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Sector del juego
El lucrativo juego peligroso de las apuestas deportivas vascas
El negocio de las apuestas deportivas crece rápido y sin cesar en Euskal Herria, con dos comunidades que apuestan mucho más que en España. Mientras las instituciones preparan nuevas normativas, los movimientos vecinales se organizan para plantar cara al auge de estos locales de juego.
El juego no da beneficios. Antonio Maria Labayen (1898-1994), escritor euskaldun, publicó en 1960 una pieza de teatro costumbrista con ese título, Jokua ez da errenta. Juan Martin, korrikalari, entrena y prepara su dieta para competir en una apuesta organizada por su suegro, Miguel Mari. Arantxa, la mujer de Juan Martin, trata de convencerle de que no participe porque Miguel Mari ya ha arruinado antes a la familia por jugarse el dinero. Anabixenta, la madre de Arantxa, se lamenta adivinando la tragedia que viene y, Pantxo, el cuñado ricachón del corredor, reconoce que con las apuestas siempre ganan los hosteleros. De vuelta al caserío, y a pesar de perder la apuesta, Juan Martin y su suegro empiezan a planear la siguiente. Todos discuten, y uno de los personajes afirma “Jokua ez da errenta, obea da ollaskoa erreta” (El juego no da beneficios, es mejor el pollo asado).
El historiador Jose Antonio Aspiazu se hace eco de la pieza de Labayen para ilustrar cómo las apuestas han estado ligadas a los juegos y deportes populares en Euskal Herria. En su libro Juegos y apuestas en la historia de Euskal Herria (2018), Aspiazu hace una recopilación de anécdotas sobre apuestas en los deportes y la cultura vasca desde el siglo XVI. Para muestra, un botón. Reciente. ASPE y ASEGARCE, los dos equipos principales de la liga profesional de pelota vasca en la actualidad, están relacionados con las dos empresas más importantes del sector del juego. ASPE posee acciones de Euskal Apostuak, la empresa más grande del sector. ASEGARCE, en cambio, tiene acciones de su principal competidora en el mercado, Tele Apostuak.
Singularidad vasca o no, en Euskal Herria se dedica más dinero que sus vecinas a las apuestas deportivas. Cada habitante de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y de Navarra gasta de media 21,3 y 18,6 euros al año, respectivamente, en esta clase de juegos. Son los dos territorios que más apuestan, según el Anuario del Juego en España 2018, publicado por el grupo Codere. A continuación, en la lista se sitúan La Rioja (17,5 euros), Valencia (13,1 euros), Galicia (11,1 euros) y Madrid (11,1 euros).
Además de la tradición, el anuario de Codere apunta a la regulación como uno de los motivos del éxito de las apuestas deportivas vascas. Ambas comunidades permiten máquinas de apuestas en los locales de hostelería. Los datos oficiales registran cerca de 2.100 máquinas de apuestas distribuidas entre Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. La mayoría de sus apuestas deportivas se han realizado en locales de hostelería y solo desde 2013 la cantidad apostada online supera a la presencial. En Navarra hay 1.100 máquinas de este tipo, según el registro del Gobierno foral.
Tres empresas controlan las apuestas deportivas en la CAV y Navarra, la modalidad de juego que más ha crecido.
El gasto en apuestas deportivas en la CAV fue de 340 millones de euros en 2017, se ha multiplicado por tres desde 2011. Por su parte, en cinco años, el dinero que los habitantes de Navarra se gastaron en estas apuestas se ha multiplicado por 39. Si en 2010 apostaron 1,4 millones de euros, en 2015 ya alcanzaron los 54,6 millones.
Las empresas del sector obtienen beneficios en un mercado al alza y dinámico. Cada vez más personas juegan, cada vez gastan más dinero y, además, se consolidan nuevas formas de jugar en línea. Al mismo tiempo, se multiplican las plataformas contra las casas de apuestas en los barrios de las principales ciudades. Entre otras cosas, reclaman a las instituciones una regulación que proteja a los menores y a las personas vulnerables, ponga límites a la publicidad del juego y evite los trastornos derivados de su uso.
LOS QUE PIERDEN
ASAJER, la Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación, tiene su sede en Gasteiz. Hasta allí se acercó un joven que tenía problemas con el juego. Su comportamiento compulsivo con las máquinas tragaperras había provocado varias veces que los encargados del bar llamaran a la Ertzaintza. Ocurrió hace tiempo, al poco de crearse, hace 30 años. Los mismos que lleva trabajando Ana Herrezuelos en la asociación. “Entonces, aquello era la excepción”, recuerda Herrezuelos, psicóloga. Las personas que contactaban con la asociación eran, en su mayoría, hombres, de 45 años de media, que jugaban a las tragaperras.
Con el tiempo ha cambiado el perfil de la gente que recibe el asesoramiento de ASAJER. También han cambiado los juegos y las formas de apostar. Herrezuelos cree que ahora las personas que se ponen en contacto con la asociación, en general, son más jóvenes, de entre 25 y 35 años. “En el caso de las apuestas deportivas se nota mucho. Las apuestas están muy normalizadas en las cuadrillas de jóvenes”, comenta la psicóloga.
Aun así, cree que la ludopatía está mal vista. Hay mucha gente que juega sin problemas pero es sencillo empezar a tener conductas de riesgo. “Los problemas no surgen de un día para otro, es un proceso”, describe Herrezuelos. A continuación detalla las fases por las que puede pasar el jugador, cuyos nombres son muy expresivos: fase de ganancias, fase de pérdidas y fase de desesperación. Cuando una persona se encuentra al final de este recorrido es cuando suele buscar ayuda. Pero, mientras juegan, hay personas que no son conscientes de estar desarrollando una conducta que les perjudica. “El juego tiene un componente muy social, empezar a jugar solo o mentir sobre el dinero apostado pueden ser indicadores de que la conducta empieza a ser problemática”, advierte la trabajadora de ASAJER.
Otras veces, el propio dinero hace de chivato. Herrezuelos relata que, cuando algunas personas empiezan a coger dinero en el ámbito familiar, por ejemplo, suelen ser las personas de su entorno las que les interpelan. Y tiene la impresión de que estas situaciones fuera de casa, en el trabajo o en la cuadrilla, generan confrontaciones más decididas. El dinero es el principal motivo para jugar a los juegos de azar o apostar pero con el tiempo puede dejar también de serlo.
“La ludopatía es una adicción sin sustancia, puede generar dependencia emocional”, explica Herrezuelos en la sede de la asociación. Recuerda haber leído en un titular de prensa la comparación entre el aumento de las casas de apuestas y los tiempos de la heroína. El símil la alarmó y no la convenció por el respeto que le generan todas las muertes asociadas al abuso de esa droga. “En todo caso, en cuanto a la movilización social que ha provocado el crecimiento de las casas de apuestas sí puede haber una similitud. Ese sentimiento de que están metiendo algo a nuestros jóvenes que les está destrozando la vida”. En este sentido, GABIA, el Observatorio de Adicciones de Euskadi, calcula que más de 42.000 personas son jugadoras de riesgo, casi un 10% del total de jugadores activos. Y 3.000 personas fueron consideradas jugadores problemáticos en 2017, según los últimos datos ofrecidos.
LOS QUE GANAN
El sector del juego generó casi el 1% del PIB en 2016, según los datos del Observatorio Vasco del Juego (OVJ), creado en 2019. En su primera panorámica socioeconómica del sector de juegos de azar y apuestas, este observatorio constata un crecimiento tanto en el volumen de ingresos como en los beneficios empresariales en su conjunto. Las empresas del sector, que obtuvieron un beneficio de 16,4 millones de euros en 2013, ganaron más de 41,2 millones en 2016. Sin embargo, esas ganancias no se tradujeron en empleos. El observatorio estima que el sector ocupó a 31 personas menos en esos tres años, pasando de 2.383 trabajadores a 2.352.
Tres empresas tienen licencia para operar con máquinas de apuestas y apuestas online en la CAV: Euskal Kirol Apostuak (conocida por su operadora Retabet), Tele Apostuak (que emplea la marca Kirolbet) y Garaipen Apostuak, filial del grupo Codere en la comunidad. Estas mismas empresas lideran el ranking publicado por el OVJ. Entre las tres explotan casi 2.100 máquinas de apuestas distribuidas entre los tres territorios históricos.
Euskal Kirol Apostuak es la empresa más grande del sector. En 2018 logró 20,1 millones de euros en ingresos y 10 millones de beneficios. También es la que más terminales tiene, hasta 750 máquinas de apuestas deportivas. EKASA Apuestas Online, tercera empresa por volumen de ventas (56,7 millones de euros), es también propiedad del mismo grupo. Entre sus accionistas se encuentran otras empresas del sector que también aparecen en la lista del OVJ, como Mare Irun o Comercial Yontxa.
En segunda posición aparece Tele Apostuak, con 17,2 millones de ingresos y 5,4 de beneficios. La empresa gestiona, como Kirolbet, 745 terminales de apuestas en la CAV. Tiene filiales con las que opera en otros territorios como Asturias o Baleares. También tiene relación con otras empresas del juego, como Recreativos Uribe Costa, que tiene un número indeterminado de acciones. ASPE, uno de los dos equipos de la liga profesional de pelota, tiene casi un 10% de las acciones de la empresa.
Garaipen Apostuak, la filial de Codere en la CAV, ocupa la cuarta posición en la lista de las principales empresas del sector del juego. Sus ventas llegaron a 24,3 millones de euros en 2018 y actualmente controla más de 600 máquinas de apuestas en la comunidad.
Estas mismas empresas operan en Navarra a través de sus filiales y controlan la mayor parte del mercado navarro de las apuestas deportivas, que ha crecido rápidamente en los últimos años. Gestión de Apuestas Navarras, en manos de Euskal Kirol Apostuak (Retabet), tiene 360 máquinas de apuestas en la comunidad. Le sigue Apuestas de Navarra, propiedad de Tele Apostuak (Kirolbet), con 318 terminales. Y, con menor implantación, Codere Navarra SAU, que cuenta con 218 máquinas.
CAMBIAR LAS NORMAS
Desde que se constituyó el Gobierno español de coalición en enero, el Ministerio de Consumo ha fijado la regulación del sector del juego como una de sus líneas de trabajo principales. Este ministerio, que dirige Alberto Garzón, de Unidas Podemos-Izquierda Unida, presentó en febrero un Real Decreto para modificar la Ley 13/2011, que regula el juego en el ámbito estatal, con el objetivo de limitar la publicidad de las casas de apuestas y juegos online y proteger a los menores. Con todo, el proyecto fue criticado por no prohibir los patrocinios en las camisetas y equipaciones deportivas y por permitir la publicidad de apuestas y juegos online durante la retransmisión en directo de eventos deportivos desde las ocho de la tarde.
El ministerio trabaja ahora con una nueva versión del decreto que prevé aprobar en octubre, aunque antes necesita el visto bueno de la Comisión Europea. Esta nueva versión sí contempla la prohibición de los patrocinios en equipaciones y camisetas y los anuncios durante las retransmisiones en directo. La publicidad de los juegos de azar y apuestas queda totalmente limitada a la franja horaria de una a cinco de la madrugada. También las promociones, bonos y ofertas de captación dirigidas a nuevos clientes quedan prohibidas en el nuevo proyecto del ministerio. El decreto contiene también, entre otras medidas, varias dirigidas a regular la publicidad en internet para evitar que los menores puedan jugar. Durante el confinamiento, sin embargo, el Gobierno español aprobó la compra de 30 millones de deuda a la empresa Codere con dinero público, tal como recogió un artículo publicado por investigadores de OMAL en El Salto.
Ocho de cada diez máquinas de juego en la CAV están en establecimientos hosteleros.
La normativa vasca también está camino de ser reformada. En enero, el Parlamento suspendió la concesión de licencias para salones de juego, bingos y casas de apuestas hasta que no se revise el Reglamento General del Juego. La exconsejera, Estefanía Beltrán, estimó que el proceso podría alargarse durante nueve meses.
Dos años antes, en noviembre de 2018, se rechazó una propuesta de EH Bildu para controlar el acceso las máquinas tragaperras y de apuestas en la hostelería con un sistema similar al de las máquinas de tabaco. La Proposición No de Ley no prosperó con los votos en contra de PNV, PSE y PP. El ejecutivo vasco argumentó entonces que hacía falta un análisis de la situación para adaptar la normativa a las nuevas modalidades de juego online y garantizar la protección de los menores. Una vez creado el OVJ, y con los resultados de esos análisis, los datos son esclarecedores. La mayoría de las apuestas se realizan en la hostelería, un 36% concretamente. De las 10.800 máquinas de juego que hay en la CAV, más de 8.000 están en establecimientos hosteleros.
También el Gobierno de Navarra tiene pendiente modificar la Ley Foral del Juego. En octubre de 2019, el ejecutivo decretó una moratoria que impedía la apertura de nuevos locales de juego, salas de apuestas y bingos durante seis meses, mientras trabajaba en cambiar la normativa. El Gobierno amplió la suspensión hasta el 31 de julio, que también cerraba la puerta a la instalación de más máquinas de juego y apuestas, pero la nueva ley no ha entrado en vigor todavía.
IR MÁS ALLÁ
Asier Zafra tiene 23 años y vive en Berriozar. Forma parte de la Plataforma Contra las Casas de Apuestas de Berriozar y también de la Plataforma Contra las Casas de Apuestas de la Comarca de Pamplona, que agrupa a los movimientos vecinales y asociaciones que luchan contra el crecimiento desmesurado de las salas de apuestas y establecimientos de juego. Zafra tira de memoria para hacer un recuento: cuatro en la Rotxapea, dos en Berriozar, tres en Sanduzelai… En Mendebaldea también hay una, junto a la biblioteca municipal, donde se reúnen las estudiantes. ¿Juegan los menores? Es un secreto a voces. “Sobre todo, abren locales en los barrios periféricos, donde las rentas son más bajas”, concreta Zafra.
ARALAR, la asociación de ayuda y prevención de la ludopatía en Navarra, también participa en la Plataforma. “Nos unimos para tener más fuerza en la ciudad y los pueblos de la comarca”, señala Zafra. “Con ARALAR hemos trabajado bien, ellos son profesionales y conocen mejor las situaciones”. En febrero convocaron juntos una manifestación a la que acudieron más de 2.000 personas. Aquello les valió para ganar visibilidad y poner el tema sobre la mesa. Después, consiguieron una reunión con el Gobierno de Navarra y con algunos grupos parlamentarios, a los que pudieron trasladarles sus propuestas para la nueva ley.
La Plataforma Contra las Casas de Apuestas de la Comarca de Pamplona reclama medidas más contundentes para proteger a los menores.
Algunas propuestas ya aparecen en las normas que preparan en estas u otras instituciones: eliminar la publicidad, acabar con los patrocinios, borrar los nombres de las marcas de eventos, estadios y equipos, dedicar recursos a prevención. Otras, en cambio, son más contundentes y tienen más complicada su entrada en vigor: establecer horarios nocturnos para esos locales, prohibir la venta de alcohol, aumentar las cargas impositivas del sector para equipararlas a las del alcohol y el tabaco. “El alcohol muchas veces hace que apuestes más porque pierdes la noción del tiempo y del riesgo”, señala Zafra.
La promesa del dinero fácil no suena igual en todos los oídos. “Para la gente humilde, el mensaje del dinero fácil puede hacer que las apuestas se perciban como una fuente de ingresos”, reconoce el activista pamplonés contra las apuestas. Zafra no se la juega con valoraciones sobre las futuras regulaciones foral y estatal. Todavía no se puede dar la partida por terminada. Y hasta el final no se sabe quién vencerá.
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Es una lacra y una vergüenza que esto ocurra. Menos mal que tenemos a un ministro comunista que va a acabar de una vez con el juego. Alberto Garzón nos propone juegos muchos más sanos como alternativa: euro millones, la primitiva, bonoloto, la quiniela, lototurf, lotería nacional y muchos más! También disponibles en el nuevo estado de alarma! SI SE PUEDE!