La mirada rosa
Mercaderes en el templo

El pasado lunes, a la hora de la siesta, Isabel Díaz Ayuso paseó por las calles del barrio de Chueca en busca del “voto rosa” sin demasiados inconvenientes, algo que en su día habría sido impensable.
Ayuso Chueca Campaña
Una simpatizante se fotografía junto a Ayuso el pasado 12 de abril en Chueca, en una imagen captada por el autor de este artículo.

Las ideas y los espacios han tenido siempre una relación complicada. Se confunden, se superponen, se toman unos como representantes de otras y más de una vez aquellas parecen quedar asociadas a unas localizaciones muy precisas. Además, ideas y espacios suelen servir como símbolo donde reconocer un determinado grupo de personas. En la ciudad de Madrid, por ejemplo, Vallecas es la izquierda, la izquierda son —¿fueron?— las personas más humildes, obreros y obreras, y todas ellas, además, se supone que son quienes viven en Vallecas.

Lo mismo sucede con el barrio de Chueca: es el espacio que se asocia a lesbianas, gais, bisexuales y trans, a sus intereses y a las ideas que los defienden. Chueca es ese lugar, aunque a estas alturas sea dudoso que la asociación siga funcionando como lo hizo años atrás. Pero, aunque el vínculo se establezca en ocasiones de forma errónea y acabe caducando con el paso del tiempo, ideas, espacios y personas se relacionan de esa forma tan compleja porque esos códigos, esas asociaciones cómodas, son útiles para nuestra comprensión del mundo. Y lo son más que nunca durante una campaña electoral.

Quien desee aquello que una vez se llamó el “voto rosa” debe peregrinar hasta el barrio, hacerse una bonita foto frente a la parada del metro, charlar con viandantes y visitar algunos comercios

El pasado lunes, a la hora de la siesta, Isabel Díaz Ayuso paseó por las calles del barrio de Chueca. Sucede en todos los procesos electorales: la asociación entre una zona y quienes se supone que más la transitan también sirve a los partidos políticos para ir allí a buscar su apoyo. Quien desee aquello que una vez se llamó el “voto rosa” debe peregrinar hasta el barrio, hacerse una bonita foto frente a la parada del metro, charlar con viandantes y visitar algunos comercios. Debe sonreír en todo momento, parecer increíblemente tolerante y tratar de que apenas se perciba la extraña sensación de no saber a ciencia cierta qué está haciendo allí. Hemos visto una y otra vez a los partidos progresistas participar en estas particulares romerías. También vimos a Ciudadanos, cuando se esforzaba más en aparentar una ideología progresista. Y ahora los populares han querido sumarse a la procesión.

No es la primera incursión de los populares en una zona que tradicionalmente se ha relacionado con el colectivo LGTB: ya en 2003 Ana Botella visitó la sede de Cogam antes de ser elegida concelaja en el ayuntamiento de Madrid. Pero la artífice del símil de las peras y las manzanas no pudo hacerse la foto tolerante de su campaña con la tranquilidad esperada: un grupo de personas, capitaneado por Mili Hernández, se presentó ante las puertas del colectivo con carteles que denunciaban la hipocresía de la candidata.

Han pasado muchos años y este pasado lunes Ayuso ha dado su paseo sin demasiados inconvenientes. Algunas voces preguntaron por la Sanidad Pública, otras la llamaron hipócrita y solo en un local, la librería Berkana donde sigue trabajando Mili, se pudo ver un cartel que reclamaba un claro “No al blanqueamiento de la LGTBfobia del PP”. El resto fueron algunas pocas fotos y una indiferencia general. 

Las asociaciones entre personas, espacios e ideas ya no son como fueron en otro tiempo. Tampoco lo son las asociaciones que trabajan por nuestros derechos. Cada vez es más evidente que Chueca ha cambiado, que las personas que en su día nos reconocíamos en ese espacio ahora somos diferentes —mayores— y que nuevas personas con nuestras mismas características buscan otros lugares con los que identificarse. Además, al mismo tiempo que se debilitaba ese hilo que asocia personas, espacios e ideas, también nuestras propias reivindicaciones fueron desdibujándose. Las asociaciones que las formulaban fueron perdiendo discurso, fuerza, creatividad y, sobre todo, gente.

En su día habría sido impensable que alguien que pacta sus políticas con la ultraderecha y que no tiene reparos en plantear la posibilidad de la censura parental a la sensibilización contra el odio en las aulas paseara con tanta tranquilidad por el que era nuestro barrio

En su día habría sido impensable que alguien que pacta sus políticas con la ultraderecha y que no tiene reparos en plantear la posibilidad de la censura parental a la sensibilización contra el odio en las aulas paseara con tanta tranquilidad por el que era nuestro barrio. En su día el espacio, las personas que lo componían y las ideas que defendían y las defendían estaban fuertemente vinculadas. No era suficiente que la candidata en cuestión afirmara, como hizo Ayuso, que «a mí me da igual cómo configure cada uno su vida en su cama», porque ese mensaje se reconocía como un eslogan vacío de contenido, cuando no veladamente intolerante. Pero ahora sí. Ahora cualquier mensaje facilón parece convencer a mucha, a demasiada gente. 

Parece que de aquella Chueca comprometida —más o menos real, más o menos soñada—, ya solo queda Berkana, rodeada de tiendas de zapatos, terrazas y alguna que otra travesti que no piensa dos veces antes de hacerse una foto y reírle a Ayuso sus “chuminadas”.

Hemeroteca Diagonal
Una historia de orgullo y desencanto

A finales de junio, el movimiento de lesbianas, gais, trans y bisexuales de Madrid celebra la marcha del Orgullo. Una cita que sirvió para conquistar derechos a partir de los 90 pero que ha sido despojada de su carácter reivindicativo en favor de un cóctel de ruido y desfase.

Y el gran problema es que, aunque durante un momento algunos gritos y carteles hayan empañado un poco la tan deseada foto de la candidata, no podemos obviar que hemos perdido un espacio. Antes de conseguir garantías de libertad en cualquier lugar, para esa nueva generación que busca otros barrios, quizá sus propios barrios, como Vallecas; es posible que nos hayamos quedado sin ningún espacio que podamos reconocer como propio.

En las redes decimos que es necesario expulsar a los mercaderes del templo, pero quizá no queramos ser conscientes de que aquella santa zona es cada vez menos sagrada o, peor aún, que en realidad siempre fue propiedad de esos mercaderes y que la idea de que nos pertenecía no fue nunca nada más que un sueño.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

La mirada rosa
Opinión Leer a cara des-cubierta
Roca Editorial acaba de publicar un libro de temática LGTBI... pero no quiere que lo sepas.
La mirada rosa
La mirada rosa Faltan activistas
Nos faltan activistas; nos sobran fascistas. El amor que defendía Roberta en su última nota —“I love you all”— corre un serio peligro, aunque aún no queramos admitirlo.
#87722
20/4/2021 8:01

Ayuso es la marioneta útil del fascismo.
Utiliza un argumentario para ignorantes orgullosos de serlo.
Viva la posverdad!!!

0
0
#87509
17/4/2021 21:20

No. Lo que te hace mejor persona es el haber sufrido mayor discriminación

Ser un marginado hace que te des cuenta de que, de alguna manera, todo el mundo es marginado.

No. No soy yo. Soy otro. Qué hablan de mí. No: te acepto; y cabes en mi manera de estar.

Lo que no acepto es tu falta de respeto, tu irracionalidad aférrima, tus pocas ganas de vivir y tus pocas ganas de ser tú mismo.

Sí: soy bisexual, y acepto a gente tanto de derechas, como de izquierdas. Y solo pido una cosa: Respeto.

Sí. Tengo La Sangre del Grial. Sí. Mi antepasado es Nemeo.

No. No siempre me gusta hacer poesía.

Y, sí: soy Richie punk.

0
0
#87794
21/4/2021 6:52

Veo que acostumbras a comentar noticias diversas de forma extravagante y extradivagante. Si abreviaras, quizá resultes más ameno....

0
0
#87433
16/4/2021 19:04

Es que el "universo homosexual" está igual de lleno de gentuza, mercaderes, machistas y subnormales, como el heterosexual. Pretender que los gustos sexuales te hagan mejor persona, es una estupidez. Mira, por ejemplo, a Maroto, Oyarzabal, Marlaska, etc etc

3
0
#87425
16/4/2021 18:24

Ayuso va ha arrasar

2
1
#87754
20/4/2021 12:19

con el dinero público, ciertamente

0
0
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.

Últimas

Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.
Más noticias
El Salto Radio
El Salto Radio Humedales necesarios
Damos un paseo radiofónico por algunos de los humedales de Andalucía, espacios fronterizos entre el mar y la tierra, tan necesarios para nuestra supervivencia. Lo hacemos con Juan Martín Bermúdez, de SALARTE y algunos oyentes.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?