Pobreza energética
La Cañada se apaga sector a sector

Desde el pasado 18 de marzo los sectores 4, 3 y la mitad del 2 de la Cañada Real están sin luz. Tras año y medio de apagón en los sectores 5 y 6, la población se debate entre seguir exigiendo sus derechos a una administración que les ignora, o afrontar la autogestión energética. La energía solar entra en la ecuación.
Cañada Real cortes luz sector 4 - 6
Una niña se sienta en el suelo del sector 4 donde llevan 20 días sin electricidad. David F. Sabadell
6 abr 2022 13:39

Está cerca de Rivas Urbanizaciones pero no es una urbanización. O al menos no es una al uso. A pocos metros de una avenida, a la vista de una torre blanca de modernos pisos, se levanta un recinto rodeado por una tapia. Najat abre una puerta y aparece una parcela en la que se reparten un puñado de casas. Como un micro pueblo, las viviendas de ladrillo, enyesadas, de dos pisos, construidas a cada lado, dan a una calle común. Un grupo de mujeres aguardan junto a unos pocos niños. Tienen algo urgente que contar: el pasado 18 de marzo les cortaron la luz.

Muchas tienen hijos o nietos. Llevan más de dos semanas calladas a la espera de que, como les han prometido, se arregle pronto la situación. Entretanto afrontan una ola de frío inusual para esta época del año, y la percepción de que lo que les pasa no le importa a nadie: “Aquí ya no hay derechos, aquí ya no hay nada. Esto es una inhumanidad. Tenemos a los niños malos”. Es lunes, y aunque el hijo de Amira no se encontraba bien, lo ha mandado al colegio. En su casa, con el frío que hace, no se puede quedar”. No solo los niños están enfermando, además del frío, reina la ansiedad: “La gente lo está pasando mal y nadie está viendo nada de esto. Todo por la marihuana, pero no tenemos la culpa de esto”.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 1
Abrigadas, las vecinas del sector 4 denuncian su situación después de 18 días sin electricidad. David F. Sabadell

Hace dos semanas la Policía Nacional anunciaba el éxito de una gran redada, en una operación conjunta con la Guardia Civil. “44 detenidos y más de 17.500 plantas de marihuana intervenidas en la Cañada Real”, titulaba su nota de prensa en la que anunciaba: “El operativo ha permitido la desarticulación de un grupo criminal que operaba desde los sectores 3 y 4 de la Cañada, logrando además la intervención de 24 armas de fuego, más de 56.000 euros en efectivo, tres vehículos y diversa documentación”. La nota se cerraba con un lacónico apunte: “técnicos de la empresa eléctrica procedieron a la desconexión de las acometidas utilizadas por los investigados, entre ellos cuatro transformadores eléctricos de alta a baja tensión”.

“Si de verdad tienen dudas de que hay marihuana que vengan casa por casa a buscarla, a mi me da igual, que vengan incluso sin una orden. Pero nosotros queremos alcanzar una solución”

No son plantas de marihuana las que se han quedado sin luz. El suministro eléctrico se cortó en los sectores 3 y 4 de la Cañada, y parte del 2. La parcela donde viven Najat, o Amira, que sus familias compraron hace más de 15 años, pertenece al Sector 4. Que te corten la electricidad no es nada abstracto, es una interrupción bestial a las rutinas: neveras que dejan de funcionar, comida que se pudre, familias enteras que se quedan a oscuras cuando el sol se va; no poder estudiar, no poder poner la tele por las noches, no poder cargar los teléfonos.

En círculo el grupo enumera todas las cosas que ya no pueden hacer, mientras unos pocos niños pequeños escuchan atentos. La mayoría de los niños está en los colegios. Los hombres a esas horas están trabajando. Muchos en la construcción, levantan edificios como en su momento levantaron las viviendas que, sin tener nada que ver con las redadas, o con la marihuana, se han quedado sin luz. “Si de verdad tienen dudas de que hay marihuana que vengan casa por casa a buscarla, a mí me da igual, que vengan incluso sin una orden. Pero nosotros queremos alcanzar una solución”, apunta Amira.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 7
Najat muestra su casa. David F. Sabadell

Najat nos ha conducido hasta el lugar, explica que no saben muy bien qué hacer. La falta de luz en La Cañada no es nueva, hace ya más de un año que cortaron la luz al Sector 5 y 6, desde entonces el Sector 5 consigue organizarse por su cuenta para tener electricidad en días alternos. El 6 sigue a oscuras. Las movilizaciones de quienes llevan desde invierno de 2020 sin luz han sido intensas, no hay puerta a la que no hayan llamado, y la hemeroteca está bien poblada de movilizaciones. Y sin embargo nada se ha hecho. Mientras la presidenta de la asociación de vecinos negocia, ellos debaten si manifestarse o mantener un perfil bajo. Ver lo que ha pasado con los otros sectores les quita las ganas de luchar: temen incluso ser castigados.

La percepción general, como comentaba Amira, es que son tratados como gente sin derechos. Hassan está muy enfadado, tiene 28 años, es empleado en una empresa de mensajería donde lleva labores de logística, es un buen trabajador, le hicieron indefinido en muy poco tiempo, cuenta, espera su primera hija. Su mujer, Aisha, está embarazada de ocho meses ya, el día que cortaron la luz la joven venía de comprar la cuna.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 8
Las vecinas dejan la comida afuera para que se conserve y calientan ollas de agua para poder bañar a sus hijos. David F. Sabadell

Hassan lleva toda la vida en España, llegó a La Cañada hace ocho años después de afrontar un desahucio, con 500 euros, vino desde Guadalajara. Como pasa en un país en el que la carestía de la vivienda expulsa a millones de personas de la posibilidad de mantener un techo, fue su familia la que lo ayudó. Ocupa con su mujer el piso de arriba de su madre. Como toda pareja joven ambos han intentado alquilar una vivienda para ellos. Con lo que él gana le resulta imposible. “Los que tienen dinero son los que siempre van a tener dinero, compran cuatro o cinco pisos, y los alquilan a 900 pavos. Yo cobro 900 pavos, 400 se me van en gasolina. ¿Adónde voy?”.  La madre de Hassan muestra cómo dejan la comida en la ventana para mantenerla fresca, por ahora tienen la “suerte” de que el frío conserva los alimentos. Como contrapartida, todas las mantas no alcanzan para que puedan dormir tranquilas. Ha tenido que meter a su nieta con ella en la cama, una nena de 22 meses que corretea por ahí, para que no perdiera el calor.

Como Hassan, Amira también trabaja, pero en su trabajo nadie sabe que vive en La Cañada. Todas son conscientes de que explicar que provienen de aquí supone un obstáculo en el mercado laboral, y es que el estigma que acompaña a su lugar de residencia es también uno de los factores por los que se pueden quedar sin luz sin que nada pase. “Todo esto también pasa por la imagen de La Cañada, hay una imagen muy mala de nosotros. Nosotros somos gente honrada, humilde, trabajadora, humana y tenemos los mismos derechos que todo el mundo. Pero cuando abres la puerta y sales, ves cómo te mira la gente de los pisos y que se ponen a murmurar entre ellos”, apunta la joven.

“Todo esto también pasa por la imagen de La Cañada, hay una imagen muy mala de nosotros. Nosotros somos gente honrada, humilde, trabajadora, humana y tenemos los mismos derechos que todo el mundo”
Cañada Real cortes luz sector 4 - 4

Cuentan que cuando vino la policía hubo vecinos que intentaron evitar que desconectaran todos los transformadores, explicarles cuáles tenían que ver con las plantaciones y preservar los otros, pero que no les escucharon. No les sorprende, saben que no les quieren ahí y dejarles sin luz, sospechan, es una forma de invitarles a irse. Se preguntan por qué si otros sectores están legalizados no se les legaliza a ellos también. 

La madre de Luna vive en Valdebernardo. Allí, cuenta, también también ha habido redadas, también han encontrado droga: “pero no nos han cortado el suministro a todo el barrio. Entonces, ¿por qué aquí sí? Es que esto es inhumano, no se puede vivir así. Yo ahora con el sueldo que cobro lo gasto en pagar gasoil, en ir de casa en casa buscando dónde dejar a mis hijos. No me parece ni medio normal”.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 2

Hace unos días que ha empezado el Ramadán, es un Ramadán triste, como en “el Polo Norte”, apunta una mujer. Pasan gran parte del tiempo yendo a cargar lámparas, comprando gasoil para los generadores, yendo a casas de otra gente o a lavanderías a lavar la ropa, “comprando comida de a medio kilo” para que no se les ponga mala. La falta de electricidad hace estragos en lo cotidiano y miran con preocupación la Semana Santa que se acerca con los niños en casa, sin medios para entretenerse, estudiar o calentarse.

Para Najat  y sus vecinos la solución ya existe, está escrita y firmada en el Pacto Regional por la Cañada Real Galiana, documento firmado en 2017 en la Comunidad de Madrid, en el que las administraciones se comprometen a mantener los servicios públicos y los suministros. No es solo la electricidad, dicen, siguen sin recibir correo ni cuentan con transporte público cercano, como se recoge en el pacto. Varias de ellas tienen el escrito en su móvil. Lo muestran con impotencia. De momento, denuncian, solo están encontrando ayuda en los colegios: es el caso de Imán, que cuenta que el centro educativo de su hermano le ha permitido mantener sus medicamentos contra la alergia en la nevera.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 3
El frío está enfermando a las niñas y niños en plena ola gélida. David F. Sabadell

Escuelas que ayudan

En Hipatia, un centro educativo que Fuhem tiene en Rivas Vaciamadrid, las profesoras se han enterado por los niños y niñas de primaria del corte de luz. Han ido soltando la información de a poco, afectados en su cotidianeidad. No es la primera vez que parte del alumnado se queda sin luz, ya pasó con el Sector 6 y 5 de la Cañada. En esta ocasión, Virginia, profesora de primaria, cuenta que tuvieron una reunión con la Junta de la Cañada, con gente de los sectores afectados. “Nos contaron cómo había sido todo esto, cómo aprovechando que había una redada, destrozaron y acabaron con todo. Y entonces les preguntamos cuáles eran las necesidades que ellos tenían para ver cómo podemos ayudar desde el centro”. Luz para estudiar y hacer los deberes, neveras para guardar sobre todo medicamentos, la cuestión de las lavadoras o de dónde poder ducharse, figuraban entre estas necesidades. Desde el colegio han ofrecido los espacios escolares, fuera del horario lectivo.

Hassan, Hussa, Ayman e Imán son alumnos de FP y Secundaria. Mencionan lo que han visto repetido en los medios, que había una banda a la que detener porque tenían droga. Desde entonces, su día a día se ha hecho mucho más complejo. “El día que se fue la luz, yo pensaba que había sido yo que sé, por fallo de nuestra caja de luz y fui a verlo y vi que no era eso. Y luego empecé a ver policías bajar. Empiezo a ver a la gente moverse. Me dijeron lo de la droga y que habían derrumbado ya el generador”, cuenta uno de los estudiantes. 

Cañada Real cortes luz sector 4 - 13
Estudiantes de Hipatia intentan proseguir con sus rutinas mientras esperan a que vuelva la luz. David F. Sabadell

Mientras van y vienen al centro son testigos de los debates sobre qué hacer entre los adultos, y de la alarma que ha generado la situación. También de la impotencia que reina: “En el Sector 6 cortaron una carretera, incendiaron neumáticos, hicieron de todo, y siguen sin luz. ¿Quién nos garantiza que nos la van a devolver a nosotros?”, Houssa apunta cómo la semana pasada se les habló de que les darían una solución pronto, pero hasta ahora solo les han dado largas. Los precedentes no ayudan, ya fueron testigos de cómo, cuando la población de los otros sectores protestaba, se les criminalizaba. “Yo vi post en Instagram que decían que plantaban marihuana y encima iban reclamando luz gratis”, señalan.

“En el Sector 6 cortaron una carretera, incendiaron neumáticos, hicieron de todo, y siguen sin luz, ¿Quién nos garantiza que nos la van a devolver a nosotros?”

Intentan no darle mucha importancia y abordan el tema con humor, pero son conscientes de la gravedad de la situación. Imán, por ejemplo ha renunciado a participar en un viaje de estudios con sus compañeros, no ha querido dejar sola a su madre. En su casa cuentan al menos con un generador a gasoil, pues su padre, viendo cómo estaban las cosas en los sectores 5 y 6, lo compró para tener algo de seguridad. Aunque es la primera vez que sufren un corte tan largo, la electricidad no es algo que se dé por garantizado en La Cañada Real.

Virginia expresa su indignación ante la situación en la que se ha dejado a estos alumnos y a sus familias. Explica que más allá de la respuesta a esta crisis concreta, el centro está implicado en un proyecto que aborda la cuestión de la energía, y que persigue, entre otras cosas, enfrentar la pobreza energética. En este sentido están presentándose a concursos e intentando recaudar fondos para apoyar en la implementación de placas solares. De la mano de la organización Light Humanity, quieren hacer talleres para instalar placas solares en Formación Profesional: “con el dinero que cuesta que una persona monte una placa solar, Light Humanity lo ahorra y podemos llevarlo a La Cañada”. El centro educativo se plantea llenarse de placas solares en cinco años y constituir una Comunidad Energética que traspase parte de su energía a los sectores vecinos.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 14
Virginia es una de las profesoras implicadas en el proyecto Apagamos la Luz, encendemos la vida, en el que colabora con Light for Humanity. David F. Sabadell

Light Humanity y las comunidades energéticas

En el Sector 4 la gente se busca la vida como puede. Eso incluye haber buscado a diversos instaladores para interesarse por las placas solares. “Te preguntan por los metros que tienes, el suministro que tú gastas en tu casa y ellos te dan un presupuesto”, se tratan de presupuestos, apunta Amira, que desbordan en muchos casos los recursos familiares, “¿Qué hacemos? ¿vamos a pedir un préstamo al banco para hacernos con una placa solar?”

En los sectores 5 y sobre todo el 6 las placas solares ya pueden verse en muchas partes, Ángel García es presidente de la asociación de vecinos del Sector 5, en el que los vecinos han conseguido organizarse turnándose en el uso de luz en días alternos para cargar los generadores. “Algunos vecinos hemos colocado placas, primero ante el riesgo de que esto en un futuro pueda ir a peor. Y luego, pues bueno, al final es un poquito más cómodo que estar con la batería y con el cable por aquí y por allá”.

Es, sin embargo en el Sector 6, donde más sistemas fotovoltaicos con almacenamiento se han ido instalando, muchas de ellos con Light Humanity. “Sospechamos que uno de los motivos por los que nos dejan sin luz es que la administración de forma premeditada, en colaboración con la compañía eléctrica, quiera dificultar las condiciones de vida de los vecinos para que vayamos abandonando La Cañada”, apunta también el líder vecinal. Frente a una situación así la independencia energética es importante, pero también pesa el no saber cuánto tiempo se residirá en La Cañada. Lo cierto es que mientras estén allí han de dedicar recursos a gasoil, bombonas y otras formas costosas de acceder al suministro.

Ángel estuvo en una reunión reciente con Light Humanity y gente de los sectores afectados. Entiende que si bien están esperando a poder reengancharse, como les ha sido prometido, no son ajenos a lo que ya pasó en el Sector 5 y 6 cuando esas promesas nunca se concretaron. “Hay muchos vecinos que sí, que ya están preguntando. 'Pues oye, ¿qué es esto de la energía solar, cuánto cuesta, cómo se pone?'”.

Arturo pertenece a Light Humanity, y recorre a menudo La Cañada para hablar con las familias y ver cómo pueden apoyarles para que con la financiación adecuada no haya una barrera para acceder a estos paneles. El plan a largo plazo es posibilitar la formación de comunidades energéticas que compartan energía solar

Arturo pertenece a Light Humanity, y recorre a menudo La Cañada para hablar con las familias y ver cómo pueden apoyarles para que con la financiación adecuada no haya una barrera para acceder a estos paneles. En la organización están satisfechos pues han conseguido formar a dos personas, una en el Sector cinco, y otra en el seis, para que se encarguen de la instalación, lo que supone generar empleo para los vecinos.  Arturo entiende que las circunstancias de las familias son muy diversas y la población muy heterogénea, pero algo tienen en común, de un día para otro se quedaron sin electricidad, “el tema del suministro es un caballo de Troya con el que pretenden hacer la vida imposible a todas estas personas. ¿Para qué? Para que se vayan. Porque al final no es lo mismo tener que indemnizar por expropiar a 500 familias que a 4.000”.

Cañada Real cortes luz sector 4 - 5

Arturo ve en la gente de los sectores 4, 3 y 2, lo mismo que veía hace año y medio en los sectores 6 y 5, la esperanza de volver a la normalidad. “Cuando ven que van pasando las semanas, los meses y que nada cambia, sino que todo empeora según las previsiones, es cuando ya empiezan a actuar en consecuencia”. De hecho comenta que están desbordados ya que son muchas las familias que les están llamando y teniendo que visitar para informarse de la alternativa que supone la energía solar a los costosos e ineficientes generadores de gasolina, puesto que difícilmente pueden permitirse ese suministro de energía.

Pobreza energética
Jóvenes de la Cañada Real “Aprendimos que hay que luchar si queremos tener derechos”
Khadija, Doua y Omar son tres jóvenes de origen marroquí que viven en el sector 6 de la Cañada Real Galiana, afectado desde hace más de un año por un corte de luz indefinido.


Para Ángel, la cuestión de las placas solares y la comunidades energéticas es una buena solución a largo plazo, pero a corto plazo plantea algunas dificultades técnicas y de costes: “Hay sectores en los que no se plantea la legalización. Cuesta también invertir muchos recursos cuando no sabes si vas a poder mantenerte aquí”.  Por la idiosincrasia del Sector 5, que es el único que dispone de una instalación eléctrica integrada, apunta Ángel, y que además cuenta con un tejido asociativo y organizativo denso, añade Arturo, es el lugar donde más fácil resultaría apuntar a esta comunidad energética.

En el resto, se podrían concebir microcomunidades, grupos donde ocho o diez vecinos generan y comparten su propia energía. De momento, señalan desde Light Humanity, se trata de poder contestar a todas las demandas que les llegan, facilitar la financiación personalizada para todas las familias, incluyendo el alquiler con derecho a compra, más adecuado en ese contexto de incertidumbre, y salvaguardarse de los impagos. Por ello tienen previsto poner en marcha un crowdfunding que les permita ayudar a vecinas y vecinos a recuperar la electricidad que administraciones y empresas les deniega. Primero para solventar las necesidades urgentes, y luego para, quizás, con tiempo, generar espacios autosuficientes en un contexto de crisis energética que desborda la precaria realidad de La Cañada.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Deportes
Deporte Quiero que seas como Beckham
Sobre los Premios Diputación Contigoy las consecuencias de premiar la “excelencia” en el deporte infantil y juvenil.
Análisis
Desigualdad ¿Millennials Vs boomers? ¡No, es lucha de clases, amigo!
Aunque el discurso habitual enfrenta a los millennials con los baby boomers, este panorama general oculta la disparidad económica dentro de la generación de los millennials.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Más noticias
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.

Recomendadas

Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.