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LGTBIAQ+
Más de diez mil personas toman las calles de Madrid por un Orgullo combativo con los ojos sobre Palestina
No hay orgullo bajo el genocidio. Con este contundente eslogan antisionista podría resumirse la esencia de la marcha del Orgullo Crítico de este 28 de junio, convocada por esta Plataforma junto con la Rescop, organización propalestina que integra a Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), en la que más de 10.000 personas han inundado las calles del centro de Madrid desde las 20.00 de la tarde para protestar contra el “lavado rosa colonial”, como exhibía la pancarta principal.
Se trata de la sexta movilización estatal de esta asociación antisionista, que desde que comenzó el genocidio ha salido a las calles una vez al mes en todos los territorios de forma simultánea y este viernes lo han hecho por primera vez junto a OC. Así, una interminable marea arcoíris conformada por personas ataviadas con banderas de la comunidad, pero también antifascistas, palestinas y de distintos movimientos sociales de base anticapitalista, ha transitado desde la Glorieta de Bilbao hasta Plaza de España, desafiando el viento y la lluvia. Fuera de la región, el eco de la convocatoria ha resonado simultáneamente en localidades de toda la geografía española, entre ellas Barcelona, Salamanca, Jaén, València o Las Palmas de Gran Canarias, donde centenares de ciudadanos han marchado por un orgullo beligerante con el sistema y con la mano tendida a la causa palestina.
El cariz marcadamente anticolonial y antisionista —este año más si cabe ante la magnitud de la masacre israelí en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre— de esta contramanifestación queer ya venía anunciado desde que las plataformas convocantes lanzaron el cartel oficial de la misma: frente a los preservativos, copas y tacones que decoran sin tapujos el oficial de la Manifestación Estatal del Orgullo (el MADO) del Ayuntamiento de Madrid, que recorrerá la capital el 6 de julio, Orgullo Crítico y BDS presentaron un cartel cuyo elemento central es el triangulo rosa, que simboliza el icono con el que los nazis señalaban a la comunidad LGTBIQ+ para clasificarles una vez entraban en los campos de exterminio. Pero este color alude también a la instrumentalización de las vidas queer dentro del sistema capitalista y el pinkwashing (blanqueamiento de imagen que empresas privadas hacen usando el movimiento reivindicativo del colectivo) que los colectivos queer llevan meses denunciando por parte de los gobiernos e instituciones españolas.
Por eso, una de las consignas más coreadas este 28 de junio en el centro de Madrid, donde han acudido colectivos como Abrir Brecha, y los bloques Disca, Infancia y Une para todes, el de las personas no binarias (situados en la primera línea) o el bloque racializado, conformado por personas migrantes LGTBIQ+, ha sido “no hay orgullo bajo el genocidio” —en las marchas de los años anteriores el lema central había sido “no hay orgullo bajo la ocupación”, antes de que escalara la espiral de violencia armada en los territorios palestinos.
Si bien resulta imposible disponer de cifras exactas ni actualizadas sobre esta cuestión particular, se conoce que miles de personas queer está siendo asesinadas desde hace meses en la Franja debido a la ferocidad del asedio. “Estamos hartes de ser instrumentalizades para legitimar la invasión imperialista y las dinámicas coloniales que asesinan a la población palestina. Las disidencias exigimos la ruptura de toda relación con el gobierno israelí”, instaban desde Orgullo Crítico a través de sus redes sociales días antes de la marcha.
La gran mayoría de los participantes también han abogado, como venían haciendo desde abril los estudiantes acampados masivamente en las universidades del Estado español por Palestina, por el fin de las relaciones comerciales con los actores del conflicto, con el acento en la venta de armas. En este sentido, sin duda las kufiyas fueron las grandes protagonistas de la protesta de este año. Hania Faydi, portavoz de la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (Rescop), ha incidido en una de las cuestiones que han movilizado a la población este 28 de junio: la imagen democrática y LGTBI friendly que Israel busca transmitir a los países occidentales pese a su nulo respeto a los derechos humanos, “mientras comete un genocidio, presumiendo de ser un país abierto en Oriente Medio, cuando lo cierto es que no existe democracia mientras perviva un régimen de apartheid ni bajo una matanza”, ha asertado la activista en conversación con El Salto.
El blanqueamiento de las políticas ocupacionistas de Israel ha sido especialmente vergonzoso este año con la participación de este país en el festival de Eurovisión (en 2019 llegó incluso a ser país anfitrión), mientras sus tropas se hallaban inmersas en una ofensiva militar sin precedentes en la Franja de Gaza, una incoherencia a todas luces contra la que gran parte del colectivo LGTBIQ+ ya protestó enérgicamente y que han denunciado decenas de carteles de las asistentes a la marcha.
“Este año ha habido muchísimas demandas, se han subido a las redes sociales y se han hecho acciones pidiendo que no se celebre Eurovisión en nombre de estas comunidades y colectivos”, ha destacado Hania sobre la posición de buena parte de los eurofanes queer. Actualmente las cifras de asesinados y heridos en manos del Ejército israelí en Gaza se sitúan en 36.431 y 85.653 respectivamente (sin contar con los más de 10.000 desaparecidos entre los escombros tras los bombardeos), según datos de la UNRWA. En el momento en que leas esta noticia, las cifras ya se habrán incrementado.
En medio de un escenario internacional marcado por la virulenta sacudida de la cruzada supremacista, que estigmatiza, minoriza y soterra toda disidencia, el Orgullo Crítico ha destacado este año la interseccionalidad como parte de la genética de esta marcha alternativa. Este año, el avance de la ultraderecha LGBTBIfóbica, la cual amenaza con hacer retroceder de un plumazo los derechos sociales de la comunidad queer, pero también de las personas migrantes, discas o racializadas, se ha reafirmado tras los resultados de los últimos comicios europeos. El relato de los fascismos ha demostrado tener, entre las generaciones más jóvenes, un extraordinario poder de seducción, aún tratándose de un discurso trasnochado que sitúa a las minorías como enemigos públicos y legitima su discriminación a través de todo tipo de violencia.
Por ello, la tónica general de la protesta ha ido en la senda de la confluencia entre movimientos sociales por la diversidad. “El colectivo LGTBIQ+ también ha estado presente en las movilizaciones contra el apartheid israelí, al igual que movimientos feministas, ecologistas, animalistas, y esta vez queríamos dar también dar visibilidad a su causa, porque también luchamos contra cualquier tipo de opresión, incluida la que sufren discriminación por su orientación sexual”, ha destacado Hania, y ha añadido que “al final, se trata de nuestros propios derechos, y más ahora que en Europa la libertad de expresión está menguando de forma alarmante. Estamos todas en el mismo barco, porque el auge de la extrema derecha nos afecta a todas las personas que trabajamos por un mundo mejor”. En Alemania, denuncian varias activistas queer, muchas integrantes de movimientos LGTBIQ+ llevan años siendo víctimas de una rampante criminalización, silenciamiento y opresión por parte del Estado, por lo que este año muchas manifestantes han puesto la mirada también en sus compañeras germanas.
Pero el auge de los fascismos también ha tenido su eco dentro de la propia Comunidad de Madrid, donde el Ejecutivo regional liderado por Isabel Díaz Ayuso ejecutó, el pasado mes de diciembre, un recorte de la Ley trans y LGTBIQ+ autonómica que la misma Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) señaló como “preocupante”, ya que eliminaba muchas de las medidas tendentes proteger al colectivo trans. La reforma introducida por el Consistorio madrileño eliminó el concepto “identidad de género” de la ley trans y los contenidos relativos a la diversidad y el respeto hacia este colectivo en el currículum escolar.
“Las personas más vulnerables, las que han sufrido más discriminación, aquellas a las que se señala sufren un gran desprecio por los valores humanos como es a quien decides querer, como quieres demostrarlo y expresarlo”, ha expresado Javier Bujarrabal, miembro de Orgullo Crítico, ante este medio. Además, añade, de no ponerse freno a tiempo a la espiral fascista que amenaza Madrid, “más adelante serán atacadas también las personas que están luchando para que no se degrade más el medioambiente, se recortarán los derechos de las personas migrantes, porque al final quien defiende los derechos humanos es señalado y atacado”. Por ello, la ILGA revela en su informe sobre el estado de los derechos humanos en la comunidad queer que las decisiones tomadas por Ayuso en políticas LGTBIQ+ constituyen “uno de los retrocesos de derechos más significativos del último año y medio”.
Pese a las leyes impulsadas por el Ministerio de Igualdad en materia de despatologización de la disidencia de género y sexualidad, todavía persiste el odio hacia las vidas queer. Así lo demuestra un estudio realizado por el Ministerio del Interior, que recalca que en 2023 los delitos de odio aumentaron un 33%, y dentro de éstos los ataques por género, identidad u orientación sexual ocuparon el segundo lugar. Por su parte, el informe LGTBIfobia en las aulas, que se centra particularmente en la discriminación que sufren en nuestro país los adolescentes queer, recalca que el 17% de la población trans reconoce haber recibido insultos LGTBfóbicos y el 14% de los jóvenes ha sido acosado por redes sociales con motivo de su orientación sexual o identidad de género.
Bujarrabal critica la actuación del Gobierno a la hora de hacer caso omiso a las violencias cometidas contra las personas disidentes de género y sexualidad y exige la aplicación efectiva de las leyes antidiscriminación. “Para que estos delitos de odio no se produzcan se tienen que aplicar las leyes contra este tipo de delitos, que protegen a la comunidad LGTBI, cosa que ni en Madrid ni en otras comunidades autónomas donde gobierna la derecha se hace, tanto en lo que se refiere directamente a las multa como las penas a quienes realizan delitos de odio”. Esto denota, una vez más, la posición de pasividad de la derecha y ultraderecha ante el hostigamiento que sufren numerosas personas de esta comunidad a diario, algo que se ha quedado más que evidenciado estas últimas semanas tras la reciente negativa de varios ayuntamientos del PP a la hora de desplegar la bandera arcoíris desde los balcones.
Por otro lado, desde Orgullo Crítico han alabado la ley trans por su despatologización de la transexualidad pero han persistido en su ambición de que los derechos sean extensibles a otros grupos invisibilizados, entre ellos las personas no binarias: “Estamos muy contentes de que esa ley se haya implementado, pero faltan los derechos de las personas neurodivergentes, las discas, las locas, no binarias, y de las personas migrantes, que no pueden disfrutar de ellos porque hay una ley de Extranjería que les discrimina”, apunta el activista pro derechos LGTBIQ+.