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Pista de aterrizaje
Maui: “Soy representante del palo de la guasería”
Nació en Utrera, cuna de reconocidos artistas flamencos, y creció rodeada de la música de muchas y muchos de ellos. Bambino es su tío y Martirio uno de sus referentes. ¿Por arte de magia? es el nuevo trabajo de Maui.
Nació en Utrera, cuna de reconocidos artistas flamencos. Creció rodeada de la música de muchas y muchos de ellos, como su tío Bambino, famoso cantaor, y su padre, guitarrista fundador de Los Centellas, y autor del clásico de la rumba “El Toro y la luna’ (1997). Gracias a este éxito tuvo la oportunidad de ir a la universidad, la primera de su familia, cosa impensable para una chica del polígono del Tinte. Reconoce en Martirio un gran referente. “Toma de tierra” es el primer single de su nuevo disco ¿Por arte de magia?, así en interrogante. El 7 de diciembre estará en La Fídula, Madrid.
Cómo has llegado a ¿Por arte de magia?
Es como explicar que en estos 17 años que llevo de carrera nunca he sabido usar un truco. O sea, que no sé hacer magia. La magia verdadera es la que pone el público cuando recibe una canción que le sirve para algo y a mí me dan súperpoderes cuando me lo transmiten con un aplauso, un olé o un mensaje; eso para mí es la magia.
Mamaste la música pero no lo has tenido fácil…
Porque en este país estamos acostumbrados a poner etiquetas y, si algo no tiene etiqueta, nos descoloca y no nos incita a ir a probarlo. Yo considero que lo que hago ya está hecho, yo lo viví de pequeña. Soy una representante de la guasería, un palo que yo he bautizado así porque lo observaba en los bautizos, las bodas de los gitanos a las que mi padre iba y eran tres días de fiesta. Observaba por ejemplo a Fernanda de Utrera por soleá que hacía llorar a la gente tanto como Chavela Vargas, un llanto de limpieza. Pero nadie sabía qué pasaba antes de la lágrima: la risa. Allí había una gitana de patillas muy largas que hacía performance sin ella saberlo. Se pegaba a lo mejor en una pared y se quedaba allí 40 minutos, tipo lagartija, los ojos bien abiertos, de vez en cuando sacaba la lengua. Entonces los gitanos se reían muchísimo. Y después de la risa estaban más preparados para poder llorar.
De Utrera a Madrid, ¿cómo ha sido ese trayecto?
Siempre digo: no sé cómo me ha dao maña que he pasado, sin darme cuenta, de Utrera a Malasaña… pero pasé primero por Granada, me fui a estudiar Magisterio de Música y la carrera de violonchelo. Allí fue donde empecé a escribir y monté la banda de Los Serénidos, y estuve 12 años enamorada de la ciudad. Pero necesitaba también vivir esa adrenalina de lanzarte únicamente a llevar el proyecto tú sola hacia adelante y me vine a Madrid. Yo no conocía Malasaña, de repente caí aquí. El barrio me parece súper inspirador y le encuentro puntos en común con el Albaycín. Allá vas a la pescadería y hay gitanas, aquí hay hipsters, que tú preguntas quién es el último y, como todos son iguales, no te enteras de quién es el último.
¿Es Madrid una plaza difícil?
Para mí ha sido muy sencillo. Me está favoreciendo en todos los sentidos, estoy aprendiendo muchísimo, recibo masterclasses de gente grande a la que he admirado siempre. De repente en un garito nocturno, en los adentros cuando se cierra la puertecita y nos quedamos unos cuantos con una guitarra y una copita, de repente te ves con Martirio o Antonio Carmona, Silvia Pérez Cruz, Miguel Ríos, un contraste de creadores a los que admiro. No se puede pedir más.
¿Y en la parte de hacer conciertos?
En ese lado también positivo. Llegué ya con un concierto y desde entonces no he parado. Me abren las puertas de los teatros, he estado tantas veces en el Café Berlín que ya es como mi casa, y sientes que te abraza Madrid.
¿Y qué es volver a Utrera con el camino recorrido?
Utrera es… el potaje, el pucherito con la hierbabuena, el cariño de la familia, los amigos… y el compás. Sigue tal como yo lo dejé cuando era pequeñita. Para mí ese es un cable que me conecta con la tierra, con la raíz. Muy necesario porque no puedes fusionar algo que no has vivenciado, que no conoces en profundidad. Yo mezclo músicas que me he encontrado por el camino pero no puedo soltar la base, entonces me voy a Utrera y me gusta irme a comer con Tomás de Perrate, hablar con Inés, la sobrina de Fernanda de Utrera, la gente me cuenta historias de mi tío Bambino, estar con mi padre que me da muy buenos consejos… es un poco la tierra.
¿Qué nos dices de las polémicas en torno al flamenco?
Esta polémica me parece que es una moda que pasará. Criticar está de moda y decirlo de mala manera mejor, más puntos para ti. Yo estoy a favor de todo lo que sea aportar al flamenco, lo que tenga nuevas vías y que experimente.