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Partidos políticos
La negociación, el mito incomprobable que bloquea la alianza de Podemos y Sumar
La incomunicación ha llegado a rozar lo insólito. En el patio del Congreso, tras el rechazo a la rocambolesca moción de censura de Vox, había la tarde del miércoles 22 un referente de Sumar y otro de Podemos. A varios metros de distancia y con diferencia de pocos minutos, informaban algo antagónico.
“¡Es que no hay negociación!”, enfatizaba ante los presentes una persona de la cúpula morada. “Estamos negociando desde enero pero no vamos a divulgar el contenido de las conversaciones”, recalcaba alguien de la cercanía de la vicepresidenta. Los periodistas que deben seguir los acontecimientos de este espacio, atónitos.
El día y medio de moción de censura ha acelerado las tensiones entre ambas partes por dos hechos: el lunes 20 de marzo Díaz anunciaba que el próximo 2 de abril realizará un acto en el que informará su decisión de presentarse a las elecciones como candidata a presidenta del Gobierno. El otro hecho es que la Moncloa decidió darle un rol preponderante el primer día del intento de impeachment de la derecha radical contra Sánchez.
Más de una hora de discurso, con el foco mediático e institucional que eso representa, y poniendo contra las cuerdas los argumentos en materia laboral y económica de Tamames. Fue interpretado por todos como un guiño del líder del PSOE a Díaz, para mostrar el tándem electoral de cara a las generales y fortalecerla frente a la pugna con el ala izquierda de la izquierda.
Desde Sumar afirman que lo consensuado con todas las confluencias es esperar a después de las municipales y autonómicas del 28 de mayo para acabar cerrando acuerdos para las elecciones
Las conversaciones (o no)
En medio de tanta bruma es difícil ver los hechos concretos, porque los propios hechos están en cuestión. Lo que sí se sabe y consta es que desde enero han mantenido encuentros con cierta regularidad el jefe de gabinete de Díaz y su mano derecha en estrategia política, Josep Vendrell, y la número 3 de Podemos, Lilith Verstrynge, secretaria de Organización.
Desde el flanco de la vicepresidenta se asegura que con Podemos es con la organización “que más reuniones ha habido” y dan a entender que allí se ha empezado a negociar cómo sería la confluencia en un espacio común.
Pero fuentes de inobjetable cercanía de Belarra y Montero aseguran que la negociación “no existe como tal” y señalan que alcanzar un preacuerdo para poder ir de manera presencial al acto del 2 de abril no es una condición sino algo lógico para mostrarse “juntos con un proyecto que da certeza”. Valoran los guiños que hubo desde el lado de Díaz, como destacar la labor de ambas ministras en su discurso, pero enfatizan: “Los gestos no construyen acuerdos”.
“Es que vamos a tener que gobernar. Tenemos que cerrar las crisis abiertas, decidir una hoja de ruta de cómo hacerlo y acordar cómo serán las cosas, cómo se harán las primarias y confeccionarán las listas”, dejan en claro desde la Ejecutiva de Podemos.
Lo que da la impresión al escuchar a ambas partes por separado es que todos tienen un poco de razón (o que todos mienten un poco, si se analiza con maldad) y que evidentemente lo que los de Díaz llaman negociación, para Podemos no es tal. Las reuniones se llevan adelante pero no hay definiciones ni decisiones concretas, y mucho menos, se habla de firmar preacuerdo.
Desde Sumar aclaran que lo consensuado con todas las confluencias (Catalunya En Comú, Izquierda Unida, Más Madrid, Compromís, Equo, Proyecto Drago y Chunta Aragonesista, entre otras) es esperar a después de las municipales y autonómicas del 28 de mayo para acabar cerrando acuerdos para unas elecciones generales que serán entre fines de noviembre y principios de diciembre. Esto tiene algo de sentido: sería tormentoso explicarle al votante por qué se va por separado en mayo cuando ya se acordó ir juntos más adelante.
Sobre las diferentes fuerzas y cómo gravitarán a la hora de hacer las listas electorales es otro de los hitos en los que las partes no se ponen de acuerdo. En Podemos insisten en que se quiere repartir en trozos ese proceso y dejarle a ellos organizar sólo en donde no están las otras confluencias. Desde Sumar aseguran que no es así. Por ahora el único sitio donde la cuestión está mas ordenada es en Catalunya, ya que allí la alianza entre la filial de Podem y los ‘comuns’ viene aceitada hace rato.
Lo que queda ahora es decidir cómo se hacen esas primarias. Podemos propone un proceso en el que puedan votar todos aquellos que lo deseen. Sabe que allí su capacidad de influencia es mayor
La divergencia sobre cómo elegir las candidaturas parece zanjada pero sólo en parte. Díaz dio el visto bueno, aunque no muy enfático, a realizar primarias: “He dicho siempre que los liderazgos los decide la ciudadanía y, como lo he dicho, lo viene trabajando Sumar. Muchas formaciones están hablando de esto. No tengan dudas de que las candidaturas de Sumar las va a decidir democráticamente la ciudadanía, no creo que este sea el obstáculo del debate que tenemos entre manos”, ha explicado durante una entrevista este miércoles en RNE.
Lo que queda ahora es decidir cómo se hacen esas primarias. Podemos propone un proceso en el que puedan votar todos aquellos que lo deseen. Sabe que allí su capacidad de influencia es mayor, teniendo un electorado fiel y movilizado, resultando beneficioso para ocupar la gran mayoría de las listas electorales frente a formaciones más pequeñas.
Lo cierto es que, al menos hasta la publicación el último minuto de escritura de estas líneas, una alta fuente de la ejecutiva de Podemos ha descartado ante la pregunta de El Salto que Belarra o Verstrynge acudan al acto madrileño de Díaz del próximo domingo si no hay un preacuerdo.
Prácticamente todas las organizaciones con las que tiene diálogo Sumar estarán presentes. La única díscola es Ara Més, la coalición soberanista y ecosocialista de Illes Balears, que ha anunciado que no participará porque han cerrado la puerta a un acuerdo electoral en las generales. Ellos aspiran a tener su primer escaño en el Congreso tras haber alcanzado un acuerdo entre los soberanistas de cada isla.
El pulso escalará el fin de semana, ya que el día anterior a la presentación de Díaz, Podemos reunirá a su Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano entre asambleas, para analizar la situación política, y está previsto que Belarra sea la encargada de abrir el encuentro con un discurso público, que será leído e interpretado por los medios como una primera respuesta al no-acuerdo.
Dudas razonables
Es casi indiscutible que el prisma a través del cual se viene interpretando este pulso político entre Sumar y Podemos juega mucho más a favor de Díaz. El momento actual de Pablo Iglesias, impulsando un proyecto mediático propio y combatiendo virtualmente con periodistas y medios ya sin tanto reparo como cuando tenía un alto cargo institucional, parece profundizar más la brecha.
Pero desde el electorado a la izquierda del PSOE más radical o transformador se plantean algunas cuestiones legítimas con respecto al proyecto de Díaz, especialmente recordando la experiencia de Errejón. ¿Por qué cobijan los grandes medios a Yolanda Díaz, o al menos, el trato y las lecturas le son mucho mas favorables? Una hipótesis puede ser que sea solo para utilizarla en pos de destruir lo que queda de Podemos, una demolición que es el gran anhelo del Palco del Bernabéu desde hace nueve años. Otra teoría puede ser porque la ven como una centroizquierda ligera, de perfil laborista, que generará menos incordio.
Lo que estamos atestiguando ahora todos, con un tono de crispación que no colabora y desmotiva al electorado, es una disputa por cómo será la transición real en el liderazgo y la dinámica política a la izquierda del PSOE en la etapa post Iglesias
Si la primera hipótesis es la verdadera, los grandes medios irán a por ella al minuto después de haber dejado a Podemos hecho trizas. Si es el segundo, la continuarán arropando para utilizarla como tapón de opciones más radicales o transformadoras. Si bien la actual vicepresidenta tiene una trayectoria de militancia sindical y en el PCE, es todavía un enigma qué perfil acabará teniendo cuando sea líder real y formal de un espacio en competencia electoral y con una estructura que le responda alineada a su liderazgo.
Otro elemento que plantea dudas es cómo será la cohabitación con Iglesias. Se lo ame o se lo odie, no puede negarse que el fundador de Podemos es uno de esos líderes políticos que está en otra liga, que trasciende el cosmos político usual, un lugar ganado tanto por la crudeza de todo lo que ha vivido y soportado como por la conexión, identificación, amor y odio que despierta en la gente. Es parte de ese club selecto que integran pocos: Sánchez, Zapatero, Aznar y Felipe González, difícil pensar en muchos más casos (hablando en el plano de política estatal).
Así como Sánchez ha tenido que gestionar la coexistencia con González y Zapatero, o en su momento Rajoy con Aznar, le tocará a Díaz el reto Iglesias. Cómo construir su liderazgo con una figura enfrente de tanto peso, que divide aguas y que es ineludible y que, además, ha decidido mantener un nivel alto de exposición. Lo que estamos atestiguando ahora todos, con un tono de crispación que no colabora y desmotiva al electorado (y perjudica más a Podemos), es una disputa por cómo será la transición real en el liderazgo y la dinámica política a la izquierda del PSOE en la etapa post Iglesias.
Pero el pulso entre ambos bandos debe recordar los peligros de jugar con fuego. Todavía faltan varios meses pero la situación no está para confiarse. Un técnico de una consultora de encuestas que suele publicar en los medios sus sondeos políticos comentaba a El Salto esta semana que salvo que surgiera un cisne negro, la tendencia hacia un triunfo del PP es invariable.
Hay un trasvase de votos a modo caracol, lento pero constante, del PSOE al PP, explica la fuente, y señala que no es tanto por lo de los cambios en los delitos de sedición y malversación sino que se ha profundizado por las consecuencias negativas de la aplicación en los tribunales de la ley del Solo Sí es Sí. Las posibilidades reales que sume mayoría de escaños Feijóo con Vox van creciendo. Sería responsable que la izquierda empiece a tomar nota.
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Es Yolanda Díaz quien ha ido marcando distancias políticas y personales con Podemos estos últimos años. Quien conserva, contra mil ataques, la valentía y claridad en sus propuestas y leyes es Podemos. Yolanda Díaz no ha respondido al reto de lo que esperan las organizaciones de lucha social, es demasiado light, en cada consenso pierden los de siempre. Es significativo que cuente con tanto apoyo y simpatías de los medios, de otros partidos y de tifus los poderes. O Sumar muestra más energía política contra los privilegios de los poderes, o será necesaria una izquierda más clara, Podemos, aunque seguirán intentando reducir a cero su valía política.
Cuando más se necesitaba la solidaridad y el apoyo de Yolanda Díaz para con Podemos ante los ataques inmisericordes del periodismo sicario y “progre”, éste alentado por el PXXE, más se alejaba del espacio que mayoritariamente representa a la izquierda real junto a ERC y Bildu.
Podemos representa la alternativa a un PXXE derechizado, timorato y cobarde con los poderes profundos del Estado. Sumar es la esquinita del PXXE, el peón “izquierdista” que quiere avivar el rojo descolorido del viejo y trasnochado PSOE.
Llegan las elecciones autonómicas y municipales, y la candidata de Sumar, pero que hoy por hoy sigue en el espacio de UP en el Gobierno, es muy probable que no haga campaña junto a Podemos e IU por ELECTORALISMO (!) futurible.
La verdad es que empieza a ser tedioso el empeño de este periodista en escribir sobre las cuitas por sus puestecitos de las superlideresas de tirios y troyanos, que coinciden además de en su poca calle en haber sido designadas a dedo por "el líder" ese al que el autor de este artículo pone a la altura de criminales como Aznar y Felipe González... Entre todos y todas estáis haciendo bueno el pronóstico final: viene Feijoo por incomparecencia de una izquierda no ya de izquierdas sino mínimamente presentable. A mí, que no voy a votar ni a unos ni a otros sin comparecen por separado ni tampoco sin comparecen juntas, lo que me preocupa es esta sensación de que El Salto blanquee está adulteración, falsificación y perversión de la "política".