Túnez
Final agridulce de Comisión de la Verdad en Túnez

El mandato de este organismo para la justicia transicional llega a su fin hoy 31 de mayo, con un balance condicionado por el hostigamiento del gobierno que llegó al poder en 2014. Desde la coalición gobernante se ha llegado a proponer un proyecto de amnistía que invalidaría todo el proceso.
Familia Tunecina
La familia Baraket muestra la foto de Faysal, víctima del régimen de Ben Ali Ricard González
31 may 2019 06:32

Jamel Baraket salió del tribunal de Nabeul con la mirada triste, pero sin perder un ápice de su abnegación. “Han sido 27 años de lucha, y vamos a continuar. Lo de hoy ha sido un pequeño paso. Aún mantenemos la esperanza”, decía poco después de que el jueza levantara una sesión que duró apenas diez minutos. No es la primera vez que algo así sucede. Esta vez la justicación fue la falta de un micrófono. “Uno siente que hay una voluntad de dificultar el avance del juicio por parte de las autoridades. Estas cosas no suceden en los tribunales normales”, lamentaba su abogado Mojtar Trifi, un histórico activista en favor de los derechos humanos en Túnez.

El juicio por la muerte de Faysal Baraket, hermano de Jamel, es uno de los más emblemáticos de la quincena en marcha que se enmarcan en el proceso de justicia transicional en Túnez, único país sacudido por las llamadas “primaveras árabes” donde la transición a la democracia no terminó en un baño de sangre. Baraket, un joven estudiante y militante islamista, fue torturado hasta la muerte el mismo día de su arresto, el 8 de octubre de 1991, en la comisaria de Nabeul. Sin embargo, el régimen falsificó la autopsia y afirmó que había muerto de un accidente de tráfico. Un examen posterior reveló que había fallecido a causa de una hemorragia interna al ser sodomizado con una barra de hierro. Desde entonces, su familia lucha por obtener justicia. El más de centenar de casos transferidos a las cámaras especializadas en justicia transicional fueron investigados por la Instancia de la Verdad y la Dignidad en Túnez (IVD), el organismo público que desde 2014 se ha encargado de desvelar la verdad oculta detrás de más de cinco décadas de exacciones y abusos cometidas por el Estado tunecino. Entre sus atribuciones, además de presentar ante los tribunales los casos más graves de violaciones de derechos humanos, figura elaborar un programa de reparación económico y moral de las víctimas y proponer las reformas necesarias para desmantelar la maquinaria de la represión para que no vuelvan a repetirse los crímenes de Estado.
Los empleados del organismo han entregado a las más de 50.000 víctimas que presentaron un dossier su veredicto final, que suele incluir una indemnización económica, y a veces también la reintegración en la función pública o un tratamiento médico gratuito
Los semanas previas al 31 de mayo, fecha para el final de su lustro de mandato, la sede central de la IVD ha sido un hervidero. En una carrera contra el reloj, los empleados del organismo han entregado a las más de 50.000 víctimas que presentaron un dossier su veredicto final, que suele incluir una indemnización económica, y a veces también la reintegración en la función pública o un tratamiento médico gratuito. “Han sido unos meses muy intensos. A menudo, los miembros de la IVD nos hemos quedado a dormir aquí en la sede”, cuenta Sihem Ben Sedrine, una antigua opositora a Ben Alí y presidenta de la Comisión de la Verdad. Respecto a las reparaciones económicas, la institución ha elaborado una especie de escala en función de la gravedad del abuso sufrido por la víctima. En la cúspide, la muerte, cuya retribución iguala el máximo establecido, 200.000 dinares (unos 59.000 euros). Luego, se halla la violación, valorada en un 70% del total; la tortura, un 60%, y la detención arbitraria, que va del 15% al 30% en función de la duración del encarcelamiento. En el caso de haber sufrido varias de estos abusos, se suman las compensaciones, pero sin sobrepasar el tope. “El Gobierno todavía no se ha movido para hacer efectivas las indemnizaciones. Por eso, las víctimas nos estamos movilizando”, explica Beshir el-Jalfi, presidente de la asociación Sawt al Insan. En una protesta en abril, el-Jalfi ocupó junto a otro activista una sala del edificio del primer ministro, por lo que le han caído seis meses de cárcel, sentencia a la que ha recurrido. “Nuestro balance es positivo. Teniendo en cuenta todos los impedimentos que hemos enfrentado, es un milagro que hayamos podido culminar nuestra labor. En todas las etapas, ha habido intentos de hacer abortar el proceso”, afirma Ben Sedrine. Esta activista, tan menuda como enérgica, se refiere a la actitud del Gobierno surgido de las elecciones de 2014, y que entró en función un año después del inicio de las labores de la IVD. Liderado por Nidá Tunes, un partido con figuras vinculadas al antiguo régimen, y en conjunción con sus medios de comunicación afines, participó en una intensa campaña de demonización de la institución. En cambio, el anterior Ejectivo, conocido como la troika, estaba integrado por tres formaciones opositoras al dictador Ben Alí.
“Si el Gobierno hubiera colaborado, habríamos podido hacer más, transferir más casos a las cámaras especializadas, imponer más sanciones en aquellos casos de corrupción”, se queja Ben Sedrine
“Si el Gobierno hubiera colaborado, habríamos podido hacer más, transferir más casos a las cámaras especializadas, imponer más sanciones en aquellos casos de corrupción”, se queja Ben Sedrine. Entre los obstáculos a los que tuvo que enfrentarse, la negativa del Ministerio del Interior de entregarle sus archivos, a pesar de estar obligado por ley. Además, el Gobierno aprobó en 2017 una ley que le retiró algunas de sus prerrogativas en los casos de abusos relativos a la corrupción. Salwa Gantry, de la ONG International Center for Transitional Justice, también hace una valoración positiva de la experiencia. “Nunca una Comisión de la Verdad consigue el 100% de sus objetivos, y la tunecina no es una excepción. La IVD ha podido finalmente realizar las principales tareas que le habían encomendado”, sostiene Gantry, que recuerda que, aparte del boicot del Ejecutivo, su labor se ha visto mermada por las luchas intestinas de sus dirigentes. Varios de los comisarios dimitieron de sus funciones y acusaron a Ben Sedrine de gestionar la Instancia de forma autoritaria. “El proceso de Justicia Transicional no acaba con la IVD. El fin de la impunidad será largo y sembrado de trampas. Pero las víctimas, sus familias y las organizaciones de la sociedad civil no bajarán los brazos hasta que se sepa toda la verdad y los responsables de las violaciones graves de derechos humanos rindan cuentas”, advierte la politóloga Olfa Lamlum. De hecho, el Gobierno ha presentado recientemente a los diversos grupos parlamentarios una propuesta de ley de amnistía que abortaría todos los procesos judiciales, incluso los ya iniciados. No obstante, en vísperas de las elecciones de octubre, su aprobación es improbable. El actual presidente del país, Beji Caïd Essebsi, de Nidá Tunis, se encuentra entre los más de 1.500 acusados en los procesos judiciales transferidos a la justicia, como el de Baraket. En el caso de Essebsi la denuncia se corresponde a las torturas cometidas durante los años sesenta, cuando era ministro del Interior, unas exacciones que la presidenta de la Comisión define como “propias de la Edad Media”. ¿Es esa la razón por la que circula un proyecto de amnistía? Ben Sedrine sonríe y asiente con la cabeza.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Argentina
24 de marzo Argentina: 40 años de democracia y un ejemplo universal en los procesos de Memoria, Verdad y Justicia
47 años después del golpe en Argentina, tras casi 300 juicios por crímenes de lesa humanidad y 1.115 personas condenadas, las 30.000 personas desaparecidas siguen más presentes que nunca en la memoria del pueblo argentino, que se construye día a día.
Policía
Los ecos de ‘Defund the Police’ ¿Reforma o decrecimiento policial?
La campaña ‘Defund the Police’ cuestiona las reformas policiales e interpela a los movimientos por la justicia social en España.
Feminismos
La Justicia feminista y la necesidad de procesos colectivos

El actual sistema sitúa en el centro la pena del “culpable”, sin considerar prioritaria la responsabilidad colectiva, la protección de la “víctima” y la garantía de la solidaridad con ella.

Genocidio
Genocidio El TPI emite la orden de detención contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra
La Sala de Cuestiones Preliminares del TPI rechaza las impugnaciones de competencia formuladas por el Estado de Israel y emite órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant.
COP29
Cumbre del clima La COP29 encara su última jornada con un final agónico sin acuerdo en los temas clave
Los borradores de los textos de negociación sobre la mesa quedan muy lejos de un acuerdo sobre financiación climática en línea con las necesidades para que el planeta no rebase los 1,5ºC de calentamiento medio.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Los sindicatos denuncian a la Comunidad de Madrid por exponer a sus sanitarios a “gravísimos” riesgos
Solicitan la mayor indemnización económica pedida contra una administración por no contar con un verdadero plan de prevención de riesgos laborales para atención primaria.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Violencia machista
25 de noviembre Con el lema “Juntas, el miedo cambia de bando”, el movimiento feminista llama a organizarse este 25N
En un año en el que ha vuelto al primer plano el debate público sobre la violencia patriarcal sistémica que siguen padeciendo las mujeres, la marcha del 25 de noviembre vuelve a las calles el próximo lunes.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.

Recomendadas

Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.