LGTBIAQ+
Cuando los mineros británicos inauguraron el desfile del Orgullo Gay

En 1984, la gran huelga minera contra el gobierno de Thatcher encontró a su principal aliado en el movimiento LGTBI

UKPride
De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad. Periodista, de barrio.
31 ene 2018 09:00

Esta no es una historia de victorias. Al menos en lo que al ámbito laboral se refiere. Más de 20.000 personas perdieron sus puestos de trabajo, pueblos enteros fueron condenados al abandono y al paro y uno de los mayores sindicatos de Europa, la National Union of Mineworkers (Unión Nacional de Mineros), quedó herido de muerte. Pero sí es una historia de lecciones y aprendizaje. Porque de aquellos años, a mediados de la década de 1980, se extraen importantes enseñanzas, como la necesaria unión de diferentes colectivos en pro de la defensa de los intereses comunes. Más aún en tiempos como los actuales, en los que en ciertos sectores de la izquierda empieza a primar el individualismo y la desmembración a la par que la búsqueda de la exclusividad y el abandono de la comunidad. Han pasado más de 30 años, pero aquel episodio enmarcado en la Gran Huelga británica, en el que los colectivos de mineros encontraron a su principal e inesperado aliado en los grupos más progresistas del movimiento LGTBI, puede servir de espejo en el que inspirarse y avanzar.

Todo se remonta al año 1983, cuando la primera ministra británica, Margaret Thatcher, anunció tras cinco años en el poder su intención de convertir Reino Unido en una economía de servicios, con todo lo que ello significaría para el sector industrial de las islas y, en particular, para la minería del carbón, el principal objetivo a destruir del gobierno conservador. Se comenzaba a hacer palpable lo que muchos veían venir desde 1974, cuando la antigua administración laboralista anunció la nacionalización de este sector, noticia que se recibió con un inmenso recelo en los círculos más liberales del país. Sólo unos meses tardó en llegar la ofensiva. En 1984, desde el número 10 de Downing Street, se hacía pública la orden de cerrar 20 pozos mineros, una decisión que condenaba a muerte a varios pueblos y comunidades del condado de Yorkshire, Gales y Escocia, en donde prácticamente todos los empleos bebían, directa o indirectamente, de la minería.

Comenzaba así una huelga de 12 meses y una guerra a muerte contra las autoridades, con varios fallecidos en los enfrentamientos con la policía, decenas de detenidos y heridos y centenares de mineros multados. Por poner cifras al conflicto, los paros de los primeros meses llegaron a tener un seguimiento del 73% de media por todo el país, con especial énfasis en el sur de Gales (99%), Yorkshire (97%), Kent (96%) y Escocia (94%). Y aunque su seguimiento fue disminuyendo por la presión policial, las sanciones económicas y el miedo, la respuesta nunca bajó del 60%. Tras un año, según fuentes oficiales, el coste para la economía británica fue de 1.500 millones de libras. Películas como Billy Elliot y Tocando el viento, y libros como The Enemy Withhim, retratan de una u otra forma las dimensiones hasta las que llegó este conflicto desigual, que trajo más quebraderos de cabeza de lo previsto a la Dama de Hierro. De sobra conocida es la frase de Tatcher en la que calificaba en 1985 a los mineros como enemigo interno: "Tuvimos que luchar con el enemigo en el exterior, en Las Malvinas. Pero siempre tenemos que estar alerta del enemigo interno, el cual es más difícil de combatir y más peligroso para la libertad". Y es que la unión y colaboración de los vecinos de las zonas mineras era evidente, bajasen o no a las profundidades de la tierra a trabajar. También lo era la fortaleza del sindicato, liderado entonces por Arthur Scargill, uno de esos secretarios generales más acostumbrados a montar el piquete a las siete de la mañana que a darse la mano con los dirigentes de la patronal.

Ante tal desafío, la respuesta del gobierno fue la incautación del total de los fondos de la National Union of Mineworkers, alegando el impago de multas y poniendo en peligro la supervivencia de las cajas de resistencia. Fue aquí donde entraron en juego dos jóvenes homosexuales residentes en Londres: Mark Ashton, un irlandés de 23 años militante de la Young Communist League, y su amigo Mike Jackson, quienes fundaron la organización Lesbians and Gays Support the Miners, LGSM (Las lesbianas y gays apoyan a los mineros), un acontecimiento histórico retratado en la película Pride, donde por alguna razón se oculta la ideología comunista del fundador. La iniciativa de Ashton y Jackson es realmente inspiradora.

No eran buenos tiempos para la comunidad LGTBI en Reino Unido. La homosexualidad había sido despenalizada por ley tan solo 20 años atrás, y las infecciones de sida aumentaban entonces por miles cada mes. Desde las altas esferas del poder poco tardaron en culpabilizar a gays y lesbianas de la propagación del VIH. Periódicos afines al gobierno, como The Sun, especularon con la idea de construir campos de internamiento y reclusión para homosexuales. Este diario incluso llegó a publicar un intento de chiste que decía "Un joven gay va a casa de sus padres y les dice que tiene dos noticias, una mala y otra buena. La mala es que soy gay. La buena es que tengo sida". La campaña homófoba terminó en 1988 con la aprobación del artículo 28 por parte del ejecutivo de Thatcher, una ley que prohibía a las autoridades locales "promocionar intencionadamente la homosexualidad” y que obligaba a los profesores a "acabar en las escuelas con cualquier aceptabilidad de la homosexualidad como una supuesta relación familiar". Una cita de la Dama de Hierro en 1987, en un acto del partido conservador, resumió toda la campaña: "A los niños se les está educando en que tienen un derecho inalienable a ser gais. Todos están siendo engañados desde el comienzo de sus vidas". La ley no llegó a ser derogada hasta 2003.

Pero eso fue en 1988. En 1984, la guerra estaba en otro lugar. Y Mark Ashton supo llevar las reivindicaciones obreras al colectivo LGBTI. Su frase más repetida en todas las conferencias y reuniones de la época fue "No puedes ser gay y preocuparte sólo por lo que les ocurre a los gays". La LGSM ganó militantes de toda Gran Bretaña con el paso de los meses, hasta formar 11 secciones a lo largo de todo el Estado. Llegó a fletar un autobús para recorrer las zonas mineras y conocer a sus gentes, y consiguió recaudar decenas de miles de libras que irían a parar a las cajas de resistencia del sindicato. Uno de los mayores eventos fue el concierto Pits and Perverts (Pozos y pervertidos), con Bronski Beat como cabeza de cartel y un eslogan inspirado en una publicación de The Sun en la que se ridiculizaba el apoyo de los homosexuales a los mineros.

En una de nuestras primeras visitas a esos valles, como hombres y mujeres homosexuales de clase trabajadora, nos hicieron sentir bienvenidos

Entonces, en entornos masculinizados y rudos como el de la minería, tal y como reconoció años después el minero y sindicalista Dai Donovan, la homofobia no estaba extendida, pero sí existía una cierta indiferencia y distanciamiento hacia las reivindicaciones de la comunidad LGTBI. La película Billy Elliot muestra en uno de sus diálogos entre padre e hijo el choque que podía suponer para un duro minero del carbón tener un vástago que simplemente quisiese bailar: "El ballet es para las chicas, no para los chicos, Billy. Los varones practican fútbol, o boxeo, o lucha libre, no el condenado ballet". Aun así, los militantes homosexuales supieron hacerse querer y enterrar viejos prejuicios. En sus viajes a las regiones mineras, los miembros de la LGSM se alojaron en las pequeñas casas de los trabajadores. En los mítines contra Thatcher, portavoces de la National Union of Mineworkers y de la LGSM compartieron escenario. Mike Jackson relató años después el vínculo que llegó a forjarse entre ambos grupos: “En una de nuestras primeras visitas a esos valles, como hombres y mujeres homosexuales de clase trabajadora, nos hicieron sentir bienvenidos. Bebimos con los mineros y sus familias, hablamos, bailamos, reímos. Nos invitaron a dar un discurso delante de 300 personas, y como sabían que estábamos nerviosos, al terminar nos ovacionaron. De noche nos quedamos en sus casas, salimos a pasear con sus hijos por el paisaje escarpado, fuimos a sus reuniones. Me sentí como en casa”. Gracias a las aportaciones recaudadas por gays y lesbianas, la huelga minera pudo seguir más tiempo del previsto.


Tras meses de duras luchas, en marzo de 1985, la National Union of Mineworkers no pudo aguantar el pulso contra la maquinaria liberal engrasada por Tatcher. El gobierno cerró 25 pozos mineros y decenas de regiones quedaron expuestas para siempre al paro y a la pobreza. No hay datos contrastados acerca de si el distanciamiento hacia la comunidad LGTBI desapareció entre la clase trabajadora británica tras aquel año que para bien o para mal fue histórico. Lo que sí sabemos es que tres meses después, en junio de 1985, una comitiva de algo más de 150 mineros llegados de todas partes de Reino Unido, encabezó el desfile del Día del Orgullo Gay de Londres al grito de “Decenas de miles de mineros ya sabemos que hay más problemas más allá de la mina. Sabemos del desarme nuclear, de las reivindicaciones de los negros, de la lucha de los gays y lesbianas”. También sabemos que, ese mismo año, en un congreso del Partido Laboralista, la sección de la National Union of Mineworkers, con mucho peso en la organización política, promovió que la formación hiciese suyas las reivindicaciones del movimiento LGTBI. Años más tarde, en 1987, un grupo de mineros acudió en representación del sindicato al funeral de Mark Ashton, enfermo de sida y fallecido a causa de la neumocistosis a la edad de 27 años. En 2013, varios de los protagonistas de aquella historia, tanto militantes homosexuales como sindicalistas, se reunieron para brindar por la muerte de Thatcher.

Texto: Pablo Luján

Archivado en: LGTBIAQ+
Sobre este blog
Periodismo alternativo, opinión política y concienciación social.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Crónica
Crónica Locura y papeletas. Berlín, una semana antes de las elecciones federales
Un paseo nocturno por la capital alemana nos permite acercarnos al ambiente que late una semana antes de que la ultraderecha consiga sus mejores resultados desde el hundimiento del nazismo.
LGTBIAQ+
Congreso Así es la proposición de ley contra las terapias de conversión que se registrará el martes en el Congreso
La Asociación Española contra las Terapias de Conversión propone crear un artículo en el Código Penal que castigue estas prácticas y compensaciones económicas para quienes las han sufrido.
Tribuna
Tribuna Una inteligencia artificial que pinta en rosa y azul
El retorno a la Casa Blanca de Donald Trump ha traído consigo el regreso de antiguas miradas reduccionistas de la realidad. La legitimación política y parlamentaria de los discursos de odio tiene una traducción social asociada.
#84292
5/3/2021 9:28

Maravilloso, estimulante artículo que pone el dedo en la llaga de nuestros tiempos actuales. Me ha encantado. Un saludo

0
0
#8701
19/2/2018 13:30

Pride es una gran película de bajo presupuesto. No decepciona. En la Apple Store también está disponible.Me gustó tanto que en lugar de alquilarla, la compré. Alguna vez la he puesto con los amigos, ya que da pie a un buen análisis posterior.

2
0
Roi
1/2/2018 2:03

Me gusta el artículo, pero me deja un poco flipado que no haga referencia a la película Pride, que tan bien refleja esos momentos.

1
0
Cris
1/2/2018 11:57

Cuarto párrafo... Yo la verdad es que no he visto la película, pero la tengo pendiente justo porque lo he visto aquí
"un acontecimiento histórico retratado en la película Pride, donde por alguna razón se oculta la ideología comunista del fundador. La iniciativa de Ashton y Jackson es realmente inspiradora."

1
0
Daniel Seijo
3/2/2018 5:17

También la he descubierto gracias al gran artículo de Pablo y no os decepcionará :)

0
0
#7757
1/2/2018 0:58

Los ministros y ministras del gobierno de este pais, España, me recuerdan, uno por uno, a aquella mujer malvada,Thatcher. Hoy, en este pais, España, se cuentan por millones las personas que sufren lo que sufrieron los mineros británicos. Hoy, millones de británicos, españoles, y personas del mundo entero, sufren de igual manera la injusticia de este mundo capitalista. Lloro impotente.

0
0
Ramón
31/1/2018 12:40

Hay una película reciente, muy interesante, que "documenta" ese momento. Se titula Pride (Orgullo). Creo que la vi en la plataforma Filmin. Referencia: https://es.wikipedia.org/wiki/Pride_(pel%C3%ADcula_de_2014)

8
2
Jose Torres
31/1/2018 11:45

Interesante artìculo. Decir que a fecha de hoy, estas regiones aùn no se han recuperado. Los hijos de aquellos mineros aùn arrastran aquella tragedia mendigando por las calles o enganchados al alcohol o drogas. Aquellas minas se cerraron sin una alternativa para la poblaciòn. No habìa un plan preparado para realojar a toda esta gente. Un atentado contra las personas en toda regla. Una prueba clara del deseo de esterminio de la THATCHER hacia la clase trabajadora que iba alcanzado poco a poco algunos de los privilegios que su posiciòn les iba permitiendo. Una prueba evidente de que somos esclavos de un sistema del que no nos dejaràn escapar.

5
1
Caintabria
1/2/2018 21:06

Muy intresante selección de momento histórico de grsn relevancia para la lucha por los derechos laborales y la dignidad basada en la libertad . Me gusta el estilo narrativo que condensa y fusiona sienfo ameno a la vez . Aquí también hemos sufrido una terrible devaluación de la fuerza sindical por otra maquinaria bien engrasada y con una consecuente pèrdida de derechos laborales y por ende de la dignidad de las personas. Enhorabuena Pablo por tu artículo.

0
0
Sobre este blog
Periodismo alternativo, opinión política y concienciación social.
Ver todas las entradas
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.

Últimas

Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.