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Sistémico Madrid
Víctor Madera: Helios y Atenea en la Castellana
No sabía que, durante la guerra civil, al Paseo de la Castellana de Madrid se le había llamado la Avenida de la Unión Proletaria. Para encontrar al proletariado hoy en esta calle hay que venir a las 11:30 de la mañana. Una legión de ellos se afana en la reconstrucción de Castellana 14. Enfrente, otro destacamento desfila con sacos de obra por la puerta del número 23. Hace esquina con Zurbarán y en su primera planta está la oficina madrileña de Víctor Madera (Oviedo, 1961), un ganador, el más sagaz del lucrativo proceso de consolidación del negocio de la sanidad privada en España.
Todo tiene explicación en la cabeza de sus asesores fiscales. Todo tiene explicación para que su empresa principal, HCI SA, el gran contenedor de su patrimonio, esté en Luxemburgo. Para que su dirección profesional sea una mansión al suroeste de Londres, en Virginia Water (Surrey), una de las urbas más pijas del Reino Unido. Él vive en una casa de planta circular y estanque circular en el centro geodésico de La Moraleja.
Porque Madera, presidente de Quirón, se considera a sí mismo un inversor emocional. HCI SA acumula 597 millones de euros (su último balance es de 2019) gracias a unos ataques de emotividad, bien canalizados hacia el enriquecimiento personal. Los sufre desde hace 30 años y le han llevado a liderar un proceso de concentración hospitalaria nunca visto, que desembocó en la creación del actual Quirón Salud. La historia de cómo lo logró se ha escrito varias veces y sigue la vieja fórmula que ha fabricado tantas y tantas fortunas conocidas, varias de las mayores del país: el legrado de lo común.
Madera entendió el primero cómo la política regional sanitaria nutre de manera perenne la sanidad privada gracias a la derivación de las listas de espera y otros sangrados. Lo vio de cerca en Cruz Roja y en el castellano Grupo Recoletas. Hasta su jugada maestra, el negocio hospitalario privado era cosa de algunas familias con poder local en Cataluña, Andalucía, Canarias o Galicia; mutuas y la iglesia católica. Esta misma partida también la jugaron otros, como la familia Gallardo (Vithas), La Caixa y las viejas cajas dirigidas por políticos valencianos y madrileños en torno a Ribera Salud.
En cinco años, una de las empresas que domicilia aquí, Paisajes de Asturias SL, ha cuadruplicado su patrimonio hasta 216 millones
En el gran lago público había peces para todos. Madera enseguida dio vida a IDC Salud, eje de sus operaciones especulativas junto al fondo CVC, que en apenas diez años desembocó en Quirón Salud. El punto de partida fue la venta de Quirón (55 hospitales) al mayor grupo sanitario alemán, Fresenius Helios, donde quedó como presidente en España y accionista.
Ahora Madera ha dejado atrás aquel ajetreo empresarial. Sus cuatro hijas como cuatro soles heredarán otra cosa. Algo que tiene más que ver con su mansión de La Moraleja, una casa de verano en Castropol y la mejor finca de caza de Extremadura. Junto a su esposa Obdulia Fernández, desde esa oficina de la primera planta de Castellana 23, donde el sol de invierno se refleja generoso por las mañanas, lleva años adquiriendo propiedades suntuosas en Asturias, Menorca, Formentera, Reino Unido, Torrejón El Rubio…
En cinco años, una de las empresas que domicilia aquí, Paisajes de Asturias SL, ha cuadruplicado su patrimonio hasta 216 millones. En ese tiempo, Obdulia ha ido copando su capital, hasta el 84% actual, y contiene una de las carteras inmobiliarias más exquisitas del país, engordada con palacetes indianos y otros caserones señoriales que algún día competirán con Paradores Nacionales.
Paisajes de Asturias comparte piso con Bosetia Investments SL, que suma otros 116 millones en inmuebles. Bosetia es una de esas empresas que se compran y ya está. Fue creada en 2017 por Afiens Legal, el despacho de compañías durmientes de Lorena Salamanca Cuevas, y pasó enseguida a sus manos para comprar la clínica Planas a la familia balear Planas Palou. Básicamente, contiene el hospital PalmaPlanas, alquilado a Quirón, y la residencia para mayores de 55 años Can Granada, ambos en Palma, que le embebe clientela. En Baleares, Madera se extiende también por Ibiza, Formentera, sobre todo, Menorca (Encantos de Menorca SL), donde medios locales le identifican como propietario de 1,5% de la isla, pues en poco tiempo ha adquirido miles de hectáreas y espacios y edificios singulares. En Reino Unido, además, su firma HCI Wooden Limited invierte otros 90,3 millones.
Así se fija y da esplendor a un patrimonio construido sobre la especulación dentro de uno de los terrenos más sensibles, la salud, en la que políticos y políticas sin escrúpulos ponen el listón a los empresarios del ramo.
De Blackstone a Blackrock, pasando por Nicolás Osuna, José Lladó, las hermanas Álvarez, Borja Prado… Y Madera. Soy ya toda una experta en ponerle ojos, nariz y boca a ese mundo ajeno que puebla la efímera Avenida de la Unión Proletaria. Si mañana vas al número 23 verás cómo su frontón se encomienda a Atenea, que luce un casco y una égida divinos, lista para la batalla. Toda una alegoría de la guerra de clases, donde la diosa ha tomado partido, blanco y en botella, por el único bando hoy consciente de su existencia. El bando que, como dice el viejo Warren Buffett, “la vamos ganando”.