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Pues mira tú lo que tienen las cosas, hace un tiempo escribí una entrada sobre el grupo de Santiago Amir Cruañes “el Sheriff”, y me quedé tan ancho con lo hecho ... qué atrevida es la ignorancia. Este año, durante mi visita al Archivo Nacional de Cataluña, encontré unas interesantes cartas del guerrillero urbano Pedro Meca López entre otro montón de papeles en el fondo de Pons Prades. No sé muy bien por qué me paré a leerlas, pues no eran lo que buscaba, pero gracias a ellas, la entrada sobre el grupo de Santiago Amir va a cambiar “ligeramente”. Las cartas, una remitida a Téllez y otra a Pons Prades, eran para desmentir un posible malentendido en el libro sobre Sabaté y explicando un poco algunas informaciones equivocadas.
Empezaremos diciendo que el contacto de Amir con el movimiento libertario no se realizó tras uno de sus numerosos cruces de frontera tras el 45, sino que venía de antes. Por las cartas de Pedro Meca conocemos que ambos, junto a Emilio Damborenea Aguirregabiria y a otros libertarios a los que prefiere mantener en el anonimato, habían formado un grupo de acción, que actuaba preferentemente en Barcelona. Según Meca, disponían de caminos y bases propias, no compartidas con los otros grupos, que sus pasos normales de frontera eran principalmente por la zona de Sant Llorens de Cerdá, y que el armamento era propio y no pedido a la organización. Como sabían de los chanchullos de Melís y otros infiltrados, redujeron en lo posible sus contactos con Francia entre los años 45 y 50, tratando de mantener su independencia en todo lo posible, de los pocos que conocían sus andanzas eran los del grupo Perpiñán, los compañeros Puzo, Martí y Carreño.
Sabemos también que en uno de sus pasos a Francia, en mayo de 1949, Meca fue detenido por paso ilegal de fronteras, tras la delación del infiltrado Rafael Soto, residente en Banyuls, aunque realmente al que querían pillar era al guía, conocido como “el Rubio” en medios policiales, y que no era otro que Santiago Amir. Pese a que este grupo era de los veteranos en la ciudad condal, la policía no tenía sus datos al estar fuera de la órbita de los delatores e infiltrados, lo cual significó que solo cumpliera los tres meses estipulados por dicho delito y que después fuera puesto en libertad. Cuando salió de la Modelo, en la puerta estaba Santiago Amir esperándolo. Otra muestra de que la policía no los conocía es que fueron detenidos en marzo de 1949 en Barcelona, tras pedirles la documentación, Amir, Meca Y Damborenea fueron liberados poco después.
Meca da como inicio del grupo el año 1944, y asegura que ya estaban bien “equipados”. Posiblemente su armamento procedía de la resistencia francesa, pues por ejemplo Amir actuaba como guía en redes de evasión. Tras su detención en 1950, cuenta Meca que la policía se quedó con sus armas para su propio uso, no debían de ser malas.
A partir del 48 empieza su relación con el grupo de “Los Anónimos”, sobre todo con Ginés Urrea. Con el grupo empiezan a colaborar el propio Urrea, José Torres Cuadrado, Antonio Moreno Alarcón “Cejablanca” o Francisco Martínez “Paco”.
Entre las acciones que tenemos documentadas, ninguna anterior al 48 (toda la información relativa al periodo 44-48 estaba en los 1.000 folios manuscritos por Pedro Meca, que él mismo acabó arrojando a las llamas y que posiblemente no descubramos nunca), encontramos el fallido asalto al banco al Banco Soler y Torra el 4 de enero de 1949, donde murió un lotero de un disparo accidental del “Sheriff”; el 28 de febrero asalto al Banco Central de Barcelona; el 20 de mayo, asalto al domicilio del contratista Francisco Puig Alemany, donde actuaron caracterizados como inspectores de hacienda, el disfraz no funcionó, hubo un forcejeo, hubo un disparo, y la bala tras herir al empleado dio de lleno en Rosario Puig, hija del contratista que resultó muerta, el botín: 75.000 pesetas. El 15 de octubre, esta vez en compañía del grupo del “Cubano”, asaltan “Construcciones Pamies S.A.”, durante la huida y persecución se entabla tiroteo con las fuerzas de seguridad, resultando muerta María Muñoz, que tuvo la mala suerte de pasar por allí.
El día 21 de octubre moría acribillado Francisco Martínez, en la calle del Rosellón, tras frenar bruscamente un coche particular junto a él, repleto de agentes de la BPS que no dudaron un momento en abrir fuego. A principios de mayo de 1950, tras otra redada, era detenido Antonio Moreno. Tras su interrogatorio, el siguiente que cayó en las garras policiales fue Ginés Urrea, a base de ostias y otras delicadezas le sacaron por fin el ansiado contacto de “el Rubio”, o sea, Amir, y este acabó delatando a Pedro Meca. Todos ellos serían juzgados en febrero del 52 y condenados a muerte. La declaración de Amir exculpando a Pedro Meca, pues a este le encontraron una pistola pero no sabían de sus actuaciones anteriores, le valió que le conmutaran la pena de muerte y redujeran la pena a 20 años y un día, de los que cumplió 12. La sentencia se cumplió el día 14 de marzo, con el fusilamiento en el tristemente célebre campo de la Bota de Santiago y Ginés, junto a los también guerrilleros Pere Adrover, José Pérez y Jordi Pons, estos dos últimos provenientes del grupo de Marcelino Massana. Por su parte, Antonio Moreno vio conmutada su sentencia de muerte y fue condenado a 30 años de reclusión. Saldría en libertad en 1964.
Fuentes: Sabaté (Antonio Téllez), El maquis anarquista (Ferrán Sánchez), correspondencia de Pedro Meca López y http://losdelasierra.info/
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Me parece una labor necesaria e interesantisima la que hacéis. Esta es nuestra historia, esa desconocida pero cierta. Una España de titulados que ignoran sus propios orígenes y por ello no saben valorar con justicia la realidad.