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Series
‘Mira lo que has hecho’ va contra la corrección y la posmodernidad
La serie de Berto Romero resalta las virtudes de las producciones españolas, siendo sencilla, costumbrista, ágil y hecha para dejar con ganas antes que con pesadez.
Acabas de ver Mira lo que has hecho y miras el reloj. Han pasado apenas 2 horas desde que la iniciaste y ya te has visto la primera temporada. El Lobo de Wall Street dura una hora más que todo eso junto. Y te paras a pensar en si la clave de las series de humor es que los cómicos se introduzcan en ellas. Nadie tiene la respuesta, pero Mira lo que has hecho es otro ejemplo de que esa fórmula suele funcionar.
¿Es esa la vida de Berto Romero? Sabes que él lo ha negado en alguna que otra entrevista, alegando que su vida es más aburrida. Pero, ¿de verdad se puede aburrir un cómico? Ya descubrimos en Louie que sí. A Mira lo que has hecho se viene preparado.
Berto y Eva Ugarte hacen de sus apariciones una crítica feroz a esa posmodernidad que nos va a matar de aburrimiento. Además, construyen una historia de risa y llanto (de adulto), propia de largometrajes recientes como La Gran Familia Española y sin faltar el humor escatológico que tan censurable es siempre, y por tanto que tan necesario se antoja.
La revolución está tan lejos y la posmodernidad está tan a flor de piel que era necesario que alguien reivindicase algunos conceptos básicos de nuestro tiempo, esos que ahora parecen delitos. Acaba riéndose de la maratón sin meta que es el estar a la moda y de lo espontáneamente que envejecemos cada vez que algo moderno nos incordia.
Mira lo que has hecho pretende ser un canto a la normalidad, desprestigiada en nuestros días por los más simples del mundo que buscan su distintivo en idioteces, en regalar consejos extraños y en montar grupos de WhatsApp innecesariamente activos.
Se puede apreciar en las costuras y en las virtudes que es una comedia española. Chistes que en Twitter harían perder el puesto de concejal, pero que en las series aún y por suerte tienen espacio para desahogarse. Muchas de las situaciones ya se han visto en otras series como Modern Family, Friends o Cómo conocí a vuestra madre e incluso El Fin de la Comedia.
Es ingenuo esperar de una serie de 2018 que las situaciones de unos padres primerizos sean inéditas y sorprendentes, pero el mérito de Mira lo que has hecho es saber gestionar bien el humor y sí ser creativos en el desarrollo de las tramas para llevar a buen puerto las bromas.
Las conversaciones paternofiliales, las situaciones que recrean y las actitudes de los personajes son extremadamente reales, algo que te lleva a mirar a la pantalla, señalarla como un mono y decir en alto, aunque estés solo, “¡Eso me ha pasado a mí!”. Sin dejar de caer en pequeños clichés que, no nos engañemos, si son clichés, es porque aún no han dejado de ser verdad.
Berto, un cómico que se construyó una carrera para el 'stand-up' y también para la televisión con una fuerte base de humor escatológico, no podía dejar esa parte de lado en su serie. Por supuesto, aquellos eruditos que tienen como objetivo en su vida no reírse con un chascarrillo fácil o una broma sobre masturbación no se van a encontrar cómodos.
Mira lo que has hecho se debe consumir sin prejuicios ya que, pese a los buenos momentos, el primer capítulo es el que peor funciona. No es la mejor carta de presentación, pero si se le presta un poco más de atención, acaba enganchando; cuando acaba, echas de menos que no sea una superproducción para disponer de 24 episodios.
En tiempos de corrección política, Mira lo que has hechose ríe de los nuevos métodos de enseñanza, de la Iglesia, de los debates sobre género y sexo y de lo peor de los 'youtubers'... Pero es que eso es la comedia, una herramienta que sirve para desahogarse sobre los baches del día a día y poder asumirlos cuando te los vuelves a encontrar.El click que hace a esta serie funcionar es el que supo pulsar Ignatius Farray en El Fin de la Comedia. Berto tiene la virtud de saberse famoso para aprovechar su situación y reírse de su fama y lo que ello genera. Muchos intentan creerse uno más mientras que Berto aprovecha su realidad para trasladarla a la serie. Situación que además, los que vivimos al otro lado de la muralla de la fama siempre nos preguntamos cómo sería la rutina si en ocasiones tienes que realizarte selfis contra tu voluntad.
Hablando así de la serie parece un producto chapado a la antigua, pero no es que Berto esté en contra del futuro y de nuestro presente (esos son los Amish), ya que no deja de mirar al pasado con cierta tristeza y ganas de verlo un poco menos gris. Es una serie que se ríe de todo, un hábito que tienen los cómicos y mucha gente de a pie. Un hábito que está amenazado por la rectitud y la corrección. Mira lo que has hecho te saca la carcajada durante la mayor parte del camino aunque se guarda espacio para dejarte bien jodido. Y enseña, aunque la gente no se lo termine de creer, que en las desgracias más dolorosas aparece sin aviso ese espasmo natural, real y prohibido en estos tiempos llamado risa.