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Maternidad
Feministas contra los permisos iguales: premian a los padres mientras ignoran la biología maternal
Los permisos de nacimiento, acogida y adopción se han ampliado hasta llegar a las 16 semanas desde este 1 de enero, mientras que permanecen inmutables para las madres. La plataforma PETRA muestra su rechazo y pide más tiempo para poder “maternar en condiciones óptimas”.
“¿Se puede igualar lo que no es igual?”. Es la pregunta que se hace la Asociación PETRA Maternidades Feministas, que se opone “frontalmente” a la nueva configuración de los permisos de nacimiento, acogida y adopción. Unos permisos que el 1 de enero completaron el ciclo iniciado en 2018 por el cual se convierten en iguales e intransferibles: a partir de 2021, pasan a ser de 16 semanas para cada uno de los dos progenitores.
De este modo, los permisos para el segundo progenitor pasan en pocos años de 2 a 16 semanas, mientras que el de maternidad permanece en las 16. La ministra de Igualdad, Irene Montero, celebraba en Twitter “un avance histórico y pionero indispensable para cerrar la brecha de género en los cuidados” que supone una de las apuestas más firmes del Ministerio de Igualdad, que enmarca la dotación presupuestaria de esta medida en un plan más amplio que incluye más presupuesto para la etapa de los 0 a los 3 años y el llamado Plan Corresponsables, un paquete de medidas para facilitar la conciliación.
Rocío, Miquel, Yasmina, Oihan, Diego...
— Irene Montero (@IreneMontero) January 1, 2021
Han nacido en 2021, en el que los permisos por nacimiento serán iguales, intransferibles, remunerados al 100% y de 16 semanas de duración. Un avance histórico y pionero indispensable para cerrar la brecha de género en los cuidados.
Sin embargo, voces feministas consideran que hay poco que celebrar en los nuevos permisos. Porque, simplemente, no es lo mismo ser madre que ser padre, resume Ibone Olza, directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal y asesora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en estos asuntos.
Para empezar, mientras se recomienda a las madres amamantar un mínimo de seis meses, se les da un permiso de tan solo cuatro, explica. Pero no es solo la lactancia. El embarazo, el parto, el posparto o el amamantamiento “son unas tareas biológicas enormes, y eso no está contemplado en estos permisos”, dice Olza, que cree que esta aproximación ignora los procesos biológicos de las madres.
Unos permisos sensibles a esta diferencia biológica, argumenta, contemplarían bajas ya en el embarazo, no solo por la salud de las mujeres sino también por la de las propias criaturas: “La mitad de de los partos prematuros son por estrés materno, y lo que más estrés genera es el tema laboral”, explica.
Con la configuración de estos permisos, “una madre pobre no tiene ninguna prestación por maternidad mientras que a un hombre de posición acomodada le damos 16 semanas”, apunta Ibone Olza, experta en salud perinatal
El enfoque de los permisos iguales, asegura, queda desmontado cuando se parte de lo que llama la “mirada perinatal”. Con esta configuración, se da la paradoja de que “una madre pobre no tiene ninguna prestación por maternidad mientras que a un hombre de posición acomodada le damos 16 semanas; no le veo la lógica”, zanja.
Y, sin atreverse a dar una fórmula mágica para unos permisos que considere más justos, Olza cree que “la clave es poner en el centro las necesidades del bebé y las necesidades de la madre, ya que ser madre y ser padre son dos cosas distintas”.
Contra la transferibilidad
La imposibilidad de transferir estos permisos, clave en la propuesta que ha salido adelante y que ha defendido la Plataforma por Permisos iguales e intransferibles por Nacimiento y Adopción (PPiiNA) —con una ya larga trayectoria en la lucha por estos permisos y crítica con la letra pequeña de la ley que los regula—, es uno de los motivos para la oposición de PETRA (cuyo nombre es un acrónimo de “permisos transferibles”). Según PETRA, 16 semanas son un tiempo muy escaso para posibilitar “una maternidad digna” en la que la madre y el bebé puedan establecer con tranquilidad un vínculo que es básico en la crianza humana. Tampoco facilita, como apunta también Olza, los seis meses de lactancia exclusiva que recomienda la Asociación Española de Pediatría y la OMS.
“Creemos que desde el feminismo se tiene que luchar por la ampliación de los derechos de las madres, por lo que nos sorprende que el feminismo luche por la ampliación de los derechos de los varones, cuando no ha habido una demanda”, dice Julia Cañero, activista de PETRA, que pide al menos un año de permiso para las madres y recuerda que las semanas para ellas llevan 30 años congeladas.
La asociación apunta que el criterio de la transferibilidad se aplica en la mayoría de los países europeos a las prestaciones y licencias parentales, y así es en los países que se suelen tomar como referencia en políticas de igualdad: los países nórdicos. Las licencias parentales remuneradas en Europa alcanzan en Suecia los 16 meses; en Noruega, Finlandia y Alemania, los 14 meses; en Dinamarca, los 12. En todos estos países, apuntan, la mayor parte de la licencia remunerada es transferible, de modo que las madres suecas pueden disponer, si así lo desean, de 13 meses remunerados para la crianza; las noruegas, finlandesas, danesas, alemanas, austriacas, eslovacas y checas, de 12 meses.
Aunque piden que los permisos sean transferibles, reconocen que la transferibilidad en unos permisos tan cortos es absurda. “Por eso lo primero que hay que plantear es permisos más amplios”, dice Cañero.
Julia Cañero (PETRA): “Lo que vemos es que los padres no cuidan gratis, solo cuidan cobrando; esto no es una verdadera corresponsabilidad”
Para PETRA, lo que hace la Ley 6/2019, reguladora de estos permisos, es otorgar a los varones españoles el privilegio de tener los permisos paternos intransferibles y remunerados al 100% más largos de Europa mientras que las madres españolas no ven ampliada su baja en un solo día. “Nos parece bien que los padres se impliquen, pero no se puede hacer un experimento con los bebés; los padres tienen toda la vida para ser corresponsables con la casa y con la crianza”, dice Cañero. Además, añade que las familias monomarentales quedan en una evidente desventaja, ya que los pequeños nacidos en estas familias tendrán la mitad del tiempo de cuidado exclusivo, como han señalado las asociaciones de familias de un solo progenitor.
Cañero apunta que PETRA pide ampliar los permisos tanto para padres como para madres —su propuesta básica es de 32 semanas, es decir, la cantidad de semanas actual pero sumando transferibilidad, y la óptima de 52, de las que en ambos casos 6 serían intransferibles para ambos progenitores y el resto transferibles— y recuerda que las excedencias no remuneradas han estado siempre a disposición de todas las personas trabajadoras, pero los hombres no se acogen a ellas.
De hecho, en 2019 las madres solicitaron 42.857 excedencias para cuidar y los hombres solo 5.320. Sin embargo, se supera ya el presupuesto y la dotación de recursos al permiso remunerado de los padres (117.775 permisos de nacimiento solicitados por hombres y 112.990 permisos por nacimiento solicitados por mujeres, según el INE). “Lo que vemos es que los padres no cuidan gratis, solo cuidan cobrando, esto no es una verdadera corresponsabilidad”, concluye Cañero.
Pagar a los hombres para que quieran cuidar
“Si preguntas a cualquier especialista en salud perinatal, lo que te va a decir es que lo que un bebé necesita en los primeros meses de vida es la proximidad de la madre; está bien que los padres tengan más tiempo para acompañar y apoyar durante la exterogestación, pero es más importante que las madres españolas dispongan de más tiempo de permiso remunerado”, explica Patricia Merino, autora de Maternidad, Igualdad y Fraternidad: Las madres como sujeto político en las sociedades poslaborales (Clave intelectual, 2017) y fundadora de la PETRA Maternidades Feministas.
Para Merino, “estos permisos no solo no son feministas, sino que son patriarcales porque dotan de aún más recursos y derechos a los varones, refuerzan el rol paterno y, además, ignoran la biología femenina y la maternidad como aportación social, y eso es lo que ha hecho toda la vida el patriarcado”. Merino hace otro apunte: no solo pierden de vista las necesidades de las madres y los recién nacidos, sino que tampoco cumplen con los objetivos que pretenden: terminar con la discriminación de las mujeres en el mundo laboral e implicar a los padres en la crianza.
“Un varón, si está concienciado no necesita estos permisos para tener una visión igualitaria de la pareja, y si no lo está, la crianza temprana de un bebé no es el mejor momento”, apunta Patricia Merino
“Un varón, si está concienciado no necesita estos permisos para tener una visión igualitaria de la pareja, y si no lo está, la crianza temprana de un bebé no es el mejor momento para imponer medidas de ingeniería social”, explica Merino, que cree que “en cualquier caso, estos permisos posiblemente solo los van a tomar íntegros los hombres de nivel socioeconómico medio-alto, es decir, son antirredistributivos, y con el actual diseño, para la mayoría, finalmente son un largo permiso para acompañar a la madre”.
El objetivo de acabar con la discriminación de las mujeres en el mundo laboral tampoco podrá alcanzarse con unos permisos iguales e instranferibles porque el principal problema de las mujeres es el propio mercado laboral, mantiene PETRA. La medida, argumentan, pierde toda eficacia desde el momento en que, ante la insuficiencia de los permisos, estas seguirán recurriendo a excedencias para criar o directamente desvinculándose del mercado laboral.
“Tenemos los empleos más precarizados, por lo que los hombres tienen mejores permisos por tener mejores salarios, es el problema de basar todo en el aspecto laboral”, dice Julia Cañero. Además, añade, “las mujeres seguimos quedándonos embarazadas, por lo que en ese tiempo seguiremos faltando nosotras”. “Lo que no puede ser es que se nos penalice a las mujeres para que el mercado laboral no nos penalice”, concluye.
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El verdadero problema, dice Merino, es que “cuando por fin se asigna algo de presupuesto a un área —la protección social de la crianza— en la cual España está a la cola de la Unión Europea, esa partida vaya destinada a la reposición salarial de los varones”. “Después de este esfuerzo presupuestario, y en la actual situación económica española, aún más debilitada después del covid, es muy improbable que haya en los próximos años presupuesto para poder invertir en prolongar el permiso de las mujeres ni en otras prestaciones contra la pobreza infantil y la feminización de la pobreza como las prestaciones por hijo a cargo, que son universales, y que existen hace décadas en Europa”, zanja.
Para Olza, los permisos son “una estafa”. “El argumento de que para resolver la discriminación laboral hay que pagar a los hombre me parece erróneo”, dice la experta, que apunta también que existen muchas formas para que los hombres se impliquen en el cuidado sin usurpar el papel de las madre en los primeros meses y sugiere una configuración de los permisos que les de opciones para poder disfrutar de tiempo más adelante, por ejemplo para acompañar a los niños y niñas en sus periodos de adaptación escolar o para cuidarlos cuando están enfermos.
Cañero avanza que PETRA seguirá reclamando permisos más largos y visibilizar el papel diferenciado de las madres y la aportación social que supone. “No sabemos si las instituciones nos escucharán pero al menos queremos que la sociedad sea consciente de que no es una medida feminista”.
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Pensaba que una reivindicación del movimiento feminista era que los padres se hicieran responsables del cuidado de los hijos. Pero leyendo este artículo me da la impresión que parte del movimiento feminista quiere volver a que los cuidados sean exclusivos de las madres y que el hombre se dedique a ir al trabajo y a ver el futbol.
No acabo de entender si es buena o mala la medida según el artículo. ¿Es malo entonces que los padres puedan estar con su bebé recién nacido?. Si dos lo cuidan y atienden, más descanso para la tarea. ¿Que es poco tiempo?, Claro, pero eso que tiene que ver, es algo que tenemos que cambiar.
Obviamente las mujeres gestamos, partimos y, si queremos (sin presiones, amamantados. Biología.animal. Luego, incluso en el reino animal hay ejemplos de cuidado conjunto o alterno de la prole.
Y mira por donde yo creía que lo de que la hembra humana se quedaba en la cueva ( o en el dulce hogar, o el gineceo) cuidando a sus bebés...mientras el macho salía a cazar, alimentarlos, protegerlos....era la situación patriarcal interesadamente congeladas hasta el siglo 19. Las mujeres feministas lucharon por romper ese paradigma que nos retrataba durante años ( imaginemos tener tres hijos: suspender ¿10? años una vida laboral y social qerida). Y reivindicar que en todo momento somos, además o por encima de madres, eramos algo más complejo y completo: mujeres.
Muchas sabemos que salvando la lactancia, el padre que y con frecuencia quiere cuidar a su bebé igual que la madre. Hasta el piel con piel: el bebé puede reconocer el calor y el olor del padre....salvo que invocando argumentos biológicos lo impidamos.
Volver al argumento de las funciones biológicas de la hembra humana, exndiendolas a la crianza, no es por lo que las feministas en la historia.
Mujeres y hombre a cuidar criaturas y cueva, hombres y mujeres a cazar y proteger. Mis XX implican gestar, parir y si puedo, amamantar. El resto, igualitariamente, está en XY.
Estar en contra de un derecho como el permiso de paternidad es ridículo. Es un permiso necesario para que los hombres se hagan cargo de sus deberes paternales.
Se puede (y debe) exigir más derechos respecto a los derechos de maternidad sin medrar en el derecho paternal.
Lo que la biología propone, en este caso que la mujer geste, para y amamante, no es una putada porque sí, es la falta patriarcal de reconocimiento social y económico de la maternidad la que lo convierte en una discriminación. No es necesario pelearse con la biología, basta reconocer social y económicamente la enorme aportación de las madres, tengan o no contrato laboral previo.
Cuando una persona tiene una circunstancia que le impide avanzar laboral o económicamente, por discapacidad, enfermedad, o por querer cuidar a un familiar dependiente, una sociedad con sensibilidad y mecanismos de justicia social le dará una prestación que compense esa limitación (si lo vemos como tal por ser el desempeño laboral el valor máximo) o esa posición social que merece un reconocimiento.
Una desigualdad + un trato igualitario (Ppiina) = mantenimiento de la desigualdad (madres y bebés pierden)
Una desigualdad + prestación compensatoria que reconozca la desigualdad inicial = mayor igualdad de derechos.
Lo que se pide es el reconocimiento del valor específico y no siempre transferible de la maternidad. Tal como se está haciendo en algunos países nórdicos.
Los hombres no tienen secuelas físicas del parto. Ni las cargas vinculadas a la crianza temprana (lactancia) que limitan el desmpeño laboral.
Pero los hombres tenemos desde el momento del destete muchos años para cuidar sin remuneración a nuestros hijos y compensar lo mucho que dió la madre el primer año.
Buena explicación, mucho más esclarecedora que el texto principal (al menos para mí). Gracias.
Habría que preguntar a PETRA cuál es su definición de feminismo. A ver si va a resultar que ahora es feminista hasta Rouco Varela.
Por lo visto hay un feminismo que quiere quedarse en casa criando mientras los hombres se adueñan del espacio público. Muy moderno esto, oyes, lo nunca visto. Debe ser el mismo feminismo progre que quiere que las mujeres demos a luz a casa y sin epidural. Lo respeto, pero les está quedando el feminismo un poco cavernícola.
Aplaudo la reforma y espero que ambos permisos se alarguen mucho más. Ese feminismo no nos representa a todas.
Me llama poderosamente la atención que el lenguaje de la nota y de las entrevistadas no sea inclusivo a personas gestantes. Y además sería conveniente explayarse sobre las parejas de mujeres o lesbianas dónde una es la que gesta.
El Feminismo ha conquistado muchos derechos para hacer una sociedad más igual entre hombres y mujeres, eso para empezar. PETRA no quiere reconocer de dónde venimos y cómo se ha llegado hasta aquí; en cambio, tiene muy claro el futuro, ¿o no?Que se den permisos retribuidos prenatales por stress si se diera el caso, perfecto; que los permisos por maternidad se dieran hasta los seis meses por la lactancia, perfecto; que el padre también tuviera seis meses después del periodo de lactancia recomendado por pediatras para cuidar del bebé, perfecto. Ahora estamos en los CUATRO meses de permiso para ambos,intransferibles (los DOS deben cuidar) y remunerados al 100% (justo). Es un gran avance con respecto a lo que había anteriormente. Todo es mejorable, pero la orientación de esta asociación feminista, PETRA, no está muy clara. Hay un principio clave: el cuidado de lxs hijxs es cosa de DOS, y este principio no está en contra de la biología.
Como hombre blanco cis-heterosexual (y no digo esto a modo de burla, si no porque es lo que soy y por tanto mi opinión está influenciada por estos facotres) estoy bastante de acuerdo con las opiniones reflejadas en el artículo, pero creo que hay un grave problema con el lenguaje que utilizamos al hablar de las cuidados de las criaturas. Estamos en 2021, y aunque le pese a mucha gente a ambos lados del eje izquierda-derecha y aún quede mucho camino por recorrer, las personas trans existen. Por lo tanto, me parece un error seguir hablando en términos de "madres" y "padres" al hablar de biología. Hay hombres que son capaces de gestar y parir. En esos casos, que aunque sean pocos no son por ello menos importantes que los demás, no sé exactamente cómo se aplican los permisos. Evidentemente, durante los primeros meses de vida del bebé necesita estar con su "madre" (por utilizar el vocabulario del artículo) por motivos biológicos. ¿Pero qué pasa si su "madre" es un hombre? ¿Antes de la nueva ley a qué permisos podía acceder? Evidentemente, 16 semanas para la persona gestante son muy pocas; especialmente cuando se recomienda amamantar al bebé durante al menos los 6 primeros meses; y deberían aumentar esos permisos. Sin embargo, no creo que aumentar el permiso a los "padres" sea malo per se (exceptuando el hecho de que sea intransferible, lo cual limita la capacidad de cada familia para organizarse convenientemente y no beneficia a nadie), si no que la parte negativa de esta medida es precisamente por lo que no hace y es realmente más necesario como sería aumentar el permiso de "las madres".
De una forma o de otra, el "Gobierno más progresista de la historia" vuelve a demostrar que no es tan progresista como ellos mismos presumen ni tan radical como pintan los neandertales de la oposición.
Solo por aclararme, que ando un poco perdido. ¿Cómo gesta y pare un hombre?. Gracias
Pero entonces seamos objetivos en todo. Por ejemplo, reconozcamos que biológicamente el hombre (en general) es más fuerte. Para trabajos específicos no rebajemos las marcas exigidas para el puesto. ¿O solo hay que admitir la diferencia biológica cuando se beneficia a la mujer?. Yo tambien tengo derecho a criar y obtener el cariño de mi bebé. Busquemos las fórmulas para igualarnos. No es tan difícil. Solo hay que proponérselo..
A buen entenderor pocas palabras bastan. Lo que aquí se refleja es que las criaturas cuando nacen, necesitan más a las madres porque es lo que conocen y precisan para sobrevivir. Esto lo dice la CIENCIA! No permitir esto con la excusa de la igualdad o la no discriminación laboral, ya es discriminar las necesidades de bebés y gestantes. Esto es lo que se dice aquí! Que yo no sé donde se lee que las madres solo a criar y los padres a trabajar!!
Simplemente se pide que se tengan en cuenta algunas cuestiones biológicas.
Está bien que se admita que hombres y mujeres tenemos tareas biológicamente diferentes, más allá de la cultura. Es un avance.
O sea que según usted un niño cuya madre muere en el parto no puede ser criado por el padre. Apañaos estamos.
El feminismo visto de lejos es alguien con un palo intentando dar a la cucaña con los ojos vendados, ya no saben a donde dar
Perfecto, pero que no venga después con el rollo de los privilegios masculinos por estar más en el trabajo que en los cuidados, basta ya de pedirnos cosas contradictorias a los hombres. Si ellas mismas admiten que biológicamente tienen que pasar más tiempo por los niños - cosa que no discuto -, entonces somos diferentes y los "privilegios masculinos" una milonga.
Al final el problema es ¿la ampliación de los permisos paternos, la necesidad de mayores permisos maternos o las dos cosas? En el artículo parece que no lo tengan muy claro.
Que una madre pueda o deba disfrutar de un permiso más largo para lactancia, por poner un ejemplo que se menciona varias veces en el artículo, ¿porqué tiene que estar reñido con el permiso de un padre?
Yo creo que dejan claro que es necesario la ampliación de los permisos maternos.
Los heteros cis, estamos de acuerdo, que los cuiden ellas. Viva el feminis mooderno. Tú en casa y yo en el laburo
Me asombra que una plataforma feminista pueda decir algo tan hetero-patriarcal, resumiendo "las mujeres a cuidar de los hijos y los hombres a trabajar", bien vendria plantear el problema con puntos de vista de parejas homosexuales o de madres solteras. Tener un hijo es responsabilidad de una o dos personas, no meramente de un hombre y una mujer.
Vaya, ¿en qué quedamos que queremos igualar a mujeres y hombres o que las mujeres sean las que biológicamente tienen que cuidar más tiempo a los peques?