Felipe VI - 3
Felipe de Borbón en una imagen reciente. Juan Carlos Rojas

La semana política
Castillo de naipes

El encuentro del jefe de Estado y Juan Carlos de Borbón simboliza el cambio de época pero también evidencia que no se ha producido ningún avance democrático desde la abdicación de Juan Carlos I en 2014.
Pablo Elorduy
28 may 2022 05:56

En una escena de la segunda temporada de la irregular, tirando a mala, serie estadounidense House of Cards, el protagonista, presidente del Gobierno y el candidato republicano a las elecciones protagonizan una reunión sobre uno de esos temas considerados de Estado. La reunión se produce, pero los dos personajes no intercambian más que unas palabras banales, el resto del tiempo pautado están sentados, matando el tiempo con juegos en el móvil, esperando el momento de salir de allí. Unas salas más allá, sus equipos discuten cuál será el relato del encuentro, qué se le dirá a la prensa sobre lo que allí se ha hablado. Se establece un guion que será el que pase a la posteridad, dure ésta unos minutos, unos días, o pase a formar parte del repertorio emocional de un país.

Esa ficción permite imaginar que el encuentro del 23 de mayo entre el actual jefe de Estado y su predecesor y padre transcurrió en términos semejantes a los de House of Cards. El breve comunicado de la Casa del Rey habla de un encuentro de once horas y una conversación privada entre Juan Carlos de Borbón y Felipe de Borbón para tratar de “distintos acontecimientos y sus consecuencias” en referencia a la decisión de Juan Carlos de establecer su residencia en Abu Dabi. 

Es tan acertado pensar que en el Palacio de la Zarzuela tuvo lugar una escena trágica con diálogos tomados directamente de La vida es sueño como imaginar que allí no pasó nada, que padre e hijo no se dirigieron la palabra —más allá de un ‘pásame la sal’ o un ‘ya hemos abierto la piscina’— y que el encuentro no tuvo lugar en ese momento sino que ya se había producido antes en la cabeza del jefe de la Casa del Rey. 

La comunicación en torno al rey funciona hoy emitiendo pocos mensajes, en sordina, la mayoría de ellos como un silbato para perros, dirigidos a ese partido del rey, reaccionario y ebrio de revancha

Para fortalecer esa idea hay que recordar que la reunión no fue necesaria a efectos periodísticos. El mensaje ya estaba colocado hace semanas: el rey Juan Carlos volverá a España cuando le plazca, sin esconderse, pero su imagen, su legado, no será restaurado por Felipe VI, no al menos hasta que desaparezca físicamente. Ya hace tiempo se acabaron los actos oficiales, solo queda el rey golfo, el rey playboy, el comisionista grosero que da el último sablazo en el peor momento.

El juancarlismo actual es algo que se puede profesar en la intimidad o en ambientes de ebriedad nacionalista española, pero para el felipismo —más contenido, más perfumado con las absurdeces de la cultura del esfuerzo— es una expresión incómoda. Como cualquier Borbón salvo Alfonso XIII (para quien no fue necesario) el actual rey debe asesinar simbólicamente a su padre. Y para eso no hacen falta reuniones ni encuentros, solo determinación.

El rey invisible

La determinación existe. Fue proclamada el 3 de octubre de 2017, en un discurso que situó a Felipe VI al frente de lo que quedaba del viejo mundo. Aquella noche no solo se rompió cualquier lazo con las dos nacionalidades históricas más importantes del Estado, sino que el mensaje pidiendo mano dura contra los responsables del Procés, envolvía otro texto cifrado para las generaciones nacidas en este siglo. Nada se moverá en este país, abandonad toda esperanza de que se produzca cualquier avance, no solo en lo territorial —que puede interpelar poco o nada a la generación Z— sino en cualquier ámbito. La corona representa la estabilidad, entendida esta como el agua que no se mueve, la habitación que no se ventila, la rueda que no rueda. La ley de transparencia que no transparenta.

Para apuntalar ese nuevo tiempo con un modelo de jefatura de Estado préterito, nació Vox, una fuerza ultramonárquica, que funciona bajo el mandato de que no haya transformación alguna en las relaciones entre clases y desde la aspiración de que se produzca una cierta regresión al momento de la historia en el que los cambios de hábitos y actitudes no eran posibles (si es que acaso existió alguna vez ese momento). Ciudadanos se ha sumado alegremente —quién lo diría, siendo un partido que está muerto y parece no saberlo— a esa campaña para que nada cambie, y ha comenzado una campaña para nada menos que eliminar el artículo 2 de la Constitución y retrasar el reloj del reconocimiento de la plurinacionalidad en España. 

Esos dos agitadores, el ultra y el de capa caída, se suman a los principales actores del viejo mundo. El bipartidismo lleva una década proclamando su inevitabilidad: nada es posible sin ellos, con ellos ningún cambio importante es posible. El poder judicial se ha convertido en el principal partido del régimen. El martes 24 de mayo, la mayoría del Tribunal Supremo —alterada tras la jubilación de uno de los jueces considerados progresistas— forzó la revisión de los indultos a nueve de los condenados en Catalunya a raíz del Procés. La próxima temporada promete aun más reacción. 

Queda la comunicación, o la falta de ella. El entorno de Felipe VI funciona hoy emitiendo pocos mensajes, en sordina, la mayoría de ellos como un silbato para perros, dirigidos a ese partido del rey, reaccionario y ebrio de revancha. De cara al conjunto de la sociedad, a quienes no están en el secreto de ese ajuste de cuentas neoconservador, el rey está desaparecido, “trabajando”, dedicado a conversar sobre “distintos acontecimientos y sus consecuencias” con algunos súbditos escogidos.

Hay una determinación, solo que va en contra de la mayor democratización del país. A pocas semanas de alcanzar el octavo año de reinado de Felipe VI, el balance global indica que se han dado varios pasos atrás en términos de libertades civiles, que media un abismo hoy entre las sociedades vascas y catalanas y las del resto del Estado, y que la generación de la futura reina vivirá más agobiada y con peores condiciones que la del actual rey.

Se ha impuesto aquello que el sociólogo Jaime Miquel llamó “la España de los castillos” en su referenciada obra La perestroika de Felipe VI. La muerte del postfranquismo ha dado paso a la emergencia de una nueva reacción, más vinculada a las corrientes internacionales de extrema derecha, menos despreocupadamente neoliberal que la generación del pelotazo y la viagra y, por tanto, más nacionalista. Pero, no se le escapa a nadie, ese nuevo castillo levantado en torno al actual jefe de Estado puede ser un castillito de naipes a poco que sople un viento distinto.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
Gobierno de coalición
Política institucional Pedro Sánchez no dimite: “He decidido seguir”
El presidente del Gobierno vuelve a sorprender y anuncia que no se va. Sánchez se encarama como cabeza visible de un movimiento cívico contra la intoxicación política.
Análisis
Análisis Sánchez gana su “moción de confianza popular”
La audacia de la jugada que termina hoy con la permanencia de Sánchez en La Moncloa tiene aristas, pero le vuelve a colocar como vértice de un movimiento de regeneración que hace años pasaba por impugnar al propio PSOE.
Inflación
IPC La inflación interanual de abril se situó en el 3,3% y la subyacente baja hasta el 2,9%
El incremento de una décima se debe, principalmente, a la subida de los precios del gas en comparación a la caída del año pasado y al aumento de los precios de la alimentación.
Argentina
La Argentina de Milei Milei vuelve al Congreso entre protestas con una nueva ley para privatizar las empresas públicas
Con una reducida y negociada Ley de Bases, el Gobierno de Milei pretende obtener poderes especiales para privatizar empresas públicas y llevar a cabo la reforma laboral ultraliberal que la justicia argentina tumbó en enero.
Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
Los principales aliados de Israel, Estados Unidos y Alemania, están siendo testigo de un desborde en las protestas contra el genocidio.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Desempleo juvenil
Desempleo juvenil Extremadura lidera el desempleo juvenil en España
La tasa de desempleo juvenil ha aumentado trece puntos hasta alcanzar un 44,91% de paro. Más de 20.000 jóvenes han migrado en los últimos años.
Palestina
Bloqueo israelí Activistas toman el embarcadero de El Retiro en favor de la Flotilla a Gaza, bloqueada por Israel
“La Flotilla, rompiendo el bloqueo”, han coreado activistas que han desplegado pancartas y banderas palestinas en el embarcadero del Retiro en un homenaje a la Flotilla de la Libertad.
Más noticias
Tribuna
Escuela pública madrileña Del tupper war a #MenosLectivas: razones para la huelga de la educación pública madrileña en tres actos
Más de una década después de los inicios de las movilizaciones de la Marea Verde, el proyecto neoliberal se ha profundizado, pero las respuestas también se están articulando.
Palestina
Palestina Misión incumplida: sobre la cobertura de El Salto de la Flotilla rumbo a Gaza
Queremos dar una pequeña explicación a nuestra comunidad y, especialmente, a las personas que con su suscripción permiten que un medio como el nuestro, que es una rara avis en el contexto político y social en el que vivimos, salga adelante.
País Valenciano
Diada valenciana El País Valencià asume “la voz de todo un pueblo” por el 25 de abril
El 27 de abril, las calles de Valencia fueron testigo de la manifestación valenciana en conmemoración del 25 de abril, una fecha con un alto significado histórico para el País Valencià.
Galicia
Política autonómica Redes clientelares, falta de autogobierno y consensos neoliberales: las claves del Gobierno gallego sin Feijóo
Políticas y analistas desgranan la hoja de ruta de la primera legislatura gallega de la era post-Feijóo: reforzamiento de los hilos de poder locales, falta de vocación autonómica, complejo de inferioridad y una marcada agenda neoliberal.

Recomendadas

México
América Latina México a las urnas: los claroscuros de AMLO y la primera presidenta
Todo apunta que el 2 de junio, por primera vez en la historia, una mujer llegará a la presidencia. Claudia Sheinbaum, sucesora de Andrés Manuel López Obrador, se presenta como “hija del 68” en un país todavía asolado por el conflicto interno.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Vivir y resistir en Andalucía, la comunidad con más desahucios del Estado español
En Andalucía, la comunidad con mayor número de desahucios, se producen 11 al día. En todo el territorio surgen experiencias que luchan por la vivienda digna en un lugar donde tener un techo “se ha vuelto una utopía”.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.