Policía
Sobre el infiltrado: desasosiegos y 'clikbaits' varios

Como transfeministas hay que volver a recordar que no hay voluntad ni reciprocidad sin contar con dos elementos básicos: la información y la libertad.
Policía infiltrado La Directa
A la izquierda, el agente D. H. P. durante su paso por la escuela de policia de Ávila. En la imagen de la derecha se pueden apreciar los tatuajes que se hizo entre 2020 y 2021. La Directa
11 mar 2023 06:13

Sabemos de sobras que no es la primera vez que el Estado español utiliza la herramienta de infiltrarse en los movimientos sociales y que mucho menos será la última, pero para algunes de nosotres sí que era la primera vez que nos tocaba de cerca y en este formato. Cuántos de ellos habrán habido que conozcamos —y desconozcamos— desde los infiltrados en las universidades antifranquistas, pasando por Albert Martínez, Ángel Grandes Herreros y tantos otros, hasta este último caso destapado de tres infiltrados en Catalunya y el País Valencià.

Recurrentes e hilarantes historias se comparten sobre chivatos y secretas en manifestaciones, herramientas de la policía a las que estamos mucho más habituades. Una amiga vasca nos explicaba que la policía, para infiltrar a alguien en Euskal Herria, tenía que ser una persona que supiese hablar euskera de nacimiento —de otra manera se nota que es aprendido—, y así es como conocí a Mikel Lejarza, alias “el Lobo”, quien llegó a formar parte de la cúpula de ETA, desarticulando una parte importante de la organización.

Son conocidos también diferentes empeños por parte del Estado de crear confidentes entre nosotres, como el caso de Pandora, cuando después de sucesivas quedadas, un militante hizo público que trataban de cerrar un trato para sacarle información a cambio de 200 míseros euros mensuales —¡mira que son cutres!—. Por otra parte, son sabidas algunas de nuestras frágiles tentativas de poner en entredicho según qué identidades o perfiles sospechosos, y ojalá cada recelo nos lo tomásemos siempre con tal discreción y rigurosidad comunicativa como se ha hecho, a rasgos generales, con estos casos.

Pero quizás estaría bien reflexionar sobre el abordaje que se ha hecho del tema y las reacciones políticas que hemos dado desde los movimientos sociales y, especialmente, desde el movimiento feminista y libertario. Podríamos entrar en la cantidad de cuestionamientos machistas vertidos de manera anónima en redes sociales, en los bares o en medios a través de respuestas recalcitrantes provenientes de la academia, como la de Santiago Alba Rico en el artículo firmado por él. Este profesor nos alecciona sobre lo poco reprochable moralmente que es mentir sobre nuestra condición para aspirar a establecer relaciones sexuales, llevando al absurdo la acusación de agresión sexual dirigida a ‘Dani’ con la comparación con un policía que va a una discoteca de barrio a ligar y oculta su “oficio” de madero a sabiendas de que podría causarle perjuicios a su corrida tal ambiente.

Sí, creemos que sin honestidad respecto a tu condición o sinceridad sobre el objetivo que escondes detrás de tener sexo en un entorno como el nuestro, donde no es bienvenido alguien situado en el bando enemigo, no hay consentimiento, pues es fruto de un engaño

La respuesta es clara: sí, creemos que sin honestidad respecto a tu condición o sinceridad sobre el objetivo que escondes detrás de tener sexo en un entorno como el nuestro, donde no es bienvenido alguien situado en el bando enemigo, no hay consentimiento, pues es fruto de un engaño. Solo hace falta hacer un pequeño recorrido histórico para confirmar que ciertos “oficios” han sido históricamente rechazados por la izquierda radical. De hecho, los estatutos de los sindicatos de corte anarquista impiden formar parte de estos a militares, empresarios o policías, por ejemplo.

Por otra parte, hay que tener presente que estos debates se dan en el seno de un movimiento anticapitalista fragmentado por las agresiones y en un marco general social de la polémica Ley del solo sí es sí. En este sentido, como transfeministas hay que volver a recordar que no hay voluntad ni reciprocidad sin contar con dos elementos básicos: la información y la libertad.

Por otro lado, el ilustre profesor critica el hecho de que se están privilegiando las relaciones sexoafectivas sobre las demás —de amistad, de compañerismo, etc— que construyó el infiltrado y sobre los ideales que fingió, y aquí tenemos que darle un poquito la razón, a medias. Nuestros símbolos no son simples dibujos que garabatear en una pared o que tatuarse en la piel únicamente —como hizo Dani con la estrella del caos—, tienen una historia y todo un significado detrás. Nuestros ‘antis’ no componen una retahíla de sufijos: están revestidos de amor hacia la diversidad y la igualdad. Nuestra historia de resistencia la conforman personas de carne y hueso, y son los pasos de estas los que seguimos, aquellos que marcaron el camino con sangre derramada, conquistando derechos en una lucha por un mundo mejor. Pisadas que, en su inmensa mayoría, surgen de una honesta decisión y un comprometido actuar. Pues sí, nos duele que no le demos más importancia a esto y a las redes de afectos en general, pero es que la cuestión que se ha puesto de relieve y por la cual se ha denunciado es la especificidad del uso de la violencia patriarcal —sexual, concretamente— en este caso de espionaje.

Las mujeres y los géneros no hegemónicos hemos sido desde tiempos inmemoriales objetos de batalla: o somos trofeos de guerra o un medio para la conquista

Y es que las mujeres y los géneros no hegemónicos hemos sido desde tiempos inmemoriales objetos de batalla: o somos trofeos de guerra o un medio para la conquista. Respecto a la denuncia, considero que no hay que entrar a juzgar sobre quién ha denunciado ni sobre el hecho en sí de usar el aparato judicial. Dentro de los debates sobre la conceptualización o redefinición de términos grandisonantes como agresión o violación, aparece el término torturas en esta denuncia judicial. No os negaré que no me llegó con dureza, y si una rememora las torturas físicas sufridas por militantes en Via laietana en la comisaría de la policía nacional, en Les Corts por parte de los mossos o de los carceleros en las cloacas del estado, puede sonar incluso a un ultraje. ¿Pero no es justamente esta la batalla que estamos librando por significados definidos desde el feminismo y por darle la importancia que se merecen las violencias psicológicas?

De manera cíclica, la represión, en todas sus vertientes, relatada por les compañeres que nos preceden o encarnada por nosotres mismes, se muestra ante nuestros ojos como un aviso a navegantes para quien quiera emprender o continuar la lucha. Ya nos recordaba cuál era nuestro posible destino como mujeres libres —de manera tajante y muy desafortunada— la película Libertarias, pero como exclama Prosòdia en Colp, no hace falta desear una guerra, ser tu misma te coloca en un lugar y delante de esto elegimos no ceder. “La lucha es para siempre y violento el camino”, aclaman.

No debemos caer en darles el placer de cerrar nuestras puertas —ni nuestros coños— sino de ser más cuidadoses

La impronta del engaño que deja tras de sí este descubrimiento es imborrable y el miedo y la desconfianza se instalan en el cuerpo para no diluirse del todo. El sentimiento de traición es, por mucho que nos pese, un sentimiento que siempre nos acompañará. ¿Quién no ha sentido dolor cuando une compañere abandona la lucha, cuando alguien cambia de ideales de manera “extrema” o cuando un compañero ejerce una agresión y no se responsabiliza de ella? Es momento de que nos cuidemos, de repetirnos, que la fiesta no puede ser una puerta de entrada a nuestros secretos y que el ego no nos haga hablar de más. De rememorar entre generaciones que no hace tantos años de encontrar micrófonos y cámaras ocultas, ni estamos tan lejos de ello, pero no debemos caer en darles el placer de cerrar nuestras puertas —ni nuestros coños— sino de ser más cuidadoses.

También son tiempos de tener más conciencia con no alimentar la morbosidad y la desconfianza que envuelve estas noticias. Respecto al tratamiento mediático, veo innecesario publicar información previa anunciando un nuevo caso sin desvelar la identidad del infiltrado, pues le hace un flaco favor al sufrimiento psíquico, sobre todo a las personas propensas a las paranoias.

Por último, considero que tratar los límites de la legalidad en cuanto a la infiltración legitima la justicia burguesa y el derecho del Estado a utilizar este mecanismo para acceder a una información por la cual tardaría mucho más tiempo con otros métodos. Además, mantener en la prensa un anarquismo con una apariencia moderada y amable con el Estado bajo ideas tales como ‘no se está previniendo ningún delito’ o ‘solo estaría justificada la infiltración en el caso de organizaciones terroristas’ es legitimar un discurso legalista, pacifista y ciudadanista, justificando este mecanismo para con grupos de determinadas actividades radicales, además de que invisibiliza e infravalora parte del accionar del entorno anarquista.

Animo a que siga la consigna “mujeres y disidencias: ni obedientes ni pasivas”, la de “anarquistas: ni culpables ni víctimas”. En este sentido, aliento a dejarnos el ‘maderos a pedazos’ mientras nos marcan el camino y restamos prácticamente inmóviles ante una de las vaciladas más grandes que el Estado nos ha hecho en los últimos meses y a canalizarla en las calles, o al menos, a no pretender dirigirlas.

Y recordad: la próxima será una mujer, seguro.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Violencia machista
Violencia machista La Audiencia Nacional prima el derecho a la información al olvido que reclamaba el asesino de Nagore Laffage
“El mundo tiene que saber que fue por un no”, resalta Asun Casasola, madre de Nagore Laffage. El psiquiatra José Diego Yllanes Vizcay la mató de una paliza en los Sanfermines de 2008 tras intentar violarla.
Justicia
Agresión sexual La Audiencia de Barcelona acuerda la libertad de Dani Alves a cambio de una fianza del 1,82% de su patrimonio
La fianza es de un millón de euros. La decisión no ha sido unánime, uno de los tres magistrados prefería mantener al condenado en prisión, hasta que se resuelvan los recursos de su caso.
Abusos a la infancia
Rompiendo el tabú Violencia sexual contra la infancia dentro de casa: hablan las víctimas
Uno de cada cinco niños y niñas sufren agresiones sexuales en la infancia. El 40% de los agresores pertenecen al entorno familiar. Blanca, Nerea y Paloma ponen voz a las cifras.
isa
11/3/2023 10:10

Cuando leí el artículo del "ilustre profesor" me quedé helada : me suena haber leído anteriormente algo de él y haberme parecido un pavo prescindible e incluso evitable, ahora ya no tengo adjetivos ....
Este artículo pone los puntos sobre las íes en todos los aspectos. Gracias Laura

0
0
Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de FIFA y UEFA
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Palestina
Palestina Bicicletada contra el genocidio palestino en Alicante
El núcleo local del BDS País Valencià ha realizado un recorrido reivindicativo para exigir el fin del genocidio contra Palestina por las principales calles de las tres capitales valencianas.
Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.
Cine
Cine 'Civil War', estética geopolítica en tierra de nadie
La sensación es que Civil War se queda en algunas ocasiones en una peligrosa tierra de nadie, tanto en sus cambios de estilo como en su contenido.

Últimas

Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto Twitch
Antirracismo Frente a su racismo, respuesta comunitaria antirracista
El tema de “Entre el nopal y el olivo” de hoy nace desde la reflexión (no nuestra y no nueva) de cómo responder desde la colectividad a la violencia racista. Cómo imaginamos un horizonte antirracista. Cómo pensar estrategias juntas.

Recomendadas

Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.