Palestina
“Lo que realmente podría afectar a Israel es la presión de la comunidad internacional”

La semana anterior a que estallara el último ataque masivo contra Gaza, tras la ofensiva de Hamás contra Israel, una delegación de organizaciones de derechos humanos israelíes y palestinas viajaban a Madrid para alertar al Gobierno español, en el marco de la presidencia del Consejo de Europa, de la urgencia de presionar a un gobierno israelí desatado en su violencia contra los palestinos.
Delegación de organizaciones palestinas - 6
De izquierda a derecha: Rafah Anabtawy, Bernardo Kaiser y Tal Steiner Elvira Megías
11 oct 2023 09:30

Faltaban menos de 48 horas para que empezara una de las ofensivas más mortales del ejército israelí contra Gaza después de un inédito ataque de Hamás tras lograr atravesar lo que parecía un muro blindado en un golpe a Israel que no tiene precedentes. El jueves 5 de octubre, la directora del Comité Público contra la Tortura en Israel, Tal Steiner, y la feminista y activista social Rafah Anabtawy, directora de la organización Kayan, concluían un viaje a Madrid en el que se habían encontrado con representantes del Ministerio de Exteriores. Lo hacían de la mano de Bernardo Kaiser, coordinador para Palestina de Euromedrights, una organización radicada en Bruselas que presiona a la Unión Europea y los Estados miembros para que se comprometan con los estándares internacionales de derechos humanos.

Esta delegación había llegado a la capital para alertar al Gobierno, durante la presidencia española de la Unión Europea, del clima creciente de vulneración de los derechos del pueblo palestino, con un Gobierno de extrema derecha de abiertos discursos racistas que se traducen en una radicalización de sus prácticas. Su intención era obtener una mayor presión de la UE sobre Israel revisando sus relaciones bilaterales. Realizada dos días antes de que, tras el ataque de Hamás, Israel respondiera con el bombardeo masivo de Gaza, la conversación apunta a algunas claves en las relaciones entre Europa y el estado israelí.

Mientras, la UE apoya a Israel abiertamente, planteándose incluso cortar la ayuda humanitaria —propuesta bloqueada por Luxemburgo, Irlanda, Dinamarca y España—  no parece que las relaciones con el Estado dirigido por Benjamin Netanyahu peligren, ni siquiera tras la ofensiva desatada sobre Gaza, acompañada de discursos que remiten a un escenario de aniquilación.

Se extiende la alerta de una radicalización en la población israelí que acompaña a la radicalización del Gobierno.
Tal Steiner (T.S.): En realidad, no estoy de acuerdo en que haya una radicalización de la sociedad israelí, porque este Gobierno se basa en un porcentaje pequeño de votos y eso es lo que hace tan inaceptable que pueda hacer cambios tan significativos en la infraestructura del Estado sin un apoyo popular real. Creo que lo que sí se ve es a millones de personas saliendo a la calle desde hace seis meses, algo sin precedentes para Israel. No sé si hay muchos precedentes en el mundo de una protesta que se prolongue durante tanto tiempo. Ahora, naturalmente, muchos de esos protestantes no se alinean con nuestras causas. Representamos a organizaciones más radicales, que van más allá del consenso de los liberales judíos israelíes. Pero aun así, creo que vemos un movimiento que rechaza gran parte de la ideología del Gobierno actual, y esperamos que estas protestas sean también lo que provoque más cambios, cambios radicales que se necesitan más allá de cual sea el gobierno en el momento.

¿Supone este Gobierno un punto de inflexión en el Estado de Israel?
T.S.: Digamos que es otro punto de inflexión. Lo que vemos ahora, es el resultado de un largo proceso de discriminación. Y sí, podemos decir que es la primera vez que vemos este tipo de gobierno de derecha fuerte tan explícita, con estas prácticas, sus leyes, sus políticas. Pero también son cosas que hemos visto en el pasado, solo que ahora está mucho más claro.

Rafah Anabtawy (R.A.): Lo que distingue a este Gobierno, especialmente en lo referente a los derechos humanos de los territorios palestinos y la población palestina en Israel, es que se han caído las máscaras. Los gobiernos anteriores pueden haber aplicado políticas legislativas igualmente dañinas, pero este Gobierno las hace descaradamente y está orgulloso de ello. Puedes ver a Itamar Ben Gevir, que es el Ministro del Interior y el encargado del sistema penitenciario, yendo a las prisiones donde están recluidos los palestinos a hacerse el héroe por tomar medidas enérgicas contra ellos y por hacer que sus condiciones de vida sean aún más terribles, por cortar su conexión con el mundo exterior, hacer que las dificultades para contactar con sus familias sea aún más extremas, y eso es probablemente lo que le aporte es un beneficio político.

Aunque los gobiernos anteriores podían tener políticas muy dañinas, lo hacían siempre bajo la premisa de que esto es lo que hay que hacer en materia de seguridad, o estas son las limitaciones políticas que tenemos. Este Gobierno es un gobierno que se quita la careta. Y eso es bueno porque nos da la oportunidad de acudir a los decisores internacionales, a la comunidad internacional, como estamos haciendo en esta misión, y decirles que ahora tienen que comprometerse de verdad. No se puede seguir ocultando la verdad y hay que intervenir y exigir responsabilidades.

¿Cómo actúa Europa ante este escenario?
Bernardo Kaiser (B.K.): No como debería ser. Recientemente, por ejemplo, Europa ha reactivado un programa de relaciones bilaterales con Israel llamado Consejo de Asociación UE-Israel para mejorar las relaciones con Israel. Había retomado este Consejo de Asociación con el Gobierno anterior, el de Yair Lapid, con el que quizás esperaban poder tener una mayor capacidad de negociación. Pero continua con el Gobierno de Netanyahu a pesar de su nivel de agresividad. Se prevé que el Consejo de Asociación UE Israel tenga otra reunión a principios del año que viene. Hemos visto que la UE se ha negado a tener relaciones con los miembros más radicales y más extremistas de la Knesset, que ahora son miembros de la coalición. Pero creo que queda mucho por hacer desde la UE y desde los Estados miembros.

En el contexto geopolítico actual en el Mediterráneo, con la guerra en Ucrania, o la inestabilidad general en Oriente Medio, Europa ha estado privilegiando algunos intereses económicos y políticos sobre sus compromisos con los derechos humanos

Por los acuerdos a los que llega con terceros estados en cuestiones como, por ejemplo, las migraciones, no parece que lo que prime en Europa sea un compromiso con los Derechos Humanos.

B.K.: En el contexto geopolítico actual en el Mediterráneo, con la guerra en Ucrania, o la inestabilidad general en Oriente Medio, Europa ha estado privilegiando algunos intereses económicos y políticos sobre sus compromisos con los derechos humanos. Y creo que el caso israelí es un gran ejemplo de ello, en particular este Consejo de Asociación UE-Israel. El reglamento del Consejo exige que Israel se comprometa con los derechos humanos internacionales. Pero hasta ahora, hemos estado intentando presionar para que se suspenda el Consejo o para que, al menos, se utilice como canal de acción, de renegociación en base a los derechos humanos. Por desgracia, no lo hemos conseguido.

Ante la continua violencia contra la población palestina son cada vez más los palestinos que muestran decepción ante la vía pacífica, que no ha dado resultados, y responden también con violencia, ¿puede esto influir en la acción del Gobierno israelí?
T.S.: Creo que este es el resultado obvio de la situación a la que se enfrentan los palestinos en los territorios palestinos y también dentro de Israel. Si eso puede cambiar o afectar al Gobierno israelí, no lo creo. Lo que realmente podría afectar a Israel es la presión de la comunidad internacional. 

Luego hay otra violencia que vemos recientemente en los últimos dos años, la del crimen organizado que se está extendiendo en las comunidades palestinas especialmente. En las 48 provincias israelíes, más de 190 personas fueron asesinadas desde el comienzo de este año. Y la policía no hace nada, en algunos lugares incluso parece cooperar con los criminales en la organización de los crímenes, las armas se esparcen fácilmente y no atrapan a los asesinos. Así, la sociedad palestina en Israel no tiene ninguna confianza hacia la policía.

Es grave porque estamos hablando del deterioro de derechos humanos muy básicos, como el derecho a vivir, el derecho a la seguridad. Ya no hablamos del derecho a la educación o del derecho a participar en los procesos de toma de decisiones. Ahora es menos prioritario lo que hacíamos hace tres años. Ahora todos hablamos de derechos humanos básicos como la vida.

Con cada ataque violento palestino, vemos más detenciones. Con cada detención, vemos más casos de tortura, más incidentes de represión contra los presos y más violencia contra los civiles

R.A.: Sobre la violencia política, creo que la historia demuestra que, al menos en el contexto palestino israelí, la resistencia armada no cambió las políticas israelíes. Lo único que ha provocado es más violencia. Y nuestra preocupación como defensores de los derechos humanos es que cada escalada trae consigo formas cada vez más duras en la escalada de la opresión. Con cada ataque violento, vemos más detenciones. Con cada detención, vemos más casos de tortura, más incidentes de represión contra los presos y más violencia contra los civiles. Por ejemplo, en la última operación en Gaza [previa a la actual], la última guerra en Gaza que emprendió Israel, vimos resurgir la política de asesinatos selectivos, el bombardeo desde el aire para matar a personas, identificar esos objetivos militares, pero, de camino, también matando a civiles, a docenas de ellos, incluidos mujeres y niños. Y así es como funciona la escalada, cada acto de violencia es mucho más brutal e indiscriminado por parte de Israel. Este es otro crimen contra el que estamos tratando de luchar: los asesinatos selectivos y otras medidas de tortura y malos tratos en el contexto de la ocupación, en el contexto de la resistencia...

Sin embargo la comunidad internacional no parece particularmente preocupada por el sufrimiento palestino, mientras que Israel ha conseguido extender una definición de antisemitismo que censura las críticas a sus políticas, y criminaliza la solidaridad con el pueblo palestino.
B.K.: Hemos visto cómo los países de Europa han adoptado la definición de antisemitismo de la Asociación Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA). Varios de ellos han adoptado esta definición, que es bastante problemática: pues es una definición de antisemitismo muy abierta, con muchos de sus ejemplos relacionados con la crítica a Israel. La consecuencia que hemos visto es que, aunque los redactores de esta definición no quisieran que se convirtiera en un arma, los gobiernos europeos la han convertido en un arma. Lo hemos visto en Alemania. Hemos visto esto en el Reino Unido, tenemos algunos otros ejemplos.

Es realmente importante que el Gobierno español entienda los riesgos de adoptar la definición de la IHRA de antisemitismo. Por supuesto, estamos de acuerdo en que combatir el antisemitismo es una parte importante de la lucha contra el racismo y la discriminación en Europa. Pero hay otras opciones que han sido desarrolladas por especialistas en antisemitismo, en la historia judía y en la historia del Holocausto, que aportan una definición más apropiada.

Llevamos décadas siendo testigos de la violencia israelí sobre el pueblo palestino, ¿qué podemos hacer desde aquí?
R.A.: Creo que los movimientos sociales tienen la capacidad de influir en el Gobierno español. Se puede presionar al Gobierno para hacer más. También se trata de llevar las voces de los palestinos al público para que nuestra causa sea visible, para que nuestros objetivos, desde nuestra perspectiva como defensores de los derechos humanos, sean más visibles y no sólo se muestre el lado israelí de la historia. Los movimientos sociales pueden ayudar con eso, y también dar más esperanza a los palestinos, para que vean que no están solos en esta lucha por conseguir el fin de la ocupación, el fin de la discriminación, darles esperanza.

La presión internacional es extremadamente importante para detener lo que Euromedrights entiende como la anexión en curso, el desplazamiento forzoso y la colonización de Palestina

T.S.: También añadir que la solidaridad de la sociedad civil española con la sociedad israelí y palestina es crucial tras la designación de siete organizaciones criminalizadas por Israel, y en el marco de las amenazas a la sociedad civil israelí que este Gobierno está llevando a cabo. La solidaridad de otros movimientos civiles de todo el mundo y el reconocimiento de que todos somos víctimas del mismo tipo de ola populista, ola antidemocrática que se dirige contra los grupos de derechos humanos, es muy importante. Hemos visto en los últimos días titulares sobre movimientos de protesta en Polonia y Hungría que unían fuerzas con el movimiento de protesta israelí. Este es exactamente el tipo de solidaridad que se necesita ahora mismo para que la sociedad civil se apoye entre sí en todo el mundo.

Israel
Eitan Bronstein y Yonatan Shapira “Israel invierte millones para impedir la solidaridad con Palestina”
Israelíes y antisionistas, Bronstein y Shapira explican cómo Israel intensifica sus esfuerzos internacionales para extender un relato que condena las críticas a las políticas israelíes como antisemitismo, criminalizando la solidaridad con el pueblo palestino.

B.K.: Además de todo lo que han dicho mis compañeras, yo reforzaría que, aunque Israel argumenta que sus acciones responden a una cuestión de política interna, es sólo ante la presión internacional que el Gobierno israelí ha dado marcha atrás.

Por ejemplo, este año hubo una propuesta para gravar las contribuciones extranjeras a la sociedad civil israelí que afectaría no sólo a las organizaciones israelíes de derechos humanos, sino también a las organizaciones medioambientales, las organizaciones de género o las organizaciones juveniles. Fue gracias a la presión internacional que el Gobierno israelí ha eliminado este proyecto de ley. Sólo gracias a la presión internacional los habitantes de Sheij Yarrah en Jerusalén siguen viviendo allí, a pesar de que recibieron la orden de desalojar sus hogares. Sólo gracias a la presión internacional los habitantes de Humsa Al Bqaia, en Cisjordania, siguen allí, a pesar de haber recibido una orden de desalojo forzoso, hace más de un año.

La presión internacional de los Estados miembros de la UE ,de la UE y de la sociedad civil, los medios de comunicación, todos ellos son extremadamente importantes para detener lo que Euromedrights entiende como la anexión en curso, el desplazamiento forzoso y la colonización de Palestina. Si Europa todavía quiere una solución de dos Estados, para perseguir esta realidad, debe ejercer más presión sobre el Gobierno israelí.

¿Cómo funciona Euromedrights? ¿Cuál es su propósito en este viaje?
B.K.: Trabajamos con grupos de trabajo geográficos y temáticos. Por ejemplo, en este grupo sobre Palestina representamos a 25 organizaciones de Israel, Cisjordania, Gaza, de la diáspora palestina y de Europa. Nos reunimos dos veces al año y planificamos nuestra estrategia en Europa. En este caso, mi labor aquí es apoyar a nuestros socios en terreno para llegar a los interlocutores necesarios de la Unión Europea y de los Estados miembros.

R.A.: Nuestra pertenencia a Euromedright y nuestra participación en misiones como esta es muy importante, especialmente en estos días, con el Gobierno israelí imponiendo su relato en los medios de comunicación. Es central que como defensores de derechos humanos podamos interpelar a la Corte Internacional, al Gobierno de España o a otros actores, porque en el relato de Israel hay muchos elementos que faltan, la gente no ve la fotografía completa. No ve, por ejemplo, cómo el Gobierno ha introducido o profundizado leyes discriminatorias en continuismo con los anteriores gobiernos. El racismo y la discriminación no solo está en las leyes. También lo vemos en la práctica. Vemos cómo se implementan estas leyes y cómo el Gobierno y las políticas van más allá de un miembro de que un miembro del Knesset tenga un discurso muy racista o muy de derechas: se han convertido en algo que sufrimos en nuestra vida cotidiana en la calle, en el espacio público, en las casas de las que quieren desalojarnos. Lo vemos en los ataques continuos por parte de los colonos a palestinos, solo por ser palestinos. Es un ambiente que pone en riesgo nuestras vidas.

En lugar de perseguir a quien tortura y dar acceso a la justicia a las víctimas, Israel protege a las personas que cometen torturas, especialmente a los miembros de los servicios de seguridad

¿Qué trabajo hacen vuestras organizaciones?
T.S.: El Comité Público contra la Tortura en Israel es una organización israelí de derechos humanos fundada en la primera Intifada, hace más de 30 años, para combatir los actos de tortura, malos tratos, detenciones e interrogatorios en el sistema penitenciario. Representamos tanto a palestinos como a israelíes, árabes y judíos, afectados por la violencia del Estado. Violencia que se da en los interrogatorios de seguridad, a través de la brutalidad policial contra los manifestantes, en las prisiones y en otros lugares.

Señalamos que la tortura sigue ocurriendo en Israel, a pesar de las decisiones del Tribunal Supremo, y a pesar de que Israel es signatario de la Convención de la ONU contra la Tortura. Israel sigue utilizando la tortura, pero es más que eso, la justifica. Y el sistema legal en Israel funciona de tal manera que en lugar de perseguir a los autores y de dar acceso a la justicia a las víctimas, protege a las personas que cometen torturas, especialmente a los miembros de los servicios de seguridad. Por eso, el año pasado, el Comité fue la primera organización israelí que se dirigió a la Corte Penal Internacional y a La Haya con información en la que exigía que la Fiscalía iniciara una investigación sobre la situación en Palestina porque, en nuestra opinión, actualmente Israel no quiere ni puede hacer justicia a las víctimas de tortura.

R.A.: Kayan es una organización de Palestinos basada en Haifa, trabajamos a favor de los derechos humanos de las mujeres palestinas tanto con ciudadanía israelí, como las que viven en la Palestina histórica. Trabajamos también en la lucha contra la violencia basada en el género, y apoyamos a las mujeres para que sean líderes, consigan sus derechos y lleven sus voces a quienes toman decisiones políticas, tanto a nivel nacional como internacional, también tenemos nuestro departamento jurídico. Nos preocupa el acceso a la información y a la justicia, especialmente en Israel, porque no tenemos acceso a todas las instituciones. Cada año remitimos informes a la UE y a otros organismos internacionales que reflejan la situación en el ámbito de los derechos humanos, en relación con las mujeres y los jóvenes, y en general con la comunidad palestina.

Delegación de organizaciones palestinas - 3
Os habéis reunido con el Ministerio de Asuntos Exteriores, ¿cuál es su balance tras el encuentro?
T.S.: Nos alegró mucho saber que el Ministerio de Asuntos Exteriores era consciente de muchas de las cuestiones que planteamos. Quizá no todas, pero sí las principales. También de que están siguiendo la situación en Israel y Palestina. Esperamos que acepten algunas de nuestras recomendaciones sobre cómo intensificar aún más este entendimiento y utilizar el cargo como presidente del Consejo Europeo para exigir responsabilidades al Gobierno israelí.

El Gobierno de Israel es de extrema derecha, y que está motivado en gran medida por una ideología racista y por lo tanto muestra un gran desprecio por las vidas y los derechos de los palestinos

¿Cuáles eran vuestras principales recomendaciones?
T.S.: Para nuestras dos organizaciones es muy importante señalar que el actual Gobierno de Israel es un Gobierno de extrema derecha, y que está motivado en gran medida por una ideología racista y por lo tanto muestra un gran desprecio por las vidas y los derechos de los palestinos tanto en Cisjordania y Gaza como en Israel.

R.A.: Podemos añadir que una de nuestras principales recomendaciones, en efecto, es atender no solo a la situación de Cisjordania, Gaza o Jerusalén si no también a los palestinos en el Israel de las fronteras del 48. Nosotros, como minoría palestina, nos enfrentamos a un enorme aumento de la discriminación y la violación de los derechos humanos en toda la esfera pública, en la esfera privada, en el plano político y en el plano social y económico, en definitiva, en todo lo que afecta a nuestra vida cotidiana.

Si hablamos de grupos marginalizados como las mujeres y los jóvenes vemos que por un lado se han incrementado los femicidios y la violencia basada en el género y que la policía no tiene ninguna intención de luchar contra estas violencias cuando tiene que ver con la minoría palestina. Tenemos datos que muestran, por ejemplo, que el 60% de víctimas de femicidio denunciaron en las comisarías varias veces antes de ser asesinadas, pero la policía no hizo nada para protegerlas. Este es uno de los ejemplos que muestran la discriminación en las políticas, y en la aplicación de las leyes cuando se trata de los palestinos. Hay una brecha enorme si lo comparamos con la población judía. Lo mismo ocurre con el acoso sexual o con los procesos de toma de decisiones. Son ejemplos en los que se niega la existencia de las y los palestinos.

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