cabecera Ruido de fondo

Ruido de fondo
Calles desiertas

Hemos adquirido una conciencia aguda de cada transeúnte o viajero que nos sale al paso; de cada par de ojos que se cruzan con los nuestros y que reflejan el desasosiego propio.

Uno de los efectos colaterales de la pandemia que trastoca nuestras vidas desde principios de 2020 ha sido la mutación siquiera circunstancial de un imaginario que dábamos por hecho, que considerábamos natural: el de la ciudad y sus (muchos) habitantes.

Aunque de cara a las navidades trata de invocarse con desesperación un simulacro de normalidad, aún reina en calles y transporte público una sensación de extrañeza ligada menos a las omnipresentes mascarillas que a los silencios pesados, la claustrofobia que suscitan los lugares abarrotados, y el desasosiego ante lugares desiertos que evocan a Delvaux y Chirico.

Hemos adquirido una conciencia aguda de cada transeúnte o viajero que nos sale al paso; de cada par de ojos que se cruzan con los nuestros y que reflejan el desasosiego propio. Atrás queda la consideración de nuestros semejantes como multitud cálida y a la vez anónima, que esquivábamos sin pensar.

Todas las crisis traen consigo un deterioro del imaginario ciudad y dan la señal para que los comisionistas de la gentrificación hagan de las suyas

Todas las crisis traen consigo un deterioro del imaginario ciudad y dan la señal para que los comisionistas de la gentrificación hagan de las suyas. La pandemia no es una crisis cualquiera: amenaza con llevar el deterioro a niveles irreversibles y con frustrar una sofisticación del tejido urbano que, al menos en nuestro país, se cimentaba en argumentos poco sólidos. También puede ocurrir, desde luego, que prevalezca nuestro instinto de supervivencia como especie; que, en cuanto superemos la situación actual, recojamos la ciudad allí donde la hemos dejado agonizar para que inicie otro ciclo.

‘Ghost Town’ (2017), fotografía de Elsa Bleda
‘Ghost Town’ (2017), fotografía de Elsa Bleda.

¿O lo ha iniciado sin nosotros? En el periodo más estricto del confinamiento global, se habló y se bromeó acerca de cómo las especies animales recuperaban terreno en túneles, parques y fachadas aprovechando nuestra ausencia de las calles. Pero pocos se hicieron eco de otros eventos acaecidos en las ciudades cuando no las mirábamos. El vacío tiende a llenarse. Y, cuando no hay a su alcance otra cosa, se llena de miedo.

Es lógico que, ante el apagón informativo en torno a los efectos más tangibles de la pandemia que caracterizó el tiempo del cautiverio, se multiplicasen los sucedidos equívocos y los rumores. Se cuchicheó en foros virtuales y corralas acerca de pequeños altares en esquinas y rituales celebrados en garajes a altas horas de la madrugada. De fuegos fatuos en azoteas y desapariciones. De incendios sin explicación en rellanos y de presencias enigmáticas en locales clausurados. De museos cerrados a cal y canto donde las alarmas se disparaban una y otra vez y de edificios de oficinas donde centenares de empleados habrían pasado meses confinados. De catástrofes aéreas sin vuelos programados y de camiones de reparto asaltados en barrios residenciales. De grupos de WhatsApp en los que irrumpían desconocidos, y apps de contactos donde se cruzaban apuestas poco ortodoxas. De grabaciones de cámaras de seguridad y tráfico requisadas…

‘Leamington Spa to Hasting’ (2009), dibujos de Laura Oldfield Ford
‘Leamington Spa to Hasting’ (2009), dibujos de Laura Oldfield Ford.

Durante unas semanas, las leyendas urbanas tomaron por asalto un principio colectivo de realidad erosionado mucho antes de la pandemia. Las urbes adquirieron rasgos deformes al servicio de la imaginación. Asomados a las ventanas, atrincherados tras ellas, no nos costaba advertir que la auténtica razón de ser de las calles se nos escapaba día a día, que ya no se plegaban a nuestras necesidades, que no nos necesitaban para respirar. Y, de hecho, al pisar de nuevo el asfalto en verano, podía notarse en ocasiones una trepidación subterránea: la agitación sorda de las pesadillas que no nos habíamos permitido tener ni compartir. Ha sido hasta cierto punto comprensible la obsesión de las autoridades por limitar una y otra vez nuestra circulación por las calles, incluso a horas intempestivas: andar basta para alterar el sentido del mundo.

La embriaguez que suscita la ciudad, cuyo tejido urbano y humano se expande sin cesar ante nuestros ojos, cuyos designios se nos revelan más intrigantes a cada paso que damos, es tan antigua como la modernidad

La impresión de otredad ante la ciudad, ante nuestra experiencia racional de la ciudad, no es por supuesto nueva. Cualquiera ha percibido al pasear en las largas tardes de domingo —cuando no responden a la lógica productiva ni las calles, ni la vida, ni la muerte— ese vértigo metafísico en el que naufragan razones y certidumbres, la misma identidad. La embriaguez que suscita la ciudad, cuyo tejido urbano y humano se expande sin cesar ante nuestros ojos, cuyos designios se nos revelan más intrigantes a cada paso que damos, es tan antigua como la modernidad. “Algunos secretos no se dejan desvelar”, escribía Edgar Allan Poe en El hombre de la multitud (1840), uno de sus escasos relatos ambientados en las calles populosas de una gran ciudad. El protagonista de su escrito, un joven convaleciente de una larga enfermedad (sic), que contempla desde el ventanal de un café londinense las oleadas crecientes de peatones que abarrotan las calles.

Fotografía de Londres durante el confinamiento iniciado en marzo de este año, obra de Andrew Testa
Londres, durante el confinamiento iniciado en marzo de este año. Foto: Andrew Testa.

El rato de ocio que disfruta el protagonista de El hombre de la multitud le permite poco a poco detener su mirada, no en la masa, sino en las personas. La “deliciosa sensación de novedad” de ese bullicioso escenario urbano —insólito para él y, sin duda, para muchos lectores de la época— torna a medida que anochece en “temas de especulación más lóbregos y profundos”. Los tipos humanos ganan matices: “Parecía que era capaz de interpretar bastantes veces, incluso en el breve lapso de una ojeada, largas historias de años”. Poe aleja sutilmente al personaje de la superficie de la ciudad y le dirige hacia sus corrientes oscuras. No tarda mucho en hacer acto de aparición entre la muchedumbre un anciano cuyos rasgos “malignos” inspiran en el joven “ideas confusas y paradójicas (...) una desesperación intensa y suprema (...) excitación, sorpresa y fascinación”.

Enfebrecido, nuestro protagonista sigue al hombre durante toda la noche y el día siguiente, sin que pueda discernir en ningún momento cuál es su objetivo. Poe concluye que no existe. El anciano es un mero “especimen y genio del crimen insondable”. Nada hay en él de comprensible más allá de su errar incesante, que delata el sinsentido del artefacto ciudad. No nos sorprende que Walter Benjamin considerase El hombre de la multitud la primera aportación literaria a la fisionomía esquiva de la ciudad contemporánea y sus habitantes; una fisionomía que solo puede aprehender “quien sea capaz de combinar el espíritu del paseante lírico y el reflexivo, el flâneur, y el del hombre lobo que merodea en el bosque urbano”.

Charles Baudelaire, Virginia Woolf y Guy Debord han representado ejemplos paradigmáticos de lo primero. Herman Hesse, Laura Oldfield Ford y Alan Moore, de lo segundo. La pandemia ha brindado en 2020 al común de los mortales una oportunidad única para recoger ese legado; para desprendernos de la piel de la rutina urbana y constatar la sintonía de nuestra carne viva con la que late bajo el asfalto. ¿Nos han dejado aprovecharla? ¿Nos hemos atrevido?

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Ruido de fondo
Ética, técnica y cultura popular: las novelas en imágenes
Una de las manifestaciones más coherentes de la industria cultural desde principios del siglo XX son las novelas en imágenes o sin palabras. Se trata de artefactos narrativos creados por lo general mediante la técnica del xilograbado.
Ruido de fondo
‘Sinister Wisdom’: feministas y lesbianas
El primer número de ‘Sinister Wisdom’, la revista literaria y cultural en torno a la experiencia lésbica más veterana del mundo, se publicó en Estados Unidos el 4 de julio de 1976.
Ruido de fondo
Treinta años de Image: cómics más grandes que la vida
Con el primer número de la serie ‘Youngblood’, puesto a la venta el 16 de abril de 1992, la editorial Image dio la vuelta al paradigma de relación entre artista y editorial de cómic vigente hasta entonces en la industria estadounidense.
#75911
3/12/2020 17:47

Enhorabuena por el artículo

0
1
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP sólo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo, que no es una de ellas.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.
Opinión
Opinión Un alto al fuego hecho a la medida de Trump
El esperando anuncio del cese temporal de los ataques sobre Gaza responde a una estrategia de los EEUU de cambio de paradigma regional. El acuerdo es injusto e insuficiente para los gazaties, que han sufrido un genocidio aún impune.

Últimas

China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel firma el acuerdo con Hamás, pero todavía tiene que votarlo el Gobierno
Los representantes israelíes en Doha validan el pacto para un cese temporal de las hostilidades y un intercambio de prisioneros. Este viernes se vota en el Gobierno israelí, donde dos partidos ultras se oponen.

Recomendadas

Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Violencia sexual
Violencia sexual El ocaso de Neil Gaiman, el maestro de la literatura fantástica acusado de violar a varias mujeres
Un reportaje revela los testimonios de ocho mujeres que sufrieron agresiones sexuales por parte del escritor Neil Gaiman, autor del cómic ‘Sandman’ y nombre clave en la ficción contemporánea. Dos de ellas han presentado denuncias por violación.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.
Sareb
Derecho a la vivienda Civio lleva a la Justicia a la Sareb para que revele cómo malvendió 10.000 viviendas protegidas
La Fundación Civio presenta un recurso contra el ‘banco malo’ por negar el derecho al acceso a la información sobre los compradores y el precio al que fueron vendidas 9.400 viviendas de protección pública.