Si bien el prohibicionismo que durante la mayor parte del siglo XX se extendió por el mundo fue la causa de que el uso del cáñamo disminuyera drásticamente (aunque en muchos casos, la razón fue simplemente el descubrimiento de materiales que lo sustituyeron), en la actualidad tiene nuevos usos que le auguran un gran futuro: se emplea en biocombustibles y bioplásticos, pero también se ha convertido en una alternativa para la construcción ecológica, lo que ha dado lugar a un nuevo fenómeno: las casas de cáñamo.
En alguna medida, no se trata de algo nuevo. La planta de cannabis es utilizada por el ser humano desde hace miles de años, pero no necesariamente con el uso que es ahora el más popular, que es el de droga recreativa, ni tampoco solamente con su empleo como medicina, que también es milenario.
Las variedades conocidas como cáñamo, de bajo contenido de THC – el principal psicoactivo -, han sido uno de los principales recursos para la fabricación de tela, cuerdas y papel, pero también hay ejemplos históricos de su uso en la construcción, como el que cita Jack Herer en su libro El Emperador está desnudo: “El Isochanvre, un material de construcción francés que ha sido redescubierto, está hecho con fibras de cáñamo y cal que se petrifican a un estado mineral, y dura por muchos siglos. Arqueólogos han descubierto un puente en el sur de Francia, del periodo Merovingio (500 – 751 d.C.) que fue construido mediante este proceso”.
Fue justamente en Francia que el cáñamo volvió a ser utilizado, siglos después, por el constructor Charles Rasetti, quien en 1986 restauró la Maison de la Turque in Nogent-Sur-Seine, un edificio del siglo XVI, con la mezcla de fibras y cáñamo y cal que es actualmente conocida como Hempcrete (algo así como “hormigón de cáñamo”). Este material tiene varias ventajas: es altamente aislante, regula muy bien la temperatura, tiene excelente acústico y es resistente a la humedad. Además, tal como se aprecia en el caso de los puentes franceses, es extremadamente duradero, y de hecho se vuelve más resistente con el paso del tiempo, y por si fuera poco, se trata de un material ecológico, ya que para su fabricación absorbe más dióxido de carbono del que libera.
En la actualidad, construir con Hempcrete es relativamente caro, pero esto tiene mucho más que ver con que no se produce masivamente, y los impedimentos legales a nivel internacional hacen difícil cualquier intento de regulación. El cáñamo crece fácilmente y sin mucho cuidado, y una hectárea de cáñamo puede producir la misma cantidad de fibra útil que dos de algodón.
En España, la empresa Cannabric, con sede en Guadix (Granada), fabrica un Hormigón de cáñamo que en vez de cal utiliza un conglomerado de tierra, que tiene menor huella de carbono y puede usarse sin necesidad de estructuras de madera. Existen aproximadamente 150 casas hechas con este material en el país, y se han realizado además unas 2000 reformas con él. En obras grandes no se puede emplear como muro de carga, pero sí como cerramiento exterior, solo que actualmente es difícil llegar a ese nivel de producción, debido a los problemas regulatorios, y a que en general debe importarse el cáñamo, ya que el local es más caro desde que cerró la industria transformadora (a pesar de que España fue el principal productor de Europa entre 1997 y 1999).
El país más avanzado actualmente en este tipo de construcciones es, entendiblemente, Francia, pero a medida que las regulaciones cambian en distintas partes del mundo y las ventajas de la construcción con hormigón de cáñamo se hacen más evidentes, empieza a hacerse más popular. Por lo pronto, si quieres vivir en una casa bien aislada, ecológica, y con buena acústica, ya sabes: este puede ser el material que buscas.