Opinión
Una Europa cada año más mortífera y deshumanizada

10.457 sueños, historias, caminos y vidas fueron arrebatadas por las fronteras españolas en el año 2024 según la ONG Caminando Fronteras.
Raices migrantes
El campamento Las Raíces, en Canarias. David F. Sabadell

Una media de 30 vidas se ha perdido cada día. Con 9.757 víctimas, la ruta canaria se ha consolidado como la más letal del mundo, registrando el mayor número de víctimas en las salidas desde Mauritania, según Caminando Fronteras. Miles de personas que no han muerto, como muchos de los medios tradicionales nos comunican cada día, a través de la deshumanización y la otredad, sino que han sido asesinadas debido a las necropolíticas europeas.

Unas políticas migratorias restrictivas que se consolidan cada año de forma más firme en el seno de la Unión Europea —de forma más reciente a través del Pacto Europeo de Migración y Asilo— y que, lejos de centrarse en las personas y en sus derechos mediante un enfoque de derechos humanos, se vuelven cada vez más securitistas, restrictivas y militarizadas.

Migración
Fronteras 2024, otro año de guerra contra las personas que migran
El concepto “deportación” ha protagonizado la retórica migratoria durante un año en el que desde Europa, a Estados Unidos, pasando por Japón o Sudáfrica, los estados receptores de personas en movimiento han dejado en suspenso los derechos humanos.

Cada día, nuevas fronteras físicas y morales se levantan en esta UE que, cada día, lejos de sus pretendidos ideales de solidaridad y fraternidad, es más racista e impide el acceso seguro a quienes huyen de la muerte a la que la propia Europa contribuye, por ejemplo, vendiendo armas a Estados como Israel.

Una Europa que, en 2024, aprobó el nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo, que como afirma la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) puede ser “devastador” para los derechos humanos si los Estados miembro, entre ellos, España, no lo implementan de forma garantista. Ello debido a que, siguiendo a CEAR, “el Pacto da pie a reducir las garantías del derecho de asilo y reforzar las políticas de externalización de fronteras y de retorno. Además, apuesta por un mecanismo de solidaridad “a la carta” o “flexible”, no establece un reparto equitativo de responsabilidades de asilo, extiende la aplicación de procedimientos acelerados y también las detenciones sistemáticas en las fronteras”.

Lo que está claro es que el Pacto profundiza en la securitización y militarización de Europa, consolidando su “fortaleza” cada vez más y no poniendo el foco en la protección de los derechos

Las potenciales consecuencias negativas de la aprobación del PEMA sin un enfoque de derechos humanos vienen siendo denunciadas a lo largo de los años, a través de las sucesivas discusiones y aprobaciones de los textos que lo conforman por organizaciones de la sociedad civil de toda Europa. No obstante, muchos de los extremos que alertaban a las ONGs han sido finalmente aprobados y queda por ver su desarrollo en fase de implementación. Lo que está claro es que el Pacto profundiza en la securitización y militarización de Europa, consolidando su “fortaleza” cada vez más y no poniendo el foco en la protección de los derechos de las personas solicitantes de asilo, refugiadas y migrantes.

Al tiempo que los Estados miembro aprobaban el PEMA, miles de personas han seguido huyendo de sus países con la esperanza de poder construir una vida digna muy lejos de sus hogares. Lo que la UE no parece comprender es que las personas seguirán huyendo y cruzando fronteras para intentar obtener la protección y dignidad humana que merecen. La militarización y securitización no consiguen el objetivo que Europa pretende —frenar los flujos migratorios— lo que sí generan es la muerte de cada vez más personas a causa de obstaculizar el acceso seguro y legal de quienes buscan refugio.

En esta Europa, desde siempre —a través de su raíz colonialista y racista— algunas vidas importan más que otras. En esta Europa Fortaleza hay muertes, como las de miles de personas que han sido asesinadas por las necropolíticas migratorias en el Mediterráneo, en su gran mayoría, vidas negras, que este sistema racista y colonial pretende normalizar a través de deshumanización y la otredad. Personas a las que, cada día, las fronteras y autoridades europeas arrebatan, obstaculizan y niegan los derechos y la vida, no permitiendo que personas que huyen de la guerra, puedan acceder de forma segura y legal a territorio comunitario.

Ejemplo de la violenta y terrible impunidad con la que Europa ha vulnerado los derechos de las personas migrantes y solicitantes de asilo fue la Masacre de Melilla, en la que, dos años y medio después, sigue sin haber verdad, justicia y reparación.

Con el caso de Ucrania los países de Europa demostraron que, cuando hay voluntad política, el acceso efectivo al derecho de asilo no corre ningún peligro

Por el contrario, hay otras vidas, las vidas blancas, que sí importan en esta Europa Fortaleza, y cuando algo o alguien las amenaza, se pone en marcha toda la maquinaria para el cumplimiento eficaz de los derechos. De tal modo, con el caso de Ucrania los países de Europa demostraron que, cuando hay voluntad política, el acceso efectivo al derecho de asilo no corre ningún peligro.  Es aquí cuando, una vez más, comprobamos el impacto y las consecuencias de las dinámicas racistas y coloniales del viejo continente.

En el Estado español, durante el año 2023, como explicaba CEAR en su Informe Anual, España registraba la cifra más alta de solicitudes de protección internacional de su historia. En total, se presentaron 163.220 solicitudes, lo que supuso un incremento del 37,3%. Con un total de 88.042 solicitudes, las resoluciones favorables, concediendo protección internacional, fueron únicamente 11.163, mientras que 35.392 peticiones fueron desfavorables, según muestra CEAR en su plataforma “Más que Cifras”. Estas cifras muestran las enormes restricciones para la concesión del estatuto de refugiado. Además de las enormes dificultades para acceder al territorio español, ya en el interior, solicitar asilo es prácticamente imposible debido al colapso del sistema de cita previa y sus deficiencias.

Centenares de personas migrantes se han puesto en huelga de hambre, las oficinas del Defensor del Pueblo se han llenado de quejas y numerosas ONGs han venido denunciando esta problemática hace tiempo. También, entre otras entidades, el Consejo General de la Abogacía Española denunciaba la vulneración del derecho de asilo ante la imposibilidad de obtener cita.

La responsabilidad y complicidad de los gobiernos en el genocidio del pueblo palestino

Asistimos al genocidio del pueblo palestino en Gaza desde el 7 de octubre del año pasado. A la par que el ejército sionista masacraba al pueblo gazatí, han transcurrido reuniones, asambleas y toda serie de actos de debate en los que altas esferas políticas debatían sobre la votación de la exigencia alto el fuego. Mientras las palestinas eran violentadas a ojos de todo el mundo en un genocidio absolutamente retransmitido en vivo, los Estados seguían priorizando sus intereses geopolíticos y estratégicos y no las vidas humanas.

Esta semana Israel asesinó a cinco periodistas del canal de televisión Al Quds después de que Israel bombardeara su vehículo de transmisión frente al hospital Al-Alwda en Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. Israel asesinando la libertad de prensa y de expresión, como cada día desde el inicio de este genocidio, y también a lo largo de los más de 70 años de ocupación en Palestina. Israel asesina y mientras, sigue sin haber un embargo de armas real a Israel, petición que, entre otras organizaciones realiza BDS y la RESCOP para este 2025.

Mientras los Estados no actúen con contundencia y responsabilidad frente al genocidio, Israel seguirá dinamitando cada principio del derecho internacional, como lleva haciendo ya mucho tiempo. La pasividad y, a la vez, complicidad occidental frente a los genocidas, genera una absoluta responsabilidad frente a cada asesinato perpetrado por Israel.

La responsabilidad por el genocidio en Palestina de Occidente, a través de la pasividad, la complicidad, la venta de armas y la negativa a romper relaciones con Israel, y la responsabilidad por las necropolíticas que causan la muerte de miles de personas migrantes en el Mediterráneo y las fronteras europeas serán recordadas y juzgadas por la historia.

Frente a la inacción y la complicidad, los pueblos del mundo se unen para denunciar las masacres de Israel y las necropolíticas fronterizas

Frente a la inacción y la complicidad, los pueblos del mundo se unen para denunciar las masacres de Israel y las necropolíticas fronterizas. No será en nuestro nombre, hemos gritado cada día desde el 7 de octubre, y también en cada manifestación por las víctimas de las fronteras. Necesitamos ya un compromiso real por la dignidad y los derechos por parte de los Gobiernos y no palabras vacías sin acciones contundentes, que generan más y más muerte.

Todxs somos responsables de cada vida masacrada y arrebatada y hemos de seguir denunciando y exigiendo responsabilidades a nuestros Gobiernos.

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