Laboral
Cultura solventa la falta de personal en los museos estatales con la gratuidad de sus entradas

El Convenio Colectivo Único para Personal Laboral de las Administraciones Públicas ocasiona falta de trabajadores en varios museos estatales, cuya entrada es gratuita hasta finales de septiembre. Los empleados denuncian que esto no es casualidad.
Museo Arqueológico Nacional
Sala de mosaicos romanos del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Foto: J.M. Alvarado

El 10 julio, 14 de los 16 museos estatales comenzaban a recibir a sus visitantes de manera gratuita. Los museos estatales son los que están a cargo del Ministerio de Cultura —los 16 gestionados directamente por la Subdirección General de Museos Estatales del ministerio más el Museo Nacional del Teatro, en Almagro, y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid— y se distribuyen por todo el territorio: desde Madrid a Murcia, pasando por Mérida, Valencia, Valladolid o Toledo.

Así lo anunció la directora general de Bellas Artes, María Dolores Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz, en una resolución oficial por la que “se autoriza la entrada gratuita en los museos estatales gestionados por la Subdirección General de Museos Estatales con motivo de una campaña cultural de incentivación de la visita pública”.

Entre los 14 museos que ya se pueden visitar gratis hasta el 30 de septiembre se encuentran el Museo Arqueológico Nacional (Madrid), Museo de América (Madrid), Museo Casa de Cervantes (Valladolid), Museo Nacional de Antropología (Madrid) o el Museo Sefardí (Toledo).

Pero los trabajadores de los museos estatales denuncian que la realidad es otra: la entrada gratuita a estos museos no se debería a un desinteresado acto de generosidad, sino a la falta de personal de taquilla.

Así lo denuncia un vigilante de sala del Museo Nacional de Antropología. Pablo (nombre ficticio para proteger su identidad), cuenta a El Salto que en su museo “el taquillero está de vacaciones y, desde entonces, la entrada es gratis porque nadie puede hacer su sustitución”. “En otro museo falta el jefe de planta y el portero mayor está de vacaciones, con lo que sopesaron llegar a cerrar un mes el museo”, relata el trabajador.

Y es que esta situación se debe a la entrada en vigor el pasado marzo —aunque se firmó en mayo de 2019— del IV Convenio Colectivo Único para Personal Laboral de la Administración General del Estado, que separa en dos categorías diferentes al personal de los museos que antes ocupaba el mismo escalafón. “Ahora estamos en el último escalafón, el E1, mientras que los taquilleros y jefes de planta, que antes estaban en nuestro mismo grupo, han pasado al E2”, cuenta Pablo.

Así, con el cambio de grupos, además de no poder promocionar directamente a los puestos que antes sí podían acceder, tampoco pueden hacer movilidades temporales —de hasta seis meses— tanto a taquillero como a jefe de planta, “lo que le venía bien al museo y al ministerio porque así se ahorraban contratar a más gente en caso de que hubiera una baja o unas vacaciones que cubrir”, relata el trabajador.

Así se ha dado la situación actual de estos museos estatales que, “con el verano y las vacaciones, y con la merma de plantilla general en vigilantes de sala de los últimos años”, falta personal y, el que falta no puede ser suplido por otras categorías como sí ocurría antes. No hay taquilleros y, por lo tanto, nadie puede cobrar a los visitantes.

“El Ministerio de Cultura optó por una solución salomónica mientras pasa el verano: poner gratis la entrada de todos. Así se solventa la falta de personal para taquilla y sustituciones y, de camino, aumentas las cifras de visitantes”, explica este vigilante de sala.

Manifestaciones y parones temporales

El pasado marzo, cuando entró en vigor el nuevo convenio —tras las negociaciones que aún no han finalizado—, los trabajadores de los museos estatales realizaron paros de varias horas para protestar por su nueva situación. Este julio se han repetido las manifestaciones, organizadas por el sindicato Comisiones Obreras.

“Llevamos casi dos años, desde que se anunció el nuevo convenio y este nuevo encuadramiento haciendo protestas en museos y fuera de ellos”, cuenta Pablo. Paloma López, secretaria general de CC OO Madrid, decía en marzo que “es imprescindible que todos los trabajadores estén ubicados en donde corresponden sus categorías profesionales”. Los propios trabajadores de estos museos decían que “lo que nos corresponde es estar encuadrados en el E2”.

Laboral
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“Desde entonces ha habido varias reuniones para intentar solucionar el conflicto, que pasaría por pasarnos a los vigilantes de sala al E2, en la misma categoría que los taquilleros, como estábamos antes”, reclama el vigilante de sala. “Yo, que conseguí la plaza fija en las últimas oposiciones de 2019, conseguí una plaza con una categoría y ahora me la han cambiado simplemente con una notificación por escrito”, denuncia.

La Secretaría General del Sector de Administración General del Estado de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC OO (FSC-CCOO) decía el pasado 5 de julio que “es inaplazable un reconocimiento profesional del trabajo de este colectivo que ponga fin al menoscabo de sus condiciones laborales, su carrera profesional y sus retribuciones”, según recogía la agencia EFE.

La última concentración por esta causa tuvo lugar el pasado 26 de julio. Desde CC OO, se anunciaba que esta manifestación reclama “reconocer el desempeño profesional del personal de vigilancia y atención en sala de los museos estatales, MNCARS y Museo del Teatro con su encuadramiento inmediato al E2”.

El 5 de agosto tuvo lugar otra reunión entre CC OO y el Ministerio de Hacienda y Funciones Públicas, el encargado de estas negociaciones. Vidal Cruzado, responsable de la sección sindical de cultura de FSC-CCOO y de las negociaciones del convenio único, cuenta a El Salto que “tras la reunión salimos bastante decepcionados porque se ha dado solución para prácticamente todos los perfiles afectados, pero sigue habiendo el mismo problema con el colectivo de vigilantes de salas de museos”. Cruzado señala que “esta problemática laboral tiene repercusiones a nivel organizativo en los museos, con la dificultad de no encontrar suplir carencias a corto plazo con los vigilantes de sala”. “Entendemos que la solución que han encontrado es la gratuidad mientras se encuentra una solución”, reflexiona el sindicalista.

“Es un poco lamentable”

Esther, también vigilante de sala en el Museo Nacional de Antropología, confirma que no hay nadie que sustituya a los taquilleros. “Cuando cogen el descanso, la taquilla se queda vacía. Entran los visitantes y no saben qué tienen que hacer”, explica. “Es un poco lamentable”, resume y añade que “no hay taquillero en el turno de tarde en el museo porque está de vacaciones. Yo la veo salir y nadie le hace el relevo de la tarde, ni cuando se va a su descanso la de la mañana”.

Vidal Cruzado concluye que “se ha devaluado la actividad profesional del vigilante de salas de museos, no se le da el valor que le corresponde”.
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