Redes sociales
La muerte de un niño o el plañiderismo de las redes sociales

Si a Adorno le hubiese parecido una barbarie la recreación artística del mal absoluto, ¿qué hubiese pensado de los chabacanos concursos de dibujo y redacción escolar en que Twitter convirtió el asesinato de Gabriel?

Hasta la década de los 60 no se empezó a asumir la singularidad del exterminio judío en la II Guerra Mundial. Es, a partir de entonces, cuando adquiere su significado como arquetipo del mal absoluto, como el genocidio más extremo de la historia, al ser sistemático, industrialmente organizado, exitoso y al margen de toda utilidad económica o política.

Muchos de los supervivientes sintieron en esos años el deber moral de testificar, pero el testimonio se enfrentó a enormes desafíos. En primer lugar, la imposibilidad de hablar por los que no regresaron de ese último estado de degradación antes de la muerte. En segundo lugar, que este horror ilimitado se muestra como inaprensible o, en palabras de Jean Améry, inimaginable incluso para los que lo padecieron. El exterminio como mal absoluto, su monstruosidad sin precedentes, desborda cualquier intento de representación y plantea retos irresolubles, pues el lenguaje forzosamente acota lo que es un acontecimiento sin límites.

Así surge el problema de la expresión artística del horror. El conocido dictum de Adorno sobre la imposibilidad de hacer poesía después Auschwitz significa que la representación artística, ya sea una película, un poema o una novela, produce un placer estético que resulta obscenamente incompatible con el genocidio del que surge. Así, para Adorno, cualquier tipo de estetización de las víctimas es un acto de barbarie. Pretender hablar sobre el mal absoluto obliga a no transgredir unos límites, límites tras los que está la naturalización, la irreverencia, la profanación o la banalización.

Este imperativo categórico crea una paradoja de muy difícil resolución: por un lado, la obligación de recordar; por otro, la prohibición de estetizar. Y, desde entonces, todos los intentos de representación artística del mal llamado Holocausto se han movido en un pantanoso terreno ético que ha generado controversias intensas incluso en obras maestras como el cómic Maus, o la película La lista de Schindler. Un ejemplo de esto aconteció en el pase de La vida es bella en Cannes, donde se acusó a Benigni de “haber manchado la memoria de miles judíos” al “querer endulzar con optimismo dogmático y falsa felicidad la historia del horror insondable”.

El asesinato del niño Gabriel Cruz tiene también algo de ese horror insondable. Si ya resulta imposible siquiera tratar de imaginar la inmensidad del dolor de unos padres ante la muerte de su hijo, las espantosas circunstancias de este caso concreto lo llevan aún más allá de todo lo concebible. Pretender empatizar con el padecimiento de esas personas se vuelve así una obscena presunción. Es un sufrimiento que está fuera de nuestra comprensión. Infinitamente lejos de nuestro alcance, su enormidad nos lo vuelve inaccesible. Alba Rico así lo define, como un cosmicidio.

traspasar los límites

Sin embargo, las muestras de condolencia de las redes sociales han sobrepasado cualquier límite. Si a Adorno le hubiese parecido una barbarie la recreación artística del mal absoluto, ¿qué hubiese pensado de los chabacanos concursos de dibujo y redacción escolar en que Twitter convirtió el asesinato de Gabriel? Si el goce estético producido por poemas o películas —creadas con rigor, respeto y excelencia artística—, pudiese llegar a juzgarse como incompatible con el horror, ¿cómo calificar la competición para alcanzar más likes o retuits que ocupó a esa frívola y quejumbrosa horda de lamentadores y lamentatrices?

Al contrario que las muestras de condolencia en la vida real, las que se producen en las redes sociales están mediadas inevitablemente por un sistema que las valora, cuantifica y puntúa. En la vida real el abrazo de un amigo y un “lo siento” apenas musitado puede resultar hondamente conmovedor y dejar una inolvidable huella de agradecimiento. Pero tal sencillo gesto sería invisible e inútil en las redes sociales. Estas estimulan, durante el tiempo regulado por los mass media, una absoluta carrera armamentística de aflicciones, a cual más excesiva, pues solo las más inmoderadas y desmedidas alcanzan el premio de la notoriedad, elevándose sobre el alboroto de cientos de miles de competidores.

Es en esa algarabía de buenas intenciones donde también encuentran acomodo y razón de ser las apelaciones al odio, las insidias y las bajezas de otros seres viscosos que ahí habitan

Así, los participantes en esta bufa ceremonia macabra son el equivalente digital de las plañideras que también eran más valoradas cuanto más histriónicas eran sus muestras de desconsuelo. Y si estas cobraban dinero por cacarear ese dolor impostado, los plañideros digitales reciben como pago el de una efímera popularidad, no gracias a expresiones artísticas como en el ejemplo antes citado, sino por ramplones dibujitos, ripios insulsos, o cuentos tan chanflones como oportunistas. Y quede claro que no estoy haciendo una defensa elitista de la alta cultura sino señalando, simplemente, que al menos la búsqueda de la excelencia y el rigor son un necesario primer paso de respeto cuando alguien pretende hablar de lo inefable. Y que ese esfuerzo de delicadeza está en las antípodas de crear memes, escribir ocurrencias en 140 caracteres o pulsar la tecla “Enter”.

Ruido

Lo espantoso de este pandemónium de dolor líquido es que genera un ruido que ahoga el verdadero dolor sólido, pesado, abrumador, de aquellos que sí amaban a este niño. El precioso y sentido recordatorio del filósofo Alba Rico, quien vio crecer a Gabriel, es anegado por un océano de textos de lagrimeo falsario. Si, en la vida real, en un momento de luto se nos acercase un completo desconocido exhibiendo una congoja insoportable por una pérdida nuestra de la que él nada conociese, nos parecería una burla, algo de mal gusto, enfermizo. Pues esto es lo que se hace en las redes sociales.

Y lo hacen las mismas personas, por cierto, que a la vez se escandalizan por el comportamiento de los medios de comunicación, no muy distinto al suyo en su sensiblería hipócrita y ventajista. De entre toda esta cochambre, la que me pareció de mayor ruindad y sirve como ejemplo luminoso, fue la protagonizada por el “periodista amigo” quien apenas dos horas después de que la propia madre lo acusase de traicionar la confianza de la familia, todavía continuaba su gira televisiva, disculpándola porque quizá a la pobre mujer “le cegase el dolor” y hablando de lo bien que le caía a la abuela. Cualquier persona con un mínimo decoro se hubiese retirado de la primera línea y, cegada o no, la palabra de esa madre de extraordinaria altura moral, debería haber sido para él ley. En su lugar, siguió disfrutando de sus cinco minutos de gloria en el programa Al Rojo Vivo, alardeando de su buena intención.

Como él, todas las personas que convirtieron la muerte de Gabriel en un espectáculo eran bienintencionadas, no me cabe duda. De hecho, estoy seguro de que la inmensa mayoría creyó sentirse realmente conmovida e incluso muchos expresaron esa conmoción de forma mesurada mientras navegaban por internet o parloteaban en la oficina. Paradójicamente, es en esa algarabía de buenas intenciones donde también encuentran acomodo y razón de ser las apelaciones al odio, las insidias y las bajezas de otros seres viscosos que ahí habitan. Pues parece como si ese estrépito de llanto y buena fe generase el hábitat perfecto e interpelase directamente a los carroñeros. Esa es una de las consecuencias de traspasar los límites: que entonces todo está permitido.

En aluvión llegamos y en aluvión nos fuimos, sin remordimiento ni rubor alguno

Lo que convierte a Gabriel en esa catástrofe antropológica de la que habla Alba Rico es precisamente que era Gabriel. Si su asesina hubiese acabado con la vida de 10 niños no sabríamos ni sus nombres ni sus motes. Si hubiese asesinado a 10.000 dirigiría una empresa farmacéutica y si los niños muertos hubiesen sido 1.000.000 sería la presidenta de un organismo internacional o de una gran potencia. En general, la muerte cotidiana de miles de niños nos da igual. Solo nos conmueve la muerte de uno, hoy la de Gabriel, ayer la del niño sirio ahogado en la orilla. Solo nos conmueve esa víctima concreta a la que poder mirar cara a cara con la esperanza de que, parodiando a Levinas, ese ejercicio de mirar nos devuelva de algún modo nuestra humanidad. Por cierto, aquel niño se llamaba Aylan. Entonces también tenía nombre, aunque ya lo olvidamos.

Frente a esta impostura, solo cabe recuperar el valor del silencio respetuoso. Un dolor de esta magnitud, un horror tan inaccesible nos obliga a bajar los ojos con pudor ante el verdadero llanto de los que verdaderamente sufren. A escucharlos con reverencia y no ahogar sus voces en nuestra grosera barahúnda. No somos quién para mirarlos cara a cara. No tenemos derecho a padecer con ellos. Este crimen, representación del mal absoluto, nos obliga al recato, a volvernos invisibles.

Cuando Gabriel dejó de ser tendencia y los penitentes dirigieron sus ojos a otra víctima —el mantero de Lavapiés, quizá—, el dolor de sus padres continuó ahí, colosal, tan impenetrable a nosotros como siempre había estado. En aluvión llegamos y en aluvión nos fuimos, sin remordimiento ni rubor alguno. Como esos bancos de peces que giran al unísono en direcciones aleatorias a la búsqueda de una nueva causa sobre la que desplegar las danzas amorfas y espasmódicas de nuestra falsa moral.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Política
El Salto Radio Podcast | Todas las elecciones hablan de mí
Aprendizajes de la derrota en EE UU para nuestro contexto, claves de la deserción de Twitter a Bluesky y ecos de la retirada de Nadal.
Estados Unidos
Hari Kunzru “En EE UU hay dos tipos de nazis: los que llevan botas y los que llevan corbata”
El escritor británico reflexiona sobre la victoria de Donald Trump y cómo los conservadores han movilizado teorías como la psicología evolutiva para renovar sus posiciones y plantear una batalla cultural en foros online o redes sociales.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.
#11566
22/3/2018 8:45

No sé qué tiene que ver este artículo, tan bien escrito y tan bien argumentado, con todos estos disparates que estáis escribiendo acerca de si era mujer, negra, etc. Está claro que por bien que se expliquen las cosas hay gente que es incapaz de ver más allá de sus narices.

7
1
#11555
22/3/2018 5:52

Muy bien escrito lo de Armesto pero hay que admitir que el caso de Gabriel es singular y que su asesina es espectacularmente bella y convincente. Jamas he visto una asesina con esa dulzura en la expresión, esos dientes tan bonitos, esas manos de dedos largos que acariciaban el rostro de Gabriel padre, esa manera de expresarse (mi amol, cielo...). Y además es novia de un miembro del consejo ciudadano de Podemos Almería.
Y eso es lo que jode, que nos hemos visto engañadas/os por alguien de quien nos enamoramos.
Asi que, querido Armesto, como dice el Dios Maradona "... a segui rla m..."

0
5
#11574
22/3/2018 10:22

Hace falta ser gentuza para vomitar esta mierda

6
1
#11544
21/3/2018 23:14

Pero a vosotros qué os pasa? Porque la asesina es negra y mujer hay que hacer vista gorda con la indignaciœn que causa no solo su crueldad por matar a unninocemte sino su pantomima durante mas de 10 días? Si la víctima hubiese sido mujer negra a manos de un hombre blanco pensaríais igual? Dais mucho miedo!!

5
7
#11518
21/3/2018 18:37

Bravo. No creo que sea posible explicarlo mejor.

12
0
#11508
21/3/2018 17:53

Qué bien hubieran estado estos artículos cuando el Chicle, y no a capricho del feminismo hegemónico. De El País al Salto es todo lo mismo

5
15
#11513
21/3/2018 18:21

jajaja

3
0
#11506
21/3/2018 17:35

Muy acertado y quisiera resaltar algo que tambien se ha puesto de moda y es el aplauso cuando pasa el feretro ¿que es lo que nos ha gustado?

8
0
#11580
22/3/2018 10:31

Aplauso en señal de respeto. No es una cosa tan difícil de entender.

5
2
pez mareado
21/3/2018 15:22

excelente artículo.

14
0
#11490
21/3/2018 14:40

Hoy un miserable mal nacido hijo sano del heteropatriarcado a matado a sus dos hijos haber si todos los democratas y personas de bien haceis el mismo espectaculo bochornoso que estais haciendo con el caso del niño de almeria, el linchamiento publico de la mujer dominicana, la prision permanente revisable, la legislacion a golpe de visceras etc. Venga democratas!

8
5
#11503
21/3/2018 16:46

La infanticida dominicana está recibiendo el mismo linchamiento público que "La Manada" de violadores. ¿Te pareció mal ese linchamiento público, o tiraste de pancarta?

9
6
#11509
21/3/2018 18:09

¿A quien se culpabilizo con los de la manada?

3
0
#11579
22/3/2018 10:30

Pues a los miembros de la Manada. ¿A quién se está culpabilizando del asesinato de Gabriel? ¿A todos los dominicanos? ¡No, a la asesina! Dejar ya de haceros los ofendiditos.

7
1
#11515
21/3/2018 18:25

Veo que estas resentida por el trato dado unos chavales muy sanos y mucho españoles. ¿Te opones a que la violencia sexual sea delito?

2
4
#11576
22/3/2018 10:24

Pues ponte gafas, porque ves muy mal.

7
1
#11514
21/3/2018 18:23

Nein! A la manada no se les achaca su condición de blancos. El racismo en este caso es indiscutible.

3
1
#11578
22/3/2018 10:27

¿Quieres decir que si la asesina de Gabriel fuese una señora rubia de Salamanca la gente habría dicho "bueno, no es para tanto"? A ver, que la Ana Julia esta, da igual de que color sea, negra, verde o azul con lunares blancos, ¡llevaba el cadáver de un niño de 9 años en el maletero! ¿No hay que "criminalizarla"? Vamos, no me jod**

7
1
Anónimo
21/3/2018 16:43

Es bastante difícil pedir prisión permanada para un tipo que se ha tirado a las vías del tren.

8
2
Anónimo
21/3/2018 14:17

El Niño Gabriel es la versión 2.0 de Las niñas de Alcaçer. Dolor televisado para que la gente opine. Crímenes atroces convertidos en circos mediáticos almibarados por obra y gracia de los mass-media.

16
1
#11543
21/3/2018 23:12

Y qué opinas de las manifestaciones por la muerte del mantero? Esas te parecen bien o también son montajes televisivos? Es increíble esa forma de ver la realidad en el siglo xxi. Vaya tela! Qué miedo dais!

0
7
#11585
22/3/2018 10:56

No digo que las muestras de dolor de la gente sean parte del circo, porque no lo son. Un especial de Sálvame, o este artículo, sí lo son.

4
0
#11472
21/3/2018 12:24

Estoy.totalmente.de acuerdo permanecer invisibles.bajando los ojos ante tanto dolor.Porquè no.se.educa sobre.ètica.y se quitan los programas basura?

3
5
Dana
València Mazón se atrinchera detrás de un militar y cierra su crisis de gobierno
El president valenciano ha remodelado el Consell de la Generalitat dando salida a dos conselleras y fichando un general en la reserva para la vicepresidencia.
COP29
Cumbre del clima La propuesta de los países ricos para cerrar la COP29 enfurece a las naciones en desarrollo
El Norte global, causante histórico del cambio climático, propone 250.000 millones de dólares anuales para la adaptación y mitigación climática del Sur, cuando el propio borrador del acuerdo establece que al menos serían necesarios cinco billones.
Líbano
Guerra contra Líbano Israel mantiene la intensa ofensiva en Líbano a pesar de las órdenes de detención y de las negociaciones
Las tropas israelíes bombardean provocando un desplazamiento civil que desborda las capacidades del país. Beirut Urban Lab denuncia que el objetivo de la destrucción masiva de edificios es evitar que las personas regresen a sus barrios y pueblos.
València
Dana La Diputación de València adjudica a dedo otros 735.000 euros a una empresa de Gürtel para obras de la dana
El gobierno del Partido Popular contrata por el procedimiento de emergencia a CHM Obras e Infraestructuras, que tienen detrás a los hermanos Martínez Berna, condenados en el marco del 'caso Gürtel' a un año y nueve meses de prisión.
Opinión
Opinión Yo he venido aquí a licitar
El capitalismo de licitación, o capitalismo licitador, es el modelo económico que mejor define las prácticas que los diferentes gobiernos del PP valenciano han llevado a cabo a lo largo de la historia.
Opinión
Opinión Vacío y censura en el colonialismo del interior
VV.AA.
La historia está siendo escrita con un silencio cómplice con el genocidio y mediante la censura a su condena. El silencio implica un precio terrible, pues consolida el borrado impune de la existencia, la cultura y el futuro del pueblo palestino.
Argentina
Argentina El Bonaparte: la historia del hospital de salud mental que le torció el brazo a Milei
Es el centro referente en Argentina para tratamientos de salud mental y adicciones. Javier Milei intentó acabar con él, pero los profesionales sanitarios y los pacientes del hospital no lo permitieron. Esta es su historia.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Italia
Italia Milán, cuando la ciudad de las oportunidades se hace inaccesible
Ya quedan pocos talleres, farmacias, peluquerías o papelerías de barrio en Milán, y el precio de la vivienda aniquila su población originaria.
Brasil
Brasil Bolsonaro es acusado por la policía del intento de asesinato de Lula da Silva para dar un golpe de Estado
El expresidente tenía “pleno conocimiento”, según la policía brasileña, de un plan para asesinar a los elegidos por el pueblo para ser presidente y vicepresidente después de las elecciones de 2022.
Opinión
Opinión El TPI finalmente emitió las órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant. La lucha está lejos de terminar
La corte ha emitido órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra cometidos en Gaza. Como resultado, ambos no podrán viajar a al menos 124 países.
Violencia machista
Convenio de Estambul GREVIO alerta de los sesgos machistas contra las mujeres en los juzgados pese a los intentos de erradicarlos
El Grupo de Expertos en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica (GREVIO) alerta del “uso persistente” del llamado Síndrome de Alienación Parental y urge a regular la figura del coordinador parental.
Alicante
maltrato animal El PP de Alicante aprueba de forma “urgente” un aumento de presupuesto para la Escuela Taurina Municipal
El gobierno de Barcala aprueba un gasto de 105.754,90€ para la escuela taurina como “proyecto educativo”. La Diputación de València, por su parte, gasta un millón para la iluminación de su coso.

Recomendadas

Fondos buitre
Fondos buitre El Sindicato de Inquilinas demanda al fondo buitre Néstar-Azora por las cláusulas abusivas de sus contratos
Las vecinas afectadas por este fondo, en huelga de alquileres desde septiembre, están obligadas a asumir los gastos de comunidad y abonar los costes del seguro de impago e IBI a la propiedad, pese a ser estos requisitos totalmente ilegales.
Estados Unidos
Hari Kunzru “En EE UU hay dos tipos de nazis: los que llevan botas y los que llevan corbata”
El escritor británico reflexiona sobre la victoria de Donald Trump y cómo los conservadores han movilizado teorías como la psicología evolutiva para renovar sus posiciones y plantear una batalla cultural en foros online o redes sociales.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.