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Sanidad pública
El Hospital Gómez Ulla, bajo mínimos: turnos rotatorios obligatorios y falta de sanitarios
La Confederación General del Trabajo (CGT) ha convocado dos jornadas de lucha para denunciar la realidad que se vive en el madrileño Hospital Gómez Ulla, donde esta organización sindical preside el comité de empresa. A través del reparto de octavilla y una concentración en las inmediaciones del centro sanitario el próximo 18 y 20 de diciembre, desde CGT quieren avisar a la ciudadanía de las condiciones impuestas a los sanitarios, como un turno rotatorio en urgencias y UCI. A ello se suma la sospecha de una posible privatización de servicios como la lavandería y la cocina.
La situación, tal y como define Álex de Marcos, delegado de CGT en el comité de empresa del Hospital, se empezó a calentar en verano, cuando “la dirección modificó los turnos habituales del servicio de urgencias”. A los que habitualmente se realizaban, diurnos y nocturnos, implantaron otro más rotatorio de 12 horas. “De ello informaron a los trabajadores de manera muy somera y no hubo ningún tipo de negociación con los sindicatos, como pensamos que deberían haber hecho”, desarrolla.
Este sindicalista argumenta su postura al entender que este cambio afecta al salario que perciben los trabajadores, pero también al horario y las jornadas a realizar. “Es claramente materia de negociación entre la parte social y el Hospital”, reitera el delegado. Las cosas han ido a más cuando desde el centro sanitario han decidido realizar lo mismo con el servicio de la UCI, tampoco sin negociación previa e “imponiéndolo en contra de la voluntad de los trabajadores, quienes han expresado que no quieren esa modificación de su turno”, apuntilla.
Por eso, desde el sindicato consideran que se trata de “una fragrante vulneración de los derechos más básicos de los trabajadores y de sus representantes legales”. El Hospital Gómez Ulla no había contestado a las cuestiones planteadas por este medio a la hora de cerrar la edición del artículo.
Desde CGT añaden que el problema no radica tanto en la adopción del turno de 12 horas sino en la forma en la que se está llevando a cabo. “No cuentan con los trabajadores porque dicen que esta jornada está recogida en el estatuto marco y la pueden imponer sin llegar a un consenso”, denuncia la central sindical.
“Fue un paripé. Les preguntaron su opinión cuando el turno se iba a implementar sí o sí. Crearon falsas esperanzas a los trabajadores que nunca vieron correspondidas”
Además, De Marcos denuncia que desde el Hospital Gómez Ulla se realizó un sondeo informal entre los profesionales de enfermería de la UCI: “Fue un paripé. Les preguntaron su opinión cuando el turno se iba a implementar sí o sí. Crearon falsas esperanzas a los trabajadores que nunca vieron correspondidas”, comenta al respecto.
Lo sindical más allá de la vía judicial
Por el momento, desde este sindicato y algún otro que también está presente en el comité de empresa valoran tomar acciones judiciales orientadas a conseguir medidas cautelares que paralicen la implantación de la jornada de 12 horas. Más allá de eso, desde CGT han convocado dos días de lucha.
El primero de ellos tendrá lugar el 18 de diciembre. A las 18.00 horas, CGT repartirá octavillas explicando la situación en la boca del Metro de Carabanchel. Quieren compartir con la ciudadanía los planes del hospital al igual que su posición al respecto. Dos días después, el 20 de diciembre, los cegetistas se concentrarán a las 11 de la mañana en el mismo enclave, donde realizarán una concentración.
“Entendemos que estas jornadas reducen también la calidad asistencial que los profesionales pueden brindar al paciente ya que son servicios que requieren una atención especial con un nivel de concentración muy alto”, continúa De Marcos. CGT considera que no solo es necesario seguir el camino jurídico sino también recurrir a las acciones sindicales para reivindicarse y dar a conocer la situación a la ciudadanía.
“Aquí no pagan el complemento de producto variable y el personal interino del Gómez Ulla no cobra la carrera profesional, como sí se hace a nivel regional”
Una de las principales reivindicaciones que sostiene el sindicato es la consecución de la jornada laboral de 35 horas para todos los trabajadores que prestan sus servicios en el Gómez Ulla. “En 2022, Función Pública emitió una resolución en la que invitaba a las Administraciones a avanzar hacia las 35 horas semanales. Entendemos que es una cuestión que promueve la conciliación y la calidad de vida de los empleados, así como que abre la posibilidad a contratar a más compañeros”, se explaya el delegado sindical.
Esta es una medida que ayudaría a atraer a nuevos profesionales al Gómez Ulla. El problema está en que, al pertenecer al Ministerio de Defensa y no al Gobierno regional, la plantilla no recibe algunos importantes complementos que sí perciben sus homólogos en el sistema madrileño de salud. Tal y como expresa De Marcos, “aquí no pagan el complemento de producto variable que en el caso de médicos puede llegar a los 3.000 euros, en las enfermeras a los 1.000 y las demás categorías entre 400 y 500 euros; y el personal interino del Gómez Ulla no cobra la carrera profesional, como sí se hace a nivel regional”.
Por lo tanto, no parece extraño que numerosos sanitarios prefieran no elegir este Hospital como destino. “Hay categorías que están bajo mínimos porque al final la gente valora otras ofertas, y las cogen”, concretiza el cegetista. Tal y como indica, el Gómez Ulla se enfrenta a un problema de personal de enfermería y de auxiliares de enfermería, sobre todo. “Y no se nota tanto porque hay cuatro plantas de la torre cerradas, pero si no otro gallo cantaría”, apuntilla.
Sospechas de privatización
A pesar de pertenecer a Defensa, el Gómez Ulla es el hospital de referencia de unos 100.000 ciudadanos. Es decir, también atiende a personal civil de los distritos limítrofes. Todos ellos serían víctimas, según el análisis de CGT, si el Hospital lleva a cabo su plan de privatizar algunos servicios, como la lavandería y la cocina. “Nos faltan sábanas, mantas, colchas, lo básico para mantener la ropa de cama limpia, porque hay un gran problema de personal en la lavandería”, ilustra el sindicalista.
Laboral
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Esto hace que el Hospital se resienta, al igual que la atención a sus pacientes debido a la sobrecarga de trabajo que supone para los empleados. “También ellos tienen problemas para cambiar sus pijamas porque el servicio de lavandería se lo encuentran cerrado”, agrega De Marcos. Algo parecido pasa con los pinches de cocina, ya que hay numerosas plazas sin cubrir.
En este sentido, el delegado sindical afirma que las auxiliares de enfermería se ven en la obligación de manipular los alimentos una vez subidos a planta al repartirlos por las habitaciones, cuando ese cometido debería realizarlo un pinche. “Sospechamos que la estrategia puede ser privatizar esos servicios, porque a día de hoy es personal del Ministerio de Defensa quienes lo efectúan”, concluye el propio De Marcos.