novedad de este tipo de prácticas en el ámbito universitario. Por tanto, hay universidades que promueven la inclusión en los objetivos de la asignatura, pero no se plantea en el temario. Solo un 25% de las universidades recomienda que se adapten los contenidos de perspectiva de género tanto a los objetivos como al temario.
Respondiendo a esta realidad, la Xarxa Vives ha puesto en marcha este año L’Observatori d’Igualtat de Gènere con el fin de elaborar estudios periódicos sobre materia de igualdad y perspectiva de género en las universidades. Los resultados irán destinados a que las universidades mejoren en estas disciplinas y establezcan una línea de trabajo clara con prioridades.
Las universidades participantes de la Xarxa Vives promueven en su totalidad el principio de igualdad entre hombres y mujeres en la formación universitaria mediante sus planes de igualdad. El informe revela que, además de estos planes de igualdad, la mitad de las universidades han puesto en marcha acciones no recogidas en estos planes. Asimismo, en los últimos cinco años, el 70% de las universidades ha incluido una media de 4 actividades destinadas a los docentes para formarlos de manera continuada (2016-2020) sobre perspectiva de género. La mitad —el 35%— ofrecen, además, un banco de recursos destinados al autoaprendizaje del profesorado para que apliquen la perspectiva de género en las aulas. Estos datos confirman, según el estudio, la concienciación de la importancia de estas acciones.
Las académicas encargadas de programas de doctorado han aumentado respecto al informe anterior. De un 33% de académicas, ahora hay un 41% que encabeza programas de doctorado. Una situación similar ocurre en la dirección de las escuelas de doctorado, cuya presencia de mujeres es del 55%, un incremento del 18% respecto al informe anterior. No obstante, todavía el 40% de las universidades de la Xarxa Vives mantienen desigualdades fuertes en los rangos de poder, especialmente en los vicerrectorados de docencia, cuya presencia es del 20%, y en investigación, del 10%. Este tipo de altos cargos son los más reconocidos tanto social como económicamente, y la infrarrepresentación de las mujeres refleja, según las autoras, que “la estructura y la cultura universitaria fueron creadas para los hombres y para ellos”.
Propuestas y líneas de actuación
Entre las futuras líneas de trabajo para mejorar la igualdad entre hombres y mujeres en la universidad está el incremento de la formación de género de manera obligatoria, tanto en los grados como en los postgrados, una de las principales demandas del informe Xarxes Vives. Este es un factor necesario para educar al alumnado desde el conocimiento del impacto que tiene el género en su futuro laboral y visibilizar los mecanismos de exclusión. Para ello se deben poner en marcha formaciones hacia el profesorado universitario que permitan concebir la perspectiva de género como algo transversal. En cuanto al ámbito del reconocimiento, el estudio hace hincapié en la necesidad de garantizar el equilibrio entre hombres y mujeres en lo que se refiere a la dirección y coordinación académica, tanto de proyectos como de grados.
En cuanto al ámbito del reconocimiento, el estudio hace hincapié en la necesidad de garantizar el equilibrio entre hombres y mujeres en lo que se refiere a la dirección y coordinación académica, tanto de proyectos como de grados
La finalidad es disminuir los sesgos de género e impulsar la carrera y profesionalidad de las mujeres, puesto que, como defienden las autoras, Rodríguez Jaume y Gil González, “el contexto universitario constituye un claro reflejo de los roles que socialmente ocupamos mujeres y hombres, donde podemos observar, de nuevo, como las mujeres nos ocupamos de tareas menos reconocidas, menos remuneradas, de más dedicación (en tiempo y esfuerzo) y con una clara connotación cuidadora de nuestro alumnado. Evitar esta extensión de los códigos de género desde la vida doméstica a la vida universitaria es una responsabilidad política y social, que empieza en la determinación y acción política de la forma de gobernar la universidad para evitar esta desigualdad, y que termina con el apoyo y acompañamiento a las mujeres para fortalecer sus herramientas de gestión en el proceso de toma de decisiones personales y profesionales sin ser limitadas por los estereotipos de género”.