Opinión
Un confesionario para este siglo

Para las personas que hemos crecido en lugares pequeños, que nos hemos relacionado con los empollones y los canis a partes iguales en un aula de treinta alumnos, que hemos visto como nuestros padres siempre estaban trabajando, los lugares más populares son los más sagrados.
Peluqueria Carabanchel 1
Una peluquería en un barrio de Madrid. David F. Sabadell
14 nov 2023 04:00

Hace meses que no paso por la peluquería. Todas las semanas me recuerdo a mí misma que tengo que pedir cita para cortarme el pelo, retocarme el color… hacer algo que me haga verme diferente pero reconocible a ojos del resto y de los míos propios. Desde que tengo un trabajo me asusta arriesgarme en mis decisiones estéticas por si la gente deja de tomarme en serio, por si los ayuntamientos ya no quieren contarme sus proyectos o algún testigo de un accidente ya no se fía de mí por mis pintas. Hace dos años que he aprendido a camuflarme, a ser un camaleón en lo profesional y un pavo real que despliega sus plumas los fines de semana. Pero ya noto la necesidad de volver a tocarme el pelo. 

Hace dos años no salía de la peluquería. Me habían roto el corazón y no sabía qué sería de mi vida después de acabar una carrera que a día de hoy aún dudo de si me gustó o solo disfruté de la compañía de unas amigas que lo valen todo. Fuera de las ventanas de mi peluquería el mundo parecía desmoronarse, con la pandemia aún en las portadas de los periódicos y la distancia de seguridad en las colas del súper. Dentro, todo quedaba atrás después de que alguna señora me preguntara por mi madre, mis estudios o mi edad. Entonces me teñía el pelo de rojo para sentir que aún quedaba algo de mi belleza o más bien que todavía podía recuperar la que sentía que el desamor me había quitado. También quería vengarme, que el chico que me había dejado supiese de lo que estaba hecha. Esto nunca se lo conté a Susi ni a Patri, mis peluqueras desde que aprendí a hablar, pero de alguna manera lo sabían. 

Siempre que me siento en esos sillones de cuero que giran siento que podría decir cualquier cosa, confesar lo que a mis ojos es un pecado enorme que para las trabajadoras y el resto de clientas será solo un tema más de conversación

Nunca he sido de las personas que hablan mientras las peinan, excepto cuando mi amiga Silvia lo hace, pero ahí es otro vínculo el que nos une. Sin embargo, siempre que me siento en esos sillones de cuero que giran siento que podría decir cualquier cosa, confesar lo que a mis ojos es un pecado enorme que para las trabajadoras y el resto de clientas será solo un tema más de conversación. Porque reconozcámoslo, en los centros de belleza cualquier mínima cosa se convierte en un tema sobre el que hablar durante horas.

El caso es que yo nunca he sido mucho de contar mi vida en la peluquería, porque un pudor parecido al que siento con mi familia me invade. Sin embargo, reconozco que me fascina escuchar hablar al resto de mujeres que encuentran entre los espejos, los tintes y las extensiones un espacio tan seguro que son capaces de hablar sobre su vida matrimonial, el trabajo que les dan sus hijos que no quieren marcharse de casa o los sueños que tenían cuando eran más jóvenes. La peluquería se convierte entonces en algo más que un lugar en el que ponerse guapas y las peluqueras en más que unas expertas en la belleza. Se convierte en una capilla en la que decir en voz alta las cosas que se callan el resto del tiempo. 

Cuando apenas había cumplido los diez años me obligaron a confesarme porque si no no podía hacer la comunión. Arrodillarme frente a un hombre mayor y contarle cosas inventadas sobre lo mal que me portaba y que a veces no rezaba me hacía gracia y me perturbaba a partes iguales. ¿Qué le importaba a ese hombre lo que hiciera si ni siquiera sabía cómo me llamaba? Si ni siquiera conocía el olor de mi pelo ni las cosas que me preocupaban. Solo me confesé un par de veces. Mi fe la enfoqué hacia otras cosas como el talento, la bondad o la belleza.

Confesarse en lo cotidiano es liberarse de lo aburrida y fea que puede ser a veces la vida, una forma de sentirse profundamente acompañada hasta en el lugar más superficial del mundo

Dejé de ir a la iglesia, pero nunca a la peluquería. Es curioso cómo para las personas que hemos crecido en lugares pequeños, que nos hemos relacionado con los empollones y los canis a partes iguales en un aula de treinta alumnos, que hemos visto como nuestros padres siempre estaban trabajando… los lugares más populares son los más sagrados. La peluquería, el bar de siempre, el patio del colegio, el salón de uñas, el supermercado… las confesiones más personales y también las más cotidianas se dan siempre en los lugares más comunes. 

A mí nunca me hizo falta el oro ni los cirios ni una caja de madera para contar que a veces me gana la ira o que se me olvida rezar por las noches. Pero sí necesito de las manos de mi peluquera para sentir que por un momento el mundo y sus cosas se han parado o de las cenas en el salón de mi amiga Ana para confesar que a mí sí gustaría casarme algún día o de los largos cafés en el bar del barrio para hacer repaso de nuestra vida amorosa y escuchar un tímido pero sincero ‘echo de menos a mi ex’ de alguno de nosotros. Confesarse en lo cotidiano es liberarse de lo aburrida y fea que puede ser a veces la vida. Una forma de sentirse profundamente acompañada hasta en el lugar más superficial del mundo.

Archivado en: Juventud Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión No es Poder Popular todo lo que reluce
VV.AA.
No hay alternativa capaz de cambiar este sistema que no hable claramente de socialismo y de clase trabajadora
Opinión
Opinión Monetizadores de la estupidez
Ser un chalado anticiencia puede llevar a pasearte por radios, televisiones y streamings porque eres rentable para gente sin un mínimo de ética periodística.
Madrid
Centros sociales El Barrio del Pilar y La Piluka: 25 años de lucha y resistencia
En 2025, el Centro Social Autogestionado (CSA) La Piluka celebra su 25 aniversario, un cuarto de siglo resistiendo y promoviendo la autogestión, el apoyo mutuo y el pensamiento crítico.
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
La Unidad de Acción de Madrid convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Ayuntamiento de Madrid
Convenio colectivo Las cuidadoras ganan a Almeida: Madrid anuncia nuevos pliegos con la subida salarial pactada
Las trabajadoras de cuidados seguirán en huelga dado que “no hay nada tangible”. El anuncio afectaría a 12.000 personas empleadas por el Ayuntamiento, pero no a las 2.000 trabajadoras más convocadas a la huelga que trabajan para la Comunidad.

Últimas

Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
Una selección realizada por la periodista de El Salto Aurora Báez Boza sobre las mejores películas y series para descubrir las diversidades que habitan dentro de Andalucía
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.
Opinión
Opinión No es Poder Popular todo lo que reluce
VV.AA.
No hay alternativa capaz de cambiar este sistema que no hable claramente de socialismo y de clase trabajadora
Lavapiés
Madrid Lavapiés gana un asalto a la organización fascista Hacer Nación
La empresa en la que se iban a organizar unas jornadas con figuras de la extrema derecha europea ha confirmado que comunicó a Hacer Nación que no le cedía su espacio.
Más noticias
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Cultura y resistencia desde América del sur
Cuatro historias sonoras de experiencias creativas y comunitarias en algunas ciudades de Perú, Argentina y Paraguay

Recomendadas

Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.