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Movimiento antiglobalización
G7 de Biarritz: desobediencia activa
El 24 de agosto dará comienzo la cumbre del G7 en Biarritz. Los días previos habrá una contracumbre internacional que tendrá sede en Irun y Hendaia. Grandes manifestaciones el sábado 24 y bloqueos el 25 abrirán un baile para el que Macron ya ha anunciado 15.000 agentes. El G7 de Biarritz será un gran estreno para la población vasca. En cuanto a los preparativos, si reparamos a las restricciones y medidas de seguridad, los poderes organizadores están repitiendo los métodos de las cumbres anteriores.
Mirada rápida
La principal trampa es la de recuperar los temas de las organizaciones opositoras. En Biarritz, por ejemplo, los organizadores pretenden dar a la cumbre del G7 un aire altermundialista, argumentando que pueden resolver los problemas que crean. Mediante esa maniobra, pretenden hacernos creer que el G7 es necesario y altruista, aunque sea un fracaso diplomático y, casi siempre, no cumplan los compromisos adquiridos en este tipo de cumbres. Junto a ello, el Gobierno tiene por objetivo “facilitar” una contra-cumbre en nombre de una “comunión de intereses”, tratando de canalizar a la parte que considera aceptable de los sectores opositores. Nos los repiten sin parar: en democracia todo el mundo tiene derecho a expresarse y una cumbre existosa es, al fin y al cabo, una contra-cumbre exitosa.Falta menos de tres semanas y se espera una acumulación de fuerzas. Hay opción para organizar una acción eficaz, a la vista de los elementos conocidos
Al mismo tiempo expanden otra campaña de propaganda de consecuencias múltiples, anunciando la llegada del black bloc y de otros grupos anti-sistema. En nuestro caso, aún no hemos visto ninguno, pero virtualmente ya habrían arrasado toda la costa vasca (!). Esta campaña se lleva a cabo para ocultar la brutalidad del sistema que defienden (incomparable con actos violentos de manifestantes), así como para militarizar la zona, tomar medidas de excepción (peticiones de denuncia a “gente rara”), dividir a las personas opositoras y otorgar “protección” a las que no sean violentas.
Reacciones relevantes
Frente a este tsunami, el hacer de algunos electos locales es bastante sorprendente. A día de hoy, aunque la única víctima del G7 sea una chica herida por una pelota de goma, no dicen nada de las duras prácticas del ejecutivo contra cualquier tipo de manifestante. Ni una palabra sobre las dolorosas políticas de Macron, Trump o el gobierno italiano de extrema derecha, tampoco sobre los sucesos de esta cumbre impuesta sin consenso alguno.Además de darlo todo por bueno, nuestros representantes políticos adoptan el discurso de las consecuencias positivas de la cumbre, cargando sobre los “elementos radicales” todo problema que pueda surgir. Se escucha aquí y allá que nuestros decisores no están contentos con esta cumbre, aunque lo digan en voz baja. En público, por contra, se han alineado con la defensa del Estado y la economía liberal. Para dejar las manos libres a las fuerzas represivas, han empezado a tomar medidas para paralizar las ciudades de la zona.
Globalización
Frente a la cumbre del G7, otro mundo es posible
Los máximos dirigentes de Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido se encontrarán en Biarritz para perfilar una agenda que imponer al mundo. El modelo que defienden merece una respuesta en términos constructivos, que sea capaz de demostrar que otro mundo es posible.
Aquí estamos y allí estaremos
Mientras tanto, las redes contra el G7 se parecen a un hormiguero. Falta menos de tres semanas y se espera una acumulación de fuerzas. Hay opción para organizar una acción eficaz, a la vista de los elementos conocidos: una amplia repulsa a la cumbre, los actuales movimientos populares de Francia, la localización y fechas complicadas, la fuerza local y demás. Por tanto, ¿qué estamos haciendo?En las contra-cumbres son comunes la diversidad de reivindicaciones y modos de acción. No merece hacer un drama por ello. Desde el pacifismo simbólico hasta la rebelión contundente, todos los colores estarán presentes. Más allá del debate sobre la legitimidad o dogmatismo de cada corriente, la pregunta acertada es sin duda la siguiente: ¿cómo hacer en común para impedir el G7, para no dejar que se desarrolle con normalidad, dando espacio a la colaboración entre dinámicas diferentes? La respuesta: tomando la vía del medio y dándole bases comunes para la acción. Esa es la práctica que se desarrolla en todas partes y lo que esperan los muchos colectivos desperdigados por todo Euskal Herria.
Subirse al mordisco desobediente
¿Cómo? Inspirándose en las prolíficas iniciativas existentes: los muros populares contra la represión, los bloques en favor de la justicia climática (Ende Gelände en Alemania, Extinction Rebellion, la pasada cumbre del petróleo del 2016 en Pau), la ocupación de ZADs (Zonas A Defender), Bizitza da Handiena en Donostia, Errekaleor en Gasteiz, los chalecos amarillos en las rotondas, los comités en defensa de la república de Catalunya, Sea Watch III, los paraguas de Hong Kong, Solidarios con Itoiz… ¿Si somos miles rodeando Biarritz, sentados, tumbadas, plantando nuestros cuerpos ante los uniformes, en lugares relevantes y estratégicos que representan la cumbre, quién ganará la partida? Corresponde a militantes de la plataforma G7 EZ articular esta batalla, así como a otros grupos que no están en la misma, de forma complementaria.Además de demostrar al G7 y sus seguidores que rechazamos su mundo, mostraremos a toda la población que sobran los motivos para bloquearlo, con el objetivo de construir otra sociedad. Con toda nuestra experiencia y recursos, en ambiente festivo, solidarias, cuidándonos mutuamente. Aunque se lograra realizar, la cumbre será un fracaso de igual manera, ya que alumbrará una convergencia de luchas en la que militantes de Euskal Herria y de otros pueblos tendremos un antecedente, un punto de partida para los próximos años.
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