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Sáhara Occidental
Argelia y el expansionismo marroquí
En los últimos meses han aflorado de nuevo las diferencias entre Argelia y Marruecos, manifestadas en diferentes frentes, incluido el diplomático, con la declaración de Argelia, en agosto del año pasado, de la ruptura de las relaciones con Marruecos. Dicho conflicto se ha traducido en la retirada de embajadores y el impedimento, por parte de Argelia, de sobrevolar su espacio aéreo a los aviones marroquíes, ya se trate de aeronaves civiles o militares.
El 1 de noviembre de 2021, Argel detiene las exportaciones de gas natural que llegan a España a través del gasoducto que atraviesa Marruecos. En su momento, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, justificó la no renovación del acuerdo por “las prácticas agresivas de Marruecos” hacia su país.
Las medidas tomadas, así como el discurso que circula por los medios de comunicación, tanto en Argelia como en Marruecos, profundiza aún más la brecha entre las dos potencias norteafricanas. Para entender cómo hemos llegado hasta aquí merece la pena que nos detengamos las raíces, dimensiones y causas del enfrentamiento más antiguo en la región del Magreb, y que afecta de manera directa a España.
Un poco de historia
En julio del año 1962, y tras 132 años de colonización, Argelia logra su independencia de Francia. Meses después, el 8 de octubre de 1963, Marruecos invade el sur argelino con el fin de anexionarse Bechar y Tindouf, ciudades argelinas fronterizas con Marruecos. Comienzan entonces los enfrentamientos bautizados como la Guerra de las Arenas. Las escaramuzas fronterizas duraron varios meses, hasta que la intermediación de la Liga Árabe y la Organización para la Unidad Africana consigue la firma de un acuerdo de alto el fuego, el 20 de febrero de 1964. Desde entonces, las relaciones entre ambos países han sido tensas y muy limitadas.
Doce años después de la invasión marroquí del sur de Argelia, Hasan II decide ocupar al Sáhara Occidental organizando lo que se conoce como la “Marcha Verde”, en noviembre de 1975, tras la retirada de España del territorio. Como consecuencia, estalla una guerra de guerrillas entre el ejército saharaui y fuerzas marroquíes que duró 16 años. En dichas circunstancias, Argelia apoya a los saharauis y ofrece su territorio a los civiles que huyen de los bombardeos marroquíes. Desde entonces, Argelia se convierte en el principal aliado del pueblo saharaui en su lucha para liberar su tierra.
En 1989, Argel y Rabat acuerdan la constitución de la Unión del Magreb Árabe
Mayo de 1988 es el mes de la vuelta de las relaciones diplomáticas entre Argelia y Marruecos, y además se produce la apertura de las fronteras tras una ruptura de 12 años. Para mostrar la importancia de las relaciones bilaterales para ambas partes, el presidente argelino, Chadli Bendjedid, nombró a uno de sus más destacados confidentes, Abdelhamid Mahri, y lo trasladó de su cargo de embajador en París a Rabat. Por otro lado, Hassan II nombró a su médico privado, Abdellatif Berbish, como su embajador en Argelia. En febrero de 1989, Argel y Rabat dan un paso más allá acordando la constitución de la Unión del Magreb Árabe en la ciudad marroquí de Marrakech, integrada por cinco países: Libia, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania, mediante la firma del tratado por el que se establece la Unión del Magreb Árabe.
El entendimiento y cooperación entre los dos países alcanzó entonces sus máximos a nivel bilateral y de la región magrebí, hasta que al cabo de unos años volvería la tensión y, poco después, la ruptura. Tras el atentado terrorista contra el hotel Atlas Asni en Marrakech en 1994, en el que murieron turistas españoles, Marruecos acusó a Argelia de estar detrás del mismo. Argel vio esta acusación como un intento de etiquetar a Argelia como exportador de terrorismo y aumentar su aislamiento a nivel internacional, mientras estaba luchando contra el terrorismo en el país.
Visados y cierre de fronteras
Marruecos impuso el visado unilateral a los argelinos que quisieran visitar el país vecino. La respuesta de Argelia fue el 24 de agosto de 1994, cerrando la frontera terrestre entre ambos países. Curiosamente, Argelia eligió la misma fecha en el año 2021 para anunciar la ruptura de relaciones diplomáticas con Marruecos, y la retirada de su embajador después de que la tensión entre ambos países se hubiera incrementado significativamente en los meses anteriores.
Argelia acusa entonces a Marruecos de “lanzar una campaña mediática despreciable contra su país”, “cooperar con organizaciones terroristas”, “espiar a ciudadanos y funcionarios argelinos con el programa israelí Pegasus” y “abandonar los compromisos sobre el Sáhara Occidental”. Y como se veía venir, el 31 de octubre de 2021, el presidente argelino anunció la no renovación del contrato de explotación del gasoducto que abastece a España de gas argelino a través de Marruecos, como un castigo a Rabat.
Las fronteras terrestres entre Marruecos y Argelia han estado cerradas durante 45 años
Una lectura atenta de las relaciones entre los dos países revela que, tras casi sesenta años de independencia, las fronteras terrestres entre Marruecos y Argelia han estado (y siguen estando) cerradas durante 45 años (1963-69, 1976-88 y desde 1994 hasta la actualidad), mientras la ruptura de relaciones diplomáticas duró veinte años. Las disputas fronterizas entre los dos países también provocaron una guerra directa en 1963.
El Sáhara Español, Marruecos y Argelia
El deterioro de las relaciones argelino-marroquíes nada tiene que ver con el Sáhara Occidental. De hecho, en el año 1958, el BOE publica que el Sáhara Español se integraba como provincia en la distribución territorial de España. Según el artículo 4, “la Provincia del Sáhara gozará de los derechos de representación en Cortes y demás organismos públicos correspondientes a las provincias españolas”. El 21 de abril de 1961, el BOE publica ya la Ley 8/1961, que determina que el Sáhara Occidental es la provincia 53 de España.
A lo largo de la década de los sesenta, y mientras Argelia y Marruecos ya se habían enfrentado militarmente, la ONU aprobó diferentes resoluciones en favor de la libre determinación de los territorios colonizados. Quizá la resolución 1514 es la más destacada, puesto que reconoce el derecho de los pueblos colonizados a la independencia. Asimismo, en 1965 la ONU vuelve a aprobar la resolución 207, en la que trata específicamente la colonización del Sáhara Occidental. En dicho dictamen, solicita a España, “como Potencia administradora, que adopte inmediatamente todas las medidas necesarias para la liberación de los Territorios de Ifni y del Sáhara Español de la dominación colonial”.
A pesar de que las resoluciones de la ONU establecieron que el pueblo saharaui posee el derecho para decidir sobre su futuro, así como el deber del Estado español de organizar un referéndum, diez años más tarde, España entrega el control del territorio a Marruecos y Mauritania en los Acuerdos Tripartitos de Madrid, sin ni siquiera consultar a los saharauis.
Las fronteras “líquidas” de Marruecos
El reino alauita es un país con fronteras “líquidas”, es decir que Rabat siempre tuvo ambiciones expansionistas hacia los países vecinos. Marruecos tardó nueve años en reconocer a Mauritania tras su independencia el 28 de noviembre del año 1960, y lo hizo solo cuando comprendió la imposibilidad de anexionarla a tu territorio.
La utopía del imperio alauita sigue muy viva en las esferas de poder en Marruecos
La utopía del imperio alauita sigue muy viva en las esferas de poder en Marruecos. Un imperio imaginario que incluye desde Tánger, en el norte, a través del Sáhara Occidental, hasta el desierto y las fronteras con Argelia incluyendo las ciudades de Bechar, Laghouat y Adrar, pasando por Atar en Mauritania, hasta Senegal. Dicha reclamación se incluyó en la Constitución marroquí del año 1961.
En la actualidad, Marruecos tiene conflictos fronterizos vivos o durmientes con todos sus vecinos. Por el norte, también sigue reclamando la soberanía sobre las islas Chafarinas, Ceuta y Melilla. En este contexto, los conflictos que ha sufrido y sigue sufriendo la región del Magreb tienen buena parte de su origen en las ambiciones territoriales y expansionistas de Marruecos, que afectan directamente a sus países vecinos.