We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Medio rural
Huertos rurales contra la vida líquida
Varias entidades y colectivos de Navarra se han unido para pedir que se permita trabajar sin restricciones en los huertos para el autoconsumo, algo que ya se hace en otras provincias limítrofes.
Solo el tañer de las campanas y los trinos de los pájaros, surcando libres los cielos cristalinos, rompen el silencio en las calles de las zonas rurales durante los momentos más crudos del confinamiento. Alrededor de 5.200 municipios registran menos de 1.000 personas empadronadas en el Estado. Sus habitantes comparten con sus compatriotas urbanitas esta primavera irreal que ha traído la crisis sanitaria del Covid-19: una vida líquida de incertidumbre que anuncia una nueva era de precariedad. De momento, son más de 40 días, contemplados a través de las ventanas y vividos, eso sí, con mayor comodidad, en huertas y jardines, espacios privilegiados por los que merece la pena ser de pueblo.
Las omnipresentes pantallas hacen más llevadero el aislamiento también aquí, en Bakaiku, una población de poco más de 300 almas, situada al noroeste de Navarra. Por suerte, se instaló la fibra hace 3 años y, siempre que no se interrumpa por las continuas tormentas de esta primavera de reclusión, la tecnología suma un punto más a favor de la vida rural. Permite, desde el huerto o el jardín, estar en contacto con el mundo.
La tecnología suma un punto más a favor de la vida rural. Permite, desde el huerto o el jardín, estar en contacto con el mundo.
Podemos recrearnos en la nostalgia, escuchando en Spotify el tema apocalíptico pero optimista, uno de los lemas de la generación X, Its´s the End of the world as we Know it (and i feel fine), del grupo de rock alternativo yanqui REM, ya extinto. También es posible tomar el sol y aprovechar la amplia oferta formativa y cultural on line y cumplir con las citas laborales, a través de Zoom, Skype, Hangouts, entre otras propuestas tecnológicas que se irán multiplicando con la explosión digital que trata de suplir al roce social.
Por las huertas de autoconsumo
En el norte de Navarra, los meses de abril, mayo y junio son de gran actividad en los huertos de autoconsumo para preparar la tierra y las plantas de la cosecha estival; es momento de sembrar la patata, además de trasplantar a la tierra desnuda en el invernadero y regar las pequeñas plantas de tomate, pimiento, guindilla, lechuga y calabaza, entre otras, para asegurarse el surtido de hortalizas que integran la despensa anual. En algunos huertos asoman las pequeñas plantas vigorosas, si han tenido la suerte de que alguien las haya regado, aprovechando que acudía a alimentar al ganado. Sin embargo, en la mayoría, está todo por hacer para poder disfrutar de la cosecha estival y a la espera del permiso del Gobierno central para entrar a los huertos.
En algunos huertos asoman las pequeñas plantas vigorosas, si han tenido la suerte de que alguien las haya regado, aprovechando que acudía a alimentar al ganado.
A través de un manifiesto, varios colectivos de Navarra han puesto en marcha una campaña para pedir a la Delegación de Gobierno en Navarra que “se permitan expresamente y, sin interpretaciones posibles, todas las actividades en las huertas destinadas a la producción de alimentos para autoconsumo como recolectar, regar, preparar la tierra, plantar, abonar como se está haciendo en otras comunidades autónomas, siempre adoptando las medidas sanitarias necesarias para evitar cualquier riesgo”.
Este miércoles, 29 de abril, se han enviado todas las adhesiones a la Delegación. El manifiesto está firmado, entre otros colectivos y entidades, por CPAEN (Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra), Ecologistas en Acción, Ekologistak Martxan, EHNE Nafarroa, Red de Semillas de Navarra-Nafarroako Hazien Sarea, Greenpeace, REAS Navarra (Red de Economía Alternativa y Solidaria), Mugarik Gabe Nafarroa, Mundubat, Arrea, Helianto, Fertilidad de la Tierra, Intervegas.
El ritmo local
Mientras, la vida sigue en el pueblo. Las niñas y niños son libres, ya pueden salir a las calles. En las redes, arden las conversaciones, sobre todo, en el Whatsapp local. En el grupo de autoayuda, abierto a todo el vecindario, se continúan organizando las compras para apoyar y proteger a los mayores que viven solos y a las familias afectadas por el Covid-19. Junto al teléfono, el Whatsapp se ha convertido también en un frío canal para dar el pésame por los fallecimientos a causa del maldito coronavirus.
En el grupo de autoayuda, abierto a todo el vecindario, se continúan organizando las compras para apoyar y proteger a los mayores que viven solos y a las familias afectadas
Las gallinas fugadas también son noticia estos días raros. Una colorada recorre con pasimonia la calle principal del pueblo, alertando al vecindario que recurre al teléfono para avisar a los posibles dueños del animal, que se sorprende de su suerte: un paseo sin coches y sin estrés por la rúa principal. Toca visitar los gallineros para contar y comprobar si falta algún ejemplar y confirmar de quién es el animal aventurero que, al final, vuelve con sus congéneres al poco rato, tras haber protagonizado un fugaz acontecimiento. No muy lejos, el único pastor del pueblo mantiene su rebaño de ovejas latxas a buen recaudo en el corral. Él tampoco puede salir a practicar su solitario y ancestral oficio.
Estos días de crisis sanitaria universal, es recurrente pensar en cómo afrontaban las numerosas plagas nuestros antepasados y sentir una intensa empatía hacia ellos, salvando las distancias sanitarias y tecnológicas. La peste, el cólera, la gripe y otras plagas, como las guerras, asolaron los pueblos fronterizos navarros, por ser lugares de tránsito.